Seis jóvenes caminaban tras tres chicas y un joven que iban delante de ellos platicándoles sobre el planeta donde habitaban, al menos dos de ellos les hablaban de ello, pues dos de las chicas estaban envueltas en su propia conversación.

No me digas que no te has fijado en ello Milk, son muy atractivos, decía Bulma sonriendo de manera picará, al tiempo que la voz de Jaco vino a su mente diciéndole: "Ellos vinieron a la Tierra en busca de su Diosa". Pero que ando diciéndole a Milk, hasta podría recibir un castigo por andar haciéndole un comentario así a una Diosa, aunque ella aún no sabe quién es, y yo la verdad no sé si podre acostumbrarme a tratarla como lo que es, aunque Jaco dijo que no deberíamos de cambiar nuestra manera de tratarla, ya que ella no conoce aún quien es.

¡Bulma! respondió la pelinegra.

Nunca imagine que tendría amigos interplanetarios, dijo la peliazul, sonriendo, cuando de repente una voz la interrumpió.

Ya nos mostraste el lugar donde viven, ahora queremos ver su centro de tecnología, decía un joven cabello de flama.

Es él, y también habla mi idioma, pensó Bulma, mientras giro su rostro a ver al dueño de la voz.

Bien, ahora les llevare a este, dijo Tights.

Tras algunos minutos de caminata el grupo de jóvenes detuvieron sus pasos frente al lugar que habían construido para que sea su centro de monitoreo interplanetario.

Es este, dijo Tights, al tiempo que sus padres junto a un grupo de jóvenes salían a darles la bienvenida.

Padres, chicos, ellos son nuestros amigos interplanetarios, dijo Bulma emocionada, mientras los jóvenes observaban con curiosidad a los Sayayin.

Bienvenidos, dijeron los presentes.

Se parecen a nuestra raza, decía Dieciocho.

Y son muy apuestos, acotaba Lunch.

¡Lunch! dijo Ten.

Bueno, no se puede negar lo evidente, respondió la rubia de cabello ondulado.

Tienen cola, dijo sorprendido Diecisiete.

Cierto, respondió Krilín, mientras Ten asentía.

Ello es característico de su raza, dijo Piccolo.

¿Y cuándo habrá luna llena aquí?, pronuncio Túrles.

Pues todos los meses hay, ¿por qué?, dijo confundida Tights.

Tights, ¿acaso no leíste la información que te envié sobre los Sayayin?, respondió Jaco.

Aun no termino de leerla, dijo la rubia de cabello corto.

La luna llena nos afecta, por ello necesitamos saber qué días hay luna llena para no entrar en contacto con ella, respondió Vegueta con firmeza.

Bueno ese no es problema, yo puedo decirte los días que habrá luna llena,...., decía la peliazul, mientras los demás jóvenes se miraron entre sí.

Tras algunos minutos más de plática, Jaco dijo: Es hora de retirarme, estaré en contacto con ustedes.

Bien, respondieron los jóvenes.

Mantenme informado de todo Tights, dijo Jaco.

Así, será, respondió la rubia de cabello corto, luego de ello su amigo abordo su pequeña nave y se marchó del lugar.

Creo que el momento de mostrarles sus habitaciones llego, decía Bulma.

Yo iré a poner la mesa para la cena, agrego la señora Brief.

Y yo voy al laboratorio, tengo que acabar con el robot que me pidieron, decía el señor Brief, haciendo una pausa para acotar mirando a los Sayayin: Siéntanse en confianza, están en su casa.

¡Gracias! dijeron los jóvenes.

Bueno, Milk, me ayudas a mostrarles sus habitaciones, dijo Bulma.

Sí, respondió la pelinegra.

Nosotros nos quedamos monitoreando aquí, dijo Piccolo, mirando a los demás jóvenes que solo asintieron.

Bien, entonces yo voy con, como me dijeron que eran sus nombres, ya se me olvido, decía sonriendo la peliazul, posando su mirada en el joven cabello de flama.

Raditz, Túrles, Broly, Nappa, Kakaroto y quien te habla, Vegueta, dijo el joven cabello de flama.

Uno de los príncipes de nuestra raza, dijo Nappa.

Príncipe, vaya sí que lo pareces, respondió la peliazul, mirando de manera coqueta al joven de cabello de flama poniéndolo incomodo.

Eres extraña mujer, dijo Vegueta.

Bueno, yo voy con Vegueta, con Broly..., respondía Bulma.

Tu ve con todos nosotros y que tu amiga vaya con Kakaroto, dijo Túrles, mientras los demás jóvenes asentían, excepto uno que poso su mirada en una pelinegra que solo bajo la misma.

¿Qué?, respondió la peliazul.

Kakaroto será el encargado de hacerle conocer su misión, es mejor que empiecen a generar confianza entre los dos, dijo Vegueta en voz baja, solo para que la peli azul lo escuchara.

Claro entiendo guapo, respondió la peliazul, haciendo que el joven cabello de flama se sintiera extraño por la actitud de la joven, al tiempo que esta acota: Bien Milk, ve con...

Gokú, prefiero que me digan Gokú, me siento más cómodo así, dijo el joven de cabello alborotado.

Claro chico hermoso, te llamaremos Gokú, ¿no es así amigos?, respondió Bulma, mirando a los otros jóvenes.

¡Qué extraña es esta mujer! dijo Vegueta.

Pues yo creo que es muy expresiva, respondió Broly sonriendo, mientras los demás asentían excepto el joven de cabello de flama que estaba incomodo y el joven de cabello alborotado que no hacía más que mirar a la pelinegra, haciendo que esta sienta una extraña inquietud en su interior.

¿Qué le pasa a Bulma?, pronuncio con molestia Yamcha.

Creo que anda hechizada con los Sayayin, respondió Diecisiete.

No digas eso, que con alguien como ellos no podré luchar por su amor, ya escuchaste al tal Jaco, son los luchadores más fuertes de todos los universos, decía Yamcha, con molestia.

Y que tiene que ver la fuerza con el amor Yamcha, respondió Diecisiete con calma.

Nada, dijo Krilín, uniéndose a la plática, además no sean mal pensados, Bulma solo está siendo gentil con ellos, después de todo la existencia de la Tierra está en sus manos, acoto el calvo.

Si ello es cierto, dijo Ten.

Muy cierto, por lo tanto, menos platica y más trabajo, mientras ellas se encargan de mostrarles sus habitaciones a ellos, nosotros empecemos a monitorear la presencia de algún ser extraño en nuestro planeta, respondió Piccolo.

Bien dicho, dijo Dieciocho, mientras Lunch asentía.

Tal lo acordado, Bulma salió del lugar junto a los cinco Sayayin que había elegido, dejando solo a uno para que la pelinegra le mostrara la habitación que le correspondía, y así este pueda dar inicio al plan trazado por el Supremo.

Vamos, dijo con timidez la pelinegra.

Sí, respondió un nervioso Gokú, mientras caminaba tras la pelinegra, al tiempo que los demás jóvenes que estaban en el laboratorio los observaban.

Creo que después de todo yo no tengo porque tener temor de un Sayayin, ya que ninguno de ellos parece interesado en mi Bulmis a pesar de ser tan hermosa, al contrario, más bien me atrevería a decir que uno de ellos hasta espantado parecía, sin embargo, creo que tu amigo si debes estar alerta con ese Sayayin, dijo Yamcha posando su mirada en el joven de cabello alborotado.

¿Por qué dices eso?, respondió Diecisiete

No te das cuenta como miro a Milk, parecía hechizado, dijo Yamcha.

No seas paranoico Yamcha, ellos no están aquí para andar conquistando chicas sino para defender a nuestro planeta, así nos lo dijo Tights, respondió Diecisiete.

Muy cierto, dijo Krilín.

Sin embargo, no vamos a negar que no son mal parecidos, agregaba Ten.

Es cierto, son hermosos, decían Dieciocho y Lunch.

¿Qué?, dijeron Krilín y Ten preocupados.

Pero no se pongan celosos, son hermosos pero nuestros corazones ya tienen dueño, ¿no es así Lunch?, respondió la rubia de cabello corto.

Así es amiga, dijo Lunch sonriendo.

Sí, es cierto el corazón de ellas ya tiene dueño, pero el de Milk, aún no, pensaba un preocupado Diecisiete.

Oye amigo, decía una voz.

Dime, respondió Diecisiete.

Ocupa ya tu lugar, dijo Piccolo.

¡Eh! si, si, acoto el joven.

En tanto:

Un par de pelinegros caminaban en completo silencio por un pasillo.

¿Aún no llegamos?, dijo Gokú rompiendo su silencio.

Ya estamos por llegar, respondió la pelinegra en tono nervioso.

Y las habitaciones asignadas a mis amigos, ¿Dónde se encuentran?, agrego Gokú con calidez, mientras miraba con dulzura a la pelinegra.

En este mismo pasillo, es más no comprendo, ¿por qué Bulma me pidió que yo te mostrara tu habitación?, si ella pudo mostrársela a todos, dijo Milk, mientras pensaba: No comprendo que me está pasando, ¿por qué me siento tan nerviosa?

Yo tampoco comprendo la razón, respondió Gokú sonriendo, haciendo que la pelinegra bajara la mirada.

Mientras tanto:

Una peliazul caminaba con un grupo de chicos por un pasillo.

Creo que ya les dimos suficiente tiempo como para que empiecen a tratarse, decía Bulma.

Sí, es cierto, respondió Vegueta.

Bueno, entonces vamos a darles el encuentro, dijo Bulma sonriendo.

Sí, respondieron los jóvenes.

Minutos después:

Un par de pelinegros miraban aproximarse a un grupo de jóvenes que venían platicando entre sí.

Bulma, no hubiera sido mejor que tú les mostraras a todos sus habitaciones, decía Milk en voz baja, al acercarse a su amiga.

Si, tal vez, pero quería que tú empezaras hacer tu primer amigo interplanetario, mientras yo lo empezaba una amistad con los demás. Ya sabes te conozco eres un tanto tímida para hacer amigos y más si son chicos, por ello prefería que empezaras a hacer amigos interplanetarios de a uno, y hoy le toco a ese bombón, claro luego yo hablare a solas con él, quiero tratarlo más, respondió Bulma en voz baja, haciendo que la pelinegra se sienta algo extraña ante el comentario de su amiga.