Vamos A Ser Papás
Dylan
Ty y Carlos habían empezado a discutir en español, no entendía un carajo y me parecía extraño, todas las veces que habíamos venido él y yo sus primos nos daban una calida bienvenida pero traer a Lily al parecer no había sido de su agrado porque no dejaba de mirarla con... ¿Desprecio...? Okay, Quiero pegarle por mirar a mi novia así.
-¡Por culpa de uno de los suyos me he separado de Guada! -Señaló bruscamente a Lily con su espátula.
-Suficiente... -gruñi dando un par de pasos hacia él, sin importar lo que había dicho, no me gustaba la manera en la que miraba despectivamente a Alicia.
Sentí una mano en mi antebrazo y giré. Crys estaba preocupada, me indicó algo con la cabeza y no le entendí un carajo, volvió a hacerlo y giré, en seguida bajé la guardia al ver a Lily, estaba ida, demasiado ida en sus pensamientos. Me acerqué a ella y tomé sus manos, sudaban, mi bebé estaba temblando. Mierda, esto ya es malo.
-Lily... -la llamé sin obtener respuesta- Lily contéstame... -tomé su barbilla para que me mirada pero ni siquiera así, lo único que conseguí fue llamar la atención de Ty y de Carlos- Alicia...
-¿Qué...? -Ty se preocupó- ¿Qué ocurre?
Humedeci mis labios rápidamente, era un maldito tic nervioso de tantos de los que tenía.
-No contesta, creo que está... creo que está en un especie de Shock -tomé su rostro- Alicia... Alicia...Bonita por favor... ¡Alicia!
Ella pareció reaccionar ante mi voz. Sus ojos chocaron con los mios, los ojos mieles más hermosos que había visto luego de los de mamá. Sus escalofríos no cesaron, dio un par de pasos atrás desorientada hasta que su mirada cayó en los chicos, Ty y por último Carlos, Alicia al ver al último agachó la mirada.
-Lily... -murmuró Crys pero no pudo continuar siquiera porque ella salió del restaurante.
Mi primer reflejo fue seguirla. Salí del restaurante y vi que ya iba por las esquina. Esto era increíble, sinceramente increíble ¿Cómo podía correr tan rápido? La última vez que la llevé a uno de mis entrenamientos matutinos me dijo que me adelantara y la viera en el parque, cuando llegué ella ya estaba ahí bebiendo una limonada, era de suponerse que iría más rápido, bueno, el taxi en el que llegó había sido más rápido que yo. Aumente la velocidad al ver que echó a correr más rápido que yo, mierda, si los Garlopos mierteros de Ki y Thomas me hubiesen visto se huberan echado a reír.
Estuve tan cerca de alcanzarla pero al cruzar la calle un auto se detuvo antes de poder atropellarme, recibí insultos latinos que no llegué a entender ya que no hubo ni uno similar a los que Alicia solía gritarme 24/7 al cruzar bien la calle maldije para mis adentros, la había perdido de vista.
-Maldito Maduro.
(...)
Estuve alrededor de una hora buscándola, incluso Tyler y Crystal me habían conseguido en una de las calles conduciendo el Jeep, me pidieron subir a él para buscar a Alicia pero decidí hacerlo por mi propia cuenta, yo no tenía ni una mínima gota de paciencia y lo último que necesitaba ahora era desesperarme porque los autos no se hacían a un lado. Había perdido la cuenta de todas las calles que había recorrido y todos los nombres que había olvidado pero no me importó, no me importaba perderme en un lugar que no entendiera siquiera su idioma, prefería hacerlo con tal de que mi Bonita estuviera conmigo segura.
-Alicia Michelle, dónde demonios te habrás metido... -murmure mirando hacia todos lados en busca de una gorra vieja de los Mets en la cabeza de una chica de piel bronceada.
Intenté llamarla pero recordé muy tarde que su teléfono a parte de que lo tenía yo, tanto el mio como el suyo tenían la linea muerta a no ser que tuviésemos WiFi para utilizar WhatsApp. Me senté a la orilla de la fuente de la plaza agotado. Aparte algunas gotas de sudor que caían por mi frente con mi antebrazo, estaba malditamente desesperado.
-¿Porqué estás llorando?
Levanté mi vista de mis manos al escuchar aquella dulce voz. Una preciosa niña morena estaba parada frente a mí mirándome con sus hermosos ojos, su cabello rizado estaba atado con una cinta y llevaba unos zapatos azules.
-Lo siento cariño, no hablo español
La niña siguió mirándome en silencio. Era del mismo tamaño que Kendall pero obviamente más inocente y menos poseída por el demonio. Acercó su mano a mi mejilla y apartó una lágrima rebelde fugitiva.
-No soy tan bien hablando inglés pero yo intentarlo.
Se sentó junto a mí en la orilla de la fuente y sus pies dejaron de alcanzar el suelo. Era tan tierna.
Intenté sonreirle pero lo único que salió fue una mueca.
-Estoy buscando a alguien.
-¿Tu mamá? -negué.
-Mi novia.
-¿Y porqué?
-Salió del restaurante corriendo.
-¿Y porqué?
-Por un malentendido.
-¿Y porqué?
Suspire pesadamente. Amaba inmensamente a los niños, créanme pero no era el momento preciso para mantener la conversación con uno, mucho menos de aquellos que hablaban hasta por los codos.
-Cosas de adultos, cariño -suspire- no puedo explicartelo ahora, necesito encontrarla.
-¿Entonces qué haces aquí sentado si se supone que debes estar buscándola?
Era lista.
-Ni siquiera sé dónde está -pasé las manos por mi cara, estaba estresado, preocupado y cansado de tanto correr- sólo quiero encontrarla.
La niña bajó de la orilla y se paró frente a mí, tiró de mi brazo.
-Vamos, te ayudaré a buscarla... -estaba a punto de replicar, no quería arrastrarla a esto- por favor.
-Yo...
-Puedo ayudar, lo prometo -juntó sus manos- sólo dime cómo es, la encontraremos.
Sus enormes y tiernos ojos no dejaban de mirarme, era consciente de lo adorable que se veía haciendo aquello y lo estaba usando en mi contra, no podía rehusarme a una mirada así, me mataba. Siempre había sido muy blando con los niños, me amaban sobretodo las niñas, mamá decía que cuando fuera padre iba a malcriarlos mucho, no podía decirles que no, me encantaban.
Suspire y me apoyé en mis rodillas para levantarme.
-Se llama Alicia, es más baja que yo, tiene el cabello castaño y trae puesta una gorra de los Mets -le expliqué.
Me miró picaramente.
-¿Es bonita?
Le sonreí.
-Preciosa -la niña cubrió su boca tratando de ocultar una risita, adorable- vamos entonces.
Empezamos a caminar alrededor de la fuente mientras buscábamos a Lily y la niña había tomado mi mano para no separarse en el proceso, entonces tuve curiosidad de algo.
-Oye, ¿Cómo te llamas?
-Lo siento, mi mamá dice que no puedo darle mi nombre a extraños
Reí.
-Entonces me dices que te sentaste conmigo sólo porque me viste llorando, intentas hablar mi propio idioma sólo para entenderme y además insististe en ayudarme a buscar a mi novia -la niña asintió, reprimi una carcajada- puedes hacer todo eso, ¿Pero no puedes darme tu nombre? Eres increíble.
Sonrió de manera cómplice.
-Asi es... Dylan.
Parpadee un par de veces
-Mira nada más, también te sabes el mio, eso no es para nada justo, ¿No crees?
-No es mi culpa que salgas en la tele -levanté una ceja. Ella si era consciente de quién era yo, al parecer- mi hermana está perdidamente enamorada de ti.
-¿Ah si?
Ella asintió.
-Si, tiene muchos pósters de ti, ha visto muchas de tus películas y no para de balbucear todo el día sobre ti -rodó los ojos para si misma- también le gusta tu amigo, el lobo.
-¿Te refieres a Tyler? -ella asintió, reí- bien, hagamos un trato
Me detuve frente a ella
-Te escucho.
Mierda, si ella viviera por casa de mis tios se llevaría de maravillas con Kendall, eran tal para cual.
-Si me ayudas a buscar a mi novia, prometo darte un autógrafo para tu hermana antes de irme -le extendi mi mano- ¿Tenemos un trato?
Ella no pareció pensarselo mucho porque aceptó de inmediato. Continuamos buscando a Lily por la plaza pero no tuvimos mucho éxito hasta que la pequeña habló.
-¿No es ella?
Señaló a una chica de espaldas sentada en la orilla de la fuente. Mi corazón empezó a palpitar con mayor fuerza y mi respiración se detuvo, era ella. No podía creer que estuvo todo este tiempo en el otro extremo de la fuente a mis espaldas, era obvio que no iba a poder verla.
Estaba a punto de darle una afirmación a la pequeña cuando echó a correr hacia Lily, intenté ir tras ella pero aún así no pude impedir que le hablara.
-¿Eres la novia de Dylan? -le escuché decir, ambas estaban a unos cuantos pasos de mí y Alicia al parecer no lo había notado.
Ella levantó la mirada, en efecto mi Bonita había estado llorando, su nariz estaba roja y no paraba de sorberla, el corazón se me encogió. La vi asentir, entonces la niña me buscó con la mirada y me llamó.
-¡Dylan la encontré, es ella!
Alicia se sorprendió al escuchar a la niña llamarme, sus ojos encontraron los míos, estaban tristes, demasiado tristes. Di un par de pasos hacia ellas y Alicia se levantó rápidamente, pensé que echaría a correr y tendría que volver a ir en su búsqueda persiguiendola pero no me importó, sería capaz de perseguirla hasta el fin del mundo con tal de tener la certeza de que tarde o temprano volvería a tenerla en mis brazos para decirle que todo iría bien, que iba a protegerla pasara lo que pasara, porque así iba a serlo. Si, puedo asegurarles que Alicia echó a correr, pero no fue a tomar otro rumbo.
Porque el rumbo que tomó ésta vez había sido al frente, su rumbo había sido yo. Ella había corrido hasta mi, había corrido a mis brazos.
Desde ése momento me hice la promesa de que jamás me volveria a permitir perderla y que si aquello llegase a pasar no pararía de correr hasta volverla a tener junto a mí, después de todo aquél era el lema que nos había enseñado James Dashner a todos los habitantes del Área.
Recuerda, corre, sobrevive.
Recordaría todo aquello que le permitía a Alicia tenerme cómo lo hacía, correría en su búsqueda y sobreviviría para poder decirle lo mucho que la amaba.
Lo prometo.
Alicia
Nawebona, Dylan le echó bolas oyó, no puedo creer que me haya seguido hasta acá pero ajá, yo tampoco podía creer que había corrido tanto, a la verga, debo estar pilas de no toser porque se me puede salir un pulmón del esfuerzo.
Sentí sus brazos ascender hasta tomar mis mejillas. Su labio inferior estaba amordazado entre sus dientes y sus ojitos mieles me miraban preocupado, parecía un cachorrito, yo por otro lado seguramente tenía la cara vuelta un culo con el rimel corrido y los rastros de las lágrimas jodiendome el polvo, pero qué se le podía hacer, él era Dylan O'Brien y era perfecto, yo por otro lado era azara'
-¿Quieres hablar corazón o simplemente quieres que siga abrazandote? -sus pulgares acariciaron mis mejillas tratando de apartar las lágrimas que seguían cayendo
Su voz, su voz era la kriptonita que me jodia en ése momento. Su voz me hacía sentir tan serena, me daba calma y seguridad pero a la vez me encogia el corazón que me mirara de aquella manera, que su voz se volviera más suave al igual que su ternura, su voz me revolvia los sentimientos provocandome que lo quisiera aún más cerca de mí, que me abrazara lo más fuerte que podía y que mis lágrimas humedecieran la tela de su sudadera. De verdad Dylan tocaba ciertos puntos débiles en mi con tan sólo el sonido de su voz que me parecía increíble.
Sorbi mi nariz.
-¿No pueden ser ambas?
Sonrió dulcemente.
-También es una opción -acarició mi cabello- Me diste un buen susto, no vuelvas a hacerlo o harás que me de una crisis nerviosa.
-Dramático.
-¿Me lo dices a mi? -levantó una ceja- a ti solamente te faltó la música de fondo al salir huyendo, cariño.
Rodé los ojos.
-Mmaguevo.
-Mmagueva -abrí los ojos más de lo normal produciendo una risa en él- ¿Qué? ¿Dónde dice que sólo tú puedes decirlo?
No si, arrecho.
-Vean al carajito pues -silbe, Dylan se echó a reír- Perdóname, Dy, no debí salir corriendo así.
Negó.
-No lo hagas, Bonita... -tomó mi mentón- pero si quisiera saber el porqué lo hiciste, lo juro, no entendí nada de la discusión.
Desvie la mirada. O sea, el beta era por la discusión pero a la vez no, no soportaba estar en una discusión, en frente de una o ser causante de una, me traía muy malos recuerdos y mi familia lo sabía, Teresa había quedado igual que yo pero esa era nervios de acero y trataba de hacerse la loca, yo era demasiado gestual, no podía disimular aunque quisiera algo así. Mami y mi tía cuando peleaban por una vaina demasiado seria trataban en lo más posible de no hacerlo frente a nosotras o simplemente tragarse las vainas por la misma razón. Sabía que debía hablar con Dylan respecto a todo y no exactamente sobre lo ocurrido en el restaurante, debía decirle todo lo que había pasado con papi y la arrecha empatía que sentía hacia el suyo, era algo que no podía seguir ocultandole más. Recuerdo una vez que estuve casi a punto de decirselo pero me contuve para no cagar nuestra primera cita, no quería que luego de contarle todo aquello cambiara su trato hacia mí y me empezara a tratar como si fuera de vidrio y que con lo más mínimo que me dijera me fuera a echar a llorar, no quería que me tratara con lástima o el típico «Ay pobrecita, se murió su papá» con el que Teresa y yo tuvimos que vivir desde que tenía doce años. No quería que me tratara diferente.
-Te lo diré pero no ahora, ¿Si? Lo menos que quiero hacer en estos momentos es hablar de eso -suspire. Volví a envolver mis brazos en su torso y aspire el olor a macho de su perfume que salía de su sudadera.
-Hey... -levanté la mirada- hay alguien a quien creo que debes conocer
-¿Hmm...?
Dylan hizo una seña tras de mí y voltee, estaba llamando a la carajita que me había hablado ahorita. Ella se señaló a si misma y Dylan asintió, la niña aún no muy convencida se acercó, le daba pena vernir con nosotros.
La coñoemadre era burda de lo cuchi, parecía a la primita Narco de Dylan pero con rulitos. No sé, era como la combinación de Kendall y la carajita esta de Mi Villano Favorito, Agnes.
-Bonita, ella es mi nueva amiga -tomó la mano de la niña para acercarla a mí- me ha ayudado a buscarte por toda la plaza, de hecho fue ella quien te vio en primer lugar.
Le sonreí.
-Hola preciosa.
La carajita me sonrió con los cachetes rojos.
-Ella es Alicia, mi novia.
La carajita tiró de su brazo para que se agachara hasta llegar a la altura de su oreja.
-Es muy bonita -le susurró a Dylan.
-Ya lo sé... -respondió éste de la misma manera cómplice.
Nawebona, sinceramente lo más tierno que había visto en la vida.
-¿Cómo te llamas? -le pregunté a la carajita.
-No te va a decir su nomb...
-Me llamo Liliana -me respondió- pero todos me dicen Lily.
-Bonito nombre, Lily. A mi también me dicen así.
Su rostro mostró emoción.
-¿En serio? -asenti- asombroso.
Dylan balbuceó.
-¿Qué demonios...? -chilló- ¿Porqué a Alicia si le dijiste tu nombre y a mi no?
-Mami dijo que no podía darle mi nombre a extraños, ella... -me señaló- es una chica.
Verga, y yo creía que la lógica del Jorjius era arrechisima.
Dylan puso los ojos en blanco.
-No voy a discutir ante esa lógica -negó para sí mismo y luego observó uno de los carritos de comida que habían por ahí- bueno Lily, creo que te has ganado un premio por ayudarme a encontrar a mi novia, ¿Te gustaría un helado?
Los ojos de la carajita empezaron a brillar full
-¿En serio? -Dylan asintió- ¡Si, por favor! Me gustaria.
-De acuerdo, entonces... -Dylan la levantó en brazos y la sostuvo con uno antes de entrelazar mi mano con la que tenía libre- vamos por uno.
(...)
Habíamos pasado un buen rato sentados en la fuente comiendo helado mientras Liliana nos contaba muchos betas que le habían pasado, como hablaba la carajita, a la verga, mis días oscuros de Santa Claus estaban volviendo, aiuda. A Dylan por otro lado no parecía importarle, de hecho se podía ver que era capaz de escuchar sus betas todo el día sin tener que prestarle atención a otra vaina que no fuera la niña lo cual me causó full ternura. Un rato después la mamá de la carajita apareció y le dijo que se tenían que ir cosa que al gafo este le dio vaina porque le había agarrado cariño a la carajita, hubieran visto la vaina que hizo.
-Adiós Alicia -la niña me dio un abrazo y un beso en la mejilla.
-Adiós cosita bonita -la apreté entre mis brazos.
Luego de que la soltara se acercó a Dylan y repitió la misma acción.
-Adiós, Dylan.
Dylan le tomó del brazo antes que la carajita se fuera y se acercó a su mamá.
-Disculpe, ¿Tiene un marcador o un bolígrafo?
La señora registró en los corotos de su cartera hasta que le extendió un sharpie. Dylan se quitó su vieja gorra de los Yankees y la firmó, luego me miró a mí.
-Amor, ¿Podrías darme la gorra de los Mets?
Me quité la gorra y se la pasé. Él la firmó en la parte inferior de la vicera y a parte escribió algo más en ella antes de entregarle ambas a la niña.
-Gracias -le dijo a la mamá y luego se apoyó sobre su rodilla para estar a la altura de la niña- Esta, es para tu hermana -Señaló la de los Yankees- después de todo teníamos un trato, ¿No? -le sonrió- y esta... -tomó la de los Mets en sus manos- es mi gorra favorita, la tengo desde hace años y siempre la he llevado puesta cada vez que veía un juego con papá, perteneció a Syndergaard, mi jugador favorito, la lanzó a la tribuna la primera vez que fui al estadio con papá en New York. Lily, quiero que tu la conserves ahora...
La niña miró la gorra que estaba entre las manos de Dylan.
-¿Yo...? ¿Porqué?
-Creo que es justo, tu me ayudaste a encontrar a lo más preciado de mi vida y yo te estoy dando lo más preciado de mi niñez -se la colocó, le quedaba un poco grande pero no importaba. Amo a ése desgraciado- ¿Prometes que la vas a cuidar? -ella asintió efusivamente haciendo sonreír a Dylan- bien cariño, cuídate y portate bien con mamá, ¿Si?
Su mamá miró tiernamente a Dylan al ver el gesto que estaba teniendo con Liliana. Ambas se alejaron de nosotros pero Dylan aún seguía en la misma posición mirandolas irse, como si esperara al...
Liliana miró hacia atrás y echó a correr de regreso. Aferró sus brazos al cuello de Dylan y le dio un beso en la mejilla antes de regresar nuevamente con su mamá tan rápido como se devolvió.
Sonreí tiernamente al haber presenciado la escena más cuchi del mundo menor. Dylan se levantó y limpió su pantalón antes de entrelazar nuestros dedos.
-Tengo hambre, ¿Te gustaría pasar por McDonald's y pedir para llevar? -preguntó tratando de ignorar lo de hace un momento mientras ambos empezábamos a caminar.
-Vas a ser un gran papá... -le comenté.
Sus mejillas se tiñeron de carmesí.
-Si, mamá opina lo mismo -respondió desviando la mirada, le dio penish- ¿Cuántos le darás?
Frunci el ceño.
-¿Cuántos qué?
Dylan me miró como si fuese la vaina más obvia del mundo
-Nietos, quiere ser abuela antes de que yo cumpla los treinta -Pelé los ojos, a la verga, ¿Ven las sendas indirectas que tira él como si nada?- yo quiero cuatrillizos, si me lo preguntas.
Balbucée
-¿Q...Qué?
-Ya sabes -me atrajo más a su cuerpo- algún día cuando seamos viejitos tendremos que tener herederos, porque te casaras conmigo, ¿No es así?
Khe...
Ya va
KHE
HOUSTON TENEMOS UN PROBLEMA
marica se me fueron las luces que hasta Dylan tuvo que sostenerme para no irme de jeta, se echó a reír porque él estaba claro de todo lo que estaba diciendo pero se estaba haciendo el loco el muy mmaguevo.
-Cuidado preciosa, puedes caerte... -rodeó mis hombros- ¿Qué ocurre?
Lo miré de manera incrédula.
-Marico ¿Tu eres consciente de lo que estás diciendo?
-¿A qué te refieres? -preguntó tratando de hacerse el inocente- ¿La parte en la que te estoy pidiendo cuatrillizos? O ¿La parte en la que te estoy pidiendo que te cases conmigo?
¿Vieron cómo es él?
Que molleja.
Es que a él le encanta meter sustos, un motorizado y él, a la verga.
-Muchacho marico -puse los ojos en blanco- esas vainas son serias Dylan O'Brien.
-¿Quién dijo que lo que estoy diciendo no es nada serio para mí?
Señor...
Nojoda
Nojoda, nojoda, nojoda
NOJODA
NO JO DA
-Dylan...
La comisura de su labio izquierdo se elevó tratando de insinuar una de sus sonrisas socarronas, nawebona, ese coñoemadre sabía cómo comprarme.
-¿Quieres casarte conmigo?
De verga no me ahogo con mi propia saliva.
-¿Qué...?
-Obvio, más adelante ya sabes -se encogió de hombros como si estuviesemos discutiendo sobre la destrucción de la capa de ozono- Aún somos demasiado jóvenes pero... yo... ya sabes. ¿Quieres casarte conmigo?
Voy a arrancarme los pelos y las pestañas nojoda.
-Yo... -Asenti, una, dos, asenti varias veces- Si, si... ¡Si nojoda, si!
Chille. Marica nawebona, la emoción que me invadió fue tan grande que me le tiré encima dándole poco tiempo para que sostuviera mis muslos y evitar que ambos nos fuéramos de jeta. Dylan soltó una dulce carcajada, tomé sus mejillas y acerqué sus labios a los míos en un cálido beso, ni siquiera notamos que los demás nos estaban mirando pero si llegamos a hacerlo no le paramos bola, sólo éramos él y yo en ése preciso momento
-Dy... -susurre cayendo en cuenta de toda esa gente que me estaba viendo con las piernas enrolladas en su torso- creo que ya deberíamos irnos antes que sigan sacando más fotos, no tenemos las gorras para cubrirnos.
Dylan apartó un mechón de mi cabello de mi rostro.
-No me importa cariño, que nos miren -acarició mi mejilla- que tomen las fotos que les plazcan, ya a este punto me importa una mierda lo que los demás piensen, somos Dylicia, punto.
Sonreí.
-Somos Dylicia.
(...)
Eran las ocho cincuenta y Dylan y yo estábamos acostados boca arriba en la cama del hotel mirando al infinito y más allá y contemplando los vuelos de las moscas, todo por no prender el televisor porque nos daba ladilla pararnos a buscar el control. Éramos tan goals.
-¿Porqué siento que estamos olvidando algo? -pregunté.
Dylan se estiró junto a mí, ya era la segunda vez que lo hacía, el mayen lo tenía loco debido a que no quería dormir tan temprano porque terminaría parandose en la madrugada sin nada que hacer y con ganas de joderme la existencia a esa hora.
Él era ladilla a todo terreno.
-Si se te olvidó seguramente no era importante -Respondió- aunque tratándose de ti yo me pondría a pensar un poco más amor, tu memoria de corto plazo deja en ridículo a la de Dory.
No si.
Le metí un coñazo en el brazo provocandole un gemido de dolor.
-Eres sendo mmaguevo, ¿Estás oyendo, Dylan José?
-Y tu tienes la mano pesada, preciosa
Lo miré con los ojos entrecerrados
-Si eres cobero nawebona.
-Si, seguramente -rodó los ojos para si mismo. Estaba a punto de responder ante su sarcasmo cuando llamaron a la puerta- ¡¿Quién?!
-¡Soy Ty!
-¡No hay nadie! -grité esta vez yo.
-¡Ja ja! -el carajito pasó como perro por su casa con tremenda pinta recibiendo varios silbidos de nuestra parte- gracias, graci... ¿Porqué demonios no están listos? La reservación es en diez minutos.
Miré a Dylan y para mi sorpresa él me estaba mirando con el mismo ceño fruncido que yo.
-¿Reservación? ¿Cuál reservación?
Ty nos miró como si fuera la vaina más irónica del mundo.
-¿Cena? ¿Noticia? -aún seguíamos igual- ¡No mamen, putos cabrones, Jeff!
Dylan y yo volvimos a mirarnos pero esta vez con el pánico reflejado en los ojos.
-¡Jeff! -gritamos ambos.
Cinco segundos después estabamos hechos un culo en ropa interior tratando de ponernos una vaina elegante. Ty suspiró para sí mismo y se echó en la cama para jugar con su teléfono. A la verga de cochinos, al regresar de la plaza nos había dado ladilla bañarnos y nos tiramos así mismo en la cama chama, gracias a Dios a ese y a mi no nos da violín porque nawebona ¿Se imaginan esa vaina? Mijo asi mismo nos tiramos los trajes luego de echarnos por si a las moscas otra capa de desodorante en aerosol, había tomado uno de los vestidos de Holland que le había pedido cuando se quedó a que el Jorjius por "para siempre" si saben a lo que me refiero, los tacones y volé al baño a pasarme un cepillo en la cabeza, un poco de polvo y un brillo ahí, al salir me rocie un poco de perfume de frutas y listo, tas tas, diva a todo terreno me dicen. Miré a Dylan y suspire, a la verga, todo el tiempo era la misma vaina cuando teníamos que salir a un sitio elegante.
Cargaba la camisa blanca mal abotonada y con una solapa fuera del pantalón de vestir, el saco con el cuello mal acomodado, la corbata floja encima y estaba peleando con los zapatos de vestir hasta que terminó cayéndose de costado.
Ty se rió desde la cama.
-Verga carajito, tu no eres bruto pero te empeñas en echarle ganas.
Le tendi una mano para ayudar a levantarlo.
-¿Cómo... Cómo mierda te vestiste y te arreglaste tan rápido?
-Eso amigo mio, se llama ser diva a todo terreno... a ver, quita -le quité el saco con su ayuda para luego desabrocharle la camisa y acomodarsela como iba- verga Dylan, de pana que a veces pienso que tienes cinco años
-Opino lo mismo.
-Cállate Ty... -le dijo antes de mirarme- no soy bueno bajo presión.
Puse los labios en linea recta y lo miré con ironía.
Metí su camisa dentro del pantalón antes de acomodarselo y luego lo ajuste bien.
-Quiero cuatrillizos Bonita -imite su voz mientras le acomodaba el saco- querrás decir quintillizos contandote porque ni siquiera tu te puedes vestir como es, mmaguevo.
-Deja de quejarte y ayudame con la corbata, mi amor.
Le ofrecí mi mejor sonrisa falsa tratando de que la notara mientras le hacía el nudo de la corbata, en cuanto esta vaina estuvo lista tiré de ella logrando que el gafito se atragantara.
-¡Alicia! -intentó decir. Ty y yo nos echamos a reír viendo a Dylan tratando de aflojarse la corbata para no morir ahorcado- muy graciosa, mmagueva.
Ty rió aún más fuerte.
-¿De dónde...? -trató de parar de reír pero le fue imposible- ¿De dónde aprendió a decir eso?
Me hice la loca mientras le terminaba de acomodar la corbata como era.
-Anda al baño y mojate el cabello -le dije- pero solamente el cabello, si llego a ver una gota en cualquier otro lado voy a darte una rumba e' coñazos.
¿Qué hablan? La del carácter iba a ser yo porque si es por Dylan... amundo
Dylan fue rápidamente al baño. Busqué entre mis corotos y saqué un peine, Tyler me seguía con la mirada.
-¿Y tú de qué te quieres reír, gafo?
-De lo mucho que a él le fascina verte molesta -no si- ¿Qué no lo ves? Es como si desde su punto de vista tus gritos estuviesen en mute y él en su mente estuviera pensando: «Dios, que linda es» «No sé qué mierda me estará gritando pero voy asentir para que no note que no le estoy prestando atención»
Puse los ojos en blanco
-Cállate mardito.
Él volvió a reír sabiendo que estaba en lo cierto. Dylan salió segundos después de baño con el cabello mojado y gotas de agua escurriendole por la frente. Tomé la toalla que rodeaba su hombro y lo seque rápidamente antes de empezar a pasarle el peine hasta atrás.
-Esto amigo mio -hablé- es la técnica patentada de mi primo Jefferson cuando se iba de rumba sin bañarse since 2010, ninguna de sus jevas llego a sospechar, ese desgraciado es un Máster.
Terminé de pasarle el peine hasta que todos sus cabellos estuvieran echados hacia atrás, les juro que me acordé de Leonardo DiCaprio en Titanic o como la Teresa le decía, Leo Polito por... obvias razones. Dylan sacó de su mochila su perfume y se roció dos veces en el cuello.
Diosssss menor, de verga no caí drogada por esa vaina. Amaba su perfume chama.
-¿Y bien? -llamé la atención de Ty señalando a Dylan- ¿Cómo quedó?
Ty lo examinó de arriba a abajo con la mirada. Arrugó la cara antes de decirme en español.
-Parece que fue lamido en el pelo por una vaca.
Marica me reí, me reí horrible oyó.
-¿Qué? -preguntó Dylan- ¿Qué dijo?
Ty se levantó de la cama y guardó su teléfono en el interior de su saco.
-Que te vez bello, bebé -le guiñó un ojo. Este si es marico- andando, Jeff y Jake esperan.
Dylan aún sin estar convencido nos siguió. Tomamos el ascensor, aquellos dos no paraban de hablar tratando de omitir todo lo posible lo ocurrido en el restaurante pero Ty no paraba de mirarme de reojo, sabía que tarde o temprano debíamos hablar del tema.
-Tenemos reservación a nombre de Jeff Davis -le dijo Ty al mesero.
El pana asintió y nos pidió que lo siguieramos. Chama admito que el restaurante del hotel la daba burda oyó, tenía un motivo dorado, todo parecía de oro, los muros, el candelabro, los marcos pero a la vaina, lo que más me había encantado era el fancy vitral de todo el techo. Todos los del Cast estaban sentados al fondo del recinto en una mesa muy larga fancimente decorada, Crystal cargaba una cara de ladilla que no jugaba carrito por culpa de Daniel que no dejaba de fastidiarla y Holland hablaba animadamente con los gemelos. Arden fue la única que nos notó por lo que les avisó a los de la mesa.
Esa coñoemadre estaba clara que al único que había notado era a Tyler y su fancy wayuco.... okno. El mariquito se veía arrechamente cogible con ese Smocking.
-Les dije a las nueve -fue lo primero que dijo Jeff en cuanto pusimos los culos en las sillas.
Ty sacó su reloj de muñeca y lo puso cerca de la cara de Jeff.
-Ocho y cincuenta y nueve.
Jeff entornó la mirada, se notaban las ganas que tenía de llamarlo marico pero luego sacudió su cabeza decidiendo mentalmente que un jefe tan fancy y arrecho como él no perdía el glamour.
-No los molestes cariño -Jake soltó un largo suspiro- sólo ve al grano.
Jeff lo miró como si es que le hubiera dicho un insulto.
-¿Disculpa? -tocó su pecho- Jacob Fitzgerald Davis, en todos estos tres años de matrimonio ¿En qué punto he llegado al grano?
Jake lo miró así tipo cuando escuchan a un pajuo diciendo que le gustan las caraotas con azucar y mayonesa.
-Hasta donde yo recuerde, todos los días durante tres años.
Jeff lo miró tipo diciéndole «No si»
-Pues déjame decirte que...
-¡Madre santa! -exclamó Arden obtebiendo las miradas de todos nosotros, verga, se arrechó la China- ¿Podrían hablar de una maldita vez? Tengo hambre.
El fancy jefe y su fancy esposo se miraron.
-Diselos tu... -hablaron al mismo tiempo- bien, se los diré yo... okay hazlo tu.
Que webo pelao'
-Ya, lo diré yo -le siseó Jeff poniendo una mano en sus labios indicando silencio. Miró una vez más a Jake y soltó un suspiro, estaba nervioso- Chicos...
-¡Van a tener un hermanito en la manada! -Jake tapó su boca al darse cuenta de que se la había cortado horriblemente a Jeff.
Todos fruncimos el ceño
-¿Qué? -preguntó Colton, si, no me pregunten qué hacía Colton en esta vaina si estamos grabando la tercera temporada pero equis.
Jeff sonrió y abrazó a Jake por los hombros.
-Que... Jake y yo, vamos a ser papás...
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Wenas wenas menorkis, full maratón de capítulos en compensación de mi larga ausencia.
¿Cómo están? ¿Qué es de sus vidas?
Marica admito que me siento Happy al saber que algunas de ustedes me han mencionado en sus novelas como su escritora favorita, tan bellas vale.
Ajá, quiero este beta full de comentarios, el capítulo de la fiesta de Alicia ya seguramente llegó a los 300-comentarios, no he revisado últimamente. Tampoco he actualizado no por no tener inspiración sino por falta de megas, alv chamas ustedes son saladas y lo demás es vaina oyó.
Quiero que porfa me dejen en comentarios lo que opinaron del momento Dylicia de hoy y qué les pareció... ah, y cómo creen ustedes que reaccionaria el Jorjius ante el chisme.
Quiero decirles que leo todos sus comentarios y trato de responder los que puedo, los amo a todos y cada uno de ellos chicos.
La yocsy se despide, ¡Besos!
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