Un apuesto joven de cabello alborotado miraba con intrigado a una joven de cabello en puntas que estaba junto a su grupo de amigos.

¿Te sorprendí?, decía Caulifa, mientras los demás jóvenes miraban a su amigo.

¿Qué haces aquí?, tú no eres parte del comando, respondió Gokú con calma.

Hermano, no seas tan grosero con Caulifa, dijo Raditz.

Yo no soy grosero, yo solo estoy diciendo lo que es cierto, ella no es parte del comando, agrego el apuesto joven.

Mi padre le autorizo que nos acompañara en esta misión a pesar de no ser parte del comando, acoto un joven cabello de flama.

¿Qué?, ¿por qué?, dijo en voz baja Gokú.

El rey considera que Caulifa es una de las guerreras más fuertes de nuestra raza, y ante su insistencia, decidió incluirla en nuestra misión, agrego Broly con calma.

Bueno subamos ya a la nave, decía Nappa.

Si primito, vamos, y no te sientas incomodo por la presencia de Caulifa, no estarán los dos solos para que sientas tanta incomodidad, para esta misión no usaremos nuestras naves personales sino la nave especial, acotaba Túrles, mientras sonreía, al tiempo que dirigía su mirada a una gigantesca nave.

Yo no tendría por qué sentirme incomodo por su presencia, es solo que no me parece correcto que vaya con nosotros a una misión tan peligrosa, considero que ella aún no está preparada para ello, dijo Gokú con firmeza.

Pues si lo estoy Kakaroto hermoso, y te lo voy a demostrar, respondió Caulifa con firmeza, antes de subir a la nave.

Creo que se molestó por la desconfianza amigo, dijo Broly.

Gokú no respondió nada, solo subió tras sus amigos a la gigantesca nave.

En tanto:

Una pelinegra que tenía los ojos humedecidos por las lágrimas que amenazaban con salir, dibujaba sobre la arena que bordeaba una laguna el rostro de un joven, mientras pensaba: ¿Cuántos días o semanas estarás lejos de mí?, ¿Cuántos?, te voy a extrañar mucho, mucho.

La bella jovencita dejo caer sobre la arena sus lágrimas, mientras a su mente venía el rostro del joven de cabello alborotado, aumentando más su tristeza.

Nave:

Un apuesto joven de cabello alborotado miraba con nostalgia a través de una ventana el espacio exterior, mientras su mirada entristecía.

Apenas llevo horas lejos de ti, y ya te extraño, pensaba Gokú.

¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar a Levita Kakaroto?, dijo una melosa voz, cerca del oído del apuesto joven.

¡Caulifa! ¿Qué haces parada?, toma tu ubicación, la gravedad va a cambiar en cualquier momento y puede causarte daño, respondió Gokú al percatarse de la presencia de la joven.

Ahora lo hago, solo quería hacerte la pregunta, dijo Caulifa con calma.

Pues en vez de venir a hacérmela a mí, debiste hacérsela a Túrles, él está más cerca del asiento que ocupas, respondió el joven de cabello alborotado con la mayor calma posible.

Pues Túrles está bien dormido, además yo quería que seas tú quien me resuelva mi duda, decía la joven.

Lo lamento, pero yo no tengo la respuesta, quién te la puede dar es Túrles o el príncipe Vegueta, respondió Gokú con firmeza.

Mencionaron mi nombre, decía Vegueta, desde su asiento.

Si, Caulifa quiere hacerte una pregunta, respondió Gokú.

Caulifa, toma tu ubicación, en unos minutos la gravedad cambiará, decía Vegueta con firmeza.

Sí, eso le dije, respondió Gokú.

Bueno, bueno, ya voy a mi lugar majestad, agregaba la joven de cabello en puntas mirando al joven de cabello alborotado con molestia, al tiempo que pensaba: ¿Por qué eres así de grosero conmigo?, ¡Ahs! Mi paciencia no es mucha, y lo que menos quiero es portarme igual de grosera contigo, ya que me gustas y mucho.

La joven camino hacia el lugar que le correspondía, durante su trayecto una voz le hablo, haciendo que detenga sus pasos.

¿Me decía algo su majestad?, dijo Caulifa con la mayor calma posible.

¿Cuál es la inquietud que tienes?, dijo Vegueta.

Ninguna, olvídelo, no era nada importante, respondió con la mayor calma posible la joven de cabello en puntas, luego de ello continuo su camino.

Bueno, entonces toma tu ubicación, asegura bien tu cinturón de seguridad, y descansa que un largo viaje nos espera, dijo Vegueta cerrando sus ojos.

3 semanas después:

Al fin llegamos, decía Nappa.

Y lo bueno es que los pobladores de Levita han podido contener las amenazas hasta que lleguemos, agregaba Broly.

Si, dijo Vegueta.

Bajemos, agregaba Raditz, mientras Túrles asentía.

Tres semanas, han pasado tres semanas desde que partimos, ¿Cómo estarás mi angelito bello?, pensaba Gokú.

Kakaroto, Kakaroto, decía Caulifa.

Hermano, agrego Raditz con tal fuerza que saco de sus pensamientos al apuesto jovencito.

¡Raditz! dijo Gokú un tanto aturdido.

Estás muy distraído hermanito, en fin, bajemos, no perdamos más tiempo, respondió Raditz.

Si, bajemos, dijo Gokú, mientras pensaba: Acabare muy pronto con todos esos enemigos para volver a tu lado mi niña bella.

Vegita:

Una bella pelinegra caminaba hacia un gigantesco árbol que le servía de morada, cuando de repente un fuerte viento hizo que el pasto, flores y ramas de los árboles empezaran a moverse, al tiempo que la bella jovencita detuvo sus pasos para ver a la persona causante de ello.

Naturaleza, decía un hombre maduro.

Orius, respondió con pesar la pelinegra.

Parece que te desagrada mi presencia, respondió el hombre, mientras buscaba con la mirada alrededor.

¿Qué te trae por aquí?, acoto la pelinegra.

Vengo por ti, dijo Orius.

¿Qué?, respondió confundida la pelinegra.

Tienes que asistir a la reunión con el supremo, ¿O es que ya lo olvidaste Naturaleza?, decía Orius.

Cierto, ya se me había olvidado, respondió con calma la bella diosa.

Lo imaginé, en fin, vine por ti, dijo Orius, haciendo una pausa para agregar: Veo que estás sola, ¿y el chiquillo?

Me imagino que te refieres a Kakaroto, respondió Milk con calma.

Sí, al mismo, ¿Dónde está?, dijo Orius.

Se fue a una misión, respondió Milk.

De haberlo sabido hubiera venido antes, dijo Orius.

Levita:

Bien hecho Kakaroto, decían los amigos del joven.

Eres increíble, tu solo los derrotaste, acotaba Caulifa.

Volvamos de una vez, dijo Gokú, sin darle importancia al comentario de sus amigos.

¿Por qué el apuro Kakaroto?, dijo sonriendo de manera picara Túrles.

Ya concluimos con la misión, entonces volvamos, respondió Gokú con seriedad, no permitiendo más preguntas de sus amigos.

Vegita:

Vamos, decía Orius, mientras la mirada de la pelinegra se tornaba nostálgica.

¿Cuánto tiempo demorara la reunión?, respondió Milk con calma.

Eso no se sabe Naturaleza, puede ser días, semanas o meses, y no te preocupes el rey de Vegita está enterado que por un tiempo no estarás en su planeta, dijo Orius, aumentando la nostalgia de la jovencita.

Levita:

No puedo creer en mi mala suerte, decía con molestia una joven de cabello en puntas, mientras miraba a un joven de cabello alborotado que estaba junto al príncipe de su planeta platicando con el líder del planeta Levita.

¿Enfadada?, escucho, seguido de una risa.

¿Qué?, dijo molesta Caulifa.

Pues si estás enfadada, acotaba el joven de cabello largo, haciendo una pausa para acotar: Si en verdad tienes interés en mi hermanito tendrás que ser muy paciente, él solo tiene cabeza para hacerse más fuerte.

Yo no pienso igual primo, agregaba Túrles, mientras Broly y Nappa asentían.

¿Por qué dices eso Túrles?, ¿Acaso Kakaroto ya eligió pareja?, decía Caulifa con molestia.

No, claro que no, él aún no lo elige, lo que pasa...., agregaba Túrles, siendo interrumpido por su primo.

Túrles, deja de ser mal pensado e intrigoso, dijo Raditz, al tiempo que Vegueta y Kakaroto se acercaban a ellos.

Pero si yo solo digo lo que pienso, agregaba Túrles en su defensa.

Pues mejor no digas lo que piensas, dijo Raditz, haciendo sonreír a Broly y Nappa, mientras Caulifa miraba al par de jóvenes.

Bueno, bueno, está bien, está bien, me guardare mis percepciones solo para mí, respondió Túrles sonriendo, al tiempo que Vegueta y Gokú llegaban frente a ellos.

Ya podemos volver, el líder de Levita nos agradece por el apoyo,...., respondía Vegueta, haciendo que sus amigos sonrían.

Kakaroto, decía Caulifa posando su mirada en el apuesto joven de cabello alborotado.

Vamos a la nave, no perdamos tiempo Caulifa, volvamos a Vegita, dijo Gokú, elevándose en el aire para echar a volar al igual que sus amigos.

Me vuelve a ignorar, y no soporto ellos, no soporto sus desprecios, Túrles dio a entender que Kakaroto está interesado en alguien, pero ¿En quién?, ninguna de las féminas de nuestra raza excepto yo podría estar a su nivel, ya que soy la Sayayin mujer más fuerte de Vegita, porque esa Diosa no cuenta, esa Diosa, Naturaleza, ella no podría ser mi rival, lo de ellos no es posible, y Kakaroto lo tiene muy claro, sin embargo ya me estoy cansando de mendigar por su atención, tal vez sea mejor escoger otra pareja, pensaba Caulifa, mientras en su rostro se plasmaba un gesto de molestia.

Caulifa, apúrate o nos vamos sin ti, escucho la joven.

Qué gracioso Broly, ahora les alcanzo, dijo con firmeza Caulifa, mientras se elevaba en el aire.

En tanto:

En medio del espacio dentro de una nave espacial.

¿Qué dices?, eso es imposible, ¿Cómo pudieron acabar con ellos en solo segundos?, si era uno de mis mejores ejércitos, decía un hombre de apariencia temeraria.

Pues así fue mi señor, le digo solo lo que vi a través de las pantallas de seguimiento, pero lo peor aún es que todos ellos solo fueron derrotados por un solo hombre, acotaba un hombre uniformado.

Debió ser casualidad, en fin, ya volveremos por Levita, tenemos un mejor destino ahora, decía el hombre de apariencia temeraria.

Si mi señor, respondió el otro hombre.

Semanas después: "Vegita"

Voy al "Bosque Sagrado", decía Kakaroto, tras bajar de la nave espacial.

Bien, yo le doy el informe a mi padre, respondió un extrañado Vegueta.

Vaya que lleva apuro, y luego dices que no sea mal pensado, decía Túrles mirando a su primo.

Vamos con el rey, respondió Raditz con seriedad.

Yo voy a mi habitación, dijo Caulifa, mientras pensaba: Kakaroto, pensé que esta misión me uniría a ti, sin embargo, no fue así, sino todo lo contrario, tal vez sea mejor empezar a sacarte de mis pensamientos.

Pobre, creo que ya se cansó de estar tras lo huesitos de Kakaroto, ¿si notaron que, durante el viaje, ni le dirigió la palabra?, respondió Nappa, haciendo sonreír a Broly, mientras la joven de cabello en puntas se alejaba del grupo.

Si, si note ello, había una atmosfera extraña entre los dos, la verdad, decía Broly.

Cierto, pobre Caulifa, la compadezco, aunque la verdad si es paciente tal vez pueda cumplir su sueño de ser pareja de mi primito, ya que lo de él solo puede ser desgraciadamente algo platónico, acotaba Túrles.

Dejen de hablar de las personas que ya no están presentes, mejor vamos con el rey, agrego Raditz, con firmeza

Sí, dijeron los jóvenes.

En tanto:

En un lejano planeta, una pelinegra de mirada entristecida caminaba en medio de un jardín de flores.

Ya paso más de un mes desde que estoy aquí, y según lo que vengo escuchando, está reunión de Dioses demorara varios meses. Kakaroto, ¿Cómo te estará yendo?, ¿Ya habrás regresado?, ¡Te extraño! ¡Te extraño mucho!, pensaba la joven Diosa, cuando de repente alguien llego tras de ella interrumpiendo sus pensamientos.

Naturaleza, ya va a empezar la segunda parte de la reunión, hoy nos volverán a recordar las normas de los Dioses, decía una joven de cabello rojizo.

¿Las normas de los Dioses?, respondió confundida la pelinegra.

Si Naturaleza, ¿O es qué no has leído nuestras normas?, decía la joven Diosa de cabello rojizo.

Sí, si las he leído, respondió Milk.

Pues cada vez que hay reuniones con el supremo él nos las vuelve a recordar, sobre todo la norma entre Dioses y Guardianes, agregó la Diosa peliroja.

La norma entre Dioses y Guardianes, decía confundida Milk.

Si, ¿A poco no la conoces?, esa es una de las normas principales que debemos de aprender los Dioses, agregó la Diosa peliroja, haciendo una pausa para acotar: La relación entre un Dios y su Guardián, es de Supremo – Subalterno, jamás un Dios o Diosa podrá tener una relación sentimental con su guardián, si ello llega a suceder se producirá caos y.....

Vegita: "Bosque Sagrado"

Milk, Milk, ya estoy de regreso, decía Gokú, mientras buscaba a la joven Diosa por el bosque.

Tras más de una hora de búsqueda, el apuesto muchacho decidió tomar asiento junto al árbol que le servía de morada a la jovencita pelinegra.

Milk, ¿Dónde estás?, pensaba Gokú, mientras su mirada se tornaba entristecida, cuando de repente su mirada se posó en unas letras escritas en la corteza del árbol.

Orius vino por mí, hay reunión de Dioses, no sé cuándo volveré

Gokú al leer la frase entristeció, y se puso de pie, mientras pensaba: Milk, ¿Por cuánto tiempo no podré ver tu belleza, oír tu voz?, ¡Te voy a extrañar más! ¡Te voy a extrañar mucho! no sé si podre soportar este tiempo sin verte, no sé si podre.