Se va nuevamente, decía una joven de cabello en puntas con nostalgia, tras enterarse que el joven que ella quería se alejaba una vez más de ella.

Sí, respondió con calma un joven de cabello largo.

No lo comprendo, dijo la joven.

¿Qué no comprendes Caulifa?, respondió Raditz.

Porque sigue yendo allá, el Dios Supremo ya no lo está entrenando, ¿será que lo hace por mí?, dijo la joven.

Por ti, respondió Raditz.

Si, le pedí que me entrenará, pero me dijo que no podía hacerlo, él me evita, y no comprendo el porqué, ella ya no está, ¿Por qué no puede verme como una fémina?, como la fémina a la que podría tomar de pareja, dijo Caulifa con rabia y dolor en su voz.

Caulifa, pronunció con nostalgia Raditz, haciendo una pausa para acotar: Nuestra raza no es una raza muy expresiva, nos forman desde niños para ser unos guerreros, y quienes no alcanzan el nivel para ello, cumplen otras funciones beneficiosas también para el planeta, nos dicen que a una determinada edad podemos elegir una pareja, por simple gusto, o por la necesidad de procreación, más no por amor, ese término no lo conocíamos, hasta que Kakaroto lo menciono, él conoció ese sentimiento, él amo y fue amado, con ello no quiero decir que alguna de nuestras parejas no se amen, de hecho lo hacen, pero no son tan expresivos. Kakaroto y Naturaleza a pesar de ser muy distintos en cuanto a rango, se amaron, se amaron más de lo que cualquiera de nosotros lo pueda imaginar, por ello le es tan difícil a mi hermano elegir a otra fémina...

Me estás diciendo que no tengo ningún tipo de esperanza con él, dijo Caulifa con dolor en su voz.

Por tu bien, lo mejor es que te olvides de él Caulifa, si gustas yo puedo apoyarte en tu entrenamiento, respondió Raditz.

Olvidarme de él para siempre, decía en voz baja Caulifa.

No seré Kakaroto, pero te aseguro que tengo muchas técnicas que enseñarte si me permites ser tu maestro, agrego Raditz.

Bien, acepto tu propuesta, ya no me aferrare más a alguien que no hace más que verme como a una amiga, dijo Caulifa con voz entrecortada, al tiempo que el joven de cabello largo se acercó a ella y la abrazo.

Llora, llora, pronunció, Raditz, al tiempo que la joven rompió en llanto.

Planeta Supremo:

Me ha mandado llamar su deidad, decía Orius, tras saludar a Dios de los Dioses.

Sí, necesito que vayas por ellos, respondió el Dios Supremo.

¿Por los 6?, dijo Orius con calma.

Sí, como ya te lo he dicho estoy convencido que ellos son los elegidos, por ello ya es momento de comentarles sobre mis visiones y hacerles la propuesta que te mencione hace algún tiempo, respondió el Dios Supremo.

Claro comprendo, respondió Orius, haciendo una pausa para acotar: ¿Le dirá también sobre...?

No, no es conveniente aún que lo sepan, ello seguirá siendo un secreto solo de los dos, solo sabrán del mismo cuando sea el momento adecuado, dijo el Supremo.

Bien, respondió Orius.

Luego de algún tiempo más, Orius abandono el lugar.

Universo 7 – Galaxia Fantasía – Nuevo Vegita:

Un apuesto joven de cabello alborotado detenía su entrenamiento tras sentir el ki de alguien que él conocía.

Orius, pensó Gokú, antes de colocar dos de sus dedos en su frente para así poder tele transportarse al lugar de donde provenía el poderoso ki.

En tanto:

Un joven cabello de flama escuchaba atentamente lo que el Dios que estaba frente a él le decía.

Ir al planeta Supremo, dijo incrédulo Vegueta.

Sí, como te lo acabo de mencionar, el Dios Supremo quiere hacerles una propuesta a tus amigos y a ti, respondió Orius.

¿Una propuesta?, decía confundido Vegueta, al tiempo que un apuesto joven de cabello alborotado apareció en el lugar.

Orius, estoy listo para irnos, pronunciaba un ansioso Gokú.

Kakaroto, tendrás que esperar unos minutos pues en esta oportunidad no solo irás tú, irán también tus amigos y tu hermano, dijo Orius.

¿En verdad?, respondió confundido Gokú.

Sí, el Supremo tiene que decirles algo, dijo Orius.

Bien, entonces voy a pasarles la voz a Raditz, y a los demás, respondió un emocionado Gokú.

El rostro de Kakaroto solo muestra una ligera sonrisa cuando va al Planeta Supremo, dijo Vegueta.

Lo sé, respondió Orius, haciendo una pausa para acotar: Allá está las cenizas de Naturaleza, supongo que el estar cerca de las mismas le produce al menos un poco de felicidad a Kakaroto.

Si, así es, dijo Vegueta.

Tiempo después:

Los seis apuestos jóvenes gracias a Orius fueron llevados al Planeta Supremo, donde el Dios de todos los Dioses ya los esperaba con el rostro lleno de seriedad.

Aquí los tiene su deidad, dijo Orius.

Bien, respondió el Dios de los Dioses, haciendo una pausa para acotar: Los he mandado llamar porque quiero que conozcan algo, pero para ello les voy a pedir a todos que cierren los ojos.

Cerrar los ojos, dijo extrañado Túrles.

Sí, respondió el Dios Supremo.

¿Por qué?, y ¿para qué?, acoto el moreno.

Túrles no seas irrespetuoso, si el Dios de los Dioses nos da esa orden solo hay que obedecerla, decía Vegueta con firmeza.

Es que me da curiosidad, respondió el moreno.

Si, les pido que cierren los ojos es porque quiero que vean algo que ocurrirá entre 10 a 20 años según unos escritos que leí y los sueños que he venido teniendo, decía el Dios supremo, al tiempo que había tronar sus dedos y hacer caer en un sueño profundo a los seis jovencitos, quienes conforme pasaban los minutos mostraban en su rostro angustia tras las visiones que el Dios Supremo les estaba haciendo ver.

No, no, no, decía con rabia Vegueta.

¿Quiénes son malditos?, agregaba Broly mientras tenía los ojos cerrados.

No lo voy a permitir, esta vez no, decía con rabia Gokú.

Da tu rostro, pronunció Raditz mientras empuñaba sus manos.

Nuevamente no, decía Nappa.

¿Qué es todo esto?, acotaba Túrles con amargura.

Creo que ya es suficiente su deidad, decía Orius.

Si, tienes razón, respondió el Dios Supremo, haciendo tronar sus dedos, al tiempo que los apuestos jovencitos abrían sus ojos, los cuales mostraban angustia, después de haber visto lo que el Dios les mostro.

¿Qué significa lo que vi?, se atrevió a preguntar Vegueta.

Es parte de las visiones que yo he venido teniendo desde hace muchos años atrás, como verán lo que ustedes vivieron hace algunos años se volverá a repetir, pero con una magnitud mayor, así lo he visto en mis sueños, y ahora lo han visto ustedes también, además lo dicen los viejos escritos que protegen la evolución de los universos, en esos escritos encontré la respuesta a mi pregunta tras esos frecuentes sueños, "La maldad, y la destrucción de los universos a futuro se puede evitar si yo encuentro a los 6 elegidos para proteger la paz de los universos, esos 6 elegidos son parte de un planeta guerreros con poderes asombrosos y entre ellos está la persona que fue elegido para recibir todo el poder especial de un Dios o Diosa virtuoso", dijo el Dios Supremo.

Todo el poder especial, decía extrañado Broly.

Sí, el poder que te otorga solo un Dios o Diosa, un poder que solo el guerrero elegido podrá soportar y manejar para hacer justicia, respondió el Dios Supremo, haciendo una pausa para acotar: Durante muchos años he venido observando a los distintos planetas de todos los universos, en busca de ese planeta de guerreros, hasta que encontré a Vegita, un planeta de raza guerrera, un planeta que ha pasado por muchas cosas yo ya había visto en mis visiones, un planeta donde vivía la persona capaz de recibir el poder especial de un Dios virtuoso,..., agregaba el Dios Supremo.

Kakaroto, dijo Vegueta.

Así es, Kakaroto es ese guerrero con un poder especial, sin embargo, había otros 5 guerreros que tienen un tremendo poder, y esos son ustedes, ello también lo sabía tu padre, pues ello estaba escrito en los papiros de Vegita, por ello el rey Vegueta conformo aquel escuadrón de defensa de Vegita con ustedes, y le asigno a Kakaroto la protección de Naturaleza, él sabía que solo Kakaroto podía ser capaz de recibir y manejar el poder que Naturaleza le brinde para el beneficio de todo el universo en el que se encontraban, respondió el Dios Supremo.

Claro, dijeron los guerreros.

Milk, pensó Gokú.

Lo que les hice ver, como ya les dije, solo es parte de lo que ocurrirá en un futuro, dijo el Dios Supremo.

Hay más, respondió preocupado Raditz.

Sí, pero se los diré a su debido tiempo, por ahora solo deben saber que ustedes son la esperanza no solo de su universo sino de todos los universos, por ello mi deber como Dios Supremo es ayudarlos a mejorar sus técnicas, pero sobre todo evitar que ellos den con ustedes, dijo el Dios Supremo.

¿Y no sería mejor que nos diga dónde encontrarlos para detener su maldad de una vez?, respondió Vegueta.

No Vegueta, no, puedo hacer ello, si altero algo de lo que debe suceder por causa natural, simplemente el desorden en los universos sería peor, además ustedes en este momento no podrían ganarles, pero en unos 15 años aproximadamente pondrán enfrentarlos con todo su poder y darles la paz general a todos los universos para siempre, dijo el Dios Supremo, haciendo una pausa para acotar: Tienen que tener paciencia.

Quince años, decía Túrles.

Ni los sentirán, en Delta como ya lo abran notado las horas son muy largas al igual que las noches, 1 año en Delta no tienen la misma cantidad de días de su año Sayayin, y ello los beneficia mucho ya que, si bien su raza es una de las razas que envejecen con mayor lentitud, mientras estén en Delta su edad se mantendrá prácticamente intacta, ya que cada 1 año en Delta, equivaldrá a 7 años transcurridos en "Nuevo Vegita",...., respondía el Dios Supremo.

Eso significa que sería como si estuviéramos fuera de nuestro planeta por unos dos años, decía Broly.

Así, es, respondió el Dios Supremo.

¿Y durante el tiempo que estemos en Delta no podremos ir a Nuevo Vegita?, dijo un tanto preocupado Raditz.

Lo más recomendable es que no vayan, al menos Kakaroto, ya que a él es a quién el enemigo le viene siguiendo el rastro, respondió el Dios Supremo.

Si gusta yo podría llevarlos y traerlos cada vez que sea necesaria su presencia en Nuevo Vegita, dijo Orius.

¡Gracias Orius! tu apoyo será de gran ayuda, respondió el Dios Supremo.

Y ahora que le diré a Caulifa, pronuncio en voz baja Raditz.

¿A Caulifa?, dijeron los jóvenes, excepto un apuesto joven de cabello alborotado que se encontraba pensativo.

Es que le dije que la entrenaría, respondió Raditz sonriendo.

Pues podrás entrenarla cuando te lleve a Nuevo Vegita, dijo Orius.

Y los demás planetas, pronunció Broly.

¿Los demás planetas?, ellos nos buscan para apoyarlos en sus conflictos por territorios, decía Broly.

Si algún planeta solicita su apoyo, ustedes irán a apoyarlos, pero volverán a Delta, respondió el Dios Supremo, mientras posaba su mirada en un pensativo joven de cabello alborotado.

Si estoy en Delta, podre nuevamente estar más cerca de las cenizas de Milk, pensaba Gokú.

Bueno eso es por el momento todo lo que deben saber, díganme: ¿Aceptan vivir en Delta a partir de hoy?, dijo el Dios Supremo.

De hoy, dijeron sorprendidos los apuestos jóvenes.

Sí, respondió el Dios Supremo.

Pero tenemos que ir a Nuevo Vegita, tengo que decirle a Tarble sobre esto, para que él se lo comente a nuestra gente, decía Vegueta.

Tendrán unas horas para ir a dejar todo listo en Nuevo Vegita; Orius se encargará de llevarlo y traerlo a Delta, cada vez que necesiten ir allá, Orius los apoyará, ahora sí que dicen: ¿Aceptan mi propuesta?, respondía el Dios Supremo.

Por supuesto, dijeron los jóvenes a coro.

Bueno muchachos, prepárense porque ya que aceptaron la propuesta del Supremo, debo llevarlos a Nuevo Vegita, acoto Orius.

Sí, dijeron los jóvenes.

Tiempo después: "Nuevo Vegita"

No te preocupes hermano, si es por no volver a repetir la pesadilla que vivimos ve, yo me encargare de todo aquí, decía Tarble.

¡Gracias hermano! respondió Vegueta.

En tanto:

Entonces también te irás, decía una joven de cabello en puntas, mirando a un joven de cabello largo.

Sí, como ya te lo dije es por el bien de nuestro nuevo planeta y de los universos, pero vendré para entrenarte cada cierto tiempo, no puedo decirte con exactitud el día, pero vendré, dijo Raditz.

Confiare en tu palabra, respondió Caulifa, haciendo sonreír a Raditz.

Mientras el par de jóvenes platican, a unos metros de ellos tres jóvenes hablaban entre ellos.

Ni modo amigo, decía Broly.

Si, que puedo hacer, si no quiere tener a una pareja a distancia, no puedo hacer nada, respondía Nappa.

Amigo, no entristezcas, de hecho, no era la fémina para ti, pero ya verás que la ideal por allí debe andar, decía Túrles, haciendo una pausa para acotar: por suerte yo no tuve que darle explicaciones a nadie.

Yo tampoco, acoto Broly sonriendo.

¿Y Kakaroto?, dijo de repente Túrles.

No lo sé, hace algunos minutos estuvo aquí, respondió Broly.

Por allí debe andar, dijo Nappa.

Entretanto:

Un apuesto joven de cabello alborotado miraba unas flores que habían nacido en el jardín del lugar donde era el castillo que habían construido para los príncipes de su raza, al tiempo que pensaba: Nuevamente estaré cerca de ti amor, ahora si podré ir y venir todos los días del Planeta Supremo a Delta, lo único que debo de tener en cuenta es ser muy cauteloso.

Kakaroto, dijo una voz sacándolo de sus pensamientos.

Vegueta, respondió Gokú.

Llego la hora de marcharnos, dijo Vegueta.

Sí, respondió Gokú.

La noticia de volver a Delta fue una gran noticia para ti, ¿verdad?, agrego el joven cabello de flama.

Si, fue una gran noticia, respondió Gokú.