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Capítulo 38: "Nuevamente frente a ti: ¿Dónde he visto ese rostro?"

Un grupo de jóvenes se divertían en un descampado alumbrados por unas luces artificiales.

Qué bueno que vinimos preparados, así pudimos armar nuestra fiestita, decía Lunch, aún joven de tres ojos que asentía.

Chicos, si quieren algo de comer, Milk preparo unos platillos deliciosos, pronunció Dieciocho.

Y hablando de Milk, ¿Dónde está?, pregunto el gemelo de la joven.

Y luego dices que no te interesa, respondió sonriendo el joven de cicatriz.

Pues sí, si me interesa, y por ello estoy preocupado, ¿Dónde está?, pregunto Diecisiete, un tanto sonrojado.

Fue con Bulma, a buscar el árbol, dijo Dieciocho, sonriendo, al ver el comportamiento de su hermano.

¿Qué?, dijeron sorprendidos, su gemelo y el joven de cicatriz.

Es que Bulma no quería quedarse con la duda y le pidió a Milk que la acompañase, como Milk le dijo que ella había recordado que vio ese árbol en sus sueños, y creía saber dónde estaba, ya saben que Milk tiene un séptimo sentido, ella siempre ha sido así, un tanto especial, tiene dotes sobrenaturales, es más yo pienso que ella en cuanto termine la preparatoria, debería seguir algo relacionado a lo exotérico, respondía Dieciocho con la mayor calma posible.

¿Séptimo sentido?, dirás sexto, decía Lunch.

No séptimo, ella no solo es intuitiva, tiene algo más, no sabría como decirlo, respondió Dieciocho, siendo interrumpida por su gemelo.

Pero es de noche, ellas no pueden andar solas por el bosque, dijo preocupado Diecisiete.

Ellas ni nadie, solo nos quedara esperar a que amanezca, si es que no regresan en la madrugada, mañana a primera hora vamos en su búsqueda, decía Yamcha.

Cobarde, respondió Dieciocho.

No soy cobarde, solo precavido, dijo Yamcha.

Claro, como no, precavido, acoto Dieciocho sonriendo.

Pues yo no pienso esperar a que regresen yo voy a buscarlas, dijo Diecisiete.

Te acompaño, acoto Krilín.

Y yo, dijeron a coro Ten, Dieciocho y Lunch.

Bueno, si todos se van,..., decía Yamcha mientras jugaba con sus dedos, al tiempo que acotaba: Yo también voy.

Que cobarde, volvió a decir Dieciocho, haciendo que los demás sonrieran.

En tanto:

En medio de la oscuridad de la noche, solo alumbradas por las tenues luces de un reflector, un par de chicas caminaban.

¿Estás segura que es por aquí?, decía con cierto temor una peli azul.

Sí, si estoy segura, este es el lugar que vi en mis sueños alguna vez, respondió la pelinegra, mientras el aire resoplaba con mayor fuerza a su alrededor.

Milk, mejor volvamos, decía una pálida Bulma, que, al sentir unos ruidos extraños en el alrededor, sintió su cuerpo temblar.

No, ya estamos cerca, respondió con calma la jovencita pelinegra.

Pero Milk, acaso, ¿no te da miedo?, cada vez se pone más silencioso el lugar, solo se escucha el ruido de los insectos y ni hablar de la oscuridad, decía Bulma.

Es ese, dijo de repente la pelinegra.

¿Cuál?, yo no veo nada, decía preocupada la peli azul.

Ese de allá, respondió la pelinegra echando a correr hacia un lugar que la peli azul no podía ver.

Milk, Milk, espe...espe...espérame, dijo Bulma echando a correr tras su amiga.

Árbol:

Dos apuestos jóvenes miraban un pequeño arbolito que sostenía uno de ellos en la mano, mientras a su alrededor se encontraban cuatro jóvenes, uno de los cuales sostenía una pantallita.

Creo que al fin la espera termino, dijo el joven que sostenía la pantallita, mientras miraba fijamente la misma.

Sí, puedo sentir su ki acercándose, respondió Gokú.

Entonces, ¿Estás listo para tomar lo que necesitamos?, recuerda que esta vez ella esta consciente, no viene en su forma espiritual, dijo Vegueta.

Sí, sí estoy listo, solo espero que tras este encuentro ella pueda recordar todo, respondió Gokú, mientras posaba su mirada en unas inscripciones que había en la corteza interior del árbol, donde ellos estaban.

¿Qué dirá?, dijo el apuesto joven, mientras pensaba: Yo no recuerdo haber escrito nada dentro las veces que vine a la tierra, será que Milk ha estado entrando acá y escrito ello en idioma terrícola, si de seguro ello debe ser.

Ni idea Kakaroto, lo que diga aquí o fuera del árbol no es de nuestra incumbencia, solo debemos estar atentos al momento en que llegue, para hacer lo que es nuestra misión, respondió el joven cabello de flama.

Muy cierto, dijo Broly.

Y si nos la llevamos, tal vez nos sea más útil si nos la llevamos de una vez, además estará mejor protegida junto a nosotros, decía el joven de cabello alborotado.

No, solo tomaremos su energía, además recuerda, cabe la posibilidad de que ella al vernos igual no recuerde nada, y termine perdiendo la conciencia, y cuando despierte, lo que haya pasado aquí solo quedará en un sueño, como hasta ahora, no es la primera vez que lo hacemos, tú y yo ya vinimos antes, y todo quedo en un sueño para ella, bien puede ser nuevamente así, respondió Vegueta.

Sí tal vez, pero creo que más segura estará con nosotros en Delta, dijo Gokú.

Hermano, no puedes llevártela si ella aún no está consciente de quién es, ello sería muy peligroso para ella y para nosotros, ya que lo más probable es que ella no comprenda lo que le decimos y se niegue a aceptar su misión, de ser así, estaremos perdidos, pues ella es la única que puede elevar aún más tu poder, agrego Raditz.

Cierto, dijeron Túrles, Nappa y Broly.

Kakaroto, Naturaleza, es nuestra fuente de energía desde hace varios años atrás, incluso después de muerte siguió siéndolo de alguna forma, ya que, al renacer, ella nos siguió dotando de energía, y todo gracias ¿A qué?, a que estuvo en un planeta que le permitió no solo desarrollarse y crecer nuevamente, sino además está potenciando su poder, ya que al estar muy lejos de la maldad, ella incluso ha podido desarrollar más habilidades, como la premonición, tú mismo me dijiste que ella sabía todo lo que estábamos pasando, eso habla de lo beneficioso que ha sido para ella renacer en un planeta como este, por ello nos conviene que ella siga aquí, así no corre peligro y siempre tendremos la posibilidad de fortalecernos al igual que ella, respondió el joven cabello de flama, mientras se acercaba a ver la pantallita que un joven de cabello largo sostenía.

Pero la necesito, dijo el joven de cabello alborotado.

Y ella posiblemente también a ti, por ello este árbol que guarda el secreto de los dos renació también aquí en la tierra, para que sea el punto de encuentro de ambos, pero ya no hablemos más se aproxima, decía Vegueta, al ver una lucecita brillante en la pantallita.

Parece que no viene sola, pronuncio Raditz.

Debe ser algún insecto del bosque, ya que no se puede percibir el ki de ese minúsculo resplandor, dijo Vegueta.

Sí, es cierto, respondió Raditz.

Entonces sácanos de aquí Kakaroto, es hora de ver después de tantos años a Naturaleza, dijo Broly.

Bien, dijo Gokú, extendiendo sus manos en diferentes direcciones del tallo para que con la energía que salía de su mano hacer que en la corteza del mismo se formaran unas grietas.

Ya pueden salir, acoto.

Bien, gracias, dijeron los jóvenes, mientras caminaban hacia las mismas.

En Vegita a este árbol solo podíamos entrar Milk y yo, pronunció Gokú, mientras caminaba hacia una de las grietas.

Bueno de hecho debe seguir siendo así, ya que ninguno de nosotros puede hacer que la corteza del árbol se abra para entrar y ahora salir, y luego todo vuelva a la normalidad, decía Túrles.

Sí es cierto, agrego Broly.

Ya está aquí, dijo Raditz.

Entonces el momento de salir llego, y recuerden si es necesario inmovilizarla tendremos que hacerlo para convencerla de que le dé su energía a Voltius, pero recuerden en el proceso de inmovilización no pueden dejarla sin su energía, respondió Vegueta.

Si, su majestad, dijeron los jóvenes, mientras se dirigían a las grietas de la corteza.

¿Qué?, respondió Vegueta elevando una ceja.

Ja ja ja, ya extrañábamos decirlos Vegueta, dijo Nappa sonriendo.

Solo Vegueta, ya lo saben, agrego el joven cabello de flama, con seriedad.

En tanto: "Fuera de la corteza del árbol"

Un par de chicas miraban alumbradas por las luces de un reflector las iniciales de dos nombres en un árbol.

Si era cierto, aquí está el árbol y la inicial de mi nombre, decía Bulma sonriendo.

Y tú no lo querías creer, respondió Milk, levantando la mirada, al sentir una extraña sensación dentro de ella.

Es que yo no tengo la intuición que tú tienes, decía Bulma quedándose callada repentinamente al ver a su amiga elevarse en el aire mientras las hojas rojas de los árboles sobrevolaban alrededor de ella.

No, esto debe ser un sueño, pensaba Bulma mientras se tallaba los ojos con una de sus manos, al tiempo que sentía que un terrible frio la invadía.

Milk, ¿Qué te sucede?, decía Bulma retrocediendo al ver que su amiga no le respondía y de su cuerpo salía una especie de energía radiante.

Aléjate Bulma, aléjate, aléjate Bulma, decía con voz cansina la pelinegra, al tiempo que seis jóvenes salían de la corteza del árbol, y la pelinegra descendía al piso.

Ahhhhhhhh, ¿Qué es esto?, ¿Qué es esto?, decía Bulma retrocediendo mientras veía aterrada a los hombres ir donde su amiga.

Cállate mujer escandalosa, dijo uno de los hombres, mirando a la peli azul, que no logro comprender lo que este decía.

¿Qué dices?, ¿Quiénes son ustedes?, ¡Aléjense de mi amiga!, respondió Bulma a pesar del temor que sentía.

Bulma, corre, corre, decía Milk, mientras veía los profundos ojos negros de un joven que la miraba mientras sostenía un pequeño arbolito en sus manos. ¿Dónde he visto su rostro?, pensó la pelinegra, mientras sentía una extraña calidez en su cuerpo.

No te haremos daño, solo queremos que coloques tus manos sobre el, decía Gokú mostrándole al pequeño arbolito.

No, Milk, no me iré, no me iré, respondía la peli azul, al tiempo que el suelo empezaba a agrietarse.

Ahhhhhhh, decía la peli azul, mientras empezaba a sentir su cuerpo caer en una de las grietas.

Bulma, dijo desesperada la pelinegra intentando ir a apoyar a su amiga.

No, no vayas, no le pasara nada, decía el apuesto joven de cabello alborotado tomando la mano de la pelinegra.

Mi amiga, mi amiga está en peligro, decía Milk desesperada, mientras veía a la peli azul ser tragada por el suelo.

Vegueta, ¡por favor ayúdala¡ dijo Gokú mirando a su amigo cabello de flama.

Bien, respondió el joven cabello de flama.

Ahora si continuemos, te necesitamos, necesitamos de tú energía, no nos la niegues, no, nos la niegues ¡por favor¡ dijo Gokú, mientras los otros cuatro jóvenes rodeaban a ambos.

¿Qué tengo que hacer?, pregunto una aturdida Milk.

Solo coloca tus manos sobre este árbol y cierra tus ojos, no necesitas hacer más, respondió Gokú.

En tanto:

Ahhhhhhh, ahhhhh, auxilio, auxilio, decía desesperada la peli azul, mientras era tragada por la tierra, de repente sintió una mano tomar la suya, Bulma levanto la mirada y se encontró con los fríos ojos del mismo joven que había visto hace algunos minutos.

Vegueta ayudo a salir a la peli azul del lugar, al tiempo que la tormenta pasaba, el suelo volvía a la normalidad, y una voz decía: Se acabó, volvamos.

Sí, dijo el joven cabello de flama yendo junto a los demás jóvenes.

La peli azul veía asombrada a los jóvenes entrar al árbol, mientras uno de ellos dejaba con delicadeza en cuerpo de su amiga sobre el pasto, antes de ir también al árbol.

Milk, Milk. Milk, dijo Bulma echando a correr hacia su amiga, al tiempo que el árbol cobraba un brillo especial, y se elevaba ante la atónita mirada de la peli azul que sintió su cuerpo desfallecer ante lo que observaba.

A los pocos minutos la joven cayo desmayada junto a su amiga.

Dentro del árbol:

Seis jóvenes platicaban entre ellos mientras miraban a un pequeño arbolito que brillaba de manera particular.

No nos recordó, no recordó el pasado, decía Gokú con nostalgia, mientras sostenía a Voltius.

Es cierto, no recordó nada, pero a pesar de ello fue capaz de dotar de energía a Voltius estando consciente, además el Árbol Sagrado, que renació en la tierra, ya nos reconoció a todos como sus aliados, por ello nos está protegiendo hasta llegar al lugar donde dejamos la nave y poder salir de este planeta sin dejar huella alguna, eso significa que falta muy poco para que Naturaleza acepte su destino, respondió Vegueta.

Cierto, dijeron los demás jóvenes.

Luego de algunos minutos, en la corteza del gigantesco árbol, se abría un agujero.

La nave, dijo Túrles.

Es el momento de abordarla, acoto Nappa.

Si, vamos, dijo Broly, mientras los demás jóvenes asintieron.

Una vez que los seis jóvenes abordaron la nave espacial en la que habían venido a la Tierra, el árbol, volvió al lugar donde estuvo.

Horas después:

Un grupo de jóvenes llegaban al lugar donde un par de chicas dormían profundamente.

Aquí están, decía uno de los jóvenes.

Están bien dormidas, decía otro.

Miren aquí está mi nombre y el de mi Bulmis, decía emocionado Yamcha, al tiempo que un par de chicas parecían despertar de su profundo sueño.

¿Qué hacen ustedes aquí?, dijo Milk sin comprender lo que estaba sucediendo, mientras miraba el cielo totalmente iluminado por la luz del sol.

Si, que hacen aquí, ¿Dónde están....?..., decía Bulma, quedándose callada repentinamente.

Pues vinimos por ustedes, ni siquiera dormimos hasta encontrarlas, respondía Lunch.

Mira Bulmis, aquí está tú nombre y el mío, decía Yamcha mirando a la peli azul, e interrumpiendo a la rubia de cabello ondulado.

Y también está el de Diecisiete y el de Milk, dijo Ten.

Y el de Krilín y el de....., decía Lunch.

Oye como que está tú nombre, respondía una rubia.

Está con el tuyo rubiecita hermosa, decía el calvo.

Vaya arbolito, esconde muchos secretos, aquí hay muchas frases de amor, decía Ten mirando algunas de las inscripciones del árbol, mientras un par de chicas se miraron entre sí.

Él árbol, no se veía así ayer, ¿verdad?, dijo Bulma intrigada mirando a la pelinegra.

No, claro que no, respondió Milk, al tiempo que una voz que escarapelo su cuerpo venía a su mente diciéndole: Este árbol esconde nuestro secreto.

La pelinegra movió su cabeza de un lado a otro, al tiempo que el rostro de un apuesto joven de cabello alborotado vino a su mente, atormentándola aún más.

Ese rostro, ¿Dónde lo vi?, ¿tendrá relación con la voz que acabo de escuchar?, pensó la bella jovencita.

Milk, será mejor volver al campamento, decía Bulma.

Sí, respondió la pelinegra.

Pero si volveremos, ¿verdad Bulmis?, allí está tu nombre y el mío, como te dije, decía Yamcha sonriendo.

Por ahora no quiero hablar de nada Yamcha, estoy muy cansada, respondió Bulma.

Bien, comprendo, dijo Yamcha con pesar, mientras un joven de cabello negro lacio, se acercaba a la pelinegra.

Toma, es una bebida energética, decía Diecisiete mirando a la pelinegra.

¡Gracias! respondió Milk, tras tomar, la botella, al tiempo que la imagen del rostro del joven de cabello alborotado, venía a su mente nuevamente. ¿Quién eres?, ¿Dónde te he visto?, pensó la joven.

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