Capítulo 31: Momento de alegría
Esa noche, es decir ayer, había sido una de mis noches más caóticas. Aun no podía entender porque lo había hecho, ni que fue lo que me inspiró a hacerlo. Pero ahora algo era muy cierto, no me podía quitar esa imagen de la cabeza, y no me refería a ella sin blusa, sino a ese beso tan inesperado, que rara vez pude dormir después de eso.
Ahora me encontraba en el colegio, estaba averiguando que es lo que pasaría después de aquello. Quizá no debería de pensar tanto, al fin y al cabo, todo fue de forma inocente, lo cual eso no es nada malo.
Al fondo y a lo lejos del pasillo pude visualizar a Dahyun. Ella estaba vestida de forma bastante común, como todos aquellos días en los que no era necesario grabar para su película, aunque yo creí que sería uno de estos días.
Inmediatamente cuando me vio, se acercó a toda velocidad a mí, corrió como si no hubiera un mañana, como si su vida dependiera de ello. Eso era un poco extraño, nunca la había visto de esa manera.
Cuando llegó a mí, saltó para abrazarme, poniendo sus piernas sobre alrededor de mi cintura, su rostro en mi hombro y envolviéndome con sus brazos con fuerza. Yo la atrapé de inmediato y la abracé con la misma intensidad, aunque no sabía la razón.
—Creí que te perdería —dijo sollozando—, cuando me enteré lo que pasó en la pista de carreras temí que te pasara algo malo.
—Tranquila, corazón, nada malo me pasó, estoy sano y salvo.
Se alejó un poco de mí para observarme, la deposité en el suelo y le di una cálida sonrisa. Necesitaba saber que me encontraba bien.
—Tienes una cortada en la mano —señaló mi vendaje—, te ocurrió algo malo.
—Tranquila, solo fue una pequeña cortada —sonreí inocente.
—Prometamos que jamás volveremos a pelear. Me dio mucho miedo perderte.
Le di un abrazo más para intentar tranquilizarla, debía de sentirse mejor. No me gustaba que se sintiese así, me preocupaba mucho.
Al cerciorarme de que se encontraba mejor nos dirigimos a nuestra clase. Adentro del salón me di cuenta que Daphne estaba allí, eso me calmaba un poco, aunque temía en gran medida que no se sintiera bien.
En algún punto de la clase, Daphne se acercó al pizarrón a anotar algo, pero en el camino pasó por mi asiento y me entregó una pequeña nota.
"Veme en la azotea después de clase"
—Daphne.
La miré expectante y después guardé cautelosamente aquella nota. Debía de ser algo importante para hacer.
La clase terminó y cuando me di cuenta, Daphne ya no estaba. Salí a toda prisa hacía el pasillo, subí las escaleras correspondientes y llegué a la azotea cerrando la puerta detrás de mí. Pude ver que ella ya se encontraba allí, recargada en pared.
—Veo que leíste mi nota —dijo sonriente.
—Debe de ser muy importante como para citarme aquí.
—Quise darte algo, como agradecimiento por lo de anoche.
En ese momento sacó de su bolso una caja, que era mucho más grande que la de la vez anterior. Era roja con un moño encima. Ella me lo entregó y con calma lo abrí. Para mi fortuna era un estetoscopio, donde la tubuladura era de un color verde olivo.
—Creo que es uno de los mejores regalos que he recibido —sonreí.
—No sabía si ya tenías uno, pero en serio quise dártelo. Sé que quieres ser médico, así que no quise desaprovechar la oportunidad.
—En serio muchas gracias por el regalo —dije poniéndomelo en el cuello.
—Por cierto, veo que el vendaje de tu mano sigue bien, me alegra que te cuides.
—Realmente lo hiciste bastante bien, deberías de ser enfermera.
—¿Lo dices en serio?
—Claro, deberías intentarlo algún día.
—Está bien, lo haré —sonrió—. ¿Tienes la nota que te di?
—Claro —respondí sacándola de mi bolsillo.
—Dámela.
Ella tomó la nota, se acercó al barandal y la soltó para que el viento se la llevara. Fruncí el ceño y ladeé la cabeza.
—Listo, sin testigos —dijo.
Asentí de forma atenta, vi su sonrisa e hice lo mismo, para después retirarme de la azotea dejándola atrás.
Realmente adoraba el estetoscopio, era muy increíble, y creo que el hecho que me lo diese la pelirroja aumentó su valor emocional.
Llegué hasta el pasillo para dirigirme a la cafetería. De repente sentí un cuerpo junto al mío, pero por sus características pude notar quien era.
—Hola, Maggie.
—Hola, Andrew, lindo estetoscopio.
—¿Te gusta?
—Claro que sí, lo que te cuelga es muy lindo.
Continuamos hablando hasta llegar a la cafetería, en donde nos esperaban Dahyun, Oliver y Chaeyoung.
Me senté a lado de mi novia, ella se me quedó mirando dudosa, como si hubiera algo en mí fuera de lo común, quizás sería por el estetoscopio que no tenía hace 10 minutos.
—¿Por qué te dio eso Maggie? —preguntó molesta.
—Se llama estetoscopio y no me lo regaló ella.
—No me mientas, Andrew.
—Dahyun, no te estoy mintiendo, además quedamos que no pelearíamos.
—Cierto, lo siento —respondió negando con la cabeza.
Al parecer todo el tema había quedado allí, las cosas se habían solucionado o al menos se habían calmado.
También notamos que Chae seguía triste y decaída, algo que sucedía últimamente. Todos intentamos animarla, pero lamentablemente todo fue en vano, no pudimos lograr nuestro cometido.
La tarde pasó sin ningún contratiempo ni nada digno que contar, solo que hoy grabaríamos en la casa de Dahyun para su película.
Ahora me encontraba en su casa después de que pasaron las horas necesarias para llegar a este momento. Ella estaba vestida con traje típico coreano. Era de color blanco y rojo, con decorados florales y uno caracteres coreanos que no podía leer.
—Y... Listo, esto por ahora —dije guardando el vídeo.
—Genial, porque en serio odio usar estas cosas —dijo empezando a quitárselo.
—¿Por qué? —fruncí el ceño.
—Porque son gigantes y pesan mucho. Apenas no puedo moverme y respirar con ello.
—De hecho, te iba a decir que tu vestido me excita —dije apenado.
—¿En serio? —preguntó confundida.
—La verdad es que sí. No sé por qué, pero así es.
Ella sonrió de forma pervertida y pudo leerme la mente. Supo exactamente qué es lo que quería y en el momento perfecto.
—Podemos arreglarlo —guiñó el ojo.
He de admitir que el hecho de que lo hiciera, que dejara partes de su vestimenta solo para el disfrute de mi fetiche, el cual eran todo tipo de uniformes, y sí, es algo raro, debía de aprovecharlo al máximo, ya que no sabía cuándo volvería a ocurrir.
El tiempo pasó, la tarde increíble de sexo la disfrute mucho. No se debía de ser un genio para saber que cumplir con un fetiche da ese salto extra para un momento inolvidable. Aunque en serio fue encantador, me di cuenta que no puse emociones en ese encuentro, ¿soy malo por eso?
Salí de su casa abrochándome el ultimo botón de mi camisa y subiendo al auto. Mi tía últimamente me estaba dando mucha confianza. Ella se había comprado un segundo auto, un Jaguar XF de color plateado. Normalmente me lo prestaba, con la condición de que lo cuidara y que me encargara del combustible.
Justo cuando estaba a punto de encender el auto, mi celular sonó con un timbre en específico. Mi corazón se paró en ese instante y mi primer reflejo fue contestar de inmediato a la llamada.
—Doctora, ¿sucedió algo? —pregunté preocupado.
—No, Andrew, tranquilo, solo quería decirte cuando podrás llevarte a tu hermano.
—Que alivio. ¿Cuándo será eso?
—Las estimaciones aplican dentro de dos meses. Habrá sido el tiempo suficiente para que puedas reencontrarte con él. No olvides que estaré en seguimiento con su caso. Felicidades, Andrew, todo ha salido de maravilla.
Eso me había puesto increíblemente feliz. No sabía si saltar de alegría o hacer una fiesta. Me sentía tan feliz por poder de vuelta a mi hermano, que solo pude pensar en lo genial que sería poder abrazarlo de nuevo. La doctora Emma tenía razón, tenía que poner todo de mi parte para poder hacerle sentir cómodo, por lo que me decidí a sacar cualquier rencor y odio de mi vida, y de a partir de ahora hacer las cosas bien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro