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001

Poco a poco, y de manera pesada, Jimin fue abriendo sus ojos.

Estos le dolían al igual que toda su cara. Se sentía sudado y demasiado cansado.

Parpadeó varias veces, tratando de aclarar su vista. Hasta que después de unos segundos lo logró.

Su respiración comenzó a acelerarse, al darse cuenta de donde estaba. Era una especie de bosque reseco.

Giró en su lugar para poder obsevar mejor aquel lugar. No sabía como había llegado allí.

Una silueta apareció en medio de un camino rodeado de robles secos, era...era Yoongi.

Jimin sonrió temblorosa y aliviadamente, su Yoongi estaba allí, sano y tranquilo.

- ¡Yoonie...! - gritó hacia el.

Yoongi lo miró y sonrió haciéndole de la mano.

- Quédate ahí mi amor, yo voy. - Yoongi asintió.

Jimin comenzó a caminar hacia él, pero algo lo detuvo haciendo que frenara bruscamente su andar.

Frunció su ceño, y al mirar a sus lados, se asustó al ver sus muñecas atadas en dos cadenas, las cuales estaban arraigadas en la tierra.

Trató de hacer fuerza y deshacerse de ellas, pero no pudo.

Comenzó a desesperarse, mientras daba miradas intercaladas a Yoongi, quien lo miraba asustado.

- Tranquilo mi niño, estaré bien.

Las muñecas comenzaron a lastimarse de los bruscos roces que hacía tratando de liberarse. Gruñidos y gritos bajos de desesperación salían de su boca.

- ¡Jiminie...! - gritó Yoongi, quien comenzó a sollozar.

- No amor, no llores, estaré bien, en un momento estaré contigo. - Jimin trató de sonreírle.

En eso, una silueta apareció, posandose detrás de Yoongi. Al darse cuenta, Jimin abrió los ojos en grande. Asustado y enojado.

La silueta...era un hombre... Christopher. Se inclinó y al parecer le estaba diciendo algo a Yoongi.

Jimin entreabrio sus labios y comenzó a negar con la cabeza desesperado.

- No, no, no Yoonie, ¡no lo escuches!, solo espérame, espérame...

Jimin comenzó a jalar más fuerte, y lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas al ver que Christopher le seguía hablando a Yoongi.

- ¡Déjalo! ¡Déjalo en paz! - gritaba desaforado.

Yoongi volteó a verlo. Su expresión era anonadada, confusa y temerosa.

- ¿Jimin? - susurró Yoongi con voz quebradiza.

- Yoongi, mi pequeño ¡aléjate de él, no lo escuches...!

Christopher detrás de Yoongi negó, y tomó la blanquecina muñeca de él.

- No, ¡NO! ¡NO LO TOQUES! ¡DÉJALO!

Las cadenas en sus muñecas, comenzaron a afianzarse más al suelo, haciendo que cayera de rodillas, inmovilizandolo.

Gritó desperado e impotente.

- ¡Yoongi!

Yoongi le dio una última mirada, para después dar la vuelta, y comenzar a caminar junto a Christopher.

- ¡NO! ¡YOONGI MI AMOR! ¡NO VAYAS CON ÉL!

La garganta de Jimin estaba desgarrada. Su dolor e impotencia creciendo con cada paso que Yoongi daba, alejándose.

- ¡NO TE LO LLEVES! ¡POR FAVOR! ¡YOONGI!

La silueta de aquel hombre y Yoongi, dejaron de estar a su vista.

Las cadenas se iban tragando más en la tierra, pero Jimin no podía quitar la mirada del camino en el que se había ido su Yoongi.

- ¡MI AMOR POR FAVOR REGRESA!...

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Jimin se levantó de golpe. Asustado y con los ojos llorosos.

Estiró su mano en la cama, sintiendo el vacío de esta.

- ¿Y-yoongi? - susurró, recorriendo el cuarto con la vista.

Yoongi no estaba.

- No...

Se levantó rápidamente de la cama, y salió de la habitación casi corriendo. Lucía desesperado, y no le importaba estar sin zapatos.

Tenía que encontrar a...

Se detuvo abruptamente. Un respiro de calma y alivio llenó su ser. Lágrimas deslizaron por sus mejillas al verlo.

Su Yoongi estaba allí. En la cocina, tarareando una canción mientras batía algo.

- Oh - Yoongi se dio cuenta de su presencia y alzó la cabeza, regalándole una hermosa sonrisa mañanera. - Jiminie, no esperaba que te levantarás aún - dijo con su dulce voz.

Jimin lo quedó viendo fijamente, para segundos después, correr hasta él y encerrarlo entre sus brazos por detrás.

Sus brazos temblaban y Yoongi podia sentir su respiración errática.

- ¿Jiminie?¿Qué sucede? - Yoongi se preocupó y dejó la batidora a un lado, acariciando las manos de Jimin.

Jimin negó con la cabeza y afianzó aún más su agarre. Yoongi no dijo nada y esperó que se calmara.

Después de unos minutos, la respiración de Jimin se estabilizó. Jimin restregó suavemente su nariz en el cuello de Yoongi, sintiendo su dulce aroma a azúcar quemada.

Su Yoongi estaba con él. Estaba en sus brazos. No había pasado nada malo.

- Minie, ¿tuviste una pesadilla otra vez? - la voz de Yoongi era tan suave y arrulladora, que Jimin no pudo evitar sonreír y sentirse adormilado.

- Si mi amor, pero ya todo está bien, solo necesitaba abrazarte. - dejó un besito en su mejilla.

Yoongi sonrió y se dio la vuelta, aún en los brazos de Jimin.

- No me gusta que tengas pesadillas - Yoongi lo miró a sus llorosos ojos, acariciando su cabello - tampoco quiero que llores.

Jimin besó su frente, encima de su cerquillo.

- Estoy mejor, gracias a ti.

- ¿Seguro?

- Claro que sí, tu eres mi cura para todo.

Yoongi sonrió tímido, y dejó un besito en la mejilla de Jimin. Este sonrió en grande, y olvidándose del mal rato, elevó a Yoongi dándole una vuelta entera. Risas y grititos llenaron la cocina.

- Ya bajame Jiminie... - reía Yoongi.

- Eres mi niño hermoso - susurró Jimin mientras se detenía y lo bajaba. - te amo...

- Yo también te amo - Yoongi lo abrazó del torso, enterrando su cara en el cuello de su alfa. - Y amo tu aroma.

- ¿Ah si? - rió Jimin, recostando su cabeza encima del cabello casi blanquecino de su omega.

- ¡Siii!, me encanta el té verde y la manzanilla. - dijo riendo, apegando más su pequeña nariz de botón a la piel del alfa.

- Y a mi encantas tu, mi dulce bebé con aroma a caramelo.

Jimin quisiera que existiera una manera de tener a Yoongi para siempre en sus brazos. Solo así podría estar tranquilo, y proteger a su hermoso omega.

- Me alivia que ya estés mejor - dijo Yoongi separándose un poco. - Ahora tengo que terminar de hacer el desayuno, me muero de hambre - los pucheros de Yoongi eran su perdición.

Jimin rió, y con toda su fuerza de voluntad, se apartó de él. - Está bien, no quiero que mi bebé se ponga gruñón por no comer.

Yoongi iba a protestar, pero Jimin se adelantó y dejó un casto beso en su puchero.

- ¡Jiminie..!

- Es irresistible mi amor - rieron.

- Ya vete, déjame terminar.

- Bien, ya me voy, estoy ansioso por probar tus hot cake.

Yoongi se sonrojó. - Estarán deliciosos, porque los hago con mucho amor para ti.

Jimin suspiró más que enamorado. El susto de hace rato había quedado atrás, y ahora solo se podía sentir feliz y agradecido.

Yoongi estaba con él. Christopher no había venido a llevárselo.

Sus sonrisas y besitos eran solo suyos. Sus miradas de amor y pucheros eran suyos. Todo él era suyo. Y eso era lo único que importaba.

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