El Príncipe Seokjin era un joven coqueto, presumido por su belleza, seductor. Pero sobretodo alguien quien no tomaba en cuenta ningún consejo.

Su hermano mayor pese a no ser de sangre contaban con el mismo padre, aún así siempre quiso aconsejar a SeokJin, pero este último simplemente no escuchaba.

Nunca le había interesado el ser rey, era mucha responsabilidad con la que no estaba dispuesto a cargar. Sabía que su hermano Namjoon era más que apto para esa labor, era inteligente, no fingía su amabilidad con la gente como lo hacía Jin.

No es que Seokjin sea desalmado. Simplemente lo tomaba todo a la ligera, se consideraba un alma libre y desde que había acabado de cumplir los 18 años esto empeoró. Como ahora le daban libertad para salir del castillo, él se la pasaba de cama en cama conquistando a toda mujer de ese pueblo.

Todas sabían que eran aventuras de una noche, sabían las reglas y tampoco les interesaba ser más que eso. Simplemente gozaban ser tratadas como reinas en el sexo, pues Seokjin se caracterizaba de tratarlas como a un pétalo que podría romperse, esa delicadeza y dulzura en la que se convertía, llamaba como miel a todas las que acercaban.

Habían hombres que también se interesaban en él, pero Seokjin nunca les había tomado en serio. No porque sean hombres, sino por que simplemente no le llamaban la atención.

Hasta que un día, Seokjin conoció a quien se encargaría de destruir todo su mundo como actualmente lo conocía.

Esa tarde el príncipe Jin se dirigía como todos los días al único bar que existía en el poblado. En ese lugar siempre encontraba sus conquistas y hoy no sería la excepción.

Después de pasar una hora en ese lugar jugueteando con las chicas que se le acercaban, entra al lugar una chica que nunca antes había visto, llevaba una túnica que cubría su rostro, pero en cuanto se acercó a él, sintió su mirada recorrer cada parte de su ser, y por primera vez en la vida había sentido él, el deseo de devorar a ese encanto y no como siempre pasaba que eran las chicas quienes lo buscaban. Pero claro, tenía un orgullo que proteger por lo que, prefirió controlar sus impulsos, aunque no perdía nada si enviaba una sonrisa coqueta.

La muchacha no pasó desapercibido tal acto, encantada por la belleza que poseía el muchacho frente a sus ojos cayó como todas las demás, siendo una mosca que caía en la dulce trampa.

Claramente había ganado a todas las chicas que ese día se estaban insinuando a Jin, siendo la única ahora en su regazo. Ambos siendo mimosos desde el primer momento.

Jin tenía en ese lugar, una recámara especial para sus conquistas ubicada en el último piso del bar. Sin perder el tiempo, se dirigieron al lugar, donde claramente pasó lo que todos están pensando.

Como siempre Jin le había dejado en claro que era sólo sexo y nada más. Que no le gustaba repetir más de tres veces y que prefería no saber su nombre ni que ella sepa el suyo. Aunque esa última regla fue sólo para ella pues claramente era una forastera por el tipo de vestimenta que llevaba.

Lo que no sabía, era que al ser el primer hombre para ella, esta chica había empezado a desarrollar un apego hacía él, por lo que los siguientes dos días siguió visitando el lugar y pasar horas en la cama con el hermoso hombre que le hacía ver las estrellas.

Pese a la insistencia del príncipe en no saber su nombre, ella hizo caso omiso y le dijo “soy Kristal”. Era claro que a Jin le incomodó que no le obedeciera, pero prefirió ignorarlo.

Llegado el último día, Jin se despide de ella y le da como a todas una flor de Jazmín, esa era su marca de despedida, significaba que nunca más volvería con ella. En cambio la muchacha había entendido todo al revés (en sí más a su favor).

Los siguientes dos días que le quedaban estar en ese lugar siguió frecuentando el lugar, pero Jin ya no le hacía caso. Simplemente pasaba por su lado, siendo cortés pero tajante de que ya no quería nada con ella y besando a cualquier mujer en su delante para que entendiera.

Presa de la ira Krystal salía corriendo del lugar montando el carruaje que esperaba por ella, prometiendo volver y ahí él no podría negarse a ella nunca más.

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Holas!!!
Pixelitos de mi corazón 💜 les traje nuevo Fic! 🎉🎉

Espero les guste 🥰

Siempre me dieron ganas de escribir algo basado en la era de las dinastías 🙈 este será el primero de ese estilo, espero no fracasar demasiado 🙈