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Capítulo 37: "De vuelta a la Tierra: La nueva misión del Supremo"

Ya habían pasado más de un mes desde que Gokú y Vegueta estuvieron frente a Milk, más de un mes, en el cuál no habían regresado a la Tierra pues el Dios Supremo considero que aún no deberían hacerlo pues el enemigo estaba en universo cercano al lugar donde estaba la joven Diosa, más de un mes durante el cual Milk seguía viviendo su doble vida, humana por el día y Diosa por la noche. Ella mientras estaba como Diosa por las noches se encargaba de cuidar del bosque donde también se encontraba el renacido Árbol Sagrado, ella dotaba de energía a las plantas que lo necesitaban y curaba de los animales enfermos, como lo hizo alguna vez en Vegita.

Planeta Tierra:

Tras algunas horas de recorrido por el bosque, una pelinegra tomaba asiento junto a un gigantesco árbol.

Ya ha pasado más de un mes, y tú no has regresado, ¿Por qué?, ¿Será que los enemigos notaron su presencia?, decía en voz baja la hermosa joven, mientras miraba el oscuro cielo.

Planeta Delta:

Iré con el Supremo, decía un apuesto joven de cabello alborotado mientras se ponía de pie.

Él nos pidió que no nos moviéramos de Delta a menos que él nos lo pida, respondía con firmeza Vegueta.

Sé lo que nos pidió, pero ya no soporto más la espera, ya ha pasado más de un mes,..., decía Gokú.

Comprendo tu sentir Kakaroto, pero si el Supremo nos ordena aún no ir, solo nos queda obedecerlo, respondió Vegueta.

Hermano, ten paciencia, por los últimos reportes que recibimos de Table, Voltius ya se está quedando sin energía, por ello lo más probable es que pronto el Supremo te envíe nuevamente por la misma al lugar donde esta Naturaleza, decía Raditz.

Cierto, dijeron Túrles, Broly y Nappa.

En tanto: "Planeta Tierra"

El sonido de un despertador interrumpía el sueño de una pelinegra, que preocupada se sentó sobre la cama, al tiempo que decía: Siento como si hubiera caminado muchísimo.

La pelinegra bajo de la cama, se aseo, vistió, y tomo su celular en sus manos al ver que la pantalla del mismo se iluminaba.

Parece que Bulma me ha dejado algunos mensajes, pensó la bella jovencita mientras abría uno de los mismos.


Nos vemos en la "Heladería Dragan" a las 4 de la tarde, no vayas a dejar de ir, te estaré esperando, te tengo una invitación


¿Una invitación?, no comprendo, ¿será que mi padrino piensa hacer una fiesta para festejar el premio que recibió tras construir la nave que ahora esta poniendo a prueba Tights en el espacio?, ¿o a lo mejor hice tan buen trabajo apoyando a mi padrino en la construcción de la nave que él le pidió a Bulma que me dijera que lo siga apoyando?, ¿o será que una vez más Bulma me llama para contarme de alguna nueva discusión que tuvo con Yamcha?, aunque aún no se han reconciliado, ¿o ya lo habrán hecho?, la verdad ya perdí la cuenta de cuantas veces desde que están juntos Yamcha y Bulma se pelean y se vuelve a amistar, pensaba la pelinegra, mientras una ligera sonrisa se plasmaba en su rostro.

Horas después:

Tras un efusivo saludo un par de chicas tomaban asiento para degustar el pedido que una de ellas ya había hecho.

Dime Bulma, ¿acaso mi padrino hará una fiesta porque la nave interplanetaria que construyo fue un éxito?, decía Milk con dulzura.

¡Eh! bueno si, hará una fiesta, pero será en cuanto Tights vuelva de la prueba que está haciendo de la misma en el espacio, el motivo por el que te llame es otro, respondió la peli azul.

Mi padrino quiere que lo siga apoyando en el laboratorio, dijo Milk sonriendo.

Bueno si, él ya te lo había dicho, ¿no?, respondió Bulma sonriendo.

Sí, tienes razón, se me había olvidado, acoto la pelinegra sonriendo, haciendo una pausa para agregar: Ya sé, te reconciliaste con Yamcha.

No, claro que no, esta vez no le será tan sencillo conseguir mi perdón, por ello él ahora me salió con algo que no sé si sea cierto, pero para comprobarlo tenemos que ir a otro pueblo...., decía Bulma, mientras la pelinegra la escuchaba con atención.

Planeta Delta:

El Supremo, decía sorprendido Broly, al ver al nombrado frente a él.

¿Dónde están los demás?, respondió el hombre.

Nappa descansando, Raditz y Túrles en el laboratorio, y Vegueta y Kakaroto entrenando, dijo Broly.

Reúnelos a todos, vengo a decirles algo, acotó el Supremo.

Bien, dijo Broly.

Planeta Tierra:

Me encanta la idea de ir de excursión, decía sonriendo la pelinegra.

Entonces, ¿si cuento contigo para que me ayudes a buscar lo que Yamcha me dijo?, respondió Bulma.

Por supuesto que cuentas conmigo, dijo la pelinegra.

¡Qué bien!...., respondía la peliazul.

Planeta Delta:

Volveremos a la tierra, dijo Gokú sonriendo.

Sí, pero en esta oportunidad irán los seis. E estado pendiente de lo que está haciendo ella, y sé que en estos días ella irá de excursión al lugar donde ella va como espíritu,...., decía el Supremo.

¿De excusión?, decían intrigados los jóvenes Sayayin.

De paseo, respondió el Dios, haciendo una pausa para acotar: No irá sola, irá junto a un grupo de amigos. E estado pensando mucho, y creo que es un buen momento para aprovecharlo y hacer que ella vea Voltius y a ustedes despierta, el enemigo cada vez está más cerca y no tendremos mucho tiempo para que ella pueda sacar todo ese poder que guarda en su interior, por ello tome esta decisión precipitada, respondió el Supremo.

¿Quiere que la forcemos a recordar su pasado?, dijo Túrles.

No la forzaran a nada, bastara con que ella los vea despierta, para que su parte Sayayin los reconozca, ustedes irán en la nave,...., respondía el Dios Supremo, mientras el grupo de jóvenes lo escuchaban con atención.

Planeta Tierra:

Bien así quedamos, entonces el fin de semana, nos vamos de excursión, decía Bulma sonriendo.

Si, nos vamos de excursión, respondió la pelinegra con una dulce sonrisa.

También invite a Dieciocho, su hermano, Krilín, Ten, Lunch..., acotaba la peli azul, mientras la pelinegra la escuchaba atentamente.

Fin de semana:

Ya Bulmis, no me castigues así, déjame sentarme a tu lado, decía un joven de cicatriz, mientras un grupo de jóvenes sonreían.

No, hasta que no compruebe que lo me dices es cierto, no volveré a sentarme junto a ti, decía Bulma, mientras tomaba asiento, junto a una pelinegra que solo sonrió ante las palabras de su amiga.

Bien, veras que lo que te dije es cierto, solo habrá que esperar, respondía Yamcha, mientras tomaba asiento junto a un joven de cabello negro lacio hasta los hombros.

Nave espacial:

Una rubia manejaba una nave espacial, al tiempo que su mirada se posó en la pantalla de la misma.

¿Y eso que paso a toda velocidad que fue?, pensó la joven, al tiempo que digitaba algo en una pantalla. Si, logro captar la misma, parece una nave espacial, ¿pero de dónde salió?, pronunció la joven, mientras le realizaba un acercamiento a la imagen captada. Sí, es una nave espacial y parece dirigirse a la tierra, ¡Que extraño!, creí que mi padre era la única que persona que hasta ahora había construido una nave interplanetaria, ¿o será que está nave no es de la tierra?, ¿Qué hago?,..., ya sé, le enviaré una copia de esto a Jaco, para que le haga seguimiento, acoto la joven.

En tanto:

En otra nave espacial un grupo de jóvenes platicaban mientras esperaban el momento de su llegada al planeta Tierra.

Ya falta poco, decía uno de ellos.

Sí, respondió un entusiasta joven de cabello alborotado.

Tiempo después:

En un oscuro bosque, bajo la sombra de un frondoso árbol que tenía un brillo especial que iluminaba el espacio donde estaba, un grupo de jóvenes platicaban entre sí, mientras un par de ellos miraban a través de una pequeña pantallita que sostenía uno de ellos.

Ya está aquí, estoy seguro, decía uno de los jóvenes.

Entonces, solo nos queda esperar, para que nos de lo que necesitamos, respondió el otro.

Si, solo esperar, como lo hemos hecho desde hace algunos años, hasta que la espera acabo hace un par de meses cuando Kakaroto y Vegueta vinieron aquí trayendo a Voltius, acotaba el primer joven.

Cierto, respondió otro.

Yo no puedo percibir su ki, ¿tu si lo sientes Broly?, preguntaba Nappa.

La verdad no, dijo el nombrado.

Ya está aquí, pronunció Kakaroto.

Pero dónde yo no siento su ki, y tampoco la veo en la pantalla, decía Túrles.

Ella ya está aquí, solo sean pacientes, añadió Kakaroto.

Si amigos, seamos pacientes, que el momento de que Naturaleza nos de lo que necesitamos estando consciente llego, y si logra hacerlo como nos lo dijo el Supremo, seremos invencibles, dijo Vegueta, mientras los demás jóvenes se acercaban a ver en la pantalla lo que sus compañeros miraban.

¿Quién es?, dijo uno de los jóvenes, dirigiendo su mirada a una pequeña luz de energía que se reflejaba en la pantalla.

Déjame adivinarlo, ese brillo especial que emana de ese cuerpo no puede ser otro que el de..., decía Raditz.

Naturaleza, respondió Broly colocando su dedo en la pequeña pantalla para señalar a la persona que estaban esperando, mientras uno de los jóvenes asentía y otro de ellos miraba la imagen fijamente.

Milk, estoy nuevamente aquí, pensaba Gokú.

En tanto:

Un grupo de jóvenes bajaban de un bus con unas pequeñas mochilas al hombro, mientras platicaban entre ellos.

Tenías razón Yamcha, el paisaje aquí es fabuloso, decía un calvo.

Sí, es cierto, dijeron los demás jóvenes.

Les dije que acá la estación del otoño es como un sueño, acotaba Yamcha, con una amplia sonrisa en su rostro.

¿Y dónde está ese árbol que me dijiste?, yo no lo veo por ningún lado, decía con cierta molestia una peli azul de cabello corto haciendo una pausa para decir: ¿O solo fue una excusa para traerme hasta aquí?, si fue eso, no creas que aquí nos reconciliaremos, yo no me reconcilio con un mentiroso.

Bulmita hermosa, no, no fue una excusa, además ese árbol existe, yo te lo aseguro, allí está tú nombre y el mío como te lo dije, te lo aseguro, decía el joven de cicatriz.

Pero yo no veo ningún árbol de brillo especial, o ¿tú si lo ves Milk?, decía la peli azul, mirando a su amiga pelinegra.

La verdad no, respondió la bella jovencita.

Vez, eres un mentiroso, dijo Bulma con firmeza.

No Bulmis hermosa, no, yo digo la verdad, respondió Yamcha, haciendo una pausa para decir, mirando a un joven de cabello negro lacio: Amigo ayúdame, tú también sabes de ese árbol, recuerda que tú también escribiste allí tú petición.

A mí no me metas en tus cosas, decía un tanto sonrojado el joven de cabello negro lacio.

Pero si solo te estoy ayudando, aprovecha esta oportunidad para conquistarla, decía el joven de cicatriz.

¿A qué se refiere Yamcha hermanito?, decía la gemela del joven, mientras sonreía de manera picara.

Ah, a nada, a nada hermanita, respondió el joven con una sonrisa nerviosa.

Entonces si existe, dijo una dulce voz.

¿Qué?, dijeron los jóvenes.

Ese árbol que dice Yamcha, respondió la joven, haciendo una pausa para decir: Me parece haber estado antes aquí.

¿Qué?, dijeron los jóvenes.

Este lugar se me hace conocido, decía la pelinegra, mientras miraba el lugar.

¿Estás segura?, dijo la rubia de cabello corto.

Sí, pero no recuerdo haber venido aquí, acotaba la pelinegra.

De seguro lo soñaste pequeña, dijo la peli azul, para encontrarle alguna respuesta lógica a las palabras de su amiga.

Sí, eso debe ser, respondió Milk.

Bueno, bueno, pero quien no lo soñamos fuimos Diecisiete y yo, ya no lo niegues, tú me acompañaste aquí, para escribir mi nombre y el de mi Bulmis en ese árbol, y de paso tú escribiste el tuyo y el de Milk, dijo Yamcha.

¿Qué?, dijo ruborizada la pelinegra.

Hermanito, que escondidito te lo tenías, decía Dieciocho, sonriendo, al tiempo que una ventisca se hizo presente, trayendo consigo algunas hojas por los aires.

Miren chicos, las hojas, dijo otro de los jóvenes mientras tomaba una de las hojas en sus manos.

Son rojas, decía un joven de tres ojos.

Como todos los árboles aquí, acoto Krilín.

Pero ese árbol es distinto, ese árbol no cambia de color en otoño, se mantiene igual, decía Yamcha.

Ya dejen de hablar de ese árbol y mejor disfrutemos de este hermoso paisaje, acotaba una rubia de cabello ondulado.

Hagamos una fiesta, por el otoño, dijo Dieciocho.

Si, dijeron los demás.

Pero el arbolito, decía Yamcha.

Olvídalo, ya deja de inventar cosas, tú no escribiste nada en ningún árbol, respondía Bulma en tono molesto.

Bulmis, decía Yamcha.

Mejor, organicemos la fiesta, si me ayudas a organizar una buena fiesta, tal vez te perdone, dijo la peli azul.

Entonces vamos a organizarla Bulmita, respondió Yamcha sonriendo.

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