Capítulo 30: "Una nueva revelación: Una promesa que no se puede cumplir"
Un hombre de túnica larga color azul, se encontraba frente a otro hombre de túnica plateada escuchando atentamente lo que este le decía.
Vaya, entonces si fue su ki, decía Orius.
Sí, y como lo imagine no se iba a quedar tranquilo, por ello te he mandado llamar, ese muchachito insensato puede poner una vez más en riesgo no solo a su universo, sino a los demás universos, respondió con seriedad el Dios Supremo.
Claro, por ello ha decidido hablarle sobre el renacimiento de Naturaleza, dijo Orius.
Así, es el momento de que él y los demás sepan sobre su renacimiento llego, así mismo deben conocer el porqué de mi decisión de hacerla renacer, y cuáles son mis planes para con ella a futuro, además quiero pedirles compromiso, ellos ahora más que nunca deben ser cautelosos, ese ser maligno se está aliando con los mejores guerreros que va encontrando en los universos a los que ha ido en este tiempo, aunque aún le quedan muchos universos por recorrer, lo que más me preocupa es que ese infeliz en su búsqueda de los aliados más poderosos en los universos se llegue a enterar de la existencia de Naturaleza, él sabe lo importante que es ella para la raza Sayayin, respondió el Dios Supremo.
Claro, decía Orius.
Por ello es necesario que los guerreros elegidos ya sepan de su renacimiento, como ya lo sabe el Dios del planeta que la alberga, por ahora, acoto el Dios Supremo.
¿Por qué se lo dijo?, pensé que no quería que nadie lo supiera, así sea también un Dios, dijo Orius.
Tuve que decírselo, pues yo no podía estar solo pendiente del desarrollo de ella, ella en ese planeta por ahora es una humana más, pero en unos años, todo ese poder que lleva escondido empezara a llamar la atención, de los dioses de todos los planetas cercarnos al planeta donde está, así como de sus guardianes, e incluso su ki podría traspasar galaxias e universos, y ello es lo que me preocupaba, pues este ki, podría ser reconocido por ese ser maligno, es allí donde el Dios de ese planeta me ayudará creando una barrera para no dejar sentir su ki, decía el Dios Supremo.
Claro, ya comprendí, respondió Orius.
Bueno ve, antes de que ese muchacho insensato se vaya nuevamente de Delta, decía el Dios Supremo.
Bien, respondió Orius.
Planeta Delta:
¿Te vas al Planeta Supremo nuevamente?, decía Raditz, mirando a su hermano, mientras sus amigos también lo observaban con detenimiento.
Sí, respondió Gokú.
Pues iremos contigo, dijo Vegueta.
No pueden ir, sin autorización del Supremo no pueden ir, respondió rápidamente Gokú.
¿Y tú si cuentas con la autorización del Supremo primo?, dijo Túrles con calma.
Por supuesto, respondió Gokú, al tiempo que la plática de los jóvenes se vio interrumpida por la presencia de Orius.
¡Qué bueno encontrarlos a todos juntos! decía Orius.
Orius, pronuncio nervioso Gokú.
¡Hola Kakaroto! hola a todos, el Dios Supremo me ha pedido que los lleve con él, decía Orius.
Vaya, no fue necesario pedir autorización, pronunció Túrles.
¿Autorización?, dijo Orius.
No perdamos tiempo y vayamos de una vez, respondió Gokú al tiempo que hacia su tele transportación.
No comprendo, ¿Por qué solo él logro aprender esa técnica?, decía Broly.
Kakaroto es un Sayayin especial, por ello tiene la capacidad de aprender más técnicas que otro guerrero normal, incluso es capaz de aprender técnica de los Dioses, con ello lo digo todo, respondió Orius, al tiempo que los demás jóvenes colocaban su mano en su espalda para que con su ayuda sean llevados al Planeta Supremo, mientras se miraron entre si sorprendidos por lo que el Dios les respondió.
En tanto:
En un planeta muy distante en el que se encontraba Kakaroto y sus amigos, en una pequeña pero acogedora habitación, dormía profundamente abrazando un libro, una bella niña de aproximadamente 11 años, de piel blanca cual porcelana, rasgos muy delicados y cabello negro cual noche, por momentos en su rostro se esbozaba una bella sonrisa y sonrojo en sus mejillas, debido al sueño que estaba teniendo.
-.Sueño.-
Una jovencita de cabello negro largo y piel blanca, que llevaba puesto un delicado vestido color blanco con bordados dorado y zapatitos también dorados, colocaba sus manos sobre un pequeño arbolito, mientras a su alrededor un grupo de 6 jóvenes la observaban, tras algunos segundos uno de los jóvenes se acercó a ella, haciendo que ambos conecten miradas al tiempo que sus mejillas se teñían de carmín.
Nos vemos luego, pronunciaba el apuesto joven mientras tomaba el pequeño arbolito de las manos de la pelinegra.
Te esperaré, hoy, mañana y siempre, dijo la pelinegra, al tiempo que una voz decía: Hora de irnos.
-.Fin de Sueño: Tiempo actual.-
Milk, hija, levántate, es hora de irnos, decía una voz, mientras con una de sus manos retiraba con delicadeza la sabana que cubría parte del rostro de la pelinegra. No comprendo esa costumbre tuya de dormir casi cubriéndote el rostro, agrego el hombre mientras sonreía.
Papi, pronunció la niña pelinegra mientras habría con lentitud sus párpados, al tiempo que se sentaba sobre la cama, sin dejar para nada el libro que abrazaba como si fuera un tesoro.
Nuevamente lo está leyendo, dijo el hombre.
Si papi, me encanta este cuento, es muy lindo, me lo regalo Bulma cuando fuimos a casa de mis padrinos, respondió la niña pelinegra.
Vengadores del Otro Mundo, leyó el gigantesco hombre.
Papi, ¿Existen otros seres en otros planetas?, dijo Milk con curiosidad.
Pues mejor que te parece si le haces esa pregunta a tu padrino, cuando lleguemos a la Capital Oeste, respondió el hombre, al tiempo que una voz decía: Cariño, ¿ya despertó la niña?
Si Milka, ya, respondió el hombre, posando su mirada en la niña pelinegra, para decirle: Tu padrino es un gran científico, ahora que viviremos en la misma ciudad que él, cada vez que tengas alguna duda solo consúltaselo, él te resolverá tus inquietudes con mucho gusto hija.
Claro papi, dijo la pelinegra.
Bueno, a levantarse princesita que nuestra nueva vida en la Capital Oeste nos espera, agrego el hombre, antes de salir de la habitación.
Una nueva vida en la Capital Oeste, papi me dijo que me inscribiría en la misma escuela que Bulma, aunque no vayamos en la misma aula, estaremos en la misma escuela, decía la niña en voz baja, mientras se ponía de pie, al tiempo que dejaba el libro sobre la cama, y una voz vino a su mente diciéndole: "Nos vemos luego"
Es la voz que escuche en mis sueños, y es tan cálida, pensaba la bella niña.
Milk, hija, ¿aún no te alistas?, decía una bella mujer mientras entraba a la habitación.
Ahora lo hago mami, respondió la pelinegra.
Universo Cero: "Planeta Supremo"
Unos jovencitos miraban sorprendidos a un hombre de túnica larga tras la confesión que este les había hecho.
Naturaleza ha renacido, decía un sorprendido Túrles posando su mirada en su primo.
Increíble, acotaba Nappa, mientras Broly asentía.
Kakaroto lo sabía, por ello estaba tan extraño, pensaba Vegueta, mientras Raditz miraba con preocupación a su hermano.
¿En dónde está?, dijo Gokú, haciendo que sus amigos posen su mirada en él.
No se los diré por ahora, ello lo sabrán a su tiempo, como les dije tenemos que mantener en secreto su existencia por ahora, respondió el Dios Supremo.
Pero no diremos nada, ¿no es así amigos?, dijo Gokú, posando su mirada en los otros jóvenes que no sabían que responderle en ese momento.
Es mejor que por ahora no sepan donde se encuentra, por la seguridad de ustedes y la de ella, ya se los expliqué, acoto el Dios Supremo.
Solo dígame algo, ¿ella está en algún universo cercano de este?, dijo Gokú.
Ya les he dicho todo lo que les faltaba saber, respondió el Dios Supremo.
Solo una pregunta más, dijo Raditz, llamando la atención de su hermano.
¿Dime?, respondió el Supremo.
¿Mi hermano volverá hacer su guardián cuando llegue el momento y Naturaleza acepte su destino o Tarble y Vegueta tendrán que elegir a un nuevo guardián?, porque me supongo que ella sigue rigiéndose bajo los mismos papiros que tenía antes, pronunció Raditz, haciendo que su hermano menor pose su mirada en el Supremo al igual que los demás jóvenes.
Kakaroto es el guerrero elegido para recibir la fuerza de Naturaleza, así mismo él por ahora es el único humano que sin ser un Dios puede coger a Voltius y llevarlo frente a Naturaleza cuando sea el momento, el que se convierta en su guardián tras la guerra interplanetaria que afrontarán a futuro, se determinará al culminar la misma, no puedo decirles más, solo les pido se comprometan a guardar lo que saben, dijo el Dios Supremo.
Nos comprometemos, respondieron a coro los jóvenes excepto uno de ellos que permaneció en silencio.
No puedo prometer algo que no podré cumplir, necesito volver a verte, así sea solo de lejos, necesito saber que estás bien, cuidarte, aunque sea de lejos, yo me conformo con ello, así esta vez tenga que guardarme mis sentimientos para siempre y conformarme con solo verte a lo lejos, pensaba Gokú.
Bueno eso es todo lo que quería decirles, pueden volver a Delta, dijo el Dios Supremo.
Sí, respondieron los jóvenes.
Bueno chicos, vámonos, pronunció Orius.
Tiempo después: "Universo Cero- Planeta Delta"
Kakaroto sincérate con nosotros tú ya sabías del renacimiento de Naturaleza, ¿verdad?, dijo Vegueta posando su mirada en su amigo, mientras los demás jóvenes los miraban a ambos.
Me entere de casualidad hace algún tiempo, respondió Gokú con calma.
¿La has estado buscando hermano?, dijo Raditz en tono preocupado, al tiempo que a la mente de Vegueta vino aquellos escritos que vio de su amigo.
No, mintió Kakaroto.
Por el bien de todos los universos no la busques Kakaroto, tú volverás a verla cuándo sea el momento oportuno, acotaba Broly, mientras Túrles y Nappa asentían.
Años después:
Ya estaba por cumplirse 4 años Sayayin, desde que Gokú inicio la búsqueda de su amada a pesar de las advertencias del Dios Supremo, durante esos años para suerte no se había cruzado con Freezer durante su búsqueda en los universos a los que había ido, ni con ninguno de sus secuaces, durante todo ese tiempo a pesar de no dar con su amor él no perdía la ilusión de encontrarla antes de que llegue el día en que él Supremo le diga donde estaba ella.
Universo Cero: "Planeta Delta"
Nuevamente te vas por algunos días, decía Vegueta mirando a su amigo.
Sí, respondió Gokú con calma.
Kakaroto, pensé que era tu mejor amigo, dijo Vegueta con seriedad.
¿Qué?, acoto intrigado Gokú.
Desde hace más de 3 años estás muy extraño, es más antes de que todos nos enteráramos del renacimiento de Naturaleza, tú ya estabas extraño, yo tenía algunas sospechas y luego tú mismo nos las confirmaste a todos, tú ya sabías que ella había renacido, pero a su vez nos seguiste ocultando algo, yo durante estos años he sido muy paciente contigo, he estado esperando el momento en que tú me comentes lo que estabas haciendo pero ha pasado el tiempo y no los has hecho, hoy una vez más te vas de Delta, con la excusa de ir a entrenar con algún Dios de otro universo, pero ello es falso, Orius me dijo que el Supremo no te autorizo salir de aquí, decía Vegueta.
Vegueta yo...., respondía nervioso Gokú.
La estás buscando, ¿verdad?, dijo Vegueta con firmeza.
Vegueta no puedo esperar hasta que el Supremo me diga dónde está, después de esa vez que estuvimos con él y se negó a decirnos donde estaba, yo fui otra vez a pedirle que me lo dijera, necesito saber si está bien, si no le han hecho aún daño, necesito protegerla, aunque sea de lejos, respondió Gokú.
Ya llegara el momento para ello Kakaroto, no puedes ponerla en riesgo, dijo Vegueta con calma.
Soy muy cauteloso, no muestro mi ki, hasta ahora ellos no han notado mi presencia en los universos a los que he ido, respondía Gokú.
Veo que eres incapaz de cumplir una promesa, dijo Vegueta.
Yo no hice esa promesa, yo no podía prometer algo que no podré cumplir, Vegueta, no le digas nada al Supremo, prometo seguir siendo cauteloso, respondió Gokú.
¿Qué harás si la encuentras en tu próximo destino?, dijo Vegueta con calma.
No haré nada, yo no la pondré en riesgo, como te dije solo quiero verla, aunque sea de lejos, además ella no me recuerda, ¿no?, eso dijo el Supremo, ella es otra, aunque físicamente es la misma, respondió Gokú con nostalgia.
No es otra Kakaroto, ella es la misma, solo que aún no se ha vinculado por completo su alma con su cuerpo, pero ella es Milk, tu Milk, dijo Vegueta, haciendo que los ojitos de su apuesto amigo cobren un brillo especial.
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