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Navidad Al Estilo Venezolano

Girl Next Door —Copperpot

Alicia

—¿Y este plan vacacional? —dije mirando a TODOS los que estaban ahí. Desde el Jorjius hasta la chusma.

No si, a la Firulai me le pusieron un disfraz de muñequito de nieve.

—Carajita mal agradecida, a que nos vamos.

—¡Tía de mi arma! —le eché un jalón casi haciendo que dejara los dientes en el piso por los tacones que traía.

—Weno weno, ya pej —me quitó de encima— deja la ladilla y mejor ve a abrazar a tu mai porque esa si lloró por ti.


Si hablan paja, si en los estados de WhatsApp sonreía tanto de la felicidad que se le veía el diente que tenía encajao en la encia superior.

—Los extrañé. De verdad —mi mamá me abrazó.

—Hasta yo chica —dijo el Jorjius poniendo una pose a lo Divaza— admito que te extrañé mucho.

Sonreí.

—¡Aww, Jorjius! —extendi nuevamente mis brazos y fui a abrazarlo pero él me la cortó horrible poniendo su mano en mi rostro apartandome

—Chama qué es chica, se lo decía a Dylan —dijo— No es lo mismo sólo con el cabrón de Thomas, me hiciste burda de falta.

Y fue a abrazar a Dylan.


NO SI

—Mmaguevo.

Todos rieron.

—Más respeto ante la autoridad —gran verga'

—Ajá, cállate pues y quita que tengo que abrazar a mi causa —Teresa lo empujó y luego abrió los brazos exageradamente— ¡Mayor!

—¡Menor!

La marica pegó un brinco y se me encaramó cuando la abracé, de pana que la extrañé burda marica, yo no me hallo sin la Teresa aunque no quiera admitirlo.

—¿Y eso que están aquí? —dije— creí que pasarían Navidad con tu familia.

Thomas sonrió

—Mis padres están en camino —dijo— Dylan nos invitó a toda la família a pasar Navidad juntos.

—Y por supuesto había que traerse a la chusma —agregó Teresa.

Marianna rodó los ojos

—Bueno bueno —se metió mami— lo importante es que estamos aquí y pasaremos todos una Navidad bien chévere.

—Pau tiene razón —dijo mi tía— así que vamos a socializar pej. Abran paso a la yocsy que va a ver si hay un O'Braien soltero por ahí.


Caminó hacia la puerta de la cocina y salió a la sala a «Convivir» con la familia de Dylan. Todos nos le pegamos atrás y vi como Lisa y mi mamá se encompincharon rapidito

—¡Jelou pipol! ¡Llegué yo!

Me hice un facepalm al escuchar cuando Maythe entró a la sala.

(...)

Estabamos en el jardín trasero en una de las bancas de cemento que habían en una pequeña plaza para los invitados de las parrilladas de Patrick. Dylan estaba sentado en uno y yo estaba sentada en sus piernas para que no se me congelaran los muslos con el frío del invierno pero la verdad era lo que menos sentía, estando junto a Dylan ya no le paraba bolas al mundo exterior, era como el ombligo de mi mundo.

—Creí que le caerias mal a nana.

—Qué apoyo el tuyo chico.

Su risa estaba ronca.

—Lo digo en serio, no es porque seas tu —explicó— odia todo lo que distraiga mi atención de ella.

Me encantaba estar de esta manera, él abrazandome y yo recostando mi cara en su pecho mientras a ambos nos caían pequeños copos de nieve en el cabello. Dylan tenía la nariz roja por el frío y seguramente yo estaba igual, pero se sentía rico estar aquí así que ar diablo.

—Recuerdo cuando te vi entre el público con aquella camiseta de Batman —comentó luego de un rato— tenías una preciosa sonrisa mientras estabas esperando a que el cast saliera.

Frunci el ceño y separé un poco mi cara de su pecho para mirarlo.

—¿Tú cómo sabes eso?

Se encogió de hombros.

—Llegué tarde porque tarde vistiendome.

Entorne la mirada.

—Qué raro.

Rodó los ojos.

—Entonces vi tu camiseta y me gustó, luego vi como sonreias y lo emocionada que estabas, parecias niña en dulceria —acarició mi mejilla— eras la niña más bonita que había visto.

Sonreí tiernamente.

Este tiene que ser marico.

—Después tuve que ir a hacer el panel con los demás pero la verdad era que no podía parar de mirarte.

—Si marico, eso seguramente era porque parecía que tenía un nido e zamuros en la cabeza por culpa de la mardita de Teresa que no me dio ni chance de peinarme.

Rió.

—No gafua, me parecías bonita.

—No si chico, ¿Cómo que Gafua? Respeta becerro.

Rodó los ojos y me robó un beso. Al principio no lo acepté para joderlo pero insistió hasta que se lo correspondi con ganas. Sus brazos me atrajeron más a él y su perfume me enloqueció una vez más, olía a macho.

Mi macho.

«Si todavía me amas como antes, ya nada me parece interesante... yo sé que en el amor soy un farsante, yo sin ti no vuelvo a enamorarme bebé...»

Nos separamos para que yo pudiera contestar la llamada aunque Dylan no estuvo muy de acuerdo con eso, y mucho menos con quien llamaba

—¡Niña bonita!


Reprimi una sonrisa al escucharlo ya que Dylan gruñó al escuchar lo de bonita.

—¡Froy! —dije— ¿Cómo estás? Mardito, tus vistos duelen.

Escuché cómo reía.

—Lo siento, Cody tenía mi teléfono y estaba hablando con mamá, tiende a meterse por equivocación en mis chats.

—No importa —dije— ¿Cómo la estás pasando? ¿Y eso que me llamas?

—¿Acaso no puedo llamar a mi nueva amiga en vispera de Navidad? Bien, de acuerdo, fino.

Rodé los ojos.

—Te pareces tanto a Teresa, muchacho marico —dije— ¿Qué se te ofrece?

—Sólo quería saber de tu existencia

—¿Estás aburrido, verdad?

Se escuchó silencio en la línea.

—Y Cuéntame, ¿Qué haces?

Reí por lo marico que era

—Estoy en casa de los padres de Dylan con su familia, en un rato iremos a cenar.

—Hmm... ¿Crees que puedas regresar temprano? Oí de un nuevo sitio que...

Dylan sacó el teléfono de mis manos y se lo llevó a la oreja.

—No —y le colgó— aquí tienes.

Lo fulmine con la mirada y le arrebate arrecha el teléfono.

—¿Porqué eres así? Froy sólo estaba siendo amable.

—No confío para nada en él.

Rodé los ojos.

—Dylan, no empecemos con esto.

—Entonces no contestes sus llamadas —dijo— estás en casa de mis padres, eres mi novia, no tienes porqué contestar sus malditas llamadas.

Marica carrmate...

—Mira mmaguevo...

—No me gusta que alguien más te diga bonita ¿Puedes entender eso, Alicia Michelle? —dijo— cada vez que escucho la palabra salir de su boca me dan ganas de golpearlo y lanzarlo desde el monte Hollywood. Hablo en serio y para de reírte.

—¡Ah verga! ¿Y tu me ves riendom...? —no pude aguantarme marica.

—¡Alicia!

—Perdón chamo, es que vaina —intenté calmar mi risa— no me habían celado jamás pues, esto es nuevo pero ajá, le bajas dos a tus arrecheras, no abuses.

Suspiró y miró hacia otra parte. Regresó a la banca a sentarse, estaba arrecho.

Rodé los ojos y caminé hacia él.

Levanté su mentón y me senté a horcajadas en sus piernas haciendo que me mirara sorprendido, sin importarme tiré de su chaqueta y lo atraje para besarlo.

Tenía que bajarle dos a su vaina con Froy y el otro marico no debería hacerlo arrechar tanto. Tenía que controlar a los Gafos estos o un día de éstos Dylan terminará por coñazearlo a él.

—Carajito malcriado. Deja tu vaina porque sólo te quiero a ti —vi que sus ojos brillaron más de lo normal— ¿Porqué me ves asi, marico?

—Es la primera vez que dices que me quieres.

Rodé los ojos.

—Ay vale —me hice la loca porque me empecé a poner roja— bueno ajá chico, Siéntete halagado porque a la única que digo que la quiero es a la Firulai, porque yo soy es senda badblood.

Reprimio una sonrisa

—Cállate gafua.

—Dylan O'Brien, vuelves a llamarme Gafua y voy a...

Volvió a besarme

Menor, yo creo que ésta es la única manera en la que pueden interrumpirme sin hacerme arrechar.

Luego de un rato haciendo cebo y reírnos de mariqueras, la carajita esa, la One Direction malasangre, vino a avisarnos que la cena estaba servida y que sólo esperaban por nosotros.

La carajita en lo que vio la posición en la que estábamos Dylan y yo me vio con tanta arrechera que incluso llegué a considerar si era familia perdida de los Hale. Pero no dijo nada, simplemente rodó los ojos y entró a la casa.

—¿Estás seguro que ella es así? —le pregunté a Dylan luego de levantarnos— no sé chamo, como que me tiene arrechera porque desde que llegamos no ha parado de mirarme mal.

Dylan miró confundido hacia el camino que su prima se había ido pero luego negó para sí mismo.

—No tengo idea. Harriet siempre está de mal humor la mayoría del tiempo que estoy cerca —dijo y empezamos a caminar al interior de la casa— pero no le tomes importancia, ven, vamos a cenar que muero de hambre.

Entorne la mirada.

Menor, antes de venir para que no estuviera con la ladilla del «Tengo hambre» porque no sabía a qué hora íbamos a cenar aquí, le rellene una canilla con diablito y se bebió un vaso de cocacola.

No dije nada y simplemente lo seguí hasta el interior de su casa. Fuimos directamente al comedor con los demás.

Dylan me acomodó la silla y se sentó junto a mí, pero mala de él porque el primo suyo, el carajito ese, Jasper, se sentó al lado.

Coño marica, ese carajito era ladilla.

—¿Te dolió cuando te caiste del cielo, angelito?

—Te voy a cuadrar a una prima mia para que dejes la ladilla chamito —le dije— soy demasiado grande para ti.

Suspiró mirándome como el propio marico.

—Descuida, puedo esperar por ti. Yo seré tu segundo esposo.

Levanté una ceja pero Dylan me interrumpió antes de contestarle a Jasper.

—¿Qué crees que pasará conmigo? Se supone que yo seré su primer esposo.

ia ba, khe

—No pasará nada que no puedas probar —sonrió dejando a la vista un par de hoyuelos.

Dylan lo fulmino con la mirada.

—Atención —Lisa llegó al comedor con una bandeja tapada y una gran sonrisa— bueno, quisiera darle una bienvenida a la familia Peñalver, sobretodo a Alicia la novia del nene —Dylan rodó los ojos— que si vuelve a rodar los ojos lo dejaré en el patio sin cenar. Como seguía —no si— gracias por estar aquí esta noche, de verdad disfrutamos estos días que has estado de visita y pudimos ver que eres una excelente muchacha, te agradecemos lo mucho que haces feliz a nuestro hijo y esperamos que siga siendo así. Julia, Jenn y yo quisimos hacer de esta cena algo particular y además queríamos hacerles sentir en casa. Esperamos que les guste nuestra sorpresa.

Lisa colocó la enorme bandeja sobre la mesa y me conmovi por lo que había hecho.

Marica, era una bandeja con hallacas.

De la cocina salió Julia con otra bandeja y las dos tías de Dylan igual.

Marica, pan de jamón, pernil, ensalada de gallina.

Todo un plato navideño venezolano.

—Lisa —balbucee aún sin creerlo— ¿Acaso esto es...?

Ella asintió.

—Asi es, los O'Brien esta noche cenaremos con el plato navideño venezolano —sonrió mientras ayudaba a las tías de Dylan y a Julia a servir— espero disfruten.

El Jorjius abrió una botella de cidra de manzana y con Patrick empezaron a servir, miré a Dylan y éste sonrió tiernamente.

—Dios, ¿Tú lo sabías verdad? —él reprimio una sonrisa— Dylan, eres el mejor novio del mundo.

Al decir eso todo el mundo se calló y se nos quedó mirando.

NAWEBONA

marica es que nunca le digo una vaina que no sea mmaguevo o marico y ahora que intento ser cuchi se me quedan viendo

Y más la familia mía porque saben que yo soy una rata.

—¿Qué dijiste...? —murmuró Dylan con los cachetes rojos.

Añumio de bebé precioso...

Ya! Atrás impulso de marica!

—Que eres el mejor novio del mundo... —repetí con pena ya que todos estaban escuchando.

Soltaron un Aww por eso, y mi familia intentaba no reír, más los coño e madres del Jorjius y la Teresa que les estaba dando una tos de la palabra «Cabrona»

Mmaguevos.

Hicimos la oración antes de cenar y mi mamá se ofreció a que una de nosotras debía hacerla.

Nojoda, Teresa y yo siempre discutíamos por quién la tenía que decir porque a la otra le tocó el año pasado y ajá pues.

Adivinen ¿Quién fue la pendeja que perdió la discusión?

Exactamente.

—Amén —concluí luego de mi super labia hacia daddy Yisus y todos empezamos a comer.

Admito que ajá, me encantó todo pero no hay como unas hallacas venezolanas, pero ajá la intención es lo que cuenta y a mi me gustó la sorpresa. Pero lo que más me fascinó fue el segmento de «Hacer pasar pena a Dylan delante de la novia» entre los tíos y Patrick, marica yo si me supe reír de Dylan.

Hasta que pasó una vaina con la que yo no conté.

—Recuerdo la defensa del proyecto de sexto grado de mi Teresa —comentó mami, ay no, ya sé pa donde va la vaina esta— recuerdo que estaba molesta porque tuvo que disfrazarse de India peruana pero como ella no quería usar alpargatas se puso unas Sifrinitas y allá todo el mundo le decía la india sifrina.

La gente se empezó a reír mientras Teresa intentaba tapar su rostro de vergüenza

—Fíjense que las niñas iban atrás de la camioneta de su tío Jonathan y cuando a Alicia se bajó para acompañar a Teresa a alistarse, el pantalón se le encajó en uno de los ganchos de ahí se le rompió el pantalón —se empezó a reír— tuvo que irse a los baños del liceo a ponerse el pantalón que Teresa se iba a poner después de su defensa de proyecto, ¿Te acuerdas, Maythe?

—Si, Teresa estaba arrecha porque después de ahí llevaron a comer helado al centro comercial a los amiguitos del salón y todos iban cambiados, la única vestida de india era ella, pasando pena chama.

La familia de Dylan se echó a reír.

Tragame tierra.

—No te Rías chico —le di un manazo a Dylan en el brazo

—Pero tú te estabas riendo cuando a mí me estaban avergonzando.

—Bueno, eso es igual pero diferente así que callese.

Dylan entorno la mirada.

Al terminar de cenar todos fueron a la sala a seguir echando cuento y uno de los tíos se sentó en un piano mientras que todos los carajitos se ubicaron en el piso para verlo.

Preparate ya, es algo especial viene
Navidad, que felicidad —cantó el hombre mientras tocaba animadamente el piano

Santa ya está por llegar
Santa ya está por llegar
Santa Claus ya pronto vendrá —cantaron los carajitos más chiquitos.

—Ya va, ya va, ya va —se paró mi tía— ¿Khejeso? Si vamos a parrandear que sea una vaina buena, Brayan dame tu pendrai, si carajito, el tuyo... ¡Agiliza pues!

Brayan sacó un Pendriver de su bolsillo y se lo pasó a mi tía.

Ella como perro por su casa lo conectó al equipo que había ahí y le subió volumen a esa mierda.

Esta es mi gaita, cuando suena bien
Suena tan tan tan tan tan tan tan buena
No lleva piano no lleva bajo es tradicional
Camina descalza por donde quiera
Y ahora los niños la van cantando y la van llevando por Venezuela

Nawebona, es ella pues.

De paso porque ella es arrecha jaló a Thomas y lo puso a bailar gaita pero lo más arrecho es que el carajito sólo se medio movía.

—Nojoda chico, tu no tienes vida —dijo mi tia— mueve ese toto.

Thomas intentó bailar mejor pero la cagaba más, yo estaba era riendome junto a Dylan de la vaina. Los demás como que les gustó la vaina porque de a poquito se fueron parando a bailar.

—Pobre Thomas —dije viendo como el samaritano miraba para todas partes del piso tipo «¿Cómo coño se baila la mierda ésta?»

—Si, el baile definitivamente no es lo suyo —carcajeó— que bueno que yo no soy así.

Lo miré y me levanté.

—Vamos a bailar pues.

Sonrió nerviosamente

—Eh... pues yo... —carraspeó su garganta. Lisa pasó por ahí bailando con Patrick— mamá, ya voy a hacer lo que necesitas...

Rió.

—Yo en ningún momento te llamé —dijo— así que deja tu vergüenza y saca a tu novia a bailar.

Es que es ella.

Dylan le pelo los ojos.

—Ya la oiste —lo jale de la silla haciendo que se levantara de golpe— vamos a bailar.

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