Girl Next Door —Copperpot

Alicia

Su rostro mostró impresión. No era la primera vez que veía ese gesto facial luego de que alguien se enterara de mi secreto, tampoco quería estar divulgandolo por doquier. Éramos pocos los que sabíamos de esto, Teresa, mi tía y yo, porque si mami se entera la coñiza que me metía no iba a ser normal, no lo entendería.

No hablaba, yo no quería hacerlo, todo lo había dicho ahí con ése grito. Sabía que Dylan tenía interrogantes, sabía que estaba muriendo por hacermelas en estos momentos sólo que aún no organizaba bien sus ideas.

Pero yo no estaba de humor para responder el porqué lo era.

Salí del baño y de la habitación sin saber si me seguía o no. No estaba de humor para nada, no justo ahora.

Entré a nuestra habitación y saqué uno de sus sueteres, específicamente el de los Mets, su favorito.

Me lo puse encima y fui a lavarme los dientes y el rostro. Pude ver mi reflejo: ella tenía razón, daba asco, era una marrana, lo único que hacía era jartar.

Aún no entendía porqué Dylan seguía aquí siquiera.

Cuando salí del baño alguien estaba sobre la cama, sentado y esperando por mí. No era Dylan, no era Teresa.

—¿Qué haces aquí?

Él simplemente intentó somreirme pero le salió más a una mueca. Abrió sus brazos.

—Ven...

—Thomas...

—Sólo ven... —me interrumpió— no tienes que hablarlo si no quieres Lily. Sólo déjame consentirte.

Lo miré, dudé demasiado. No quería esto, no lo quería, otra persona más que ya lo sabía.

Otra persona que sentiría lástima por mí, que arrechera.

Sus ojos se aguaron y no entendí porqué, pero lo que más me dolió fue escuchar su voz quebrada, porque fue así que acabó con mis defensas.

—Por favor...

Un nudo se formó en mi garganta, sentí ése maldito vacío en mi estómago y cinco segundos después estaba en los brazos de Thomas, llorando como la propia marica.

Éste carajito se merecía el cielo.

Cuando dijo que no hablaríamos del tema si no quería, en verdad hablaba en serio. Toda la mañana nos la pasamos mirando Pretty Little Liars y criticando, nos contamos betas, betas que prenderian arrechamente el internet pero yo no era capaz de publicar sus vainas. Hasta nos agarramos a coñazos con las almohadas. Estuvo prácticamente distrayendome toda la mañana de mis pensamientos, haciéndome sentir mejor.

—Mardito asqueroso —me tape la nariz, el muy mmaguevo se había piado— igualito a Teresa nojoda.

Estalló en carcajadas.

—Hablo en serio marico, estás vencio por dentro —rodé los ojos— y hablando de la mmagueva, ¿Para cuando Thomresa?

Paró sus risas y aclaró su garganta, tratando de hacerse el loquish.

—Thomas... —lo miré fijamente esperando a que soltara el beta.

Bufó.

—Creo que ambos deberíamos empezar por olvidarnos de ése tema.

Pelé los ojos.

—¡¿Qué?! ¡¿Porqué?! —chille— no mrc, ¡Nooo! Pero si ustedes eran bellos juntos, no pueden hacerme esta vaina mmaguevos. ¡Estúpidos, mi shipp idiotas!

—Intenté todo lo que pude, pero todas esas veces Teresa me rechazó.

Frunci el seño.

—¿Cómo así? Ni que fuera gafa esa meno... ve, dejémoslo en, ni que Teresa no tuviera sus cuatro dedos de frente para no aceptarte, esa caraja está partidisima por ti.

Él negó.

—Le pedí dos veces que fuera mi novia, me rechazó, dos veces.

¿¡ES QUE ESA MMAGUEVA ES ANORMAL!?

Alv

Después se anda quejando que nada goals le pasa nojoda

Es que le voy a echar coñazos.

—No le pares bola a Teresa, ella va a ser tu novia quiera o no —dije despreocupadamente— o sino lleva coñazos.

Thomas rió.

—¿Qué tienes en mente?

Sonreí.

(...)

—¡Teresaaa! —volvi a gritar desde el baño.

—Mejor abortemos el plan, voy a arruinarlo todo —volvió a susurrar Thomas.

—Cállate chico, estoy defendiendo mi shipp... ¡TERESA NOJODA! —los pasos en el pasillo empezaron a escucharse. Me giré rápidamente hacia Thomas— has todo de acuerdo al plan, si no sales de esta mierda yo misma entraré por ti, Brodie, pero te sacaré a coñazos.

Él rodó los ojos, afirmandolo.

—¿Qué verga es, nojoda? ¿Estás cagando? —gritó desde el otro lado de la puerta del cuarto, iba a entrar pero se dio cuenta que estaba trancada— ¿Porqué ésta vaina está cerrada?

Salí rápidamente del baño intentando no tropezar con todas las vainas que habíamos hecho Thomas y yo hasta llegar a la puerta.

—Antes de abrirte, quiero que sepas que si dices que no, vas a llevar coñazo —anuncié.

Abrí ligeramente la puerta para hacerle pasar.

La menor pegó un grito.

Hasta yo, marica y eso que yo ayudé a decorar.

—Alv, ¿Khejesto? —chillo.

—¡Llegate manubrius!

Thomas salió del baño con otro ramo de flores. Estaba nervioso y se veía muy cuchi

Basta, wa iorar.

—¿Ahora si aceptas ser mi novia, Tessa?

Teresa lo miró, me miró a mí.

Nos miró a los dos.

—Nawebona maricos, ¡Yo limpie y recogi el apartamento! Ahora tengo que volver a recogerlo sh, qué ladilla ¡Me recogen ésta mierda, nojoda! Ah, y si. Pero me recogen esta mierda o les echo coñazos.

Y sin decir otra palabra, salió del cuarto.

No si

—Admito que no entendí —me dijo

Le pasé la escoba.

—Te dijo que sí, ahora fajese a barrer pej, la yocsy se va a bañar.

Él reprimio una sonrisa pero en seguida se borró cuando escuchó que debía limpiar.

—¿Qué? ¿No vas a ayudarme?

—Alv chico, tu pides más que un ciego, nojoda —me crucé de brazos. Me suplicó con la mirada. Bufe— bien, barre y coletea que yo recojo después.

Él sonrió y me abrazó levantándome ligeramente.

—¡Eres la mejor amiga del mundo!

—Si, si si, muchacho jala bola. Yo también te quiero.

(...)

Luego de ayudar a Tommy a recoger me fui a dar un baño, quería salir a caminar un rato y disfrutar de los últimos días que nos quedaban en New York.
Tomé unas adidas, un pantalón y me dejé el suéter de Dylan ya que me dio ladilla sacar uno del armario.

Terminé de arreglarme y salí del cuarto. En la sala estaban Teresa y Thomas haciendo cebo y Dylan junto a ellos con una cara e mayen que en seguida cambió al verme.

Mi teléfono sonó en ése momento.

Llamada entrante de

Froy Pasiva Gutiérrez💕🙈

Aceptar | Rechazar

—¡Froy! Shamo, Cuéntame ¿Para qué soy buena?

—Hola para ti también Wey —verdad que este es medio Mexicano— con mis hermanos iremos al parque de atracciones, ¿Quieres venir?

—¿A Coney Island?

La parejita me miró al igual que mi macho que ya estaba arrecho desde que el nombre Froy salió de mis labios.

—Si, ahí mismo —rió— ¿Entonces vas a venir?

Si les soy sincera dude un segundo, sólo un segundo ya que quería un poco de tiempo para mí, pero ajá, no sabía cuando volvería a ver a Froy y ese menor me había caído muy chévere, además si me quedaba sabía que Dylan y yo teníamos una conversación pendiente así que era mejor aplazarla un poco más que volverme un culo enfrentandola de una vez.

—Claro que ir...

—¡Chama a dónde vas que yo también quiero ir! —se metió Teresa.

Rodé los ojos.

—¿Pueden venir mis amigos también?

Escuché la risa de Froy desde la otra línea, había escuchado a la mmagueva imprudente ésta.

Pasando pena chama.

—No hay problema con eso —dijo— en unos 10 minutos estaremos en el Hall.

—Está bien, nos vemos allá Froyo.

—Adiós, Preciosa.

Colgó.

Ajá, ahora que vengan los leones pej.

Dylan se levantó del mueble y por instinto agarró las llaves.

—¿A dónde vas?

—Corrección cuñis, «Iremos» —Teresa se paró del mueble de un brinco— porque ajá, yo voy pa esa vaina.

La menor se paró y se metió al cuarto seguro a ir a cambiarse.

Dylan me miró. No parecía hacerle mucha gracia esa salida.

—No me agrada Freddy.

Rodé los ojos.

—Se llama Froy

Bufo

—Es lo mismo.

—Claro que no, Daylan.

—Dylan, no Daylan.

—Ahhh, ¿Verdad que no es la misma vaina?

Dylan entorno la mirada. Él muy bien sabía que yo estaba arrecha, y sabía que no era momento para hacer una escenita pero aún así, la pensaba hacer.

—¿Porqué vas a salir con él?

—Porque es mi amigo y nos invitó a todos. Thomas y Teresa también irán

—¿Iremos a Coney Island? —chilló Thomas emocionado desde el mueble. Dylan y yo lo miramos arrecho por interrumpir la discusión— es decir... ¡Ya voy, Tessa!

Salió volao al cuarto dejándonos solos.

Dylan bufo, estaba arrecho.

—No entiendo porqué te enojas, Dylan nojoda.

—No me gusta cómo te mira, te habla. No me cae bien ¿No entiendes, Alicia?

Gruñi.

—¿Cómo me mira pues? —grité enojada— ¿Se me queda mirando el culo cuando camino delante de él? ¿Me mira las tetas en vez de mirarme a los ojos? Porque te recuerdo bien que así lo hiciste tu con aquella mmagueva.

Dylan suspiró con irritación, ladillado de lo mismo. Pasó una mano por su rostro y la arrastró hasta el final de su nuca.

Papeh...

¡Concentrate!

—¿Otra vez? Pensé que ya lo habíamos hablado, Alicia Michelle.

Verga, entonces si estaba arrecho.

—Tas claro que no te gusta que te digan tus vainas, Dylan O'Brien. Te arrecha que se metan con tu macho interior —le grité y empecé a hacer gestos con las manos— te arrecha aún cuando recuerdas aquel culish que dejaste ir por pajuo y por pararle más bola a tu novia. ¡Cabrón!

—¡Estoy harto, maldita sea! —gritó haciéndome pegar un brinquito, de verdad estaba arrechisimo nivel mami— sigueme.

Tiró de mi mano haciéndome caminar con él hacia el pasillo.

Tocó la puerta del cuarto de invitados y Thomas abrió.

—¿Qué?

—Adelantense en el Ranger Rover —le pasó las llaves— nosotros los alcanzaremos en una hora.

Tanto Thomas como yo, levantamos una ceja.

—¿Y eso...?

—Sólo has caso —rodó los ojos a lo que Thomas asintió y cerró la puerta.

Dylan volvió a tirar de mí mano hasta nuestra habitación.

Trancó la puerta.

Ay maricaaa.

—¿Qué haces...? —pregunté en un hilo de voz.

Se quitó la sudadera negra deportiva y después la camisa.

Los arrojó hacia alguna parte de la habitación.

—Probaremos mi hombría ya que tanto quieres saber de ella.

Khe.

Ay maricaaaa.

¡VAMOS A TIRAAAAAR!