Capítulo 20: "Soledad: Nada es igual sin ti"
Un apuesto joven de cabello alborotado se encontraba sentado sobre una gigantesca roca que estaba en las afueras del lugar que les habían asignado como morada a los sobrevivientes de su raza en el planeta Delta, observando el oscuro cielo, mientras pensaba al tiempo que un recuerdo vino a su mente: ¿Quién sería el miserable?, todo fue tan rápido que ni pude percatarme de su ki.
-.Recuerdo.-
No acabe con la vida de Milk, ni con la mía, prometo no volver a acercarme a ella, lo prometo, decía con nostalgia un apuesto jovencito de cabello alborotado.
¿Y crees que yo creeré que los dos harán eso?, respondía Orius, en tono irónico.
Lo...., iba a decir algo más el apuesto joven de cabello alborotado, pero cayo, al sentir que algo paso rozando su brazo causándole un ligero dolor. Gokú dirigió su mirada hacia su brazo lastimado, al tiempo que una voz temblorosa hizo que sintiera una ola de frio recorrer su cuerpo, mientras dirigía su mirada hacia el lugar donde provenía la voz.
¡Gokú,....mi.....amor¡ decía con voz temblorosa la pelinegra que estaba ensangrentada en el piso a pocos centímetros suyos.
¡Milk¡ ¡Milkkkkkkk¡ grito desesperado Gokú, mientras se acercó a su amada para tomarla en sus brazos a pesar de estar herido, haciendo una pausa mientras decía con todas sus fuerzas a pesar del dolor que sentía en su corazón: ¿Quién fue?, ¿Quién demonios fue?, ¿Quién fue el cobarde?
-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-
¿Quién fue el cobarde?, ¿Quién fue el maldito cobarde?, ¿Por qué tuviste que ser tú?, debí ser yo quién muriera, no tú, no tú, no sé qué haré, lo he perdido casi todo, perdí a mis padres a mi abuelo y a ti mi amor, además no solo yo estoy sufriendo como dijo Vegueta, muchas de los habitantes de mi planeta también han perdido a algún ser querido, y ello me hace sentir fatal, después de todo yo tuve parte de culpa en la destrucción de Vegita, pues estoy seguro que si atacaron a Milk fue por mí, es a mí a quien querían eliminar, ahora que lo he meditado con más tranquilidad he llegado a esa conclusión, es a mí a quién querían eliminar, pero ¿Quién es la persona que quiso matarme?, ¿Quién?, pensaba Gokú, mientras su vista se nublaba por las lágrimas.
En tanto:
En un lejano planeta de otro universo, un hombre de apariencia temeraria y rostro de reptil, reía de felicidad al enterarse que el planeta de los simios como él lo llamaba había sido destruido, y supuestamente toda esa raza había desaparecido para siempre.
Ja ja ja, ahora no hay nadie que se oponga a mis planes, el estúpido chiquillo ese que lo autodenominaban el salvador de los habitantes de los otros planetas de cobardes, ha muerto, al igual que esa Diosa que los dotaba de energía, ahora no hay nadie capaz de hacer frente, nadie, decía el hombre elevando una copa.
No jefecito, no hay nadie, decía uno de sus generales.
Te promoveré a ti, y a la persona que se encargó de exterminar a Naturaleza a un mejor rango dentro de mi ejército, respondía el hombre.
¡Gracias señor Colt!, dijo el hombre.
Voy a darle la gran noticia a mi hijo, ahora nadie se opondrá a nuestro sueño, todos los universos serán nuestros, respondió Colt, mientras reía con maldad.
Universo Cero: "Planeta Delta"
Gokú miraba fijamente el cielo, al tiempo que recordaba una plática que hace algunos años había sostenido con sus familiares, antes que su padre parta a una misión encomendada por su rey.
-.Recuerdo.-
Y si no aceptas ir padre, decía Gokú.
Hijo, como comandante principal de Vegita no puedo renunciar a las misiones que el rey me ordena, así estás sean muy riesgosas, respondía Bardock, haciendo una pausa para acotar: Un guerrero tiene que estar preparado para morir si es necesario, nuestro lema "Es nuestra vida al servicio de nuestro planeta".
Pero padre, mamá...., decía Gokú.
Gine, está preparada para recibir incluso la peor noticia si llego a fracasar en alguna misión y esta me cuesta la vida, respondía Bardock.
Así es hijo, como también estoy preparada para cualquier sacrificio si fuera necesario, mi deber como pareja de tu padre es darle mi apoyo siempre, decía Gine.
Hijo, estás aún muy jovencito y te falta aprender tanto de nuestras reglas, pero hay una que nunca debes de olvidar "Nuestra lealtad a nuestros reyes y a su descendencia", hasta ahora estamos viviendo tiempos de paz, pero no se puede descartar en un futuro guerras interplanetarias, como ya lo ha habido hace muchos años atrás, si ello algún día llega a pasar, y nuestro planeta se pone en riesgo, nosotros como la familia de guerreros más leales a nuestro rey, tenemos que apoyar la decisión que él tome, sea cual fuese y nunca dejarlo solo, si es necesario morir junto a él, lo haremos sin temor, agrego el abuelo Gohan, mientras Bardock y Gine asentían y un par de jóvenes miraban sorprendidos a su abuelo.
-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-
Ese momento que nunca pensé que llegaría llego, y por lo que me comento Raditz y Vegueta, ustedes tomaron la decisión de quedarse junto a nuestros reyes, pensaba Gokú, mientras sacaba del bolsillo de su pantalón, una pequeña esfera de color naranja, que tenía 4 estrellas.
El apuesto joven miro la estrella, mientras un nuevo recuerdo apareció en su mente.
-.Recuerdo.-
Un adorable anciano le daba una pequeña esfera de color naranja a un apuesto jovencito de cabello alborotado.
Esto es lo que quería darte, lo he guardado por muchos años, lo encontré en uno de mis misiones, y lo he guardado como un amuleto, decía el abuelo Gohan.
Esta muy bonita, tiene 4 pequeñas estrellas en ella, respondía Gokú, mientras miraba la pequeña esfera.
Esta esfera será tu amuleto, te protegerá como me protegió a mí, decía el adorable anciano sonriendo.
¡Gracias abuelito! ¡gracias! respondió Gokú.
-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-
Abuelito, tú sin saber por mis propios labios de mis sentimientos hacia Milk, lo intuías, yo pude darme cuenta de ello, por eso cada vez que podías, me preguntabas ¿Cómo estaba?, ¿Cómo me sentía junto a ella?, pensaba Gokú, al tiempo que el rostro de la pelinegra venía a su mente. ¿Cómo haré para seguir viviendo sin ti?, sé que no puedo decaer, sé que no debo hacerlo, Vegueta me necesita al igual que toda mi gente, pero me es imposible no sentir este dolor, tal vez lo mejor sea hacerme a la idea que te has ido de viaje, si, que te has ido a un largo viaje, a un viaje en el cual no pude nuevamente acompañarte, pensó Gokú mientras unas lágrimas brotaban de sus ojos.
Qué haces aquí, tan solito, decía una voz, mientras se acercaba al apuesto joven de cabello alborotado, que no le dio respuesta alguna.
Milk, mi vida ya no será misma sin ti, pensó Gokú, sin notar aún la presencia de la joven de cabello en puntas.
Comprendo el dolor que debes sentir querido, fue terrible todo lo que hemos vivido, por suerte yo no perdí a nadie, pero tú al igual que otros pobladores si, decía Caulifa.
¡Caulifa! respondió Gokú al percatarse de la presencia de la joven, al tiempo que se secó rápidamente las lágrimas que habían humedecido su rostro.
¿En qué estás pensando?, decía Caulifa.
En mi futuro, respondió con nostalgia Gokú.
En tu futuro, acoto Caulifa intrigada.
Si en mi futuro y en el de todos nosotros, agrego el apuesto joven de cabello alborotado, haciendo una pausa para agregar: Tenemos que pensar en la reconstrucción de Vegita, no podremos permanecer por mucho tiempo en este planeta.
Sí, es cierto, aunque la reconstrucción de Vegita nos tomara mucho tiempo, es más escuche que lo más probable es que nuestro planeta ya no se reconstruya en el mismo universo en el cual estuvo, el Dios del Clima le sugirió al Dios Supremo que sea en otro universo, por supuesto este universo debe tener una gravedad similar al de nuestro planeta, además debe contar con la misma geografía, solo así Voltius podrá adaptarse a este y conservar su energía, mientras el Supremo decide darle la misión a otro Dios de dotarle de la misma, decía Caulifa.
Si, Vegueta me comento algo de ello, respondió Gokú poniéndose de pie, mientras pensaba: Voltius también se quedó sin ti, y nuestro árbol se quedó para siempre con nuestro secreto.
¿Ya piensas entrar?, dijo Caulifa.
Sí, respondió Gokú, luego de ello el apuesto joven empezó a caminar.
A pesar de que ella ya no está, no me será nada sencillo lograr que me aceptes de pareja, pensaba Caulifa mientras veía alejarse al apuesto muchacho.
Días después:
Un apuesto joven de mirada nostálgica, permanecía en silencio, mientras a su alrededor su grupo de amigos platicaban.
Yo seguiré siendo el príncipe de nuestro planeta, así mi padre ya no esté, yo no quiero ostentar su título, decía Vegueta.
Pero te corresponde a ti, ya que Table es aún muy jovencito, decía Nappa.
No me sentiría cómodo siendo llamado rey, por ello seguiré siendo su príncipe, y mis padres, aunque ya no estén serán nuestros reyes, Table está de acuerdo con esta decisión, acotaba Vegueta.
Es una manera de seguir teniéndolos presentes de alguna forma, decía Broly.
Así es, para mí ellos nunca dejarán de existir, ellos siempre serán los reyes de nuestro planeta, respondió Vegueta.
Es cierto, aunque los seres que uno ama ya no estén con nosotros, mientras no los olvidemos ellos siempre seguirán existiendo, eso es, viviré de mis recuerdos mi angelito bello, no permitiré que mi memoria te borre de ella, tú siempre serás mi único amor, siempre, siempre, pensaba Gokú.
¿Qué opinas de lo que piensa Vegueta, hermano?, escucho el apuesto guerrero Sayayin.
Estoy de acuerdo con él, dijo Gokú en tono nostálgico.
Kakaroto, tienes que seguir adelante, no puedes decaer, tu eres el guerrero más fuerte de nuestra raza, comprendemos tu dolor, pues nosotros también lo sentimos, pero hay que seguir adelante, así lo hubieran querido nuestros padres, pronunció Broly.
Cierto Kakaroto, los tíos, el abuelo, no les gustaría verte así, decía Túrles, haciendo una pausa para agregar: Yo perdí hace muchos años a mis padres, se él dolor que se siente, pero también sé que se debe continuar.
Así es Kakaroto, tenemos que seguir adelante, no puedes aislarte de nosotros, estos días te las has pasado solo, en tu mundo, y ello no es bueno, decía Nappa.
Tal vez fuimos preparados para perder a un miembro de nuestra familia en combate, tal vez fuimos preparados para aceptar las decisiones de nuestra familia así estás nos cause dolor, tal vez fuimos preparados para morir nosotros mismo si se diera el caso, pero perder al amor de tu vida, es algo que no lo puedo describir, siento que mi vida no tiene ningún sentido sin ella, respondió Gokú ya no pudiendo acallar su dolor.
Kakaroto, dijo Vegueta.
Saca todo tu dolor primo, acoto Túrles.
Si hermano, saca todo ese dolor que llevas dentro, no te lo guardes para ti solo, dijo Raditz, mientras el joven de cabello alborotado empezó a sollozar con amargura.
El apuesto joven de cabello alborotado, sollozo amargamente por varios minutos mientras sus amigos en silencio solo lo observaban.
¿Qué haré ahora sin ti?, a pesar de que sé que no estoy solo, que tengo a mi hermano, a mis amigos, me siento solo, muy solo, ya nada será igual sin ti, ya nada será lo mismo, solo me dejaste de recuerdo aquellos bellos momentos junto a ti, esos momentos que espero me sirvan de consuelo cada vez que sienta que ya no estás junto a mí, te amo mi niña, te amare siempre, siempre, más allá del tiempo, más allá de todo, pensó Gokú.
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