Pasaron dos años en los que el reino de Gaya vivió en completa paz. Todos ocupados en sus quehaceres, pero también ayudándose entre sí.

Tae había salido del colegio de hechicería con honores, alabado por haber creado una de las mejores varitas vistas hasta ese momento, después del que había hecho su madre.

Gracias a esto, empezó a hacerse famoso entre la gente pueblerina, ganándose la vida al preparar pociones y otras cosas que ellos requerían.

Por otro lado Jin había dejado sus andanzas, no porque quisiera, claro. Era porque su padre le había organizado una fiesta en la cual las princesas de los reinos vecinos estaban invitadas, de las cuales Jin debía escoger a una para desposarla. 

A SeokJin le pareció algo tonto, ¿cómo podría escoger a alguna, si no las conocía? ¿Cómo con sólo verlas podría saber cómo son?, si le gustaría su forma de ser, quizás hasta resulte ser odiosa. Pero con sólo verlas bailar y hacer su show para llamar su atención, para Jin eso no era suficiente.

La noche llegó, la gente de alcurnia estaba ya dentro del castillo, en el gran salón esperando la llegada de las princesas.

Tres fueron las que se presentaron, siendo la última la que dejó sin aire a Jin.

“Esa última chica, la conozco, creo que la conozco” pensaba mientras veía la danza que realizaba frente a sus ojos y al de los demás “es bonita, no lo negaré” la seguía viendo hasta que finalmente recordó quien era.
“Esa chica no es esa tal Krystal? La que se empeñó en que vuelva a acostarme con ella? La que no entendió mi regla de no volver a estar con ella?” Pensaba asustado “¿Cómo era posible que esté ahí, entonces era una princesa?”

Taehyung estaba entregando medicina en una casa del pueblo a cambio de comida o lo que podría darle la familia.

Él no era exigente, así se ganaba la vida, ahora que ya era un brujo completo tenía más habilidades y de a poco se empezó a ganar fama y más aldeanos solicitaban sus servicios.

Ese día él estaba regresando ya a casa, cuando escuchó que en el castillo había una fiesta para elegir a la futura esposa del príncipe.

“Casarse por arreglo, qué estúpido” pensaba, nunca le había parecido algo bueno, por eso y muchas otras cosas la realeza no era de su agrado. Le parecía gente muy hipócrita, falsa, por esa razón nunca iba a las reuniones que hacían, sobretodo a las que eran para los brujos y hechiceros de los alrededores.

Por ningún motivo iba a aceptar trabajar para un rey, no cometería el mismo error que su madre.

En el palacio, todas las doncellas ya se habían presentado. Ahora estaban en la fiesta donde todos podían bailar y hablar entre ellos mientras el príncipe hacía su elección.

Jin se dirigía hacia el despacho de su padre donde analizarían a cada doncella. Al salir del gran salón era estampado contra la pared.

-Príncipe, ¿no me recuerda? – Jin miraba asustado por ese acto – soy a quien rechazaste en ese bar – lo miraba con cierta molestia, usando una voz seductora pero a la vez malévola.

-Lo siento pero no te recuerdo – mentía, no sabía por qué pero no quería a esa mujer en su vida por más hermosa que sea.

-Soy Krystal – ahora su mirada era más irritada.

-Creí que eras la Princesa Jung Soo Jung de Silla – respondía fríamente, no iba a dejar ser intimidado, mucho menos por ella.

-Tengo muchos nombres – recorría su dedo por el cuello de Jin haciéndolo estremecer -No puedes mentirme, sé que me recuerdas – se acercaba más a él, colocando una rodilla en medio de las piernas del príncipe, comenzando a hacer fricción a su miembro.

-No soy bueno con los nombres, por eso nunca los pido. Ahora si me disculpas, tengo asuntos que resolver – intentaba liberarse de su agarre y no demostrar que ese toque le había alterado todas las células de su cuerpo.

-Lo sé y a eso vine – lo jalaba del cuello de su traje, acercándolo más a su rostro – vas a elegirme – decía rozando sus labios, lamiendo descaradamente el belfo inferior del príncipe.

-Esa no es tu decisión – se hacía soltar bruscamente tomando sus manos de las muñecas.

-No seas idiota SeokJin, debes elegirme si no quieres que la desgracia caiga a tu reino – lanzaba una mirada satisfactoria por el dolor que le provocaba el fuerte agarre del príncipe.

-Déjame, estás loca – finalmente se alejaba de ahí furioso por la actitud de esa tipa.

-¡¡MIS PALABRAS VAN EN SERIO SEOKJIN!!- gritaba histéricamente.

Seokjin siguió su camino guardando toda la compostura que podía, no debía demostrar debilidad. Aunque esa última amenaza lo hizo sentir vulnerable en muchos sentidos.

Necesitaba deshacerse de esa mujer con urgencia.

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Holas pixelitos! Tanto tiempo!!! Mil disculpas por haber desaparecido, la vida real me ha absorbido como no tienen idea. Muchos problemas personales que me impedían encontrar inspiración para seguir escribiendo 😭😭😭

Por suerte hoy me sentí mucho mejor y con muchas ganas de continuar todas mis historias pendientes. Así que les traje este capítulo, un poco corto pero importante 😌

Espero se encuentren bien, sigan cuidándose, las amito y nos vemos en las siguientes actualizaciones 🥰😘💜