Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5: "Extraño sentimiento"

Un apuesto joven de cabello alborotado se encontraba parado frente al árbol que le servía de morada a la joven Diosa escribiendo algo en el tallo del mismo.

Milk, decía Gokú, suspirando, mientras miraba el corazón que había dibujado en el mismo con una pequeña frase.

Gokú, Gokú, escucho el apuesto muchacho, dejando caer la pequeña piedra con la que había escrito en el árbol.

Ya voy, decía Gokú, mientras caminaba hacia el lugar donde provenía la voz.

Pensé que decidiste irte ya que demoré mucho en mi meditación, respondió la pelinegra, en tono nostálgico.

No, como crees, mi deber es cuidarte mientras estás fuera de tu morada, dijo Gokú con calma.

Es que como te note algo inquieto, ¿acaso tienes algún problema?, respondió Milk.

No, claro que no, dijo Gokú con calidez.

¿Entonces me puedes acompañar un tiempo más?, acotaba la joven, con dulce sonrisa.

Ceo que ya es hora de que descanses..., decía Gokú.

Comprendo, tienes cosas que hacer, dijo Milk en tono nostálgico, al tiempo que la sonrisa se le desdibujo de su rostro.

¡Eh! respondió Gokú, al tiempo que una voz venía a su mente.


"Nos vemos por la noche, en el jardín del castillo"


Fue la frase que el apuesto joven escucho, mientras su rostro se tornaba pensativo y observaba el nostálgico rostro de la joven Diosa.

No te preocupes, no tienes que quedarte más tiempo, solo por complacerme, yo comprendo, decía Milk, con la mayor calma posible.

No, me quedaré un par de horas más contigo, respondió Gokú, mientras pensaba: Perdóname Caulifa, pero no puedo negarme a las peticiones de este angelito bello.

¡Gracias! dijo Milk tomando las manos de su apuesto guardián, al hacerlo ambos sintieron una especie de electricidad recorrer sus cuerpos, al tiempo que los latidos de sus corazones se aceleraban más y más.

No tienes nada que agradecer, lo hago con gusto, respondió Gokú, mientras recorría con su mirada el rostro de la joven Diosa, cuando de repente un fuerte viento se sintió en el lugar.

El par de pelinegros se soltaron de su agarre, al tiempo que uno de ellos decía: Debe ser Orius.

¿Orius el Dios del Clima?, decía Gokú.

Sí, él viene cada cierto tiempo a ver cómo me encuentro, respondió Milk con calma.

Viene a verte cada cierto tiempo, ¿a estas horas?, acoto Gokú, tratando de sonar calmado, mientras sentía todo quemarle por dentro.

No, viene a horas más tempranas, pero estoy segura que es él, decía Milk, al tiempo que una voz empezó a inundar el lugar.

Naturaleza, Naturaleza, escucharon los pelinegros.

Si, si es él, dijo Milk con calma, haciendo una pausa para acotar mirando a su apuesto guardián: ¿Me acompañas?

Por supuesto, respondió Gokú.

En tanto: "Jardines de un castillo"

Una joven de cabello en puntas caminaba de un lado a otro mientras pensaba: Ya es muy tarde, se supone que ya debería estar de regreso. ¿Por qué está demorando tanto?

El pensamiento de la joven se vio interrumpido por la llegada de un joven de cabello de flama.

¿Qué haces a estas horas fuera de tu habitación Caulifa?, decía Vegueta.

Estoy esperando a Kakaroto majestad, respondió la joven con calma.

¡A Kakaroto!, dijo sorprendido Vegueta.

Si, quedo en apoyarme con mi entrenamiento, quiero ser la Sayayin más fuerte de nuestro planeta, porque las Diosas nacidas aquí no cuentan como Sayayin, ¿no?, agrego Caulifa, con cierto tono envidioso en su voz.

Por supuesto que no, los Dioses y Diosas son seres supremos, dijo Vegueta con una ligera sonrisa en su rostro.

¿Por qué Kakaroto demorara tanto?, agrego Caulifa, mientras resoplaba del coraje.

No lo sé, ya nos lo contará él, dijo Vegueta con calma.

¿Se quedará a esperarlo majestad?, acoto la joven.

Sí, necesito decirle algo, dijo Vegueta, dando por concluida la plática.

Bosque Sagrado:

Tu guardián, decía con cierta molestia Orius.

Sí, respondió Milk.

Ya puedes irte, yo me quedo con Naturaleza, dijo Orius.

No me iré de aquí hasta que usted no se haya retirado, respondió Gokú.

¿Qué?, ¿Cómo te atreves a decirme algo así?, dijo furioso Orius.

Él solo está cumpliendo su función, protegerme, respondió Milk, con calma.

¿Protegerte de mí?, dijo con cierta molestia e ironía a la vez Orius.

Yo solo puedo marcharme de aquí, dejando a Naturaleza en su morada, agrego Gokú.

Vaya, simio irrespetuoso, pensó Orius, mientras miraba con molestia al apuesto jovencito.

Él solo está cumpliendo con su misión, acotaba la joven Diosa.

Bien, comprendo, dijo a pesar de su molestia Orius, haciendo una pausa para acotar, posando su mirada en la pelinegra: ¿Quería saber cómo te encuentras?, y de paso hablarte de las normas que los Dioses debemos seguir.

Normas que los Dioses debemos seguir, respondió Milk intrigada.

Sí, tal parece que la mujer que te cuido por algunos años, no te hablo de ellas, o si lo hizo ya se te olvidaron, por ello te las recordare, norma número uno y la más importante de todas nuestras normas: Los Dioses somos seres supremos, por ende, solo podemos relacionarnos con Dioses, decía Orius con firmeza, mirando fijamente al joven de cabello alborotado, que trataba de sostenerle la mirada.

40 minutos después:

Bueno, ya me tengo que ir, pero volveré a verte Naturaleza, dijo Orius, tomando una de las manos de la joven Diosa, haciendo que el apuesto joven de cabello alborotado sienta ganas de alejarlo de la pelinegra.

No la toques, pensaba Gokú.

Y tú, vete en cuanto me vaya, dijo Orius con firmeza, posando su mirada en el apuesto guardián de la Diosa, que no respondió nada solo permaneció en silencio.

Luego de ello Orius desapareció del lugar, dejando solos a los pelinegros.

Te acompaño a tu morada, dijo Gokú.

¡Gracias! y disculpa por haberte hecho quedar más horas del tiempo que tienes destinado para cuidarme, respondía Milk.

No hay nada que agradecer, aunque de seguro Caulifa debe andar furiosa, dijo Gokú sin darse cuenta.

¿Caulifa?, respondió Milk intrigada, y molesta a la vez.

Una amiga a la que le estoy apoyando con su entrenamiento, ella quiere lograr pasar al segundo nivel Sayayin, decía Gokú.

Una chica, acoto Milk en voz baja, mientras su apuesto guardián seguía hablando.

Es muy buena, pero hasta ahora no ha logrado esa transformación por más que se ha esforzado, decía Gokú.

Ve a apoyarla, y me lo hubieras dicho para no hacer que te quedes más tiempo a mi lado, dijo Milk, rompiendo su silencio.

No digas eso, yo, yo lo hago con gusto, respondió Gokú tomando por impulso los manos de la joven Diosa, que ante ello se ruborizo. ¡Eh! disculpa mi atrevimiento, dijo Gokú, soltando con delicadeza las manos de la joven.

Ve con ella, yo ya entrare a mi morada, agregaba Milk, que tenía su corazón latiendo a gran velocidad.

Bien, dijo Gokú.

El joven de cabello alborotado vio entrar a la joven Diosa al árbol, luego de ello se marchó del lugar.

Dentro del árbol, la pelinegra miraba unas hojas que Orius le había dado, mientras pensaba: ¿Qué me pasa contigo Gokú?

Minutos después: "Jardín del castillo"

Kakaroto, decía Vegueta, al ver descender a su amigo al jardín.

Su alteza, me está esperando, respondió Gokú, mientras miraba a Caulifa que se acercaba a él.

Sí, necesito darte un recado de mi padre, dijo Vegueta.

Te escucho, respondió Gokú.

El fin de semana, los miembros del "Comando Salvaguarda" del cual tú también eres parte, te acompañaremos al Valle Sagrado, Voltius necesita de la energía de Naturaleza, y los muchachos y yo, necesitamos reconocer el área donde habita nuestra Diosa protectora, dijo Vegueta.

Bien, respondió Gokú.

Bueno, ya hablaremos más en otra oportunidad, creo que Caulifa te está esperando, dijo Vegueta con una ligera sonrisa en su rostro.

La apoyare en su entrenamiento, respondió Gokú con calma.

Siento que tus poderes se han incrementado un poco, debe deberse a la presencia de Naturaleza en tu vida, dijo Vegueta.

Naturaleza, respondió Gokú suspirando, llamando la atención de su amigo.

Kakaroto, ¿has leído las normas que recibiste tras ser elegido el guardián de Naturaleza?, ¿verdad?, decía Vegueta en tono preocupado.

Claro que las he leído, respondió Gokú, al tiempo que la joven de cabello en puntas llegaba tras el joven de cabello alborotado.

¿Me entrenaras?, ¿verdad?, decía Caulifa.

Los dejo, luego continuamos con esta plática, agrego Vegueta, mirando a su amigo, antes de retirarse.

Bueno empecemos, dijo Gokú, mirando a la joven.

1 hora después:

Lo lograrás, solo tienes que tener paciencia, decía Gokú.

Gracias por los ánimos Kakaroto, respondió Caulifa, mientras intentaba besar la mejilla del joven que lo evito alejándose de ella.

Kakaroto, ¿por qué me rechazas?, ya puedes tomar una pareja y a mi...., decía Caulifa.

Aún somos muy jóvenes Caulifa, además tu para mí solo eres una amiga, respondió Kakaroto con firmeza, causando molestia en la joven.

¿Cuándo piensas tomar pareja entonces?, dijo Caulifa, haciendo una pausa para acotar con cierta molestia en su voz: ¿En unos meses, en un año o en más?

No lo sé, por ahora solo estoy concentrado en poder alcanzar un nuevo nivel de poder, respondió Gokú, al tiempo que el rostro de la pelinegra venía a su mente, acelerando los latidos de su corazón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro