(20)
- SIMÓN -
— Ahora estamos bien, lo que sucedió antes, lo de tus acciones inapropiadas más temprano, y tus actos no serán recordadas por ninguno de los dos. Podrás seguir teniendo sangre de mis labios pero si te sobrepasas te castigaré.
Ve cómo el demonio frente a él asiente mientras mueve su mano para que quede la palma de la mano suya arriba, mientras se arrodilla de nuevo la frente de Raphael se posiciona en sus nudillos y deja escapar un suspiro, vuelve a disculparse una vez más aceptando sus pedidos. Simón aleja la mano sintiendo un sentimiento extraño en su cuerpo, casi un escalofrío, desde la llegada de Elizabeth haciéndose pasar por Isabelle y los inciensos regalados los comportamientos del demonio comenzó a ser de manera diferente, hasta ahora, parece un salvaje que se olvidó de todo los modales que trabajaron mientras se convertían en duque y mayordomo honorables en un corto tiempo. Hasta a veces se olvidaba que esa persona es un demonio o lo que sea que es, sino una persona más, pero ahora con sus últimas acciones estaba consciente de que Raphael siempre sería un demonio con quien tiene un trato, y los demonios se guían únicamente por instintos tratando de satisfacer sus deseos.
— Vamos, no hagamos esperar a los invitados.
Cuando entra a la sala donde está la mesa donde comen, donde asegura que deben seguir, se queda quieto en el marco de la puerta mientras mira la escena, Magnus está sentado y arrodillado frente a él está Alexander, este chico tiene ambas manos en la mejilla del demonio mientras lo está besando, y no le sorprende, tampoco está haciendo expresión de sorpresa de lo que ve, solo mira como el brujo que está apuntado hacia él está con los ojos cerrados, como si estuviera en tranquilidad, como si estuviera acostumbrado. Decidió no interrumpir, solo se quedó ahí mientras ellos siguen haciendo aquella escena inapropiada que la sociedad actual aún no acepta, pero Raphael detrás de él hace una tos falta sobresaltado a los invitados. Simón decide entrar para sentarse en su lugar mientras ven como ambas personas delante de él se limpia sus labios de manera disimulada, mientras Alexander se para y se queda al lado de la silla mientras el demonio hace que arregla su chaqueta mientras se sienta de manera correcta.
— Quería seguir hablando, pero tengo nuevas dudas ahora mismo— murmura Simón— pero lo que hagan con su intimidad es el problema de ustedes, no estoy en este mundo para estar mirando que hacen otras personas con sus relaciones personales.
— Tienes una mente abierta, sorprendente de que en tus ancestros seas el único que ve esto con normalidad— dice Magnus— lástima que tu vida sea tan corta en este mundo.
— Los Lewis nunca tenemos un buen final, eso ya está comprobado—dice Simón con un pequeño tono en su voz— pero no estoy aquí para eso, quiero saber todo lo que sepan de los Lightwood, el círculo, los demonios oscuros, quien abrió la abertura, quiero todo con detalles y una solución para acabar con todos a la vez.
— Está bien, pero iremos a otra sala, quiero tomar algo de alcohol mientras estemos hablando— indica Magnus sonriendo— ya tengo la solución en mente, en un cerrar de ojos ustedes dos serán liberados y seguirán cumpliendo el trato que hicieron hace años.
Simón se para de la silla mientras ve como Magnus también lo hace para así marcharse de ese lugar, Raphael es quien guía a todos y los invita a caminar hacia la sala de invitado, pero antes de entrar el demonio le detiene para ir a cerrar las ventanas para que nadie esté espiando de afuera, lo cual Simón le agradece los actos que hace, siempre está atento a esos pequeños detalles. Mira hacia atrás, hacia sus invitados porque ha sentido algo raro, viendo al demonio denominado Magnus está mirando un lugar fijo, cuando mira aquello que está mirando, ve a Ragnor un poco lejos devolviendo la mirada pero no como suele hacer, sino de una manera que Elizabeth solía tener a veces, cuando estaba por perder la paciencia.
— Simón, déjame encargarme del mayordomo de tus padres desde ahora— dice Magnus acercándose a su oído.
Asiente al pedido del demonio, no porque le tenga miedo y no pueda negarse, está más que claro que tiene un alma salvaje que le gusta desafiar a todos sin temerle a las consecuencias y Magnus no es la excepción, solo acepta porque no confía en nadie y si el demonio que pertenece al submundo, al que han estado cuidando los Lewis años tras años, ha notado algo raro pues que ellos se encarguen de la situación entre ellos. Y no es que no quiera a Ragnor, lo conoció desde niño, fue el mayordomo de la familia y a veces parecía parte de la familia, o un amigo cercano, tiene un aprecio y se sintió feliz al verlo vivo tanto que lo mantuvo a su lado para que fuera maestro tanto suyo como de Raphael, pero sabe también que desde los ocho años de quien solo confía es de Raphael, pues ahora sabe que los Lightwood quienes también era cercano a la familia fueron los causantes de las desgracias.
— Alexander escribe una carta a las Seelie salvajes, que cuiden el perímetro y si ven a un hombre algo avanzado de edad salir de esta mansión que lo capturen, cualquier movimiento sospechoso que salga de esta mansión será detenido y capturado— dice Magnus— y dile a Merliot, Fran e Isabelle que hagan presencia de inmediato.
— ¿Fran?
— Si, es el hijo de Isabelle y Merliot, los embarazos híbridos son mucho más rápido en desarrollarse que cualquier embarazo normal, Fran ya es un adolescente de diecisiete o dieciocho años en vida de ellos— informa en susurro Magnus.
— Ah— es lo único que puede decir Simón.
— Por favor pasen— dice Raphael acercándose a la puerta— sígueme adentro primero Alexander, te daré una hoja y papel para que escribas lo que se te ha mandado.
Simón entra después del dúo acompañado de Magnus, ambos se sientan en los sillones viendo que en la mesa hay vasos de bebida vacíos, mira hacia donde Raphael le está dando los elementos para escribir a Alexander, ve como el demonio sentado frente a él hace aparecer bebida en los vasos mientras toma aquel utensilio para darle un gran trago, Simón agarra el vaso mientras lo mira y lo siente su olor, nunca ha tomado estos tragos y no cree correcto hacerlo ahora.
— ¿Qué piensas de Ragnor? — pregunta Simón dejando el vaso en la mesa.
— Un hombre muy cercano a tus padres, saben todos los secretos de los Lewis, me parece sorprendente que se haya librado de la muerte cuando todo el personal que vivía en esta mansión también murieron ¿No lo crees? — Responde Magnus llenando de nuevo su vaso— más cuando la historia de los Lewis se ha repetido en generación en generación, todo termina mal para ellos y quienes le rodean.
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