Capítulo 25: "El secreto del Supremo: Promesa de Dioses"
Todo termino, decía Vegueta, mientras estaba flotando en el aire junto a sus amigos.
Sí, respondieron los demás jóvenes, al tiempo que miraban a un apuesto joven de cabello largo alborotado, retornar su fase original Sayayin.
Bien hecho Kakaroto, dijo Raditz con todas sus fuerzas, haciendo que el joven girara a verlo, y solo levantara el pulgar, antes de empezar a desplomarse.
Kakaroto, grito Vegueta, al tiempo que hecho a volar hacia el lugar donde el joven se desplomaba.
Minutos después:
¡Gracias Vegueta! decía Gokú con voz cansina, mientras cerraba sus ojos.
Kakaroto, pronuncio preocupado Raditz, mientras se acercaba al lugar donde estaba su hermano.
Esta lastimado, y muy débil, hay que llevarlo pronto a la cámara de recuperación de la nave, dijo Vegueta.
Sí, dijeron Broly, y Nappa mientras se acercaban a apoyar al joven de cabello alborotado para que se ponga de pie.
Planeta Supremo:
Lo logró, dijo Orius con una ligera sonrisa en su rostro.
Si, aunque este solo es el principio de todo lo que se vendrá, respondió el Dios Supremo.
¿Cómo?, dijo preocupado Orius.
La paz reinará en los universos por algunos años, tras de ellos la maldad reaparecerá con mayor fuerza, y es allí donde se necesitará de un grupo de guerreros capaces de combatir la misma no solo en su universo, sino en todos, así lo dicen los papiros, así lo vengo viendo mediante sueños, acoto el Dios Supremo.
Ellos son esos guerreros, ¿verdad?, ellos ya vienen ayudando a los habitantes de otros planetas dentro de su universo, para que estos no pierdan los mismos, decía Orius.
Todo hace indicar que ellos lo son, respondió el Dios Supremo.
Ellos se fortalecían más con los poderes de Naturaleza, ahora que ella ya no existe, la nueva Diosa que asignará a Vegita tendrá su mismo poder, dijo Orius con curiosidad.
Te comentaré algo, pero te pido absoluta discreción, respondió el Dios Supremo.
Tiene mi palabra su deidad, todo lo que usted me comente nadie lo sabrá, dijo Orius.
Bien escucha con atención todo lo que te diré, respondió el Dios Supremo, mientras Orius asentía.
Espacio:
Dentro de una nave de recuperación, un apuesto joven de cabello alborotado que tenía los ojos cerrados, recordaba pasajes vividos hace algún tiempo atrás.
-.Recuerdo.-
¿Cold?, decía un hombre regordete.
King Cold, pronuncio con firmeza Vegueta.
Si, ¿Dónde está ese infeliz?, respondió furioso Gokú.
En el cuartel, dijo el hombre con voz temblorosa.
¿Dónde queda ello insecto?, pronuncio con firmeza Vegueta, tomando de su traje al hombre.
No puedo decírselo, decía el hombre.
Es tu vida o la de ese infeliz, tú decides, agrego Vegueta con firmeza.
A 400 km nor este de aquí, dijo el hombre, haciendo una pausa para acotar: Él está protegido por el ejército elite, les será muy difícil poder llegar hacia él.
El ejército élite, dijo Gokú.
Sí, es un ejército al cual le encomienda misiones especiales, agrego el hombre.
¿Ese ejército tuvo que ver con la destrucción de nuestro planeta?, dijo Broly con firmeza.
Yo...., respondía nervioso el hombre.
Si colaboras con nosotros, te dejaremos irte de aquí, acoto Túrles.
Posiblemente si, la orden del señor Cold fue acabar con el guerrero llamado Kakaroto, ya que este se estaba convirtiendo en un estorbo para sus planes de conquista del universo, dijo el hombre.
Lo sabía, ese ataque era para mí, pronunció en voz baja Gokú.
Pero parece que de momento el plan cambio y se decidió acabar con la diosa que protegía a su planeta, ya que, acabando con ella, todo Vegita se vería afectado, dijo el hombre.
¿Quién fue el que causo la muerte de Naturaleza?, ¿Lo sabes?, respondió Gokú con rabia.
Faire, dijo el hombre.
¿Faire?, respondió Gokú.
Ese es el nombre del soldado que causo la muerte de Naturaleza y que posteriormente elimino a su propio comandante para demostrarle al señor Colt que él debería ser quien asuma ese cargo, dijo el hombre.
Faire, pronunciaba Gokú con rabia.
Yo le juro que no estoy aquí por gusto, a mí me obligan para servir a ese miserable de Cold,...., decía el hombre, mientras el apuesto joven de cabello alborotado empuñaba sus manos mientras escuchaba como Cold sometía a los pobladores de diferentes planetas de los que se apoderaba.
Gracias por toda la información brindada, ¿Tienes tu nave cerca?, dijo Gokú con la mayor calma posible.
Sí, respondió el hombre.
Huye de aquí, vuelve a tu planeta, lo demás déjalo en nuestras manos, dijo Gokú con firmeza.
¡Gracias! ¡muchas gracias! respondió el hombre.
-.-
¿Quiénes son ustedes?, decía Faire, mirando extrañado al grupo de Sayayin.
Hasta aquí ha llegado tu maldad, pronunció Vegueta con firmeza.
Soldados, dijo Faire, al tiempo que un grupo de más de 60 soldados aparecieron y se colocaron delante del hombre.
Cobarde, se esconde tras otras personas, decía Broly.
Eso no importa nos toca un promedio de 11 a 12 soldados por casa uno de nosotros, respondió Túrles.
Pues empecemos entonces, dijo Nappa.
A mi déjenme a ese infeliz, respondió Kakaroto.
Perfecto, tu encárgate de él, nosotros nos encargamos de los demás, y luego vamos por la persona que esta detrás de toda esta maldad, dijo Vegueta.
Bien, respondió Gokú.
Luego de ello se dio inicio a una brutal batalla, que hacía temblar el suelo del lugar y de los alrededores.
-.-
Yo solo seguía ordenes, decía Faire.
Fuiste cruel y ahora suplicas misericordia, respondió Gokú, dándole un tremendo golpe en el estómago a su oponente que lo hizo tambalear.
Todo fue idea del señor Cold, decía Faire, habiendo una pausa para acotar; Yo solo fui un soldado que siguió una orden.
Fuiste cruel, la atacaste sin siquiera dar tu rostro, tu sabías lo que significaba para Vegita, lo sabías, no lo niegues, dijo Gokú dándole con sus dos puños un golpe en la espalda al hombre.
Kakaroto, deja de estar jugando y acaba ya con ese infeliz que tenemos que ir por Cold, y poner punto final a tanta maldad, escucho.
Si, hoy pondremos punto final a esta maldad, dijo Gokú antes de darle un último golpe a Faire, golpe que hizo que este se desplomará al suelo.
-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-
Vengue tu muerte amor, vengue a mis padres a mi abuelo, a mis reyes a nuestro planeta, los vengue, los vengue, pensaba Gokú, mientras unas lágrimas salían de sus ojos, que aún permanecían cerrados.
Planeta Supremo:
Lo que me acaba de contar me ha dejado sorprendido su deidad, jamás pensé que usted tomaría una decisión así, decía Orius.
Yo tampoco creí que haría algo así, fui contra mis propias normas, sin embargo, me amparé a su vez en una de ellas, pero sobre todo en los viejos papiros, y en mis premoniciones, además no pude ser ajeno a su dolor,..., respondió el Dios Supremo, al tiempo que un recuerdo vino a su mente.
-.Recuerdo..
Por un largo pasillo, alumbrado solo por las luces tenues de unos candelabros caminaba un hombre de túnica blanca, cuando de repente al pasar por una de las habitaciones del lugar, sintió un poderoso ki que llamo su atención, e hizo que este entrara al lugar, al hacerlo, quedo conmovido al ver a un apuesto joven de cabello alborotado, que tenía el rostro marcado por las lágrimas, abrazando a un pequeño cofrecito, mientras pronunciaba entre sueños: Milk, mi angelito bello, ¿Por qué?, ¿Por qué tuviste que morir?, ¿Por qué?, ¿Por qué?, me siento vacío sin ti, ya nada es igual si no estás tú, a veces pienso que mi vida ya no tiene sentido, pero a su vez me siento incapaz de acabar con mi propia vida para ir junto a ti, ¡te amo! nunca dejare de hacerlo, así pasen los años, yo nunca dejare de amarte.
-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-
El ver su rostro y oír su voz tan triste me partió el corazón, yo, yo venía teniendo sueños muy extraños con anterioridad, además había estado revisando las normas de los Dioses y los escritos de Vegita, necesitaba encontrar al Dios o Diosa adecuada para el nuevo planeta que reconstruiría la raza Sayayin, y en medio de esa búsqueda es que me di cuenta, que ese planeta, al igual que sus guerreros eran seres especiales, seres que no cualquier Dios podría proteger, a su vez estaba en un dilema, cuando Naturaleza falleció decidí liberar su alma y cumplirle su mayor deseo..., decía el Dios Supremo.
Su mayor deseo, respondió Orius intrigado.
Sí, una vez la escuché decir que quería ser una chica normal, entonces decidí aplicar una de las normas que yo conocía como Dios Supremo: Tras la muerte de un Dios o Diosa hay dos opciones, la primera embalsamar su cuerpo y luego trasladarlo al cementerio de los Dioses donde descansará eternamente; la segunda opción es la incineración, este proceso no solo purifica su alma, sino me permite reutilizarla si yo lo considero conveniente, yo opte por esta segunda opción, pero a su vez decidí darle la vida que ella añoraba....
No comprendo, ¿a qué se refiere con la vida que ella añoraba?, dijo Orius intrigado.
La hice renacer en otro planeta de otro universo, a trillones y trillones de distancia del planeta en el que estamos, ella crecerá como una humana aparentemente común, y digo aparentemente pues ella tendrá una doble vida, su alma y su cuerpo serán dos seres que mientras ella este despierta estarán juntos, pero cuando ella duerma, todos sus recuerdos aparecerán en su mente, y cuando llegue el momento adecuado alma y cuerpo deberán unirse para siempre......, respondía el Dios Supremo, mientras Orius escuchaba todo atentamente.
Nave espacial:
Me da gusto verte recuperado Kakaroto, decía Vegueta, haciendo una pausa para decir: Todo a terminado, hicimos justicia.
Kakaroto no respondió nada, solo se tornó pensativo.
¿Y ahora qué seguirá?, dijo Túrles.
La reconstrucción del Nuevo Vegita, por supuesto, acoto Vegueta.
Kakaroto, ¿Vendrás con nosotros?, dijo Raditz.
No, le pedí al Dios Supremo me permita quedarme un tiempo más con él, siento que aún tengo mucho que aprender, respondió Gokú, haciendo una pausa para agregar: Pero iré a verlos, y los apoyare con la reconstrucción de Vegita, después de todo no todos los días el Dios Supremo podrá entrenarme.
Si es cierto, dijeron los demás jóvenes.
Bueno, ya puedo sentir el ki del Dios Supremo, me voy amigos, pero en unos días iré a Delta para ponernos de acuerdo con lo de la reconstrucción del nuevo Vegita, respondió Gokú, mientras colocaba dos de sus dedos a la altura de su frente.
Planeta Supremo:
Ahora comprendes el rol que cumplirás, decía el Dios Supremo.
Si su deidad, cuente con mi apoyo y mi discreción, respondió Orius, al tiempo que el apuesto jovencito de cabello alborotado apareció frente a Orius y el Dios Supremo.
¡Kakaroto! ya estás de regreso, pronunció el Dios Supremo.
¡Felicidades, pudiste vengarte de ese infeliz! acoto Orius.
Sí, dijo Gokú.
Deberías estar contento por ello, dijo Orius.
Nada cambio tras hacer justicia, respondió Gokú con dolor en su voz.
Muchacho, estás aquí para entrenar, ¿verdad?, dijo el Supremo.
Si, aunque si me lo permite por unas horas desearía descansar, respondió Gokú.
Bien, ve a descansar, agrego el Supremo.
Minutos después:
El Supremo y Orius miraban desde el umbral de una puerta a un jovencito de cabello alborotado sostener en sus manos el pequeño cofrecito que supuestamente tenia las cenizas de su amada.
Sabía que vendría aquí, dijo el Dios Supremo.
¿Sabía que él venía a este lugar?, respondió sorprendido Orius.
Yo lo sé todo, por ello soy el Dios Supremo, acoto el hombre mayor.
Sí, es cierto, disculpe su deidad, dijo Orius, haciendo una pausa para acotar: Pobre, ni imagina que ese cofre esta vacío.
Es mejor así por ahora, respondió el Dios Supremo, al tiempo que se escuchó la voz del joven de cabello alborotado en el lugar.
Acabe con ese infeliz mi angelito, acabe con él, y con toda su maldad, ahora reinara la paz en el universo como tú lo deseabas, todos podrán ser felices, todos lo serán, menos yo, menos yo porque tú ya no estás para hacer de mis días los más bellos, decía Gokú, mientras de sus ojos brotaban lágrimas.
Pobre, dijo Orius, haciendo una pausa para acotar mientras empezó a alejarse del lugar seguido del Dios Supremo: ¿Cuándo se lo dirá?
Cuando sea el momento adecuado, y ese no es ahora, dijo el Dios Supremo, posando su mirada en Orius.
No, claro que no, respondió Orius.
Como te dije, este solo ha sido el principio de todo lo que se vendrá, pero confío en él y en ellos, para que mantengan la paz no solo de este universo, sino de todos los universos, por ello, pase lo que pase hasta que sea el momento de revelar este secreto, tu no dirás nada, dijo el Dios Supremo con firmeza mientras posaba su mirada en Orius.
No, no diré nada su deidad, respondió Orius rápidamente.
Promesa de Dioses, dijo el Dios Supremo.
Promesa de Dioses, respondió Orius, haciendo que en el rostro de su superior se plasme una sonrisa.
Bien, es hora de descansar un poco, me imagino que te quedarás, decía el Dios Supremo.
Si, unas horas más, respondió Orius, mientras caminaba junto al Dios Supremo por el largo pasillo.
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