Capítulo 5: Un descubrimiento
Eso había sido tan gracioso que quería reírme a carcajadas, pero mejor lo evité, así no levantaría sospechas.
—Eres un completo idiota, me mojaste, estúpido —dijo enojada.
—Lo siento, enserio lo siento, fue un accidente —fingí estar apenado.
—Por supuesto que no, lo hiciste a propósito.
—Enserio te juro que no fue con intención.
—Claro que sí, te arrepentirás de esto.
—No tienes pruebas que fue a propósito —guiñé un ojo.
La verdad esto me divertía, mucho, quería reírme, pero debía de mantener mi papel. Justo después que dije aquello, Daphne irradió de furia, enserio estaba molesta.
—¡Imbécil!
En ese momento ella me lanzó una cachetada, por suerte mis reflejos son bastante rápido, por lo que detuve su muñeca para evitar que me impactara.
—Nunca en tu vida vuelvas a hacer eso —respondí serio.
Odiaba con toda mi vida que eso sucediera, no iba a permitir que nadie lo hiciera, sea quien sea.
Ella se deshizo de mi agarre y dio un ligero paso atrás. Me miró extraña, bastante confundida, al parecer no entendía lo que estaba pasando. Quizás nadie le había detenido un golpe, o tal vez nadie me había respondido de esa manera, como fuera, era algo que ya estaba hecho, y no me arrepentía.
—De acuerdo, vámonos de aquí, no queremos hacer una escena —dijo Gideon tomándome del brazo.
Nos movimos y nos fuimos del lugar. Las personas que estaban allí se me quedaron viendo, no podían creer lo que había hecho, y mucho menos que se lo hiciera a Daphne.
—La verdad no esperaba que hicieras eso —comentó.
—Recuerda que soy toda una caja de sorpresas.
—¿Cómo se te ocurrió?
—Tenía que llamar su atención, y como ella no es para nada fácil de impresionar, tenía que ser algo grande e inolvidable, así que solo vi la oportunidad y la aproveché.
—Lo más probable es que ella te odie, ¿lo sabías?
—Eso es lo que quería —sonreí malicioso.
Gideon sonrió, parecía, realmente le había fascinado lo que había hecho, esperaba que con eso dejara de presionarme con ese tema.
Continuamos hablando por un rato más hasta que llegaron sus compañeros de equipo, un par de chicos rubios, y se lo llevaron.
Me acordé que tenía que inscribirme a un club, ya que sería el último día. Caminé a toda prisa y llegué justo a tiempo, las inscripciones todavía estaban abiertas.
Momentos después caminé por los pasillos intentando pasar el tiempo, ya que tardaba mucho para la siguiente.
Justo encontré a Oliver y Dahyun en el club de tecnología, me acerqué a ellos y antes de que pudiera asustar a mi amiga, Oliver notó mi llegada.
—Andrew, genial, te estábamos buscando.
—Me siento halagado por ello —sonreí—, ¿a cuál club te inscribiste? —pregunté a Dahyun.
—Al club de teatro, quiero ser actriz, así que ese es un buen inicio.
Eso sí que era algo muy sorpresivo, no lo esperaba, no sabía que ella quisiera actuar, pero me alegraba que se sintiera segura de su futuro, además que tenía por asentado lo que quería hacer ahora, eso hablaba muy bien de ella.
—Entonces, supongo que, porque están aquí, Oliver, tú estarás en el club de tecnología.
—Por supuesto, no te equivocas.
—¿Por qué? —pregunté curioso.
—Porque si el traje de Tony Stark se hace realidad, quiero estar allí.
Cierto, se me había olvidado que a Oliver le gusta mucho los superhéroes y los comics, a mí no me incomodaba, al contrario, era interesante, solo que yo no sabía mucho de ese tema.
Terminó de inscribirse y justo cuando estábamos dispuestos a retirarnos, unos gritos provenían de la mesa que estaba al lado de nosotros.
—No, Deyanira, no te voy a mostrar la lista de inscritos, ¿Por qué debía de mostrártelo? —preguntó el chico encargado de las inscripciones.
—Porque soy del comité de equidad de género, así que si no hay 50% de mujeres inscritas entonces estarán en graves problemas.
—¿Quieres decir que tengo que cumplir una cuota?
—¿Crees que las mujeres no somos capaces no somos capaces de hacer lo mismo que los hombres?
—No estoy diciendo eso, lo que digo es, ¿Cuántas mujeres haz visto que se han acercado a inscribirse?, en mi lista tengo 40 personas inscritas, de las cuales solo 8 son mujeres, entonces dime, ¿es mi culpa eso?
Deyanira, en su afán por querer hacer las cosas a como dé lugar, era realmente terca como una mula, no entendía de razones y solo se aferraba a que todo era machista.
—Deyanira, no quiero ser grosero contigo, pero en lugar de estar promoviendo el club entre las mujeres para hacer tu prometido, lo único que estás haciendo aquí es quejarte —dije.
—Eres hombre, no lo entiendes, tu machismo te impide verlo.
En ese momento me sacó de quicio, solo rodeé los ojos, además de llevarme la mano a la cabeza para aliviar un poco mi estrés que esta chica me provocaba.
—Chicos, vamos, que no hay peor sordo que el que no quiere escuchar.
Dimos la media vuelta y nos alejamos sin mirar atrás. Era realmente frustrante intentar en entrar en razón con una pared.
—Tranquilo, Andrew, solo respira, no vale la pena discutir con alguien como ella —dijo Dahyun.
—De acuerdo, solo intentaré olvidarlo.
—Entonces, ¿a cuál club te inscribiste? —me preguntó Oliver.
—Al club de ciencias, fue el más divertido, además que será de gran ayuda para mí.
Terminamos de charlas, cada quien fue a su última clase que le correspondía hasta que sonó el timbre para dar a conocer el fin del día.
Oliver ya se había retirado, por lo que me encontré con Dahyun, ambos estábamos solos sentados bajo un árbol. Yo estaba esperando a Gideon que terminara su entrenamiento para regresar con él a casa.
—¿Por qué me trajiste aquí? —pregunté con una sonrisa.
—Quería pasar un tiempo a solas contigo, sin todo el ruido y desconcentro de la escuela.
—¿Podrías enseñarme algunas palabras en coreano?
—Claro, todas las que quieras.
Pasaron varios minutos teniendo mis propias clases personalizadas de coreano, y fue bastante divertido, aprendí mucho y eso me despertó algo dentro de mí.
—¿Te puedo hacer una última consulta? —pregunté un poco tímido.
—Por supuesto.
—¿Cómo se dice “bésame”?
En ese momento, y en algo que quería que sucediera, se acercó a mí y me besó, correspondí aquel beso y nuestros labios se unieron en un cálido acto.
Nunca pensaba en estas cosas, realmente no me importaba, pero enserio lo disfrutaba, era lindo y justo ahora no podía pedir más. No sé si era por autocompasión, atracción o depresión, pero no quería que esto parara. Ella, aunque suene raro, ponía esa parte de mi vida en una licuadora, la revolvía y sacaba todos mis planes deshechos, lo peor era que a mí me gustaba. Su actitud tan directa, divertida, tierna incluso, me sacaba de cualquier plataforma de noción del tiempo. Al parecer ella era mi antídoto contra la narcolepsia que significaba mi vida.
—¿Eso que fue? —preguntó ilusionada.
—Fue un beso —sonreí.
—Nosotros, ahora…
Su padre llegó en ese instante, ella se tenía que ir de inmediato y no pudimos terminar la conversación. Ella se fue con su padre y yo me quedé solo, esperando, no fue tan malo porque en un par de minutos apareció Gideon, con quien regresé a casa.
En la sala, después de haber comido, no encontraba por ningún lado a Gideon, quería preguntarle algo sobre uno de los profesores, pero lo encontré en el jardín trasero, estaba hablando por teléfono, creí que podía acercármele para interrumpirlo, pero su llamada estuvo algo intensa.
—… ¿Crees que no lo sé?, ya son varios días que falto, solo espera, necesito que todo se normalice aquí y después voy… —hubo un momento de silencio—, hagamos algo, tú espérame en el lugar de siempre, ya sabes que me repongo muy fácil…, no lo hará, sabes que yo soy el estelar…, de acuerdo, hablamos después, adiós.
¿Qué era todo eso?, ¿a qué se refería?, ¿en qué asuntos estaba metido?, todo era muy raro y no entendía. Me retracté y regresé a la sala, esperaba que no hubiera notado que lo estaba espiando, eso me quitaría futuros problemas, pero algo es cierto, mi intriga sobre lo que hacía no pararía ahora, esperaba que pronto supiera más información sobre aquello.
Y, aunque no pareciera posible, esa noche obtuve más información de la que esperaba, quizás algún indicio de lo que pasaba.
Eran alrededor de las 11 PM, estaba despierto, apunto de irme a dormir, pero se me había olvidado un apunte en la sala, por lo que bajé por él, estaba muy oscuro, y cuando iba a las escaleras había alguien que estaba bajando por ellas, me aparté y me hice a un lado. Era… ¿Gideon?, ¿qué hacía a esta hora?, me escondí para que no me viera. Llegó hasta la puerta principal y salió de casa, miré por la ventana y noté que Gideon se acercó a un auto, al parecer estaba hablando con el conductor, y a los pocos segundos entró, para después perderse junto con el auto.
Eso fue raro, ¿A dónde había ido?, no quise decirle a mi tía porque obviamente si salió a escondidas era porque no quería que ella se enterara, sin embargo, yo estaré dispuesto a descubrir en que situaciones está metido.
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