- SIMÓN -

Han pasado una semana donde todo se ha mantenido tranquilo, Simón siente que el aumento de Seelie salvaje huyendo de las arboledas por la invasión de demonios oscuros ha hecho que parezcan estar encerrados en esa mansión, pero ve como ventaja hay más personas que vigilan y piensan sobre qué hacer con el asunto de que pronto vendrán a atacar en la mansión, muchos están dando ideas de cómo vencer a los demonios oscuros porque ya les han enfrentado, otros sobre cómo tratar con los Nephilim que forman parte del círculo que tienen el pacto con esos demonios y Camille. 

Pero Simón realmente no le interesa eso, sabe cómo vencerlos porque sabe cómo hacerlo, ya se ha informado lo suficiente, ha estado preparándose desde mucho tiempo, aunque todas las situaciones con Raphael ha estado tenso, más que tenso, ha estado peleando casi toda la semana con Magnus y cada vez que han tenido que hablar se ha descargado con él, a veces hasta poniéndose agresivo, lo cual ha hecho estar teniendo peleas también ellos dos, además Raphael ha dejado de actuar como sirviente, solo le hace las comidas y lo ayuda en actividades básicas como bañarse o cambiarse, pero después de eso desaparecía dejándole solo, como ahora que estaba sentado en su cama para dormir y todavía no aparece para ayudarlo, a demás buscando en la mansión es difícil de encontrarlo, siempre debe estar encerrado porque las Seelie salvajes le miraban mucho.

— Solo falta una semana, pero este bastardo no da ni la cara— susurra Simón.

Hace una semana sucedió la explosión en una habitación ahora clausurada, fue cuando Raphael enfureció por ser reclamado por Magnus y se enteró que dos mundanos lograron jugar con él, engañarlo y haberlos tenido bajo el mismo techo por mucho tiempo, desde ese tiempo ese demonio parecía estar en todo su ser verdadero, pero Simón se ha sentido preocupado desde ese día, por un momento creyó que había muerto y se sintió tan solo por un momento que no pudo evitar llorar, llorar porque no sabía si volvería a verlo, si iba a cumplir sus palabras, además siempre tuvo en mente que moriría primero porque ese demonio no podía morir, pero de todas formas imagino por un momento que le había sucedido algo grave, ahora parecen más lejos que antes cuando Raphael no dejaba de tocarlo.

— No importa, solo debo hacer todo por mí mismo, que ese demonio haga lo que quiera.

Deja el bastón apoyado en la mesa de luz después de buscar la primera ropa de dormir que encuentra en el mueble, comienza a sacar los anillos dejándolos también en la mesa, desata el nudo que tiene su parche para dejarlo al lado de los anillos mientras deja escapar un suspiro, lo único que lo acompaña es la luz de la habitación y la ventana reforzada para que nadie se atreva a entrar, comienza a desabrochar la camisa de a un botón, poniendo una mueca de desagrado del asunto, quiere saber dónde está Raphael porque su mente lo imagina coqueteando con alguna de las Seelie salvajes, acostándose en alguna habitación de por ahí, riéndose con alguno sobre que pronto tendrá el alma de un chiquillo que lo tuvo encerrado por tiempo. Simón, deja escapar un quejido mientras niega tratando de olvidar todo, ese demonio puede hacer lo que quiera, de todas formas se liberaran del otro prontamente.

Comienza a cambiarse por la camisa de pijama mientras lo está abrochando lo mejor que puede, cuando termina deja escapar otro suspiro mientras comienza a desabrochar sus pantalones, teniendo que hacer maniobras para sacarse los zapatos para poder sacar un pantalón para ponerse el otro, cuando ve el resultado se pone feliz de que ha hecho algo por sí solo, toma el bastón para ir a apagar la luz y así meterse a la cama, sabe que no puede quejarse de Raphael, le pidió que fuera el demonio auténtico que es, seguramente ser mayordomo por mucho tiempo le deba haber hecho sentir abrumado que ahora ni quiere verle. Acurrucado bajo la sábana decide intentar dormir, a pesar de que está comenzando a sentir sentimientos de nervios porque quedan solo siete días para terminar su vida, muerto por los enemigos o dándole de manera voluntaria su alma a un demonio que ha desaparecido.

— Simón.

Abre los ojos aunque esta semidormido, puede ver la figura de Raphael en la oscuridad, impotente mostrando sus ojos brillantes de color rojo, vuelve a cerrar los ojos mientras responde que se vaya, pues a pesar de estar medio dormido sabe que ese demonio está haciendo, desapareciendo y dejándolo solo, se da vuelta tapándose hasta la cabeza. Pero entonces siente como Raphael se acuesta detrás de él abrazándolo y acurrucándolo más cerca de él, Simón comienza a despabilarse a aquel gesto, abriendo los ojos y tratando de alejarse, no quiere este gesto del demonio, no lo quiere.

— No hay excusa para decirte porque no vine a ayudarte hoy, solo fui a cumplir con mi palabra— susurra Raphael— maté a Maryse, pero su cuerpo se evaporó, estaba muy consumida por los demonios.

Simón se da vuelta para quedar frente a frente con Raphael, pero se arrepiente al ver lo cerca que se han quedado y que aun la mano del demonio lo sigue abrazando, traga con un poco de dureza mientras trata de concentrarse a lo que ha ido.

— ¿La has asesinado?

— Si, traje pruebas.

Ve como rebusca el bolsillo de su chaqueta, porque ha cambiado su traje de mayordomo a un traje formal como los que usa Magnus Bane, y saca un anillo donde el centro, donde está la esmeralda está tallada el simbolismo de los Lightwood, Simón lo toma mientras lo mira de cerca, el anillo que cada integrante de la familia usa, pero identifica el rol de la familia con una marca, es definitivamente el anillo de esa mujer, entonces sonríe mientras mira a Raphael, no llena su satisfacción de venganza para nada, pero imaginarse a ver a Robert y Elizabeth sabiendo que Maryse murió, quien es una parte fundamental de esa familia, le pone más que feliz, algo es algo, aún quedan muertes por realizarse pero es un pequeño regreso de lo que han hecho.

— Esto es emocionante ¿Suplicó por su vida? — pregunta Simón.

— Si, suplicó por su vida tratando de que aceptara a Elizabeth a cambio de ella— ríe el demonio— lamento que no hayas podido estar ahí, solo que el territorio está infectado de demonios oscuros, tuve una semana entera estudiando cómo entrar ahí.

— ¿Hiciste todo esto durante una semana y por eso andaba desaparecido?

— Si, cumplo con mis palabras, con las que te he dado.