Capítulo 16: Buenas noticias
Ahora la venganza contra Daphne tenía que esperar un poco. Primero tendría que enfocarme en ayudar a Dahyun con su presentación de final de año, eso era muy importante para ella, y por consiguiente también lo era para mí.
Conforme el tiempo pasó, y los preparativos avanzaban, me olvidaba de Daphne, lo cual era bueno, no quería vivir con rencor, solo quería hacer algo muy simple, que llorara de dolor.
En el colegio, las paredes estaban tapizadas para promocionar el festival de fin de año. Habría comida, bebida, juegos y un show de cierre, en donde mi dulce novia se presentaría. Era el cierre más perfecto que un festival podía dar. Ya todos sabían de lo que ella era capaz de hacer, así que solo esperaban con ansias el momento llegase.
—Estoy feliz de ver a mi novio de nuevo —dijo Dahyun abrazándome por la espalda.
—Se nota que en serio te gusta sorprenderme.
Di media vuelta, la tomé de las manos y la besé, la besé dulce y tiernamente. Amaba sus besos. Esos dulces labios que saben a azúcar. Tan adictos como el café.
Vi en ese momento algo peculiar en ella. Estaba vestida con una camisa a cuadros blanca y roja, una chaqueta de mezclilla y unos pantalones vaqueros, así como un sombrero.
—¿Es para una película? —pregunté señalando su vestimenta.
—No, es para mí proyecto de fin de curso, recuerda que la película que hago es sobre una chica con crisis de personalidad.
Eso era cierto, había casi olvidado su proyecto. Me alegraba que todo estuviera bien para ella, son ningún contratiempo y que le gustara lo que hacía. Más que nada era la razón por la cual sentía más atracción por ella, su increíble y dulce manera de hacer las cosas.
Llegamos hasta la clase de literatura. Debía de aceptar que no calificaciones no eran del todo perfectas, aunque sabía que podía mejorar.
Daphne no se presentó, lo cual me aliviaba bastante. Si se le ocurría si quiera acercarse a mí tendría un gran rechazo, y no de la forma más decente que digamos.
Tocó la campana para la hora del almuerzo. Salí junto como mi amor al pasillo, pero cuando nos encontramos a Chaeyoung, ella detuvo nuestra travesía.
—Dahyun, necesito que vengas conmigo, tenemos que arreglar un par de cosas para el show —dijo su mejor amiga.
—Andrew, te alcanzo en la cafetería, tengo que arreglar eso primero.
Mi novia se despidió de mí con un lindo beso en la mejilla y continué mi camino rumbo a la cafetería.
Un cuerpo, más pequeño que el mío impactó contra mí. Eso fue extraño, y cuando me di cuenta quien era, era una de las peores personas con las que me podría encontrar.
—¿No te fijas por donde caminas? —dijo Ámbar molesta.
—Ámbar, tú me chocaste, además no tengo que responder a tus estúpidas preguntas.
—No me digas que me tienes rencor por lo que pasó.
—Tú y Daphne son igual de perras. No tenían derecho de decir algo como eso a todo el mundo.
—No te enojes, Andrew, solo estábamos jugando —dijo burlándose.
—¿Jugando? Mis bolas. Agradece a Dios que soy hombre y no puedo tocarlas, aunque sí se merecen una buena paliza. Ahora quítate.
Inmediatamente me moví de su lado y caminé hasta la cafetería. La conversación con ella me había puesto de mal humor. ¿Cómo podrían 2 personas ser tan malas? Pero no podía esperar nada más sabiendo que los perros van en manadas.
Llegué a la cafetería, en donde esperaba que Oliver y Luke me estuvieran esperando, pero al parecer este día iba a estar de mal en peor.
El novio de Maggie, o, bueno, el ex novio de ella, llegó para tomarme del cuello de mi camisa. No tenía miedo, al contrario, me enojaba que arrugara mi camisa.
—¿Crees que todo se iba a quedar como si nada? —dijo molesto.
—Vamos, no fue nada grave, solo te dejé una cortada, nada más, ¿a poco crees que no te lo merecías?
Yo me mantenía muy tranquilo, sabía que si me mantenía así creería que era la víctima de todo esto, además que hacer un alboroto en la escuela, en donde se involucre violencia, traería grandes problemas, y no quería que mi historial académico se viera afectado por ello.
—Déjalo —dijo Oliver detrás de él.
Inmediatamente el atacante se dio la media vuelta para verlo, pero sin dejar de agarrarme, algo que ya me empezaba a desesperar.
—¿Por qué debería de hacerlo? —preguntó desafiante.
—Porque si no lo haces le mostraré a Deyanira un video en donde le estás gritando a Maggie de manera violenta, y conociéndola sabes que es capaz de hacer todo para hundirte.
Eso era cierto. La ventaja de tener una feminista popular era que todos le seguirían para crear presión y poder hundirlo. Y la única persona que era capaz de hacerle frente o desmentir sus acciones era yo, pero como estaba de lado de Oliver, no tuvo más remedio que rendirse.
Soltó mi ropa, respiró profundamente, dio un bufido, tragó saliva y salió del lugar. Eso me aliviaba, no quería estar estresado por lo que sucedía, no más de lo que estaba.
—Listo, estamos a mano —dijo mi mejor amigo sonriente.
De inmediato sentí un conflicto. Por un lado, le agradecía el haberme salvado de las ganas de ese tipejo, pero por otro lado sentía que lo que había hecho no era lo correcto. Aun así, lo iba a apoyar pasara lo que pasara, eso es lo que hacen los amigos.
Después de aquello fuimos a la mesa más cercana, en donde justo se nos había integrado Luke, y poco tiempo después llegaron Dahyun y Chaeyoung.
Como era de esperarse, y algo que ansiaba Oliver desde hace mucho, invitó con toda amabilidad a Maggie para que se sentase con nosotros.
—Bienvenida al club más exclusivo de la escuela —dijo Chae bromeando.
—Al parecer el equipo está creciendo más y más —comenté.
Esto era muy genial. Mi grupo de amigos estaba subiendo exponencialmente. Ahora tenía novia y varios amigos. Eso era algo que no me habría imaginado al llegar aquí, y eso que mi objetivo principal era mantener el perfil bajo.
—Chicos, he estado pensando mucho... —empezó Oliver.
Todos lo empezamos a escuchar con atención. Esperaba que no fuera nada malo. Acabamos de salir de un problema como para entrar en otro.
—... Mis padres tienen una casa y una cabaña en Vancouver, Canadá. Me gustaría mucho que fueran, ellos no estarán, así que la casa estaría para nosotros solos, como celebrar nuestra amistad.
A todos nos pareció una gran idea, sería algo increíble y genial. Algo único para cada uno de nosotros. Todos estábamos dispuestos a ir, el único problema era el permiso. Todos, aunque nos faltaba menos de un año para ser mayores de edad, teníamos que tener permiso para tomar un vuelo a otro país.
Pasaron las horas hasta que las clases por fin terminaron. Algo que era extraño fue que Daphne no se presentó en todo el día. No es como si me importara, solo que se me hizo demasiado curioso. ¿Qué habría sucedido para que algo como eso pasara?
Aunque me hubiera gustado acompañar a mi novia a su casa, eso no iba a ser posible, ya que tenía unas cosas que arreglar en casa, así que me fui solo con la compañía de mi primo a mi hogar.
Durante el camino, mi primo, como era de esperarse, se empezó a desesperar por no encontrar avances para su venganza.
—¿Qué has sabido de Daphne? ¿Algo demasiado poderoso como para hundirla?
—Gideon, todo a su tiempo, sabes que odio que me presionen.
—¿Quieres que te recuerde porque hacemos esto? Por su culpa mi mejor amigo se suicidó, su muerte no puede quedar indiferente, ella debe pagar por ello y por todas las cosas malas que ha hecho.
—Eso lo entiendo, solo quiero tener toda la información para soltarla de una sola vez. Para que así no tenga manera de levantarse.
Al parecer él no sabía de lo que había pasado en la escuela, o quizás se hacía el indiferente. El punto era que quería vengarse, y lo entendía, ahora se había convertido en algo personal para mí.
Mi tía había llegado temprano a casa, eso me sorprendió. Normalmente casi no estaba a una hora temprana, así que esperé que fuera algo importante.
—Andrew, ¿estás ocupado? —preguntó cuando llegó hasta mí en la sala.
—Planeaba hacer tarea, pero ahora estoy desocupado, ¿necesitas algo?
—Invité a algunos representantes de la mesa directiva a cenar, pero aún me faltan algunos ingredientes, ¿podrías ir a cómpralos?
—Claro, solo dime que necesitas.
—La lista te la doy por mensaje, puedes utilizar el auto.
Asentí con entusiasmo. Nunca le diría que no a conducir un auto. Sería una buena manera de practicar.
Tomé las llaves y salí de casa con toda la lista y con entusiasmo. Entré al auto, lo encendí y empecé a conducir al centro comercial más cercano.
De repente mi celular sonó. Era el tono del hospital, por lo que mi corazón se paró en un instante. Deseaba con todas mis ganas que fueran buenas noticias. Sin esperar contesté el teléfono cuando aparqué en la acera.
—¿Está todo bien? —pregunté con preocupación.
—Tranquilo, Andrew, está todo bien. Tu hermano se está recuperando, aún está un poco débil, pero se va fortaleciendo día a día. Te llamé para notificarte que, debido a que ha dejado de estar bajo intensa revisión médica, le he tenido que cambiar de especialista. Ahora tendrá con él una pediatra, especializada en psicología, eso le ayudará en su crecimiento. Yo seguiré al pendiente de su evolución, pero me gustaría que la conocieras.
—Está bien, puedes pasármela.
—Hola, Andrew, mi nombre es Emma, soy psicóloga pediatra, y estaré al tanto de la evolución psicológica de tu hermano, Nathaniel Lestrange.
—De acuerdo, doctora, por favor cualquier cambio de actitud por su parte dígamelo de inmediato. Por cierto, ¿cuándo podré hablar con él?
—Cuando encontremos el momento apropiado. Este tiempo es crucial para evitar que tenga secuelas que puedan afectarle en el futuro.
—Está bien, muchas gracias por informarme.
Colgué el teléfono, lo guardé y golpeé con mis manos un par de veces volante del auto. Cada vez que hablaba de él me ponía muy mal. Supongo que era porque me sentía impotente de no poder hacer nada ayudarlo, y no poder hablar con él me hacía sentir más nervioso. Eso no era bueno.
Dejé de pensar en eso, o al menos lo intentaba, no me llevaría a nada bueno. Tomé de nuevo el control del auto y conduje hasta el centro comercial.
Después de comprar y pagar todo lo necesario para la cena, conduje de regreso a casa. Debido a que en el transcurso no había estado atento por el camino a donde iba, no pude acordarme de mi recorrido, por lo que puse el GPS. Aunque este me llevó por un raro lugar, entre los suburbios.
Intentando averiguar cómo salir de allí, me encontré con la escena más extrañamente intensa del día.
Daphne estaba peleando con un señor, aparentemente su padre. Pero no era una pelea leve, si no una pelea increíblemente fuerte, hasta tal grado de que el hombre tomó una valija y la lanzó contra la chica.
—No quiero tener en mi casa a alguien que es una buena para nada —gritó el hombre con euforia.
—No puedes hacerme esto, somos familia.
—Tú no eres nada de mí, tu madre se acostó con otro y la dejó preñada. No me creo ese cuento que solo hubo un hombre en su vida.
En medio de un pequeño forcejeo, Daphne logró verme y se quedó petrificada. Yo, por el temor, pisé el acelerador a fondo para salir lo más rápido de allí.
Eso había sido una de las cosas más extrañas que había presenciado. ¿Esa era la razón por la cual no había ido a clases? No quería involucrarme, no era asunto mío, era problema de ella.
Aunque aquello había sido raro, entendí que lo que había visto era información muy valiosa, podría usarla en su contra. Para que entendiera lo que se siente cuando hablan de la vida de los demás sin autorización. Daphne Fisher, está venganza apenas comienza.
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