Mientras tanto en la lujosa mansión, el jefe se encontraba sentado en la silla de su escritorio esperando a Henry mientras acaricia suavemente al pequeño dálmata y tomaba otro vaso de ron.

Henry: *Toca la puerta de la oficina del jefe*

Jefe: Puedes pasar, Henry *termina de tomar su vaso de ron.

Henry: *Entra a la oficina del jefe trayendo consigo lo que le pidió* Aquí está lo que usted me pidió, jefe

Jefe: Muy bien, traelo a la mesa, jeje *sonriendo muy feliz mientras se levanta*

Henry: Enseguida, jefe *lleva lo pedido a la mesa y lo que pidió es una caja envuelta con papel de regalo y una cinta roja*

Jefe: Muchas gracias por traer lo que te pedí, Henry, todo esto me va a ser muy útil para lo que voy a ser con este dálmata

Henry: Entendido, jefe, y, ¿A quién le va a regalar usted al pequeño dálmata, jefe?

Jefe: A mi bellísima y única hija, a ella le voy a regalar este hermoso dálmata

Henry: Ok, jefe, jeje *mira a los cachorros* Y, ¿Qué va a hacer con los cachorros?

Jefe: Aún no lo sé, pero algo se me ocurrirá, por mientras ya sé cuál es el destino de este pequeño dálmata

Henry: Bien, si no necesita nada más, me retiro, jefe

Jefe: Muchas gracias, Henry, te llamaré si necesito algo más, por ahora descansa

Henry: Está bien, muchas gracias, jefe, nos vemos, jeje *sonríe muy feliz y se va*

Jefe: *Viendo la caja de regalo y al pequeño dálmata mientras lo acaricia suavemente* Serás un gran regalo para mi hermosa hija, pequeño, sé que así será

Después el jefe ve a los demás cachorros y piensa qué hacer con ellos mientras sigue acariciando suavemente al pequeño dálmata, el regalo de su única hija.