Capítulo 26: "Siempre estás en mi mente: Mi eterno amor"
Ya había pasado seis meses desde que Gokú y sus amigos cumplieron la promesa que hicieron: "Vengar la muerte de su Diosa, sus seres queridos y la destrucción de su planeta", seis meses desde que Gokú volvió al "Planeta Supremo" en donde continuo con su entrenamiento especial junto a Orius y al Dios de todos los Dioses de todos los Universos.
Planeta Supremo:
¿Permiso por unos meses?, decía el Dios Supremo.
Sí, a lo mucho 3 o 4 meses, nada más, son los que necesito, respondió Gokú con cierta nostalgia en su voz.
Bien, no hay inconveniente, puedes tomarte ese tiempo, dijo el Dios Supremo.
¡Gracias! acoto el joven de cabello alborotado.
Ya encontraron algún planeta para habitarlo, ¿verdad?, añadió el Dios Supremo, con una ligera sonrisa en su rostro.
La última vez que estuve en Delta, Vegueta me comento que, en nuestro mismo Universo, en una de las galaxias del mismo, había un planeta inhabitado con características muy parecidas a como era Vegita, dijo Gokú.
En el universo 7, acotó sorprendido el Dios Supremo, mientras pensaba: ¿Cómo no he sabido de la existencia de ese planeta?, en fin, fue algo de las pocas cosas que se me pasa como Dios de todos los Dioses, además no creo que sea problema, está en una galaxia distinta, no habrá riesgo.
Sí, respondió Gokú con calma.
¿Cuándo te irás?, dijo el Dios.
En unas horas, agrego Gokú.
Por el tiempo que has solicitado para ir, supongo que Orius será el encargado de trasladarlos, ¿verdad?, dijo el Dios Supremo.
Sí, pensé que usted sabía que el Dios del Clima ha estado apoyando a mi gente, respondió Gokú.
La verdad desconocía de ello pues Orius no me pidió autorización para hacerlo, pero a veces Orius valiéndose de la consideración y confianza que le tengo por ser uno de mis mejores discípulos además de amigo, toma algunas decisiones antes de que yo las apruebe, en fin, por esta vez una vez más se la pasaré, pues es una acción noble la que está haciendo, además de seguro ya me platicara sobre esto, dijo el Dios Supremo.
Si, seguro, respondió Gokú, haciendo una pausa para acotar: Voy a mi habitación, necesito dejarla en orden antes de marcharme.
Bien, ve, dijo el Dios Supremo.
Tiempo después:
En medio de un hermoso jardín de flores de diversos colores se encontraba un apuesto joven de cabello alborotado armando un ramo con algunas de ellas, al tiempo que pensaba: Estás flores las sembré al poco tiempo que supe dónde estaban tus cenizas, y hoy luego estos meses las estoy cultivando para ti mi angelito bello.
En tanto:
En una nave espacial, un hombre de mirada fría, miraba una pantalla, mientras decía con firmeza: ¿No comprendo que pasa?, ha pasado muchos meses, y mi padre durante todo este tiempo no se contacta conmigo, y yo no he podido contactarlo tampoco porque su intercomunicador me responde fuera de servicio.
De seguro el señor Cold debe de estar muy ocupado apoderándose de planetas de la galaxia donde está, no tiene que preocuparse señor Freezer, decía un hombre de apariencia robusta.
Sí, eso debe ser mi señor, agregaron a coro un grupo de hombres.
Sí, eso debe ser, mi padre debe estar divirtiéndose subyugando planetas ante su poder, por lo tanto, yo no puedo quedarme con los brazos cruzados, yo también tengo que seguir aumentando los planetas que tengo conquistados, dijo Freezer, luego de ello hecho a reír a carcajadas.
Claro mi señor, respondió el hombre de apariencia robusta.
Es más, ¿creo que podríamos empezar a vender alguno de ellos?, dijo Freezer.
Como diga mi señor, agrego el hombre de apariencia robusta.
Planeta Supremo:
Un apuesto jovencito de cabello alborotado, dejaba un pequeño ramo de flores junto a un cofrecito, mientras decía: Aún me cuesta aceptar tu partida mi niña, aún sigo creyendo que volveré a verte, a oír tu voz, a oler esa deliciosa fragancia que emanaba de tus cabellos y de tu piel, aún me cuesta creer que ya no volverás a estar conmigo, solo se me rompe la ilusión cuando paso por este pasillo y veo esta habitación, entonces me doy cuenta que ya no estás, que no volverás, que me quede solo, muy solo, entonces me aferro a tus cenizas, las únicas que me pueden darme al menos algo de consuelo a esta tristeza, sé que no estás, pero al menos aquí tengo un lugar donde llorarte mi eterno amor, al menos aquí me siento a tu lado. No sé cómo haré en este tiempo que no estaré aquí, no podré venir a verte ya que este universo está muy lejos del universo al que iré, tampoco puedo decirle a Orius que me traiga todos los días aquí, él al igual que el Supremo no saben que yo vengo todos los días a este lugar, sin duda te extrañare mucho mi angelito bello, te extrañare mucho.
Planeta Delta:
¿Estás seguro que Kakaroto vendrá?, decía una joven de cabello en puntas.
Sí, eso fue lo que nos dijo Vegueta, respondía un hombre robusto.
Entonces quiero ir también con ustedes, agregó Caulifa.
No creo que haya inconveniente, se necesitaran de muchas manos para empezar a sembrar las tierras del "Nuevo Vegita", dijo Nappa.
¡Qué bien! entonces iré con ustedes, respondió Caulifa, al tiempo que pensaba: Espero y Kakaroto ya haya superado la muerte de Naturaleza.
Me parece bien, supongo que aprovecharás el viaje para mostrarle a Kakaroto todo lo que has mejorado, decía Nappa.
Así es, respondió Caulifa sonriendo.
Mientras tanto:
Cuatro jóvenes platicaban entre ellos mientras miraban unas pantallas.
Qué bueno que Orius haya aceptado apoyarnos, con su gran colaboración podremos estar en el "Nuevo Vegita", en solo horas, decía Túrles.
Sí, es cierto, agrego Raditz.
Orius nos apoyará también con el traslado de toda nuestra gente, decía Vegueta.
También podría ayudar Kakaroto, ¿no?, él sabe usar la tele transportación, agrego Broly.
Cierto, decía Túrles.
Él universo en el que estamos está muy distante del universo 7, además como ya lo saben para que se use la tele transportación se necesita sentir la presencia de un ki conocido, y ese no es el caso, por ello Orius no hará uso de ello para llevarnos al "Nuevo Vegita", él usará una técnica especial que usan solo los Dioses para trasladarse de un lugar a otro con facilidad sin la necesidad de sentir el ki de alguien conocido..., respondía Vegueta con calma.
Tiempo después:
Ya estamos todos completos, decía Orius.
No, aún no, falta Kakaroto, dijo Raditz.
Aquí estoy, disculpen la demora, pronunciaba un apuesto joven de cabello alborotado que apareció de la nada en el lugar.
¡Kakaroto! dijo Caulifa feliz.
Hermano, pronunció Raditz.
Bien, entonces todos suban a esta plataforma que emprenderemos el viaje, dijo Orius.
Sí, respondieron los presentes.
¿Cuánto demora el viaje?, dijo Túrles.
Cuatro horas, respondió Orius.
Pues es bastante poco comparado con todos los meses que nos hubiera tomado llegar al Nuevo Vegita desde aquí en una nave espacial, dijo Broly sonriendo.
Si es cierto, decía Nappa, al tiempo que Caulifa se acercaba a Kakaroto.
E mejorado mucho en estos meses, pronunció la joven.
¡Qué bueno! dijo Gokú.
Cuando lleguemos podría mostrarte mi progreso, acoto la joven.
Caulifa, estamos yendo al planeta que nos albergará con un propósito, no podemos estarnos distrayendo en otras cosas, dijo Gokú.
Claro, respondió la joven con desgano.
Horas después:
Los Sayayin miraban el lugar que los acogería a partir de ese momento.
¿Qué les parece?, como verán ya hemos empezado con la construcción de las moradas la vez anterior que vine con Orius y unos sayayin más, dijo Vegueta.
Es perfecto, respondió Broly.
Sí, es cierto decían los demás presentes.
No perdamos más tiempo y empecemos a cultivar las tierras, agrego emocionado Túrles.
Si, dijo Nappa.
El Nuevo Vegita, esta tan lejos del lugar donde están tus restos mi amor, pero ello no importa, yo encontrare la manera de ir y venir al Planeta Supremo, pensaba Gokú.
Kakaroto, dijo una voz sacando de sus pensamientos al apuesto joven.
¡Vegueta! respondió Gokú.
Vamos a cultivar las tierras de este planeta, dijo Vegueta, mientras el apuesto joven asentía.
Bueno, yo me retiro, pronuncio Orius.
¿Volverás en 3 meses?, ¿verdad?, dijo Gokú.
Espero poder estar en ese tiempo aquí, respondió Orius.
3 semanas después:
Un apuesto joven de cabello alborotado miraba un amplio terreno en el cual él junto a sus amigos habían sembrado unas semillas.
Este será "El Nuevo Bosque Sagrado", dijo Vegueta, haciendo que el joven de cabello alborotado bajara la mirada al tiempo que un recuerdo vino a su mente.
-.Recuerdo.-
Por aquí, decía una bella pelinegra, haciendo que un apuesto joven de cabello alborotado detenga su avance y empiece a descender entre el follaje de unas plantas, tras algunos segundos el par de jóvenes se encontraban frente a un gigantesco árbol.
Es inmenso, decía el joven de cabello alborotado, mientras veía a un gigantesco árbol.
Ese es mi hogar, respondió la pelinegra.
Entonces si es cierto que vives dentro de un árbol, acoto el apuesto joven.
Sí, dijo la pelinegra.
¿Y te es cómodo vivir allí?, respondió con curiosidad el joven de cabello alborotado.
Sí, es muy cómodo, decía la pelinegra, mientras colocaba sus pies en el pasto al igual que su guardián, al tiempo que acotaba: Acompáñame dentro, para que conozcas mi casa.
Pero yo no veo ningún lugar por donde entrar, respondió intrigado el apuesto joven.
Estás conmigo, eres mi guardián, si fuiste elegido para ello debes ser una persona especial, dijo la joven Diosa.
¿Especial?, respondió el joven de cabello alborotado, al tiempo que sintió una delicada mano sobre la suya.
Sí, acompáñame, dijo la pelinegra, con una bella sonrisa en su rostro.
-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-
Milk, mi angelito bello, mi amor por ti también es especial, pues no pienso dejar de amarte nunca, tú siempre serás mi eterno amor, pensaba Gokú, mientras su vista se nublaba por las lágrimas.
3 meses después:
Orius, ¿por qué no has venido por aquí?, necesito ir al planeta donde están las cenizas de mi amor, pensaba Gokú, mientras miraba el atardecer desde lo alto de una montaña.
Meses después:
Ya habían pasado cerca de 9 meses desde que los Sayayin empezaron a habitar el nuevo planeta donde vivirían, "El Nuevo Vegita", cerca de 9 meses durante los cuales Gokú con el apoyo de Orius iba y venía cada mes del Planeta Supremo al nuevo planeta donde habitaba actualmente, con el pretexto de ir a entrenar o llevar a Voltius para que se energizado, y aprovechando ello iba al lugar donde reposaban las cenizas de su amada, Gokú cada vez que estaba en "El Nuevo Vegita", se ponía muy nostálgico pasando largas horas en lo que era el "Nuevo Bosque Sagrado", observando el desarrollo de los sembríos, a la vez que recordaba momento pasados junto a su amada.
Freezer por su parte se encontraba en un universo muy distante al que estaban los Sayayin, apoderándose de los planetas y sin saber aún de la muerte de su padre.
Universo 7 – Galaxia Fantasía – Nuevo Vegita:
Un apuesto joven de cabello alborotado miraba un pequeño árbol, mientras de sus ojos salían unas lágrimas que mojaban sus mejillas.
Han pasado tantos meses, desde que te sembramos, Vegueta me dijo que tú serías el Nuevo Árbol Sagrado de este bosque, me pregunto, ¿Llegarás hacer tan grande como lo eras en Vegita?, pensaba Gokú, mientras se acercaba al pequeño árbol.
El joven de cabello alborotado observo con detenimiento el árbol, al tiempo que pensaba: Aquel árbol no solo fue la morada de mi amor, sino además fue nuestro cómplice, nuestro "Árbol de los Secretos".
En tanto:
En un universo muy distante del Nuevo Vegita, un hombre cara de réptil recibía una noticia que lo dejo estupefacto.
Esto es una broma, ¿verdad?, mi padre muerto, dijo el hombre al romper su silencio.
Si mi señor, eso me entere en uno de los viajes al planeta...., respondía el soldado, pero ni pudo completar su frase pues su jefe lo interrumpió.
Dices que fueron lo mugrosos simios, dijo Freezer con rabia.
Si señor Freezer, respondió el soldado, haciendo una pausa para acotar: Ellos acabaron con todo el ejército y por último con su padre, según la persona que me dio esa información, los habitantes de eses planeta están muy agradecidos con los Sayayin, incluso les propusieron que se quedaran a vivir en su planeta, pero ellos no aceptaron la propuesta.
¿Quién de todos los simios asesino a mi padre?, ¿Te dijeron el nombre?, dijo Freezer con firmeza.
Un tal Kakaroto mi señor, respondió el soldado.
Kakaroto, maldito insecto, agrego con furia Freezer, haciendo una pausa para acotar: ¿Averiguaste donde esta ese infeliz?
Si mi señor, pero nadie lo sabe con exactitud, lo único que me dijo uno de los habitantes del Planeta Megan, fue que los Sayayin estaban viviendo en uno de los planetas del Universo Cero, dijo el soldado.
El Universo de los Dioses, eso no es posible, respondió Freezer con molestia.
Sí, yo pienso igual, pero esa es la única información que logre obtener, dijo el soldado.
A ese universo no puedo entrar, pronunció Freezer con rabia, haciendo una pausa para acotar: Bien, haré que ese maldito simio y toda su mugrosa raza salgan de su escondite para aniquilarlos.
¿Qué piensa hacer mi señor?, ese tal Kakaroto es muy poderoso, dijo el soldado.
Tengo que pensar un buen plan, primero que nada, seguiré con el plan que tenía con mi padre, pero esta vez lo haré más grande, voy a reclutar a los guerreros más fuertes de todos los universos, y juntos acabaremos con esa maldita raza de simios y nos apoderaremos de todos los universos, sí, eso haré, eso haré, no me importa cuánto demore en formar ese poderoso ejército con tal de tener la satisfacción de destruir a todos esos simios, respondió Freezer con firmeza.
Universo 7 – Galaxia Fantasía – Nuevo Vegita:
Te vas al Planeta Supremo nuevamente, decía Vegueta.
Si, respondió Gokú, con calma.
No te comprendo Kakaroto, ¿por qué vas?, el Dios del Clima me dijo que el Supremo ya no te está entrenando y que a Voltius también puede llevarlo él solo cuando sea necesario, sin embargo, tú sigues yendo a ese planeta, dijo Vegueta, haciendo una pausa para acotar: Aún recuerdo el día en que terminamos de sembrar la última planta del nuevo Bosque Sagrado, ese día causalmente vino Orius, ya habían pasado un poco más de 3 meses, y tú le suplicaste que te llevara al Planeta Supremo, desde ese día cada mes por una semana vas allá con ayuda de Orius, ya que desde aquí, te es difícil sentir el ki del Dios Supremo. ¿Por qué haces ello Kakaroto?, ¿Qué hay allá que no haya aquí?
Allá están los restos de mi amor, dijo Gokú, haciendo que su amigo lo mire con nostalgia.
Sigues pensando en ella, respondió con nostalgia Vegueta.
Nunca dejare de hacerlo, ella será mi eterno amor, agrego Gokú.
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