Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 46: "Una repentina confesión: Confusión"

Un apuesto joven de cabello alborotado entraba a un laboratorio, mientras una pelinegra se encontraba en el mismo digitando algo en un teclado.

Ya terminé Bulma, solo estoy activando..., decía Milk, sin girar al ver a la persona que entraba al lugar.

No soy tu amiga, pronuncio una cálida voz, haciendo que el cuerpo de la pelinegra se escarapelara, y su corazón empezara a palpitarle con mayor fuerza.

¡Disculpa! dijo en tono nervioso la pelinegra, mientras se ponía de pie.

No te vayas aún, pronuncio Gokú, mientras llegaba tras de ella.

¿Qué?, dijo Milk, girando a ver el rostro del apuesto muchacho, a pesar de lo nerviosa que estaba.

Necesito decirte algunas cosas, respondió Gokú, mientras miraba como hechizado a la pelinegra.

¿Qué cosas?, dijo Milk en tono nervioso.

Tomemos asiento, Bulma me dijo que ya nadie entraría aquí, agrego Gokú.

Sí, es cierto, mis amigos, solo vendrán por horas a apoyarnos, excepto Yamcha y Diecisiete, ellos estarán desde 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde aquí, ellos nos apoyaran a Tights, Bulma, a ustedes y a mí, dijo Milk.

Claro, respondió Gokú, mientras la pelinegra tomaba asiento.

Bulma me dijo que ustedes aclararían unas dudas que tengo, ¿de ello es que quieres hablar conmigo?,..., decía la pelinegra.

Si, por ello estoy aquí, vengo a hablarte de algo que no recuerdas pero que sucedió hace años atrás, respondió Gokú, mientras tomaba asiento frente a la joven.

Algo que sucedió hace años atrás, decía la pelinegra titubeando.

Sí, respondió Gokú con calma.

Bien, te escucho, dijo Milk tratando de sonar calmada, mientras sentía una sensación de calidez en su corazón, al conectar miradas con el apuesto jovencito.

Bueno empezare hablándote de Vegita....., respondía Gokú, mientras la pelinegra a pesar de su nerviosismo le sostenía la mirada.

En tanto:

Todo lo que me acabas de contar es tan increíble, además de romántico, pero a la vez tan triste, decía Bulma, haciendo una pausa para acotar en tono preocupado: Milk ahora es una terrícola, ¿Qué pasará si ella no recuerda su pasado?, ¿Si no lo recuerda a él?

Como te dije nuestra misión aquí, es que ella acepte su destino, ser nuevamente nuestra Diosa, al menos hasta que acabemos con la maldad, si ella luego de ello no quiere ir a Vegita con nosotros y decide quedarse como una terrícola no podremos hacer nada, finalmente será su decisión, respondió Vegueta, con calma.

Milk tiene una vida aquí, ama a sus padres,...., decía Bulma, siendo interrumpida por el joven cabello de flama.

Si, Kakaroto nos comentó ello, como te dije él ha estado viniendo a la Tierra desde que la encontró, él nos comentó que la veía feliz como terrícola, de hecho, una vida tranquila era la que ella deseaba, eso también nos comentó Kakaroto, Naturaleza deseaba ser una fémina común, tener una familia, amistades, por ello el Supremo de alguna manera le cumplió su deseo, respondió Vegueta.

No sé qué haría yo si estuviera en su lugar, que escogería, ¿La vida que anhele o seguir al amor de mi vida?, además están sus padres, ellos desconocen quien es ella, decía Bulma, en tono preocupado.

Naturaleza seguirá siendo su hija siempre, solo que ella decidirá irse a un planeta distinto a vivir, no habrá que dar más explicación, además con ayuda de Kakaroto ella podrá venir y a la Tierra en solo segundos, respondió Vegueta.

¿Cómo así?, dijo con curiosidad Bulma, al tiempo que un grupo de jóvenes se acercaban a ellos.

Con ayuda de la tele transportación, agregó el joven cabello de flama.

¿Te transportación?, ¿Qué es ello?, ¿acaso alguna nave interplanetaria ultra rápida?, decía Bulma.

No, es una técnica...., respondía Vegueta, al sus amigos llegaron junto a él.

Disculpen la demora, decían los jóvenes Sayayin.

No se preocupen, respondió Bulma sonriendo.

¿De qué hablaban?, dijo Raditz con curiosidad.

Le estaba comentando más sobre la historia de Naturaleza y Kakaroto, respondió Vegueta.

Y hablando de Kakaroto, ¿Dónde está él?, dijo Túrles.

Esta con Naturaleza, respondió Vegueta.

Bueno nosotros vamos a donde nos dijiste, acotaba Broly, mientras Nappa asentía.

Bien, acompáñenme, es por aquí, decía Bulma, haciendo una pausa para acotar: Mencionaste que el nuevo planeta que estaban habitando también fue destruido, ¿no?

Así es, dijo Vegueta con tristeza, haciendo una pausa para acotar: Cuando todo termine, tendremos que buscar un nuevo planeta donde vivir.

¿Y si se quedan aquí?, agrego la peliazul.

No, ello no es posible, en cuanto todo termine buscaremos un nuevo planeta para habitarlo,..., decía Vegueta.

Si solo tuviéramos las 7 esferas, todo sería más sencillo, pronunció Bulma, mientras caminaba junto a los jóvenes.

¿7 esferas?, dijo Nappa, pero no obtuvo respuesta a su pregunta, pues una rubia de cabello corto, los interrumpió.

Ya iba por ustedes, decía Tights.

Pues no fue necesario, respondió Broly con calma.

Bueno, acompáñenme al lugar donde mi padre y yo ya estamos empezando con la construcción de su lugar de entrenamiento, decía Tights.

Laboratorio:

Una pelinegra escuchaba incrédula lo que el apuesto joven de cabello alborotado le decía.

Lo que dices no puede ser real, decía Milk poniéndose de pie.

Claro que lo es, sé que te es difícil de entenderlo, pero es así, tú eres nuestra Diosa, respondía Gokú bajando la mirada.

No, no, yo soy una terrícola, decía Milk tratando de sonar tranquila.

Claro que lo eres, pero también eres Sayayin, nuestra Diosa Sayayin, respondió Gokú, mientras la pelinegra se tomaba la cabeza. No quiero que te tensiones, todo se aclarara solo en tu mente, en cuanto tu aceptes de verdad tu destino, acoto el apuesto joven.

Aceptar de verdad mi destino, decía aturdida la pelinegra.

Naturaleza es tu nombre de Diosa, tú ahora no recuerdas nada de tu pasado, pero en cuanto tu parte Sayayin se vincule con tu parte humana, lo recordarás todo, respondió Gokú, ante la mirada confundida de la pelinegra. Nosotros estamos aquí porque tú eres la única que puede ayudarnos a destruir la maldad que está causando dolor y destrucción en todos los universos, agrego el apuesto joven.

¿Cómo podría ayudarlos yo?, dijo Milk.

Ya te lo dije renaciste, tú en Vegita dotabas de energía nuestro planeta, cuidabas de las plantas y animales que había en el mismo, tu sola presencia nos hacía más poderosos, sobre todo a mí, agrego Gokú.

¿A ti?, decía confundida Milk.

Sí, yo era tu guardián, el único capaz de poder recibir todo tu poder y usarlo de la mejor manera para el beneficio de todos, respondió Gokú.

Todo lo que me estás diciendo es tan extraño, yo una diosa extraterrestre, ¿entonces mis padres no son mis padres?, decía Milk, con voz quebrada.

Claro que lo son, agregaba Gokú.

Ya no quiero oír más, dijo Milk, poniéndose de pie.

Milk, respondió Gokú con dulzura.

No, ya no quiero oírte, ya no, ya no, dijo la pelinegra antes de echar a correr hacia la salida del lugar.

Milk espera, aún no termino, agrego Gokú, deteniendo su avance colocándose delante de ella.

Déjame, no quiero oír más, no, quiero, todo esto debe ser uno más de esos feos sueños que vengo teniendo, decía Milk, intentando pasar junto al joven de cabello alborotado.

No te vayas, aún no te he hablado de la importancia...., respondía Gokú.

Ya no quiero oírte más, déjame pasar, dijo Milk con voz quebrada, haciendo que el apuesto muchacho, se hiciera a un costado para que ella pasará. ¡Gracias! agrego en voz baja Milk, antes de continuar su camino. Es un sueño, un mal sueño, pensaba la pelinegra mientras empezaba a correr.

Tiempo después:

Kakaroto llegaba al lugar donde estaban sus amigos, quienes al verlo se tornaron preocupados.

Hablaste con ella, dijo Raditz.

Sí, respondió Gokú.

¿Y qué paso?, ¿acepta ser nuevamente nuestra diosa?, decía Túrles.

No me dio ninguna respuesta, respondió Gokú.

Debe estar confundida, pero en cuanto asimile todo lo que le dijiste de hecho aceptara su destino, dijo Broly, con optimismo.

Ojalá y sea así, agrego Nappa.

Así será, dijo Vegueta con firmeza.

Eso espero, pronunció Gokú con nostalgia.

¿Qué te pasa?, ¿acaso sucedió algo más?, dijo Vegueta con nostalgia.

Creo que ella no me recordará, acoto el joven de cabello alborotado con voz temblorosa.

Hermano, dijo Raditz, colocando su mano sobre su hombro.

Necesito despejar mi mente, voy al bosque, respondió Gokú.

¿Piensas que su parte espiritual irá allá?, dijo Túrles con curiosidad.

No lo sé, solo sé que ese lugar me da tranquilidad, agrego el joven de cabello alborotado.

Entonces ve, dijeron los jóvenes.

En tanto:

Una aturdida pelinegra decía en voz baja, mientras estaba sentada sobre el borde de una cama.

No lo soñé, fue real, fue real, yo soy la reencarnación de una diosa extraterrestre, eso es algo que no comprendo, yo soy terrícola, soy terrícola, decía Milk en voz baja, mientras unas lágrimas salían de sus ojos.

Luego de algunos minutos, la pelinegra se quedó dormida del cansancio.

Bosque:

Un apuesto joven de cabello alborotado y mirada entristecida se encontraba sentado, recostando su espalda a un gigantesco árbol.

El Supremo me dijo que no le hablara de lo que hubo entre los dos, de ser así, siento que ella nunca me va a recordar, pensaba Gokú, cuando alguien se sentó junto a él. ¡Milk! dijo en tono sorprendido el joven de cabello alborotado.

¡Discúlpame! pronuncio la parte espiritual de Milk.

¿Qué?, dijo Gokú.

Por estar haciéndote sufrir, acoto la pelinegra, haciendo una pausa para agregar: Aún no he logrado vincularme por completo con mi nuevo cuerpo, pero sé que lo lograre, solo tenme paciencia, es lo único que te pido, respondió la joven Diosa tomando la mano de su amado.

La tendré, lo prometo, dijo Gokú, regalándole una cálida sonrisa a la pelinegra.

Luego de pasar algunos minutos más uno junto al otro en completo silencio, Gokú volvió a Cápsula y la parte espiritual de Milk regreso a su cuerpo.

Al día siguiente:

Un par de jóvenes hablaban entre sí, a unos metros de otros.

Entonces así quedamos, decía uno de los jóvenes.

Sí, respondió el otro.

Yamcha, Diecisiete, han venido a ayudar o a parlotear, decía en tono molesto Bulma.

A ayudar por supuesto hermosa Bulma, decía Yamcha, mientras caminaba hacia el lugar donde estaba la joven.

Entonces apresúrate, que yo tengo que ir a apoyar a papá y Tights, respondió Bulma.

Bien, dijo Yamcha, mientras su amigo caminaba hacia el lugar donde estaba una pelinegra.

Milk, a la hora del almuerzo podemos hablar en privado, decía Diecisiete al llegar junto a la joven, sin notar que un apuesto jovencito de cabello alborotado lo miraba desde el umbral de una puerta.

¿En privado?, decía intrigada la pelinegra.

Sí, es que necesito decirte algo importante, agrego el joven.

Bien, respondió Milk, al tiempo que escucho: Ya están aquí.

La pelinegro giro su rostro y se encontró con la mirada de un apuesto jovencito de cabello alborotado que la miraba con dulzura.

Entonces empecemos con la función que nos asignaron, decía Diecisiete mientras tomaba asiento junto a la pelinegra, causando incomodidad en Gokú.

Horas después:

Milk, Diecisiete, ¿no vienen con nosotros?, decía Bulma.

Déjalos Bulmis, ellos tienen algo de qué hablar, respondió Yamcha.

¿Algo de qué hablar?, dijo Bulma.

Sí, así como tú y yo, acoto el joven, al tiempo que los Sayayin se acercaron a ellos.

Ya es hora del almuerzo, ¿verdad?, dijo uno de ellos.

Si, vamos al comedor, respondió Bulma.

¿Y Milk?, pronuncio Gokú.

Vaya en solo un día ya le tomaste confianza, dijo Yamcha.

¿Qué?, respondió Gokú.

No le hagas caso, dijo Bulma, haciendo una pausa para acotar: Milk y Diecisiete, ya nos alcanzaran en el comedor.

Minutos después: "Comedor"

Voy a buscarla, dijo Gokú, mientras se ponía de pie.

¿Qué le pasa a este?, respondió Yamcha, ganándose las miradas de los otros Sayayin y de la peliazul. Es que su comportamiento es extraño para con Milk, acoto nervioso el joven, mientras Gokú se dirigía a la salida del lugar.

Una vez que estuvo fuera Gokú busco el ki de Milk y se tele transporto al lugar donde ella estaba junto a Diecisiete.

¡Te amo Milk! escucho Gokú, mientras veía al joven de cabello negro lacio, sostener las manos de la pelinegra.

Diecisiete,..., decía Milk, pero el joven coloco sus dedos sobre sus labios, al tiempo que acercaba su rostro al de la pelinegra.

No, no puedo ver más, no puedo ver más, pensó Gokú, tele transportándose a su habitación.

No Diecisiete, no, dijo Milk, antes de echar a correr por el pasillo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro