
14.Rosa-entendimiento
Eran alrededor de las siete y media de la mañana y Rosa se encontraba ya despierta, pero sentada, sobre su cama, todo era silencio hasta que el ruido de la llave abriendo la puerta se hizo sonar, la puerta no se abrió y aquello puso nerviosa a la mujer, quien, después de superar su miedo, se levantó de la cama y abrió la puerta
no vio a nadie así que salió de su claustro y empezó a bajar las escaleras hasta que bajó y vio a César preparándose un café y parecía no percatarse de la presencia de Rosa
"esta guapo. Pero en vez de buscar una nueva vida prefirió dejarse llevar por los deseos de la venganza". Pensó Rosa mientras veía a César
-no sabía que te levantaras temprano- le dijo César a Rosa mientras este le daba la espalda a la mujer y meneaba su café
-podemos hablar, pero como gente civilizada- le dijo Rosa desviando el tema de conversación
-la gente civilizada no existe. Ese término de tan falso como la tranquilidad que tratas de demostrarme- le dijo fríamente César a Rosa para después, este, se diera la vuelta y los dos se vieron de frente
-quiero entenderte César. Quiero saber que ha motivado todo ese odio y saber si minimo puedo ayudarte en algo- le respondió Rosa y esta se percató del no convencimiento que expresaba el rostro de César -hazlo tan siquiera por la amistad que tú y yo tuvimos
-bien. Hablemos- le dijo César y después le dio un largo trago a su vaso de café y después ambos se sentaron en una de las sillas del comedor
-¿quien hizo que te volvieras así?- le preguntó Rosa y César se burló por la pregunta
-esa pregunta es demasiado estúpida y si vamos a hablar de estupideces mejor terminemos con esto- le contestó César
-responde mi pregunta- le contesto Rosa severamente mientras que César mantenía un semblante neutral
-soy así gracias a Sebastián, Rafael, al hijo de puta de tu marido- le decía César -y también te debo de incluir a ti, Angélica y a personas como Gretel y Josué
-de Sebastián, Rafael y Alberto te lo puedo comprender. Pero que tengo que ver yo en todo esto, Angélica, Gretel y Josué- le cuestiono Rosa
-tanto tú como los dos últimos que mencionaste que me llegaron a hacer- le cuestiono esta vez César a Rosa
-nada- le dijo Rosa al instante
-hay tienes la respuesta. Tú y los demás solo se reían o miraban sin hacer nada como decirle a un maestro
-¿y porque el odio a Angélica? Hasta donde tengo entendido ella tampoco te hizo nada- le dijo Rosa y entonces César le dedico una sonrisa burlona
-me sorprende que tu querida amiga no te dijo nada- le dijo César
"¿de qué me está hablando? ¿Angélica participó también en algo?". Pensó Rosa cuando César le dijo esas palabras, pero decidió no atormentarse por aquellas preguntas y decidió seguir platicando con César
-no necesariamente teníamos que decirles nosotros a un maestro lo que estaba pasando. Tú pudiste haber dicho lo que te hacían, pero al final no hacías nada
-puedes recordarme, por favor, que dijeron el hijo de puta de tu marido y el mal nacido de Sebastián cuando les preguntaron que paso el día que Sebastián casi me mata
se hizo un silencio profundo y aquello fue aprovechado por Rosa para recordar lo que había pasado ese día
recordó cómo todos reían menos dos personas; ella y Andrés
Rosa quedó conmocionada mientras intentaba reanimar a César junto con Andrés, Rosa le hablo a Angélica, quien también reía pero cuando vio que salía sangre de la cabeza de César, dejó de reír para llamar a un maestro o a una ambulancia
-¡con un carajo Sebastián ayúdame!- le gritó Angélica a Sebastián mientras este seguía riendo hasta que se dio cuenta de la magnitud del problema
ya después de que llegara la ambulancia y se llevará a César una maestra les preguntó a los chicos que había pasado y los primeros en hablar fueron Alberto junto con Sebastián
-no se dio cuenta por donde caminaba y se tropezó no sé con qué cosa y provocó que se golpeara en la cabeza- dijo Alberto y aunque Rosa le parecía una excusa casi tan estúpida aquella maestra se lo creyó y el asunto quedó solamente como un accidente
"quedó como un accidente y no como un producido con toda la intención hacia César". Pensó Rosa y cuando esta quiso hablar fue interrumpida por César
-hablar con los maestros no serviría de nada ya que al final esos malditos negarían todo y yo quedaría como un mentiroso. Por lo que preferí quedarme callado, pensando que nunca cruzarían los límites y ya viste lo que terminó pasando
-y tú estás cruzando el límite de lo que te creíamos capaz verdad- le respondió Rosa sin ninguna expresión y César le dedicó nuevamente una sonrisa cínica a Rosa
-vas aprendiendo Rosa y puede ser que sepas lo que tengo planeado hacer antes de que lo descubras por mi parte- le dijo César y después se levantó de donde estaba sentado y empezó a subir a la planta alta
Rosa se quedó nuevamente sola en el comedor y fue en ese instante que empezó a entender un poco a César
César era alguien a quienes las personas lo cambiaron para mal y el comportamiento que ahora tenía no lo había escogido si no porque aprendió por las malas que así era el mundo real y a eso se le juntó el deseo de venganza que empezaba a tener sin que nadie se diera cuenta
"maldita sea Alberto. Por qué tuviste que hacerle todo eso". Maldijo Rosa interiormente a su marido y también empezó a sentir un odio moderado hacia su marido, Sebastián y Rafael
dicho odio lo podía entender hacia con Sebastián y Rafael, pero ella no sabía si era capaz de odiar a la persona que amaba al considerarlo como el responsable indirecto de su secuestro y la respuesta llegó casi de inmediato
"no. No puedo odiarlo porque se trata de la persona que amo y que me ha demostrado que me ama "
Rosa siguió sentada unos minutos más mientras pensaba que podía hacer ahora hasta que llegó a una conclusión; no podía hacer nada más que esperar que César no le hiciera daño
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