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Resfriado

Girl Next Door —Copperpot

Alicia

—¿Estás segura de que así Estás bien?

Sonreí a medias

—Descuida, anda a comprar esa vaina que yo estoy bien —Dylan me miró, no estaba muy convencido de dejarme sola en el carro— Dylan, son sólo cinco minutos, no voy a convulsionar mientras no estás.

Asintió mientras estiraba su brazo para acariciar mi mejilla.

—Haré todo lo posible por no tardar...

Asenti. Alejó su mano, causándome un leve sentimiento de falta, nawebona de encabronada que me tenía.

Justo antes de que abriera la puerta, lo detuve.

—¡Espera! —Dylan volteó— quizás... sólo quizás, quiera algo antes de que te vayas...

—¿Qué?

Me incorporé en el asiento, deshaciendome de los tres paños y su chaqueta que me cubría sólo para tomar su rostro y obtener un beso de sus suaves labios.

Menor, en serio, no sé qué me está haciendo el marico este que me encanta.

O esa es la picazon del primer amor o es porque es Dylan O'Brien.

Ñe, yo creo que son ambas.

Al separarme de él, noté que sus ojos aún seguían cerrados, sus labios entreabiertos y su ceño ligeramente fruncido, inconforme con ése beso tan corto.

—Listo, ve.

—No juegues con mis sentimientos ahora, Bonita.

Intenté no reír por su cara, se acercó nuevamente y me dio un pico antes de salir del carro.

Volví a envolverme en todo ese bojote de ropa, me estaba muriendo de frío y eso que la temperatura afuera estaba alta y Dylan había puesto la calefacción, que arrecho. Estábamos camino a Beverly Hills cuando Dylan tuvo que hacer de coñazo una vuelta en U para ir a la farmacia. Habíamos olvidado pasar por las pastillas anticonceptivas.

No voy a quedar preñada

No voy a quedar preñada

No voy a quedar preñada

Me sentía burda de mal marica, lo que necesitaba justo ahora era un baño caliente, un chocolate y envolverme entre toda la ropa de Dylan para entrar en calor si era posible.

Voy a matar a Daniel, Hoech y a Tyler.

Pero mañana porque ahorita me siento mal.

Escuché unos beeps de IPhone y rápidamente descarte la idea de que fuera el mio porque ese estaba descargado de a webo. Miré que en el asiento de conductor estaba el IPhone de Dylan y la lucecita de mensaje estaba titilando.

Lo tomé y encendí la pantalla.

Mi piel se erizó y ésta vez no fue culpa del frío.

🍅Sangster:

¿Le dijiste que se alejara? Dylan, debes acabar con esto de una maldita vez, sabes cómo es Britt y no se detendrá hasta destruir a Lily.

¿Britt? ¿Quién era Britt?

Ajá, ¿Y porqué la mardita querría destruirme? Osea yo no entiendo.

Empecé a preguntarme si sería buena idea revisar los mensajes de Dylan. Osea, era una vaina en donde yo estaba metida pero revisar su celular sería invadir su privacidad, si yo que era tan equis en la vida, yo creo que hasta más equis que Greenberg, no me gustaba que mami revise siquiera mis estados de WhatsApp, imagínense él.

Si fuera tan importante, Dylan me lo hubiera comentado ya.

—Calmate —me dije a mí misma— no te estés haciendo mentes porque tu eres una que imagina diez y pega once, nojoda.

La pantalla al no ser usada, se apagó. Volví a darle en el botón de encendido para ver la hora y una pequeña sonrisa apareció en mis labios al ver su fondo de bloqueo

Volví a apagar la pantalla y dejé el iPhone en donde lo agarré. Sólo esperaba que si se tratara de algo importante, que Dylan me lo dijera.

(...)

Fui la primera en pararse esa mañana. El reloj de la mesa de noche marcaban las 11:30am y nosotros entrabamos a trabajar en la tarde, nawebona e suerte porque yo era capaz de darle corrido.

Miré a mi costado y Dylan, enrollado en las sábanas yacía dormido y abrazando su almohada mientras murmuraba incoherencias. Les juro que me vino a la mente la vez en la que Lydia terminó en el hospital por la mordida de Peter y Stiles estuvo todo el fin de semana ahí sólo para obtener noticias sobre si su crush estaría bien pronto y lo marico que se vio durmiendo en las sillas de la sala de espera.

Decidí dejarlo dormir mientras iba a hacer de unas el almuerzo. Me levanté y fui al baño a lavarme la cara y la jeta, además a tomarme otra pastilla con el agua del tubo.

Estando ya en la cocina le serví perrarina a mi hijo y me lave las manos para luego ver qué iba a hacer de almuerzo

Busqué en la nevera y saqué un pollo. Haría pollo frito, el favorito del mariquito éste.

—Ya va, antes que todo, antes que nada, yo no puedo hacer nada si no escucho música —saqué mi teléfono y busqué entre mi playlist— Se prendió. She be my queen since we we're sixteen, we want to same things, we dream the same dreams alright, alright...

Milagrosamente no me sentía tan mal como en la madrugada, como había dicho: lo único que necesitaba era un chocolate, una buena ducha caliente y si era posible, envolverme entre toda la ropa de Dylan.

Pero eso no quita el hecho de que Daniel, Tyler y Hoech van a llevar coñazo.

(...)

Llevaba como dos horas cantando mis vainas, el pollo ya estaba listo, la ensalada y estaba terminando de sacar las papas fritas cuando empecé a pensar.

Dylan desde hace rato debía haberse parado. Primero: siempre se paraba antes que yo y segundo: si huele a comida ése viene volao' y más aún si es pollo frito.

Extrañada, lave mis manos y las sequé con mi delantal antes de ir al cuarto seguida por Tobías.

—Negro, ven a comer prince —abrí la puerta. Aún seguía dormido de lado y abrazando su almohada tal cual lo había dejado. Frunci el ceño, ese mmaguevo se movía como si es que tuviera picazón en ese culo pero ahí estaba, en la misma posición que antes— ¿Dylan? ¿O'Brien estás escuchandome?

Me acerqué a la cama, no escuchaba sus leves ronquidos, sólo su respiración pesada. Al acercarme a despertarlo con un beso en el cachete no me bastó tocarlo para sentir la calentura que emanaba de él.

Coñoesumadre.

En seguida toqué su frente y noté que sudaba, estaba demasiado caliente.

Dylan tenía una fiebre arrechisima

Lo destape para que no se estuviera ahogando y vi que se estremeció, aún así no abrió los ojos. Las gotas de sudor bajaban por su frente y su cabello estaba más alborotado de lo normal.

—Dy, parate por favor —le dije suavemente— amor, por favor hazme caso.

Marica, siendote sincera, yo no sé actuar en estos casos y de verga sé que le debo dar una pastilla y un baño tibio, pero nawebona, él ayer estaba bien ¿Cómo fue que se me puso así? Yo soy la que se debería estar muriendo pero no.

Intenté darle pequeñas palmaditas en la mejilla hasta que medio pudo abrir los ojos

—Humm... ¿Qué pasó, Princess? —murmuró— maldita sea, ya es tarde, tenemos que.... ¡El set!

Antes que se incorporara totalmente lo detuve.

—Hey, hey, hey —le dije— estás prendido en fiebre, negro, tu hoy no vas a trabajar.

—Pero mi amor, ¿Qué hay de Jeff?

—Yo lo llamo, tú deja de preocuparte por eso, además con la pea de ayer de los chicos, creo que todos esos marditos deben estar burda de indispuestos.

Dylan suspiró, aceptando no muy convencido la vaina. Tomé su IPhone y marqué el número del Boss ya que el mio se había quedado en la cocina.

Al tercer tono, contestó.

—¿Para qué soy bueno en lo que Wes Ball no lo sea, O'Brien?

Éste si es marico nojoda

—Mi panish, no soy Dylan, soy Lily, ¿Cómo estás, vale?

—¡Lily! Mi vida ¿Cómo estás? ¿Ocurrió algo?

—Bien... estehm... —hice una mueca— Bro, ésta es la cuestión: Dylan me amaneció enfermo hoy.

—¿Dylan? ¿Qué tiene? Espera... ¿Te dijo que me llamaras primero a mí? ¿No sabes si llamó primero a Wes?

—Que webo contigo vale —bufe— aquí el niño aún así quiere ir al set.

—Dile que ni lo piense, que ni se le ocurra mostrar su cochina cara por aquí hasta que se mejore.

Que amor.

—Está bien, se lo diré —reí— ¿Los chicos ya llegaron?

—No, ninguno de esos mequetrefes se ha aparecido por aquí, sólo Crys y Holland que, a mi parecer, fueron las únicas que no bebieron —no tenía porqué mirarlo para saber que había rodado sus ojos— estaba a punto de decirles que las grabaciones se suspendieron por hoy, pero en el caso de Dylan, si para mañana no mejora, empezaremos a grabar las otras escenas en donde no aparezca, dile que no se preocupe.

—Está bien. Yo le digo.

—Y dile al ingrato que lo quiero con todo mi corazón.... ah, y a ti también.

—Csm, si, yo le digo, igualmente panish.

Luego de despedirme del Boss, le eché un vistazo a Dylan. Había vuelto a recostarse en su almohada y me miraba débilmente desde ahí mientras que sus manos aferraron mi mano derecha, sin querer alejarme de él.

—No estoy enfermo, en serio —lo miré con ironía— okay, puede que si... sólo tal vez me sienta un poco... bastante mal.

Rodé los ojos para mí misma.

—Necesito que comas un poco ¿Puedes? —él hizo una mueca— te hice pollo frito.

—¿Qué? Maldita sea —lloriqueó— no importa, si voy a comer.

Lo miré, no muy convencida, éste no es capaz de comer sólido por ahora.

—Puedo hacerte sopa de verduras, no es problema, en serio.

Él negó y a duras penas se incorporó.

—Vamos, nada me impedirá comer pollo frito, ni la fiebre ni los esca.... —se estremeció— escalofríos.

Entorne la mirada y negué para mí misma, lambucio a todo terreno.

En el camino al comedor se fue abrazado a mi, arrastrando los pies y quitándose la camisa en el proceso.

Se sentó en el comedor y dejó caer su cabeza pesadamente a la mesa. Éste se estaba muriendo.

Ni me pregunten cómo fue el almuerzo, porque estuve en el plan de hacerle el avioncito para que comiera al muy marico.

—Tómate esto.

Dylan miró la pastilla.

—No gracias.

—No te pregunté si querías, te estoy mandando a tomar la pastilla.

Hizo una mueca de asco.

—Y yo te estoy diciendo, no gracias, no voy a tomarme la pastilla.

—Dylan.

—Alicia.

—Tómate la pastilla.

—No voy a tomarme la pastilla.

—Tómate esa mierda

—No

—Dylan —gruñi

—Alicia —gruñó

—A verga, ¿Tu eres marico?

—He dicho no, y no me harás cambiar de opinión.

Levanté una ceja.

(...)

—Cariñooo ¡Vamos! —chilló— ¡No puedes dejarme sin sexo por ocho meses!

—¿Don't believe? Just watch.

Activate Bruno Mars

—Alicia.

—Usted no se quiso tomar la pastilla, coma mierda.

—¡Pero preciosa! —insistió y como vio que no le paré bola se tomó la pastilla— ¿Ves? Ya me la tomé, ¿Lo viste verdad?

Me empecé a reír.

—Que manipulable eres, pareces mi primito.

Él entornó la mirada.

—Pero... eso significa que no me dejarás sin sexo, ¿Verdad?

Rodé los ojos.

(....)

—Dylan, entra a la bañera

—No quiero, está fría.

—Dylan, hazlo nojoda.

—Está fría.

—¿Cómo lo sabes si ni siquiera has tocado el agua?

—Mi instinto y mi corazón me dicen que está fría.

Entorne la mirada.

Muchacho marico.

Acaricie mi cien.

—Hazlo que estoy perdiendo la paciencia.

Se empezó a quejar y a dar fuertes pisadas al piso.

—Está fría.

—¡TE CALENTE AGUA, NOJODA!

Al gritarle lo hice callar y retroceder. Parpadeó varias veces y tragó fuerte, un sollozo salió de sus labios y varias lágrimas empezaron a salir.

Estaba llorando.

Nojoda, ¡¿ESTO ES EN SERIO?!

Suspire frustradamente.

—¿Sabes qué? Voy a llamar a tu mamá porque yo ya no sé qué hacer salvo colgarme de un mecate.

Salí del baño y tomé nuevamente su teléfono, busqué el número de su mamá y la llamé.

—Cielo, ¿Cómo estás?

—Eh... si, suegrish ¿Cómo está?

—¡Alicia, cariño! Que sorpresa que llamas, ¿Todo en orden?

—Bueno, digamos que si —hice una mueca— resulta que Dylan se enfermó y.... ¿Aló?

Marica me colgó.

Busqué a Patrick entre los contactos y lo llamé.

—¿Dyl?

—Suegrish es Alicia, te tengo un beta, Dylan se enfermó y... ¿Patrick, estás ahí?

Otro más que me cuelga.

—Julia —pensé y volví a marcar.

—¿Tan pronto me extrañas mocoso?

—Jules, soy Alicia, Dylan está enfermo y me preguntaba si... ¿Hola?

NAWEBONA ME VOLVIERON A COLGAR.

¡¿ES QUE ACASO DYLAN ES EL DIABLO O QUÉ?!

Suspire intentando guardar la calma.

Thomas no me haría lo mismo.

—¿Aló, Tommy?

—Hey preciosa, ¿Qué hay?

—Estoy estresada marico, aquí Dylan se me enfermó —Escuché sus carcajadas— ¿De qué te ries mmaguevo?

—Se esta... grrr... cortando... la... señal...

—Ése eres tu mismo haciendo eso.

—¡Te quiero!

—¡Espera, Thomas, espera...! —colgó— ¡ESTE CABEZA E WEBO!

Frustrada, regresé al baño y ahí estaba el carajito sentado en el piso y con la mano metida en la bañera.

—Sigue estando fría.

Es que no le echo coñazo porque está enfermo y porque lo puedo es matar así que no.

—Si te metes a la bañera —empecé— prometo ver contigo 50 Sombras de Grey y toda la saga de Star Wars.

—¿Me pasas el jabón?

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