Kim Taehyung era hijo único, de la pequeña familia Kim que vivía en lo profundo del bosque de Gaya. Su madre había muerto cuando tenía cinco años a causa de una guerra en la que ella había estado ayudando por ser una gran hechicera, pero no pudo volver a casa siendo siempre un misterio de cómo alguien tan poderoso había fallecido en una guerra que pintaba a todos lados que el bando de su madre ganaría. Pese a todo Tae fue un niño feliz, pues su padre se había encargado de criarlo bien, de apoyarlo en sus estudios de magia pese a que él no poseía tal don.

Ahora que tenía 18 años había llegado al fin el momento en el que podría recibir la varita que le ayudaría a amplificar su poder como también ayudarlo a controlarlo pues cuando un brujo de nacimiento llegaba a la mayoría de edad sus poderes incrementaban.

Ese día, se dirigió al pueblo para comprar los insumos necesarios y crear su varita esa noche. Pero, en cuanto estaba a punto de ingresar al local que vendía tales insumos vio a lo lejos como una muchacha con extrañas ropas salía a toda prisa, sintiéndose mareado de pronto. Esa muchacha soltaba energías negativas en demasía que lo hicieron sentir enfermo.

Pidiendo a sus dioses que nunca más se la vuelva a ver por esos lares, pues tenía un muy mal presentimiento, vio cómo la carreta a la que se había subido, se fue alejando.

La noche había caído en Gaya, Taehyung llegaba a su pequeña casa con todos los insumos para realizar el conjuro que crearía su varita y así al fin ser un brujo completo, así estar listo para aprender más sobre sus propios poderes.

A la luz de la luna Tae llevaba a cabo el conjuro, sobre un gran tronco viejo utilizado como la mesa del ritual.

Su padre lo veía a lo lejos orgulloso porque su hijo al fin había llegado al punto en el que podría desenvolver todo su poder real, tal y como su madre siempre quiso.

En cuanto la varita se formó, Tae sintió un calor recorrer por toda su anatomía, al pronunciar las últimas palabras que lo sellaban a él como dueño de la varita y viceversa, dándole fin al ritual; a su mente le vino una visión. En la cual veía casas ardiendo, gente muriendo, todo el lugar sumido en la temible oscuridad, haciéndole temblar, a lo lejos notó a alguien con una túnica que cubría su rostro, pero de sus manos salían esas llamas de fuego que estaba acabando con el lugar.

Tae cayó rendido sobre sus rodillas en cuanto terminó esa visión, sus manos temblaban y su padre había corrido a su encuentro asustado por su hijo, ayudándolo a levantarse.

-Tuve una horrible visión- confesó aún temblando en los brazos de su padre, quien sin saber qué responder se limitó a acariciar la espalda de su hijo tratando de calmarlo.

-¿Mamá también tenía visiones? – preguntó mirando a los ojos de su padre.

-Si, los tenía – respondía con un tono de pesar en su voz.

- ¿Alguna vez pudo prevenir alguno que fuera malo? –

-No estoy seguro, nunca me comentaba sobre ellos porque no quería que me preocupara – decía con la mirada gacha.

SeokJin llegó al palacio después de haber tenido otra noche de placer con las mujeres del pueblo.

-Debes dejar ese comportamiento tan promiscuo- hablaba una voz a su espalda asustándolo.

-¡Papá! ¡Me asustaste! – respondió agitado – sabes que no hago daño a nadie, solamente me gusta divertirme.

-Lo sé, pero debes dejar de ser tan dulce, especialmente con las mujeres solamente por el hecho de querer llevártelas a la cama – intentaba razonar con el incrédulo de su hijo – siempre te he dicho que debes cuidar de romper algún corazón, porque puedes salir lastimado.

-Lo sé lo sé, descuida no lo hago, ellas saben que sólo son diversión y no tengo ningún otro interés – se encogía de hombros volteando para abrir la puerta de  su habitación.

-Espero que así sea – dijo sin más retirándose a su habitación, preocupado, sin saber porqué exactamente.

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Holas! Pixelitos de mi corazón 💜 regresé con el segundo capítulo.

Disculpen si me quedó algo corto 😅

Espero les guste, nos vemos.
Cuídense mucho, las amito 😘💜