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Capítulo 47: "Rechazo: No me temas por favor"

Un joven de cabello alborotado tocaba la puerta de una habitación por quinta vez.

Kakaroto ábreme, sé que estás allí, decía Vegueta.

Quiero estar solo, escucho.

¿Qué ha pasado Kakaroto?, no almorzaste, ni cenaste, y tampoco fuiste a entrenar, decía Vegueta.

No tuve hambre, ni ganas de entrenar, respondió Gokú.

Kakaroto, ¿Qué te pasa?, es extraño que no tengas hambre, ¿Qué paso con Naturaleza?, y no me digas que nada, porque tras ir a buscarla ya no volviste al comedor, ni fuiste a entrenar con nosotros, decía Vegueta, al tiempo que la puerta de la habitación se abría.

Pasa, pronunciaba un entristecido joven de cabello alborotado.

En tanto: "Laboratorio"

¿Qué pasa Milk?, te siento extraña con mi hermano, decía Dieciocho.

Es que..., respondía nerviosa Milk.

Milk, olvida lo que te dije, lo que menos quería era que pasara esto, por eso no quería hablarte de mis sentimientos, pero Yamcha me convenció de que lo hiciera,...., decía Diecisiete, tras acercarse al par de jóvenes.

Diecisiete perdóname, por haber reaccionado así..., respondía Milk.

Los dejare solos, dijo la rubia.

Habitación de Kakaroto:

Ella en esta nueva vida que le concedió el Supremo, no estará conmigo, decía Gokú con voz quebrada.

¿Por qué dices ello?, ¿acaso porqué aún no te recuerda?, respondió Vegueta con calma.

No es por ello, yo estoy consciente que así ella se vincule con su parte Sayayin existe la probabilidad que ella no llegue a recordar los nuestro, sin embargo, tenía la ilusión de que, al vernos frente a frente, esta vez ella como humana, sienta algo dentro de sí, por mí, pero no se dio, decía Gokú, siendo interrumpido por su amigo.

Kakaroto, no sé qué decirte, respondía Vegueta.

No digas nada, tengo que aceptarlo, yo no soy parte de su nueva vida, ella tiene una familia, amigos, y a otro hombre que ama, acoto Gokú, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

¿Qué acabas de decir?, decía Vegueta sorprendido.

La verdad, ella esta con otro, pero ello no cambiar nuestro propósito, ella nos tiene que ayudar, yo la convenceré de ello, ya luego ella podrá tener la vida que siempre anhelo, una vida tranquila y feliz aquí en la Tierra, respondió Gokú.

Kakaroto, dijo Vegueta, al tiempo que unos pasos se acercaron al lugar donde estaban.

Aquí se encontraban chicos lindos, pronunciaba una coqueta peliazul desde el umbral de la puerta que el joven cabello de flama dejo entre abierta.

Lo lamento, debí percatarme que estaba bien cerrada, agrego Vegueta.

¿Pasa algo?, dijo Bulma, mirando al par de jóvenes.

Nada, respondió Vegueta.

Bueno, yo vine a buscarlos, la cámara de gravedad ya está lista, y Tights quiere que la prueben para ver si está funcionando de manera adecuada, dijo Bulma.

Bien, vamos Kakaroto, pronuncio Vegueta.

Sí, dijo el nombrado.

Sus amigos ya están en ella, agrego Bulma, mirando intrigada al joven de cabello alborotado. ¿Te sientes mal?, acoto.

¡Eh! no, no, dijo Gokú.

Laboratorio:

¿Seguimos siendo amigos?, decía Diecisiete estirando su mano.

Sí, respondió Milk, tomando la misma.

¡Gracias Milk! como te dije seré paciente, tal vez hoy sea uno, pero ahora que sabes de mis sentimientos me esforzare por ganarme tu corazón, dijo Diecisiete con calma.

La pelinegra no respondió nada, solo bajo la mirada, al tiempo que el sonido de una de las pantallas hizo que ambos jóvenes posaran sus miradas en la misma.

Tights, pronunció Diecisiete.

¿Cómo va todo por allí?, decía la rubia de cabello corto.

Sin novedad, respondió Diecisiete.

Bien, haremos las pruebas de funcionamiento de la cámara de gravedad que acabamos de crear, si gustan vengan, escucharon los jóvenes.

¿Vamos?, dijo Diecisiete.

Sí, respondió la pelinegra.

Minutos después:

Bien creo que ya podemos empezar con la prueba, decía Tights, desde un pequeño ambiente que separa al lugar donde estaban ellos de los sayayin.

Sí, respondió Vegueta, elevando todo su poder junto a sus amigos, haciendo el suelo de la cámara temblar.

¿Qué está pasando?, decía Milk asustada.

No lo sé, solo puedo decirte que son unos fenómenos, respondía Diecisiete.

Cambiemos de nivel, Kakaroto, decía Vegueta.

Sí, respondió Gokú, haciendo que el lugar temblara más, mientras la pelinegra miraba atónita todo lo que sucedía.

Creo que, si está resistiendo la cámara, decía Tights, mientras los jóvenes regresaban a su tono original de su cabello.

¿Cómo pueden hacer eso?, decía Yamcha.

¿Qué?, dijo Broly, quien también se había convertido en súper Sayayin junto a Kakaroto y Vegueta.

Su cabello cambio de color, aunque ahora está igual, respondió Yamcha.

A eso le llamamos súper Sayayin, aunque ese estado no todos los Sayayin lo consiguen, de los seis los únicos que han logrado alcanzarlo han sido Broly, Vegueta y Kakaroto, aunque como habrás visto Vegueta y Kakaroto hicieron una segunda transformación, e incluso pueden hacer una tercera,...., decía Raditz.

Y hasta cuarta en caso de Kakaroto, pero podría llamar la atención de Freezer, acotaba Nappa.

Tercera y cuarta transformación, yo quiero verla, decía Bulma, mientras una incrédula pelinegra miraba con temor a los jóvenes.

No creo que se posible, como te acaba de decir Nappa, si Vegueta y Kakaroto hacen una nueva transformación...., acotaba Raditz.

Lo haremos, pero por unos segundos para que las conozcan, pero solo por algunos segundos, decía Vegueta.

Pero Vegueta, pronunció Raditz.

No te preocupes, la cámara está diseñada para no dejar sentir nuestro ki, así se lo pedí al señor Brief, dijo Vegueta.

Bueno siendo así, respondió Raditz, mientras el joven cabello de flama, miro al joven de cabello alborotado, y ambos se convirtieron en Sayayin fase 3, dejando sorprendidos a los presentes.

Ahora muéstrales la fase cuatro de un Súper Sayayin Kakaroto, decía Vegueta tras volver a su forma original.

Sí, respondió Gokú, al tiempo que su cabello cambiaba una vez más de color, mientras la pelinegra lo miraba confundida.

Increíble, si no lo viera, no lo creyera, decía Yamcha, mientras un impactado Diecisiete asentía.

Son increíbles, con ustedes nuestro planeta estará protegido, decía Bulma, sonriendo, mientras salía junto a los demás del pequeño ambiente que separaba a ambas habitaciones.

Ojalá y así sea, respondió Gokú, mientras volvía a la normalidad.

¿Por qué dices eso?, sus poderes son grandiosos, tanto así que mi máquina energética no ha podido medirlos, decía Tights.

Los seres a los que nos enfrentaremos son muy poderosos, por ello no podemos confiarnos, agrego Gokú.

¿Y no tendrán alguna otra transformación?, decía Yamcha ganándose la mirada de reproche de la peliazul.

Sí, hay una más, pero esa aún no podemos mostrárselas porque no la hemos aún controlado, decía Vegueta, dejando impactado a Yamcha.

Bueno, creo que, tras estas pruebas, la máquina de gravedad ya está lista, pronuncio Tights.

¡Qué bien! respondieron los jóvenes.

Horas después:

Un joven de cabello alborotado caminaba por un pasillo, cuando de repente vio a una pelinegra mirando a través de una de las ventanas que había en el mismo. El apuesto joven son pensarlo mucho se acercó a ella, la pelinegra al notar su presencia, lo miro con temor, al tiempo que decía: No se me acerque.

¿Qué?, dijo Gokú con nostalgia.

No se me acerque, volvió a decir la pelinegra.

Milk, ¡por favor! no he terminado de hablar contigo, tú tienes que saber más cosas aún...., respondía con calma Gokú.

No, no tengo más que hablar con usted, dijo Milk, echando a correr.

Naturaleza, detente, pronuncio Gokú con todas sus fuerzas, haciendo que la pelinegra se quedara estática.

Yo, yo no me llamo Naturaleza, mi nombre es Milk, y soy una terrícola, dijo Milk con voz quebrada.

Si quieres seguir siendo una terrícola y tener la vida tranquila que hasta ahora has tenido te pido me escuches, no pido más, no me temas ¡por favor! yo no quiero hacerte daño, yo solo quiero que me permitas ser una vez más tu guardián, al menos hasta que todo haya terminado, respondió Gokú, mientras caminaba hacia el lugar donde estaba la joven.

Yo no tengo poderes como ustedes, yo no soy su Diosa, decía Milk con calma.

Si, lo eres, lo eres, sé que es difícil de creer, pero es así, Milk, ¡por favor escúchame! Solo una vez más, si tras todo lo que te diré tú sigues firme en no ayudarnos, mis amigos y yo respetaremos tu decisión, y lucharemos solos contra esos seres perversos, respondió Gokú con la mayor calma posible.

Está bien, te escuchare por última vez, dijo Milk.

¡Gracias! respondió Gokú, haciendo una pausa para agregar: Vamos a otro lado.

¿Qué?, dijo Milk.

Vamos al bosque, agrego Gokú, tomando la mano de la pelinegra haciendo que esta sienta una extraña sensación en su interior, al tiempo que el joven de cabello alborotado realizaba su tele transportación.

Luego de algunos segundos ambos jóvenes aparecían en el bosque, la pelinegra miraba sorprendida el lugar, mientras el joven de cabello alborotado empezaba a hablar.

Milk, te hablare de Voltius, del Bosque Sagrado y de los escritos de los Dioses y sus guardianes, y de la relación de los poderes de estos..., decía Gokú.

Este es el lugar que muchas veces he visto en mis sueños, e incluso aquella vez que ellos vinieron, también fue aquí, pensaba la pelinegra.

En tanto: "Cápsula"

Un grupo de jóvenes platicaban mientras miraban unas pantallas.

Si Krilín, sino lo hubiera visto, pensaría que Yamcha lo soñó, pero no fue así, fue real, esos extraterrestres son fenomenales, decía Diecisiete.

Sí es cierto, acotaba Yamcha.

Vaya, entonces nos perdimos de ver a seres tan poderosos, decía Krilín, mientras Piccolo asentía.

Bosque:

Suponiendo que acepto mi destino como dices, yo no me siento capaz de apoyarlos, yo no creo tener ese poder que dices, pronuncio Milk.

Lo tienes, solo deja que te ayudemos a sacarlo a flote, dijo Gokú.

¿Cómo?, a mí no me gusta las luchas, respondió Milk.

No lucharás, solo necesitaras sacar tu ki, y dármelo a mí, agrego Gokú, mientras la pelinegra lo miraba confundida.

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