Yo siempre he pensado que el karma sí existe... Al final todos pagamos por nuestras acciones ya sean buenas o malas, los villanos obtenemos lo que merecemos y los héroes de llevan la gloria de haber terminado con esos seres, pero existe un tercer caso... Uno donde un villano se puede volver un héroe.

Abrí mi puerta por los insistentes golpes que sonaban contra ella, ví a Maite con la respiración agitada y la mirada cargada de desesperación.

Maite... ¿Que ocurre? -pregunte agobiada-

Ven conmigo -sin más empezó a caminar y yo fui detrás de ella-

Decir que no me siento nerviosa sería mentir descaradamente, obviamente me siento ansiosa por lo que pueda pasar o a lo que me está guiando esta mujer y ciertamente no debería confiar en ella apesar de que en cierta forma me ayudo, pero aquí estoy... siguiendo al enemigo a un destino incierto que tal vez me llevé a la muerte. Bajamos las escaleras, caminamos por el pasillo hasta la puerta del despacho de Sasha, la morena abrió la puerta y me dejó entrar a mi primero, una habitación vacía me dió la bienvenida.

¿Para que me trajiste aquí? -pregunte desconfiada-

La morena miró hacia el escritorio y una mueca de pánico se apoderó de su rostro, fue hacia el casi corriendo y busco algo en el suelo, al no encontrarlo el pánico en su mirada solo aumentó.

¿Que es lo que está pasando? -pregunte desesperada por obtener una respuesta-

Sasha... -susurro- el estaba aquí, le di dos golpes en la cabeza y creí que estaba muerto

¿Que? ¿Trataste de matarlo? -ella asintió-

El no merece seguir vivo... Solo lastima a todo aquel que se le acerca -dijo destilando rabia-

Pues debiste asegurarte de matarlo, ahora solo has logrado despertar su furia, Maite -suspire exasperada-

Me acerqué al escritorio y las manchas de sangre en el se hicieron notorias, el pánico en mi interior creció de forma inmediata; abrí los cajones de forma desesperada buscando algo que pudiera servirnos como defensa ante Sasha, afortunadamente el es predecible y pude encontrar un arma en uno de los cajones, las tome entre mis manos y guarde una de ellas en mi espalda, agradecí internamente que no fuera la primera vez que use una de estás y le entregué la otra a Maite que hizo lo mismo que yo.

Vamos a buscarlo, pero debemos tener mucho cuidado, Maite -la morena asintió-

Caminamos hacia la puerta, pero antes de poder llegar a ella está se abrió dejando entrar a Sasha y a otros cuatro hombres. El rubio tenía sangre en la camisa, en el cuello y un poco bajando aún por su cabeza, pero parecía no importarle más de lo que le importaba la chica que se posicionó detrás de mí como si yo fuera un jodido escudó.

No pensé que fueras parte de esto -me dijo-

No lo soy, ella solo quería mostrarme como te había matado -declare seria- estaba apunto de ir a buscarte, cariño -me acerque a el y tome una de sus manos- debemos hacer que te atiendan... Puede ser un golpe peligroso

No te preocupes, he recibido peores -me sonrió creyéndose mi cuento- ahora solo me importa que esa perra se muera... -volteo a ver a uno de sus hombres y este apuntó un arma hacia Maite-

Pero la chica fue más rápida, sacó el arma que le di, le disparó a el hombre que le iba a disparar dandole en el abdomen, luego los otros tres se lanzaron sobre ella pero al ser una chica pequeña y delgada fácilmente pudo salir de sus trampas, disparó de nuevo dando justo entre las cejas de uno de los sujetos y a los otros dos con heridas poco importantes, al final dejo a tres de ellos heridos y a uno muerto sobre el suelo de el despacho bajo la sería mirada de Sasha a quien le importó poco el estado de sus hombres. Pudo apuntarle a Sasha y disparar pues el no está armado, pero en vez de eso ella apuntó hacia mí, senti pánico al ver eso pero al verla más atentamente pude ver la complicidad en su mirada haciéndome saber que esto es parte de un plan para que ambas ganemos nuestra libertad.

Baja el arma, Maite -dijo Sasha con la furia implícita en sus palabras-

¿Por qué lo haría? -sonrió- si ella se muere... tu y yo podemos estar juntos ¿Verdad?

¡Déjanos tranquilos! -grite fingiendo desesperación-

Sasha se puso frente a mi, poniéndose entre mi cuerpo y Maite, entonces fue mi momento para actuar. Saque el arma y la puse justo detrás de su cabeza, haciéndolo sentir que su momento final acaba de llegar.

¿Que estás haciendo? -pregunto sin mirarme-

Acabando con todo esto -declare seria-

¡No! ¡Tu eres mía! -grito furioso-

Jamás fui tuya, Sasha... Desde el principio solo fuiste un juguete para mí -afirme- lamento que te hayas confundido tanto

Vas a pagarlo, Victoria... -sonreí-

¿Con que? ¿Una vida tranquila a lado de mi esposa y de mis hijos? -rei ligeramente- eso no me parece una penitencia...

Tú eres como yo, eres mala y jamás vas a ser feliz por eso -dijo destilando veneno-

Tal vez, pero tu no estarás para verlo -sin perder más tiempo dispare el arma-

Vi a Sasha caer al suelo boca abajo mientras la sangre se abría paso por la herida que cause, lo ví ahí... y no pude sentir más que una enorme felicidad por haber cumplido mi promesa de acabar con el, sonreí e inevitablemente pensé en la paz que esta muerte le traería a mi familia. Pero justo en ese momento se escuchó otro disparó; un agudo dolor se apoderó de mi robándome la respiración, caí sobre el suelo sintiéndome débil y lo que me recibió fue un charco de sangre, no supe si ers mía o de Sasha pero preferí no pensar en eso.

A mi mente vinieron los recuerdos de mi familia, de mi esposa y de mis amigas... Me sentí feliz de haber tenido esa felicidad durante algunos años y suplique por qué mi esposa fuera fuerte cuando yo ya no estuviera; pude escuchar las últimas palabras que oí de sus labios en mi oído y luego todo se puso obscuro con ese «Tambien te amo, villana» resonando en la distancia, mientras una venganza llegaba a su fin.