(39)
- RAPHAEL -
— No me necesitas realmente ¿Por qué me tienes retenido aquí? — dice Raphael.
Está parado apoyado en una de las paredes con los brazos cruzados, mirando como Magnus está haciendo su trabajo, ha dejado que los demonios de su raza puedan descansar mientras sigue solo, en la otra orilla de la habitación está Alexander sentado en el suelo mientras juega con una daga dándolo vuelta en su mano, aburrido. Raphael sabe que no es necesario estar ahí porque el único que tiene poder suficiente son los brujos y Magnus que viene siendo un demonio puro por naturaleza con más poder que cualquiera, pero también sabe que si se va del lugar ese hombre se enojará bastante y ya han tenido discusiones para seguir escuchándolo sermonear, también sabe que se está preocupando de mas por lo nuevo que ha sucedió con el vínculo con Simón y por eso quiere retenerlo en ese lugar.
— Sabes por qué estás aquí, quiero tenerte lejos de Simón el mayor tiempo posible, para que tus instintos deje de ir en aumento, vi en tus ojos muchas cosas y ahora mismo puede que te suene molesto, — responde Magnus sin siquiera mirarlo— pero lo agradecerás, Simón morirá porque es su destino.
— Pero...— interrumpe Alexander entonces.
— No Alexander, por favor— dice Magnus.
Raphael se endereza mientras ve como aquel chico Nephilim mundano asiente a lo que ha dicho Magnus y baja la cabeza mientras sigue jugando con la daga, pero él que ya lo ha escuchado a hablar siente curiosidad de lo que iba a decir, decide caminar hasta donde está y así hincarse a su lado, sabiendo que Magnus no puede hacer nada porque está ocupado. Ve como Alexander parece incómodo con lo que está pasando, pero Raphael necesita saber qué conocimientos tienes y porque interrumpió en la conversación.
— ¿Pero...?— pregunta Raphael repitiendo lo que él dijo.
— Raphael, deja de molestar a Alexander, vuelve a tu lugar. — advierte Magnus.
— Quiero que diga lo que no permitiste decir — dice Raphael— Alexander, por favor habla.
Entonces ve como Alexander comienza a titubear más o menos, mientras pide con la mirada ayuda a Magnus, pero no lo deja, se pone delante interfiriendo en la visión mientras sonríe, mostrando sus colmillos para ver si logra intimidarlo un poco, y entonces se da cuenta cómo suspira y hace como un asentimiento con su cabeza, mientras lleva sus mano en su frente sabiendo que en cierta manera se ha metido en un aprieto con Magnus en hablar de algo que le ha negado y que tendrán peleas después, y que a la vez ya no puede evitar hablar de todas maneras.
— Los Nephilim creemos en la reencarnación— susurra Alexander— Jonathan Cazador de Sombras, el primer Nephilim de la historia fue quien reencarnó en los Lewis, y por ello llevó a que los Lewis se convirtieran en perro guardianes.
— ¿Reencarnar?
— Son mitos Raphael, sabemos que la reencarnación es casi nulo de presenciar— dice Magnus— el único que pudo comprobarse y que paso, y que nunca más un Nephilim apareció con esas características, fue Jonathan cazador de sombras.
Raphael concuerda con Magnus sobre lo de la reencarnación, nunca se ha comprobado y nunca estudio sobre ese Nephilim porque sucedió muchos siglos antes de que apareciera, además es una posibilidad en un millón, asiente apretando sus labios y vuelve a su lugar a posicionarse en la pared mientras observa como Magnus sigue su trabajo. El recuerdo de lo que pasó en la oficina junto a Simón vuelve a su mente para torturarlo, es que de manera inconsciente le confesó que lo que quería, pero el menor lo saco de empujones de la oficina prohibiéndole regresar, dejándolo confundido, un mundano a pesar de que sea Simón hubiese adquirido algún tipo de sentimiento por todo lo que han hecho, pero Simón si pudiera lo apuñalaría por tal acción, pero le dará tiempo para que puedan hablar del tema.
— ¿Te has defraudado saber que no tuviste la respuesta que querías?
— ¿Por qué debería estarlo?
— Solo digo— finaliza Magnus.
Después de eso el lugar volvió a llenarse de brujos y unas que otras Seelie salvajes, haciendo que hablar sea imposible, pero es agradable para Raphael que puede pensar asuntos y poder escapar en silencio por lo menos un momento para ir a hablar con Simón. En el camino se encuentra a Isabelle con Merliot sentados en las escaleras para subir a las habitaciones, están riendo y parece ambos tan felices con la compañía del otro, lo cual Raphael no puede ni mirarlos por lo que están haciendo, pero para subir debe pasar por ellos, así que cuando lo notan ellos detienen sus muestra de cariños, aunque aún siguen teniendo una sonrisa en sus rostros.
— ¿Vas a ver a Simón? — pregunta Isabelle.
— Si, ¿Necesitas que le dé algún recado?
— No, solo quiero agradecerte por haber estado a su lado cuando perdió todo— dice ella— considero que como a mí, cuando debas verlo partir lo extrañaras.
— Solo somos un vínculo de pacto de demonio y cliente— responde de manera indiferente aunque miente— los demonios como yo o como Magnus, o como las personas en esta mansión somos incapaz de extrañar a alguien cuando somos inmortales.
Entonces ve como Merliot le dice algo al oído de su esposa quien asiente y hacen lugar para que el pueda subir, Raphael se frustra al no poder haber podido escuchar lo que le ha dicho, pero solo se despide subiendo a donde tiene que ir, no quiere crear una pelea con esas dos personas, que una de ella es importante para Simón, entonces entra a la oficina sin golpear mientras encuentra a Fran ahí, quien al notar su presencia dejan de hablar y el Seelie salvaje se despide con una sonrisa, para decirle a Simón que lo tenga en cuenta, lo cual Raphael aprieta los labios con fuerza para no preguntar qué han hablado, una vez que ese chico se va de la sala y la puerta se ha cerrado, comienza a caminar hasta la silla vacía para sentarse mirando como el menor está del otro lado del escritorio mientras rasca su cuello con nerviosismo.
— ¿Qué hacías con ese niño?
— Me ha contado la historia de Ragnor, nada fuera de lo común. — Dice Simón con indiferencia— ¿No te dije que no volvieras? Además Magnus dijo que era importante que estuvieras con él.
— Tenemos que hablar del tema y no crear malentendidos.
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