Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La Suegra

Girl Next Door —Copperpot

Alicia

—Es que aún no entiendo qué vaina le dijiste tu a mami.

Dylan volvió a reír mientras recibía las bebidas que nos estaba ofreciendo la azafata.

Si, el marico no sé qué vaina le dijo a mi mamá para dejarme pasar la navidad con él en New York.

Pero de que me dieron permiso, me lo dieron.

—Soy brillante, Bonita —tocó la punta de mi nariz— métete eso en la cabeza.

No si.

Me metí en WhatsApp un rato hasta que vi el estado de mami.

📌Camino pa Inglaterra con la familia y el yerno.

Verga, es que Thomas tiene que ser el novio mas cabrón que haya tenido Teresa en su inservible vida.

Ah coño, ta bien la vaina, y yo pa New York cuando desde chiquita siempre he querido ir a Londres.

Y de paso también se llevaron a la mmagueva de Marianna.

Ja weno, peo de Teresa.

—Le voy a que te dio permiso sólo porque en casa de Thomas no tienen más espacio y si yo iba contigo ellos podrían irse muy happy a Inglaterra.

Dylan desvió la mirada y bebió de su refresco.

Me le quedé mirando hasta que respondió.

—Si, si, bueno. Me has atrapado —dijo— pero al menos pasarás navidad conmigo y no con la niña de cabello abundante que tanto te fastidia.

Es que ni se acuerda de su nombre.

Lo amo

—Abundante no, pelo malo —corregí— y buen punto. Al fin mi mamá cuadró algo bien chévere.

Él sonrió y entrelazado nuestras manos.

Aún traía su buzo que le había quitado el miércoles ya que no tenía ropa de invierno y con lo único que me podía abrigar de un aire acondicionado era el sueter del liceo.

Imagínense protegerse del invierno con la mierda esa.

Asi que Dylan sugirió que luego de almorzar en casa de su mamá, llevaríamos nuestras cosas a su casa, porque de paso Paula Peñalver me dejó quedarme en Su casa, y luego me llevaría a comprar ropa.

Me encantó marica.

Al fin una semana de vacaciones sin el Brayan ladilla aquel y la carajita e mierda.

—¿Qué te gustaría hacer primero en ésta semana? —me preguntó— haremos lo que tu quieras, Queen.

Tirar. Digo, pasear.

—No sé mi chamo, tu eres el que conoce su pueblo. Tú guíame.

Dylan pareció pensarlo un buen rato. La verdad no me importaba tanto lo que haríamos, mientras fuera con él, hasta a protestar lo acompaño.

—¿Dijiste que te gustaban los deportes verdad?

Asenti.

—Si, el baseball y el Basketball.

—Papá va a amarte.

Pana, me puse fue roja menor. A mi se me había olvidado esa vaina, en lo que esta mierda tocara el suelo y nos bajaramos del transporte que contrató Dylan para ir, conocería a mis suegros y ajá, yo sólo rezo para actuar lo menos ordinaria posible.

(...)

—Lily... —me movió— cariño el avión ya aterrizó, debemos bajar...

—Hmmm... Cargame.

Escuché su papi risa

—Créeme que lo haría si no tuvieramos tanto equipaje —gruñi— vamos mi amor...

Coño marica, el corazón se me volvió loco menor.

Qué hablas.

La de abajo también se volvió loca con esas palabras.

—Voy... —murmure luego de abrir los ojos. Lo primero que vi fue su sonrisa y no hubo nada que me encantara en esos momentos más que ella— ¿Porqué eres tan bello?

Las mejillas de Dylan tomaron color.

—Tonterías.

Negué

—Eres arrechamente papi, osea chico, ¿Cómo crees que no?

Suspiró y simplemente negó para si mismo.

—Vamos, el auto espera.

Al bajar del avión con nuestras mochilas tuvimos que ir a buscar las maletas con la compañía de dos policías del aeropuerto ya que las carajitas empezaron a reconocer a Dylan.

Pana, yo lo que sé es que estuvimos alrededor de una hora ahí mientras Dylan daba autógrafos y fotos y yo hecha la loca en Facebook.

Al terminar y prácticamente huir de las que faltaban, fuimos a la entrada del aeropuerto. Dylan agradeció de mano a los policías y deseó una feliz navidad.

—¿Dónde estabas? —una chica castaña con un gran abrigo oscuro y unas californianas apareció regañandolo— he estado esperando por más de una hora, Dylan Nick O'Brien. ¿Porqué no coges el maldito teléfono?

Dylan simplemente rodó los ojos y abrió los brazos.

—Mejor cállate y ven a abrazarme, monita.

Ella simplemente rodó los ojos y lo abrazó.

—Abusas de mi puesto de hermana mayor —dijo mientras lo abrazaba— para la próxima te dejo plantado y te vas en taxi.

—Shhh —la mandó a callar— te amo, monita.

Entonces ella lo apretó más y hundió su rostro en el pecho de Dylan.

Yo de rata hubiera cagado el momento si no me hubiera dado cuenta desde el momento que le vi el parecido y en seguida supe que era su hermana.

Incluso allá adentro tuve que tragarme mis arrecheras porque por muy novia que fuera, sus Cuties fans nunca tendrán la oportunidad de verlo a diario como lo veo yo.

—Jules, ella es Alicia, mi chica —le dijo a su hermana— Lily, ella es Julia, mi hermana.

Ella me sonrió.

Marica es que si yo fuera marica le echo los perros a la mmagueva esa, es IGUALITA a Dylan.

—Es todo un placer conocerte —la pana me abrazó fuertemente— Dyl me pasó algunas fotos tuyas por WhatsApp pero no sabía que eras más Hermosa en persona.

Ya la amo, basta.

—Espero que no te haya pasado esa en donde lloro mientras veo Maze Runner por segunda vez o sino lo mataré —miré a Dylan y él se hizo el loco. Mardito— es un gusto conocerte, la verdad.

—Espero seamos excelentes amigas —entrelazó su brazo con el mio mientras me guiaba al carro— ahora Cuéntame, ¿Cómo soportas al idiota de mi hermanito?

—Créeme, ni yo lo sé.

—¡No si! —le escuchamos decir. ¿Adivinen quién le enseñó esa vaina?— dejenme las maletas a mi, ni se molesten.

Nosotras reímos.

—Pues para eso eres el hombre, Hermanito.

—¡Chama me robaste la palabra de la boca! —choque mi mano con la de ella y ambas volvimos a reír.

Esta menor ya me cae bien.

—¿Porqué siento que presentar a mi hermana y a mi novia no fue una buena idea?

(...)

—Mi príncipe consentido ya llegó a casa —su mamá lo estaba asfixiando entre tanto abrazo y agarradera de cachetes mientras él intentaba safarse. Chama eso era lo más bello que había visto— te extrañé mucho, mucho, mucho.

—Yo también ma... Pero mis pulmones necesitan aire desde hace cinco minutos.

Su mamá en seguida lo soltó.

—Lo siento cielo —rió y luego me miró— ¿Eres Alicia, cierto?

Asenti.

Menor, no sé cómo mierda pasó pero ahora la que imploraba oxígeno era yo.

—Chama, vas a dejarme sin aire....

—¿Además venezolana? —marica, la señora me contestó en español— Dylan, cariño ¿Dónde conseguiste a ésta chica? —él iba a contestar pero ella lo interrumpió— ¿Sabes qué? No me importa, siempre he querido una novia latina para ti y ahora que la tienes ya quiero que me hagan sentir abuela.

ia ba.

KHÉ.

—¡Ma! —se quejó Dylan— no digas esas cosas frente a Alicia, llevamos saliendo semana y media. Vas a ponerla incómoda

—Lo siento, es la emoción—se excusó— me llamo Lisa, espero me digas mamá algún dia.

Le sonreí.

—Es un gusto —reí levemente— ¿Cómo sabe que soy venezolana?

—Hmm... Ése aire, tu color de piel, el acento y eso de «Chama» —explicó— Espero Dylan te haya dicho que soy latina.

—Lo comentó varias veces cuando no entendía algunas de las palabras que se me escapaban en mi idioma de orígen.

—Si, he intentado enseñarle español pero pierdo la paciencia —rodó los ojos— me gusta tu país, aunque la última vez que fui Dylan sólo tenía cinco años así que seguramente no lo recuerda, ni siquiera recuerda lo que hizo ayer.

—¡Hey!

ia ba, KHÉ.

¿¡DYLAN YA FUE A VENEZUELA!?

—¿Ha ido a Venezuela?

—Si, de hecho...

—Ma, ¿Podrían continuar la conversación dentro? —pidió Julia— se me está congelando el trasero aquí afuera y ya muero por probar tu cacerola de pollo.

Si pana, toda esa vaina había ocurrido en la puerta y yo como estaba pendiente de no cagarla se me había olvidado que tenía frio.

Lisa se disculpó nuevamente y nos dejó pasar. Chama, esta casa si era bella, osea, no era una casa INMENSA para ser una actriz retirada con un esposo que era productor y con un hijo con un capital de 30 millones de dólares. Era más sencillita y tal, daba ese toque de calidez con la chimenea y la decoración navideña.

Admito que me encantó.

—Apuesto a que debes estar hambrienta —Lisa me tomó de la mano y me guió hasta el comedor— en un segundo traigo el almuerzo, Jules, ve por tu papá y dile que los chicos ya están aquí.

Lisa me sentó en una de las sillas del comedor y desapareció en la cocina.

—Vaya... —me giré al escuchar la voz de Dy, conociendolo tiró la corotera en la sala— le has caído muy bien a mamá.

Entorne los ojos.

Verga menor, si no me dices no me doy cuenta.

—Tu mamá es burda de pana —sonrió y llegó junto a mí. Apoyó sus brazos sobre el espaldar de mi silla y pegó su frente a la mía. Por un segundo cerré los ojos, disfrutando del momento— ¿Qué?

—Mi estado actual: muriendo por besarte —miró mis labios y volvió a mis ojos— no lo he hecho desde ésta mañana que pasé por ti.

Sonreí justo cuando su nariz acarició la mía. Enterre mis dedos entre su cabello castaño causando algunos ronroneos de su parte, con el tiempo que llevamos he descubierto que la debilidad de Dylan, y a veces, bueno, la mayoría del tiempo, lo que le enfurece es que le toquen el cabello, simplemente no le gusta. Pero cuando lo hago yo se me pone más mancito de lo normal.

Al primer contacto que hicieron sus labios con los mios mi corazón empezó a latir y mi piel se puso de gallina. Esa era una de mis nuevas cosas favoritas en el mundo, besar a Dylan O'Brien.

Sus manos se acoplaron a mis mejillas y su cabeza giró levemente a la izquierda para tener un mejor acceso al beso. Hice lo que le gustaba que le hiciera, dejaba pequeñas mordidas en su labio inferior haciéndolo soltar pequeños gruñidos.

—Me encanta cuando lo haces —sonrió sobre mis labios. Me dio un beso casto— pero también me encanta besarte todo lo que se me antoje, no sé, no me decido por cuál es mejor.

Rodé los ojos intentando ocultar mi vergüenza.

—¿Dónde está mi Champion?

Escuchamos una voz aspera pero con un leve tono alegre, proyectarse en el comedor. Ambos nos separamos y giramos a ver a ese alguien.

La sonrisa que desbordó los labios de Dy fue enorme al ver al señor de aspecto corpulento (con su barriguita cervecera) y castaño. Sus rasgos no eran tan idénticos, Dylan era la cagada de la mamá.

—¡Papá! —él fue hacía Su papá y ambos se dieron un fuerte abrazo.

Una parte de mí se removió y un nudo en mi garganta apareció, realmente quise dejarlo pasar pero la verdad era que me resultaba imposible.

Extrañaba hacer aquello, extrañaba aquella sensación. Extrañaba que a mis doce años aún pudiera cargarme en uno de  sus hombros y a Teresa en el otro. Lo extrañaba arrechamente.

Pero todo pasaba por algo

—¿Queen?

Parpadee un par de veces tratando de volver a agarrar el hilo de la conversación pero la verdad es que no le había parado bola.

—Dime.

Dylan fruncio el ceño, sabía que algo estaba mal pero decidió no preguntar por los momentos y fue algo que agradecí encarecidamente.

—Este es papá —señaló al hombre que lo tenía rodeado por los hombros— papá ella es Alicia, mi chica.

El señor volvió a hacer la misma vaina que la mamá de Dylan, me abrazó hasta casi extirparme un pulmón.

Marica yo no soy de esas que demuestran tanto afecto, me da ladilla y no me sale pero ajá, aquí estoy haciendo mi mejor intento por Dylan, porque lo vale.

—Patrick O'Brien, es un placer.

—Me llamo Alicia, señor O'Brien

Él arrugo la cara.

—Asco, nada de señor —negó— dime Patrick, la palabra señor me hace sentir viejo.

—Ya estás viejo.

Él miró a Dylan.

—¿Si sabes que aún soy capaz de mandarte a tu habitación, verdad?

Dylan rodó los ojos divertido.

Su mamá apareció minutos después con una enorme paila y detrás de ella venía Julia con otra más pequeña con arroz. Ofrecí mi ayuda pero ella se negó diciendo que me relajara. Patrick buscó la ensalada y Lisa sirvió.

Fue el mejor almuerzo que había tenido, Patrick era igualito a un tío mio, jodedor de vaina. Lisa me relató de sus viajes a Caracas cuando la vaina estaba bonita y decidí omitir lo de la situación actual del país porque se la iba a cortar feisimo. Al rato Julia trajo de la cocina una torta de Chocolate y unos chocolates calientes para el postre.

Menor, yo estaba full pero en lo que vi la torta... De que me comía esa vaina, lo hacía.

Porque lambucia se nace.

—Dios, quiero aprender a hacer esta torta —dije mientras trataba de no llenarme la cara con la nutella que traía esa vaina.

Lisa sonrió.

—Desde luego puedo enseñarte, cariño. Sera una gran semana, ¿A dónde irán primero? —miró a Dylan—- ¿La llevarás a pasear en ferri verdad? Debes llevarla a Coney Island.

—Tengo algo en mente —comentó jugando con lo que quedaba de torta en su plato— pero eso lo dejaremos para el final. Por ahora hoy sólo iremos a casa a descansar y esta noche la llevaré a comprar ropa de invierno.

Su madre asintió.

Luego de comer Dylan dijo que debíamos irnos pero le dije que se esperara un momento aunque sea para que yo ayudara a su mamá a fregar.

Verga, estuviera yo en mi casa y dejo esa vaina así, yo no sé porqué cuando voy a casa ajena es que me gusta hacer oficio y en mi casa no.

—Gracias.

Dejé de fregar el plato que tenía en mis manos y me giré hacia Lisa.

—¿Cómo?

—Por lo que haces, Linda —me quitó el plato que tenia en la mano y lo secó— no hay nada que adore más que ver a mi niño sonreír como lo hace cuando estás cerca.

Sonreí como estúpida.

—Créame, me encanta cuando lo hace. Dylan es muy especial para mi.

—Me alegra escuchar eso. Sólo te pido un favor, ¿Podrías hacerlo?

—El que quiera.

—Cuidame a mi niño —dijo— no es fácil para mí verlo tan seguido porque tiene que estar viajando y casi nunca puede y no siempre estoy para aconsejarlo, decirle que todo estará bien y hacerle ver cuánto lo quiero.

Chama que bella es. Aunque mami le dijo a mi tio lo mismo, claro, si omitimos que le mandó por Zoom una de sus cholas con una nota que decía «Echales coñazo cuando se pongan ladillas» pero como el Jorjius era más intenso que nosotras, no le paró bolas.

—Descuide. Él lo sabe —Dije— pero no hace falta que prometa nada. Adoro a Dylan, no sabe cuánto lo quiero y siempre lo cuidaré, Dylan es todo para mi.

Nos despedimos de sus padres con un fuerte abrazo prometiendo volver mañana. Tomó las llaves del carro en donde habíamos venido, que, en realidad era el carro que él usaba aquí y Julia ocupaba de él de vez en cuando.

su apartamento aquí en New York no era tan grande como el que tenía en California, bueno, al menos no tenía tantas puertas. Saqué a Tobias de su jaula de viaje y él recorrió el lugar como si se lo conociera de memoria. Dylan se había pasado de marico poniéndole ese suéter de Star Wars al perro pero más marico fue mi tio al regalárselo.

Llevamos las maletas a su cuarto y él se ofreció a meter la ropa en el armario mientras yo me daba una ducha. Pana esto me recordó aquella vez que mi tía nos había llevado a Teresa y a mí a un viaje a Los Aleros con su combo de la cola del mercal, su bachaqueroSquad, y cuando yo salí de bañarme de esa vaina, hacía tanto frio que tuve que vestirme adentro de la ducha, menor.

Por lo menos aquí en el apartamento no hacía tanto frio como allá porque tenía calefacción, pero si se me paraban los pelitos.

—Ya puedes meterte a bañar Dylan José.

—Si, sólo dame unos segundos.

Terminó de meter unas mudas de ropa mías al armario y de su lado sacó una pijama de él y la dejó al pie de la cama. Pasó a mi lado con su toalla colgando de su cuello y sólo se detuvo a acariciar mi mejilla.

Cerró la puerta tras de si y cuando escuché el sonido del agua de la ducha golpear contra la cerámica del piso, supe que tenía privacidad.

Al principio tomé una de mis batas para dormir pero después vi la ropa que él había dejado sobre su cama para cambiarse y sin pensarlo dos veces me puse esa vaina.

El mono se ajustaba a mi cintura pero hacia desaparecer mis piernas por todo su largo y ancho de la tela y el borde de su playera de dormir me llegaba hasta la mitad de los muslos. La ropa de Dylan me hacía ver como un Minion.

Menor esa vaina olía riquísimo.

Busqué entre sus cosas y tomé un suéter azul de los tantos que le había visto lucir a Stiles en la temporada.

Por cierto, ese es otro beta.

¡Al fin me vacile la primera parte de la tercera temporada!

Y todo gracias a Jeff porque si es por el mmaguevo de Dylan, seguiría en las mismas.

Decidí peinarme esas greñas, marica, porque yo era una que a mi no me gustaba peinarme porque me daba ladilla.

Estuve un rato así arrancandome pelo con el peine cuando la puerta del baño se abre.

Admito que ajá, al principio me hice la loca cuando Dylan entró al cuarto con una toalla amarrada a la cintura.

Yo estaba tipo «menor, disimula, disimula, disimula nojodaaa»

Y lo arrecho es que iba bien

Hasta que se quitó la toalla y hasta ahí llegó mi cordura.

Intenté seguir peinandome pero el mmaguevo peine se me enredaba en el pelo y terminaba arrancandome algunos por estar parandole bolas al culo de Dylan.

Bueno, tampoco así porque el pana tuvo la decencia de al menos ponerse un boxer.

—¿Dónde demonios está...? —su frase quedó en el aire cuando me vio usando tu pijama. En lugar de terminar sus palabras, dejó salir una linda sonrisa.

—Búscate otra porque a mí me gusta usar tus pijamas, te jodiste.

Él rió por su parte y fue a buscar otro cambio al armario. Dejé el peine en su lugar y fui a meterme bajo las sábanas ya lista para dormir pero aún no dejaba de ver cómo caminaba por toda la habitación.

Se puso casi la misma vaina que yo sólo que en otro color y después se secó el cabello con la toalla pequeña que tenía. Al terminar, se dirigió a las cortinas y las cerró para que no entrara claridad y pudieramos descansar lo que restaba de la tarde.

Se paró al pie de la cama y se me quedó mirando.

Rodé los ojos medio adivinando la vaina y le hice un espacio conmigo en el medio. Entró a la cama, apagó la linterna que estaba en la mesa de noche y se volteó para que yo lo abrazara por la espalda como la última vez

Y obviamente que le monté la pierna.

El sueño me había ganado desde hace rato y estar acurrucada con él acariciando mi antebrazo, me daba paz y tranquilidad.

Él me daba paz, me hacía arrechar más, pero igualito me daba paz.

Estaba cayendo dormida cuando casi pude escuchar lo que murmuró y mi corazón se puso chiquitico.

—Yo también te quiero, Bonita

Yo lo adoraba.

————————————————————————————————

Panas, hoy se me vence la renta así que no creo actualizar mañana porque no tengo megas y es eso lo que yo utilizo para subir.💔💔💔

Así que por los momentos no voy a subir hasta que me recarguen pero a lo mejor para esta semana mi mamá lo haga no sé cuando voy a actualizar, la verdad, pero igualmente haré un capítulo diario y cuando tenga megas los subiré todos de un sólo coñazo, será así tipo maratón pej 🔥🔥🔥🔥🔥

Ah, el capítulo se lo dedico a una amiga. Daniela Prado. Viste menor? Tu sabes a lo que me refiero😂

Sin más nada que decir, la Yocsy se despide.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro