Angélica y Gretel permanecieron en casa de Rosa y Alberto hasta que esté último llegó a su casa en compañía de una vieja amistad de nombre Rafael

Rafael era un hombre de tez morena, ojos penetrantes de color café oscuro y de pelo rizado color negro y de estatura alta

tras terminar la preparatoria, Rafael realizó una carrera de ciencias políticas y de criminología y después de tantos sacrificios y batallas personales pudo obtener un puesto como jefe del Ministerio Público en la ciudad de Puebla y era considerado como uno de los jefes más competentes que tenía el Ministerio Público

-vaya, es una sorpresa encontrarlas aquí- le respondió Rafael a Gretel y a Angélica apenas las dos saludaron a Rafael

-es un gusto verte después de tanto tiempo- le dijo Gretel a Rafael

-igualmente. Después de hablar con Alberto decidí ayudarlo en esta situación- les dijo Rafael de manera seria -y bien, han recibido alguna otra llamada

-no desde ayer e incluso me quede despierta en caso de que volviera a llamar- le respondió Angélica

-eso me da a entender que se trata de un tipo demasiado listo aunque también perjudicial y tengo también la teoría de que enviará cartas donde dirá sus propuestas, entre ellas, que no presentes cargos contra él- le dijo Rafael

-ese pendejo está equivocado si piensa que no lo voy a demandar por esto- contestó Alberto un poco enfadado y entonces Rafael se dirigió primero hacia con Angélica

-lo primero que tengo que hacer es hablar con la persona que estuvo con Rosa y como fue su rutina- dijo Rafael a Angélica

-estuvimos platicando en una cafetería donde nos citamos y después cada uno tomó caminos distintos- le respondió Angélica

-en ese caso tendré que ir a la supuesta escena del secuestro y preguntar a las personas si vieron algo extraño- le dijo Rafael -me podrías acompañar al lugar donde se vieron

Angélica aceptó por lo que los dos se fueron de la casa, Alberto los quiso acompañar, pero Rafael se lo impidió ya que argumentó que solo necesitaba la presencia de Angélica y Alberto tuvo que aceptar a regañadientes

luego de entrar al auto, Rafael lo encendió y empezó a trasladarse a la cafetería mientras que Angélica lo guiaba y se debatía internamente si le debía decir a Rafael sobre la carta de César y después de unos diez minutos de total silencio, Angélica se armó de valor y empezó a hablar

-necesito decirte algo, pero no quiero que nadie lo sepa por el momento

-¿de que hablas?-le contestó Rafael mientras este mantenía la vista en la carretera

-¿te acuerdas de César Muñoz?- le preguntó Angélica de manera tímida

-es alguien con quien tuviste una relación- le cuestiono Rafael un poco extrañado por aquel nombre

-fue alguien a quien conocimos en la secundaria. Específicamente en tercero de secundaria- le dijo Angélica y con esa pista pudo Rafael comprender a quien se refería -ya te acordaste verdad

-tengo pocos recuerdos de él- le respondió Rafael, pero Angélica sabía que Rafael mentía 

-tu crees que él se atrevería a secuestrar a Rosa- le dijo Angélica y aquello pareció divertir a Rafael

-me vas a disculpar, pero un idiota como él no se atrevería a secuestrar a Rosa y ademas, para que querría secuestrarla

-por cosas que ocurrieron durante la secundaria- le dijo Angélica quien estaba convirtiendo su tono de voz a uno agresivo -o acaso ya se te olvido

-tan siquiera supe quien fue la persona que inicio con todas las burlas que soportó César- le respondió Rafael al percatarse de lo que Angélica estaba planeando

-pero tan siquiera yo no me estaba burlando cuando César sufrió ese accidente en el salón- le dijo Angélica con un tono irónico a Rafael mientras Angélica recordaba lo que había pasado aquel día

-él sabía como era Sebastián así que César tuvo en parte la culpa de lo que paso en ese día- le dijo Rafael mientras manejaba aparentando tranquilidad

-lo odias verdad- le cuestiono Angélica con cierto tono intrigante como también irónico

-simplemente me cae mal- fue la única respuesta que recibió Angélica por parte de Rafael

-te cae mal o lo odias por lo que pasó en ese examen- le volvió Angélica a cuestionar a Rafael -ya que se me hace ridiculo que le tomaras odio a César por lo del examen

aquellas palabras enfurecieron internamente a Rafael, pero este decidió jugar muy bien porque ya había adivinado lo que Angélica estaba tramando

-no te hagas la inocente conmigo Angélica, porque hasta donde yo recuerdo, me llegaron los rumores de que cierta perra convenció a Alberto para molestar a César- le decía Rafael -y no entiendo porque estamos discutiendo sobre una persona que no merece mi atención cuando lo más importante es tratar de encontrar a tu amiga

-supongo que tienes razón. Simplemente quería saber que opinión tenías sobre César- le dijo Angélica mientras sentía en el sabor de la derrota

-ya sabes lo que pienso de él

-me has caído bien en la mayoría de los casos Rafael, pero también me has caído mal por comportarte como un verdadero imbécil- le dijo Angélica

-mejor cállate Angélica si es que no quieres que en este momento revelemos ciertas cosas que no querrás escuchar- le amenazó Rafael a Angélica con un tono de voz tranquilo pero que demostraba severidad por lo que Angélica no tuvo más remedio que guardar silencio

mientras el trayecto seguía en completo silencio, Angélica decidió no decirle nada a Rafael referente a la carta que Rosa tenía escondida

a diferencia de Angélica, Rafael odiaba en igual o peor medida a César, incluso Angélica pensaba que ese odio era más fuerte que el resentimiento que ella le guardaba por algo mucho más fuerte, y el odio que Rafael le tenía se debía a una razón bastante absurda y todo empezó cuando César dejo que Rafael le copiara en un examen, afirmando que tenía todo bien contestado, pero cuando se entregaron los resultados, Rafael había reprobado mientras que César tuvo una buena calificación y como se trataba de una materia importante, Rafael se las tuvo que ver con su estricto padre, al día siguiente, no solo le reclamó a César si no que se unió a las humillaciones ya frecuentes que César sufría

pero Angélica también recordó el rumor que se empezó a difundir sobre que Rafael mantenía una relación secreta con una compañera de la secundaria que tenía novio y de como Angélica descubrió quien era aquella persona y de cómo decidió guardarse ese secreto

pero Angélica decidió descansar a las intrigas y secretos del pasado para concentrarse en lo que verdaderamente importaba; saber donde estaba Rosa y quien la había secuestrado