Capítulo 13: "Poder que causa envidia y a la vez sospecha"
Ya había pasado un mes desde el inicio del romance secreto entre la joven diosa y su guardián, un mes que había sido más que maravilloso para el par de jóvenes que cada segundo que pasaban junto al otro lo disfrutaban y atesoraban como el mayor tesoro de sus vidas en sus inexpertos corazones.
Bosque Sagrado:
Tras la guardia respectiva del día en el bosque, una joven diosa tomaba asiento al pie del árbol que le servía de morada, al tiempo que su guardián como siempre que retornaban de la vigilancia del bosque permanecía parado frente a ella.
Entonces el fin de semana no vendrás, decía Milk con nostalgia en su voz.
Hare lo posible por venir a verte, aunque sea por unos minutos, respondió Gokú, tratando de contener las ganas de abrazar a la joven Diosa.
Así sea solo por unos minutos que te vea, ello me hará feliz, dijo Milk dulcemente.
A mí también angelito, respondió Gokú, haciendo que en el rostro de la joven diosa se formara una bella sonrisa.
Suena tan lindo que llames así, dijo Milk, al tiempo que un fuerte viento empezó a sentirse en el lugar.
Él está aquí de nuevo, decía Gokú con cierta molestia en su voz, al tiempo que aparecía en el lugar un hombre que portaba un fino traje.
¡Hola Naturaleza! decía Orius tras aparecer en el lugar, ignorando como siempre lo hacía la presencia del guardián de la joven diosa.
Buen día, pronunció Gokú con cierto pesar en su voz.
Ah, estabas aquí, dijo con sarcasmo Orius.
Iré entrenar un poco, aprovechando su presencia, agregó Gokú.
Orius no respondió nada, solo poso su mirada en la joven diosa que se ponía de pie, mientras su amado guardián se elevaba en el aire para alejarse del lugar.
Es un tanto extraño ese simio, dijo Orius.
No me gusta que te expreses así de mi guardián, pues si él es un simio, yo también lo soy pues nací en Vegita, y aunque yo no tenga una cola como los de mi raza por ser una diosa, soy tan Sayayin como ellos, respondió con toda la firmeza que pudo Milk.
Vaya, veo que te pone sensible cada vez que hablo de tu guardián, dijo con molestia Orius.
Al expresarte así de él estas ofendiendo a todos los habitantes de este planeta y ello me incluye, agrego Milk.
Tú eres distinta, tu eres especial, dijo Orius, al tiempo que un estridente sonido inundo el lugar seguido del movimiento de la tierra.
Es Gokú, cada día incrementa más sus poderes, pensó Milk.
¿A quién le pertenece ese sorprendente poder?, decía Orius incrédulo ante lo que sentía, pero él no era el único que estaba sorprendido, los habitantes de Vegita que también habían percibido el poder del Sayayin, se preguntaban quién de sus habitantes era el dueño de ese fantástico poder.
Castillo:
Un grupo de jóvenes que habían estado entrenando entre ellos detenían sus movimientos al sentir tan increíble poder.
Es el ki de Kakaroto, dijo uno de ellos.
Es cierto, puedo percibirlo, agrego otro.
Sin duda el ser guardián de Naturaleza hizo que él desarrollara más su poder, acoto otro de los jóvenes.
Creo que ninguno de nosotros podrá alcanzarlo, añadía otro joven.
No sean pesimistas, tal vez no podamos llegar a alcanzarlos, pero si podemos seguir desarrollando más nuestro poder, recuerden que somos los mejores guerreros de Vegita, junto a Kakaroto, decía el príncipe del planeta.
Sí, es cierto, respondió Broly.
Bosque Sagrado:
Esta increíble energía, ¿será del chiquillo?, pero como pudo incrementar tanto su energía desde la última vez que estuve aquí, pensaba Orius sintiendo envidia por los poderes del joven guardián, mientras posaba su mirada en la joven Diosa.
¿Qué sucede?, dijo Milk, al sentirse observada.
¿A pasado algo en este tiempo que no he venido a verte?, respondió Orius.
¿Algo?, dijo intrigada la pelinegra.
Ese poder es del chiquillo que es tu guardián, ¿verdad?, añadió Orius.
Sí, es su poder, dijo la pelinegra con calma.
¿Cómo pudo incrementarlo tanto?, ¿tú has tenido que ver algo en ello?, agrego Orius mientras miraba fijamente a la diosa pelinegra.
No comprendo tus palabras Orius, dijo Milk lo más calmada que pudo.
Su poder se acerca mucho al de los dioses, y él no pudo alcanzar tanto poder en tan poco tiempo salvo que...., decía Orius.
Él entrena mucho, y tiene una capacidad única para elevar su poder conforme va teniendo más batallas, y él ultimadamente junto a otros guerreros de este planeta han enfrentado a otros guerreros muy poderosos de otros planetas, por ello su poder se ha incrementado, respondía Milk con serenidad.
Por ello, acotaba con cierta desconfianza Orius.
Si por ello, sino ¿A qué crees que se debería tal incremento de su poder?, dijo Milk, con calma.
Confiare en tu palabra, respondió Orius, mientras pensaba: No, lo que estoy pensando es un absurdo, Naturaleza conoce nuestras normas y las respeta, y ese simio, también las conoce y sabe de las consecuencias que podrían desencadenarse si él decide romperlas.
En otro lugar de Valle Sagrado:
Un apuesto guerrero de cabello largo negro un tanto alborotado descendía del aire, mientras pensaba: Ese Dios tiene interés especial en Milk, y ello me incomoda, a pesar de saber que ella no muestra interés en él, su sola cercanía a mi bello angelito me da molestia, pero no puedo demostrarla, no puedo, nuestro amor debe ser un secreto solo de los dos, por el bien nuestro y por el bien de Vegita.
Gokú al estar en el piso, tomo asiento en el pasto, mientras tomaba una de las flores que había en el mismo.
Eres tan bella como mi angelito, mi Milk, tengo que buscar la manera de venir a verte en estos días, así sea solo por algunos segundos, tengo que verte, pensaba Gokú.
Tiempo después:
Un joven de cabello desordenado caminaba con cautela hacia un gigantesco árbol, al ver que no había nadie en la zona que rodeaba el mismo decidió continuar su camino, llevando consigo un pequeño ramo de flores.
Creo que ya se fue, no siento su ki por ningún lado, pensó Gokú, mientras entraba al gigantesco árbol.
¡Gokú! dijo una pelinegra que estaba dentro del mismo, mientras se ponía de pie y camino presurosa a darle el encuentro.
¡Disculpa por no volver antes! Pero pensé que aún podía seguir aquí, respondía Gokú, mientras detenía sus pasos y le mostraba las flores a su amada, al tiempo que acotaba: Para ti.
¡Gracias! son tan hermosas, dijo Milk tras recibir las flores, haciendo una pausa para agregar; Se fue hace poco tiempo.
Con razón aún sentía su ki mientras volaba hacia aquí, pero luego deje de sentirlo, respondió Gokú.
En tanto:
En otro planeta de la galaxia, Orius caminaba presuroso por un pasillo.
Señor Orius, decía un hombre uniformado.
Quiero hablar con el supremo, respondió Orius.
En este momento, él está en reunión con algunos dioses de la galaxia sur, respondió el hombre.
¿Recién empezó la reunión?, respondió Orius.
Si, dijo el hombre.
Bien, entonces iré al librario, necesito revisar algunos papiros, respondió Orius continuando su camino.
Tiempo después:
Esto no me sirve, decía Orius, colocando un montan de documentos sobre una mesa.
¿Qué es lo que anda buscando su excelencia?, decía un hombre de lentes.
Documentos relacionados con Dioses y sus guardianes, respondió Orius.
Creo que he visto alguno de ellos, decía el hombre mientras se dirigía a buscar en unos estantes los mismos.
Mientras tanto: "Vegita"
Y eso me dijo mi padre, decía un joven de cabello alborotado hasta los hombros.
Mi padre también me comento lo mismo, respondía Vegueta.
Sin duda el poder de Kakaroto está causando temor en otros planetas, decía Túrles sonriendo.
No solo temor, sino también envidia de los guerreros que se creían los más poderosos del universo, mi padre me comento ello, respondió Raditz, haciendo una pausa para acotar: Ellos están viendo en Kakaroto alguien que puede arruinarles sus planes de conquista.
Cierto, aunque el poder de Kakaroto no solo despierta la envidia de los guerreros de otros planetas, sino también de los guerreros del nuestro, dijo Nappa, haciendo que sus amigos posen su mirada en él, al tiempo que el joven agregaba: E escuchado a muchos de nuestros guerreros preguntarse, ¿Qué habrá hecho Kakaroto para elevar tanto su poder en tan poco tiempo?
Bueno esa pregunta hasta yo me la he hecho, decía Broly sonriendo.
Y yo, agrego Túrles.
Mi hermano es un Sayayin con un talento súper especial, a mí no me extraña que haya elevado su poder tan rápido, decía Raditz, mientras Vegueta se tornaba pensativo.
No, no debo pensar en tontería, Kakaroto sería incapaz de romper alguna norma solo para elevar más sus poderes, además si ello fuera cierto, Vegita ahora ya estaría destruida, de seguro todo el poder que Kakaroto ha desarrollado en este tiempo es fruto de su esfuerzo, pensaba Vegueta.
Bueno, yo voy a tomarme un merecido descanso, por algunas horas, decía Túrles mientras se ponía de pie.
¿Andas en saliditas con alguna de nuestras féminas?, respondió sonriendo Broly.
En ello ando, aunque no solo salgo con una, acotaba Túrles sonriendo.
Para elegir bien hay que conocer a diferentes féminas, decía Nappa.
Si, ello es cierto, respondió Broly.
Bueno, yo no tengo aún interés de conocer a nadie, dijo Vegueta.
Yo tampoco, respondió Raditz.
Kakaroto, decía Broly.
Mi hermanito menos, acoto Raditz.
Kakaroto ya está aquí, dijo Broly.
Sí, es cierto, respondió Vegueta, tras ver al nombrado acercarse al lugar donde él estaba junto a sus amigos.
Muchachos, ¿Qué hacen todos reunidos aquí?, decía Gokú, mientras caminaba hacia su grupo de amigos.
Estábamos platicando, aunque Túrles ya se iba, respondió Nappa sonriendo.
Bueno, ya que esta Kakaroto y creo que tiene mucho que contarnos me quedare unos minutitos más decía Túrles.
Mucho que contarles, respondió extrañado el apuesto joven de cabello alborotado.
¿Cómo vas con Naturaleza?, agrego Túrles de manera picara.
¿Qué?, dijo Gokú, tratando de mantener la calma.
Creo que el ser guardián de esa belleza te ha beneficiado mucho, acotaba Túrles sonriendo.
No comprendo lo que dices Túrles, dijo tratando de sonar calmado Gokú.
Es que últimamente tus poderes..., decía Túrles.
Túrles deja de andarle insinuando cosas sin sentido a Kakaroto, y mejor ve a donde tenías que ir, no hagas esperar a esa mujer, respondió Vegueta.
¿Saldrás con una fémina?, decía Gokú sorprendido.
Si, hoy saldré con Akae, la próxima semana con Hena, y la siguiente con..., respondía Túrles, mientras sus amigos sonreían y Gokú miraba sorprendido a su primo.
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