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Capítulo 14: Mis padres

Uno no sabe qué esperar de la vida. Es como un laberinto de emociones, en donde en cada esquina pasa algo que decide qué dirección tomarás, a veces buena y en otras ocasiones malas, pero así eran las cosas y debíamos de aceptar tal y como eran.

Ahora Dahyun sabía algo de mi pasado, aunque esperaba que no supiera todo, incluyendo mi verdadera identidad y de donde provenía. Daphne ni sus luces, lo cual era raro. ¿Debía de preocuparme? Tal vez no, podría ser demasiado paranoico.

Pasaron días y continuaba con la misma rutina. Llegué a la escuela esperando ver a mi novia, la chica que me robaba el corazón cada que la besaba, pero extrañamente no se encontraba, y, aunque esperé su arribo, nunca ingreso. Eso era muy raro, nunca llegaba tarde, mi mente empezó a delirar pensando que le había pasado algo malo, lo cual fue mi perdición en la clase de literatura, no pude concentrarme, y fui reprendido varias veces por esa razón.

Cuando terminó la clase de con la profesora, empecé a empacar mis cosas, quizás Dahyun estaría en la cafetería o Chaeyoung u Oliver sabrían algo sobre ella. Aquello me asustaba demasiado.

—Andrew, ¿puedo hablar contigo?

Una voz extrañamente familiar pude escuchar, alcé mi miraba y resultaba que Ámbar, la mejor amiga de Daphne, era quien me hablaba.

—¿Se te ofrece algo? —pregunté confundido.

—No, nada, solo quería hablar contigo sobre la clase de hoy. Daphne no pudo tomar apuntes así que me hizo preguntarte si se los podrías prestar.

—¿Y por qué ella no me lo pide directamente? Tiene boca para hablar.

—Es que tuvo un problema que tiene que arreglar primero.

Notaba algo curioso en su voz, se escuchaba que forzaba demasiado en ocultar su acento, pero al acentuar algunas palabras o pronunciar ligeramente más largo algunas otras pude notar que en serio quería pasar desapercibida.

—Tu acento no es habitual, ¿de dónde eres?

—Argentina.

De acuerdo, eso no me lo esperaba. Ni siquiera tenía idea que fuera latina, pero lo ocultaba bastante bien, tenía que darle un punto por eso.

—Entonces, ¿me los prestas? —insistió.

La miré, pero no le respondí, aún no confiaba en ellas, así que de abstuve de entregarle algo, estaba en mi derecho.

—De acuerdo —di un bufido—, si no me los quieres prestar, al menos ayúdame a encontrar un libro que la pueda ayudar —dijo señalando la repisa del fondo.

Ese era un trato justo, no tendría que entregarle nada que fuera de mi propiedad, así no tuve problema en ayudar.

A los pocos segundos encontramos uno y ella salió a toda prisa, como si estuviera contrarreloj para entregar algo, eso fue extraño.

Tomé mi mochila y caminé hasta la cafetería, deseando con toda mi alma que a Dahyun estuviera allí.

Cuando por fin ingresé, mi alma regresó a mi cuerpo al ver a Dahyun sentada en una mesa, platicando con Oliver y su mejor amiga.

Fui corriendo hasta ella, la abracé por la espalda y comencé a comerla a besos. Me sentía tan aliviado.

—¿Por qué no llegaste a clases? —pregunté con euforia.

—Porque se me hizo tarde, mi reloj despertador no sonó. ¿Ahora por qué tú estás tan cariñoso?

—Porque me preocupé demasiado, sentía que te perdía, me muero si te pasa algo.

—Awww —dijeron Oliver y Chaeyoung al unísono con ternura.

—¿No se supone que ustedes deberían estar comiendo? —respondí con ligera molestia.

Mi novia me tomó de la mano, para después llevarme a sentarme a su lado, intentando tranquilizarme con su rostro lleno de paz y ternura.

—Dahyun, yo quiero un novio así, ¿me lo regalas? —preguntó Chae divertida.

—No, Andrew es solo mío —sentenció dándome un beso.

De acuerdo, debía de admitir que había exagerado un poco, solo un poco, casi nada, pero era normal, sentir que tu novia no llegaba y pensar que le podría haber pasado un accidente era lo que cualquier novio haría.

—Por cierto, amor, ¿de qué estás vestida ahora?

—Saylor Moon.

—¿Qué es eso? —pregunté confundido.

—Un anime.

Eso había sido raro, normalmente ella se vestía de una película, lo del anime era bastante nuevo, pero tenía que admitir que su falda azul, sus guantes largos blancos y su blusa pegada al cuerpo combinada le quedaba demasiado bien.

En ese momento llegó Luke, traía consigo un trío de revistas, algo bastante extraño. Lo habíamos aceptado en nuestro círculo social, así que sería, de a partir de ahora en adelante, normal que estuviera con nosotros.

—¿Y si invitamos a Maggie que se sienta con nosotros?

—Claro, y también le damos a su novio una invitación para que te golpee —respondí con sarcasmo.

—No seas tan malo con él —replicó mi novia.

—¿Cómo no quieres que sea malo con él? Si sigue teniendo esas iniciativas, algún día lo golpearán.

Eso era cierto. Muchas veces pensaba con el corazón y no con el cerebro, y en una situación como esas, lo mejor era esperar la ocasión para actuar.

Lo que había salido a relucir evidentemente fue a Chaeyoung, quien no dejaba de prestar atención en Luke, parecía hipnotizada por su encantadora sonrisa y cabello riso.

Después de varios minutos la campana sonó y regresamos a clases, como tenía que ser. Cada quien fue a su respectivo salón y las horas avanzaron su curso.

Terminó la clase y era hora de regresar a casa. Oliver salió disparado para poder hablar con Maggie, y también Chaeyoung detrás de él para evitar que hiciera una locura, de cual pudiera arrepentirse.

Caminé por los pasillos, y me di cuenta de algo muy extraño, mi celular no había sonado en todo el día, por lo que lo busqué inmediatamente, pero no estaba en mis bolsillos, ni en mi mochila, ni en ningún otro lado. ¿En dónde estaba mi celular? Debía de encontrarlo cuanto antes, allí tenía información demasiado confidencial, algo que no tenía que salir a luz.

Llegué hasta las escaleras, mientras caminaba para intentar recordar en donde lo había dejado, esperaba encontrarlo pronto.

Un cuerpo chocó contra el mío, o, mejor dicho, yo choqué, y cuando alcé la mirada, Daphne me veía fijamente y sonriente, como si le alegrara verme, lo peor de todo, era que la sonrisa no era inocente.

Ella tomó algo de su bolsillo y sacó un objeto de él, era mi celular. Lo tomé y noté en su mirada algo malicioso.

—No lo pierdas de nuevo, puede caer en manos equivocadas.

Nunca había sentido tanto miedo que en ese instante. ¿Qué demonios estaba haciendo Daphne con mi celular? Sería la última persona a quien le confiaría algo así.

—¡Chicos, tengo una noticia que dar! —empezó.

Inmediatamente toda la atención se centró en ella. Era tan importante que todos se quedaron inmóviles con solo ver su presencia.

—Todos conocen a Andrew, ¿no? Pues él nos ha estado mintiendo a todos. ¿Por qué no nos dices de donde realmente vienes?

—¿Qué es todo esto, Daphne?

—Igual no te culpo, yo haría lo mismo si fuera huérfano...

En ese momento todo se congeló para mí. La sangre desapareció de mi rostro. Me quedé atónito, perplejo. El maldito celular le dio todas las llaves a mí, me aterroricé por pensar si quiera en lo que habría descubierto.

—¿De qué rayos estás hablando? —empecé con molestia.

—De qué tus padres murieron en un accidente, por eso te avergüenzas quién eres, temes que se burlen de ti por no tener papás.

—Cállate, Daphne —mi enojo creció aún más.

—Y lo que más me impacta de todo es que no salvas a tu hermanito con leucemia, dime, ¿qué tan mala persona tienes que ser para querer matar a tu hermano?

—¡Es suficiente! —grité con desesperación.

—Pero, chicos, no se burlen porque si no llamará a sus padres. Ah, no, espera, no tienes —dijo con burla.

—¡Basta! —di un golpe en el barandal que hizo un fuerte estruendo por todo el lugar.

—Te dije que te arrepentirías, Andrew.

Esto y todo había colmado mi paciencia. Ella no tenía derecho a exponer mi pasado. La odié, la odié con toda mi alma, la odié como nunca había odiado a nadie.

—Daphne Fisher, prometo destruirte —sentencié.

En ese momento, sin que me importara nada ni nadie, subí las escaleras hasta llegar al techo. Un lugar en donde podría sentirme a salvo.

Inmediatamente toda la ola de emociones llegó a mí de golpe. Sentía ganas de llorar, golpear, hacer rabietas. Comencé a gritar sin importar si alguien me oía, solo quería deshacerme de todo el dolor y frustración que sentía ahora.

La odié con toda mi alma. ¿Cómo se pudo atrever a decir eso? Si no fuera mujer ya la habría golpeado para que se callara.

Esto no se iba a quedar así. Me iba a vengar sí o sí. Sin importar al costo que fuese. Todos tenían razón, ella era mala. No porque tendría un pasado doloroso, sino porque ella quería serlo, pero está bien, si guerra quiere tener, guerra tendrá.

Nunca debiste de haberte metido conmigo. Solo basta con recordar una frase: "juega con fuego y te quemarás".

Empecé a intentar calmarme. La frustración poco a poco se había ido, por lo que solo quedaba la tristeza.

Me recargué en la pared, fui cayendo hasta sentarme, puse mis rodillas hasta mi rostro, la tapé con mis manos y empecé a sollozar.

—Andrew, estás aquí —escuché una linda voz acercarse a mí.

Aquella voz, tan dulce y tierna, como si fuera de los mismos ángeles. Su suave mano tocó mi cabeza y empezó a acariciarla.

—Ya me enteré de lo que pasó. Esa maldita perra me las pagará.

En ese momento, tratando de evitar que el embrollo se hiciera más grande, logré tomarla de la mano y detenerla.

—Quiero que te quedes aquí, por favor.

Mi novia hizo caso, por lo que se quedó allí para darme apoyo. Todo el apoyo que necesitara, que para decir era mucha.

Comencé a levantarme, quité las lágrimas de mi rostro y la vi directamente, a esos hermosos ojos que amo.

—Ahora que lo sabes, te diré toda la verdad.

Ella asintió sin decir nada. Respiré profundamente y esperé los segundos que necesitaba para estar listo. Quizás así me sintiera más liberado.

—Yo tengo un hermano menor, se llama Nathaniel. No es mi hermano de sangre, lo adoptamos en Denver cuando tenía 2 años. Ahora, hace un año, le detectaron leucemia, es decir, cáncer en la sangre. Mis padres eran médicos investigadores, por lo que, valga la redundancia, investigaban una cura para él. Al no tener lazos de sangre, no éramos compatibles para donarle la médula, y la lista de receptores es demasiado larga. Ellos trabajaban arduamente día y noche para encontrar una cura, pero un accidente en el laboratorio en donde trabajaban, una explosión, los mató en ese incidente. Es por esa razón que me mudé de Los Ángeles a Boston.

Creí que estallaría de dolor, pero increíble solo me sentía triste. Ni una lagrima se derramó por mi rostro, pero sentía que mi corazón se hacía añicos, estrujado como si lo aplastase una aplanadora.

Dahyun me abrazó, me abrazó con tanta empatía que tenía temor que sintiera la misma tristeza que yo. Aún conservaba el veinte por ciento de la historia guardada, y eso era algo que sacaría a la luz más tarde.

Ahora ya sabía la verdad. Soy huérfano y tengo un hermano con cáncer. Al parecer la vida me odiaba, me quería ver destrozado, pero no iba a permitir que eso sucediera, tenía que luchar por las personas que amo, y lo que ahora se había convertido en una prioridad: hacer sufrir a Daphne Fisher. 

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