Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Familia O'Brien

Girl Next Door —Copperpot

Alicia

Había sido la primera en despertar aquella mañana, bueno, sólo hubieron un par de razones porque me había despertado a las 7:30am.

Tobías la noche anterior se había metido bajo la cama y se había quedado conmigo pero no pude siquiera notarlo ya que lo había hecho mientras yo peleaba con Dylan.

Mi hijo me había parado con lamidas en la cara así que tuve que pararme a hacer desayuno y después tendría que arreglarme para salir a pasear con los O'Brien, me sabía a mierda Dylan, no quería rechazar la invitación de Lisa y tampoco preocuparla con nuestra vaina de anoche así que sería, (sólo delante de los O'Brien) como si nada hubiera pasado.

Termine de servir las panquecas con queso en la mesa justo cuando Dylan salía de su cuarto en pijama y con el buzo puesto. Su mirada estaba apagada y su nariz roja. Me dio burda de cosita pero tuve que hacerme la loca así que señalé su comida y él pareció captar el mensaje.

Ambos empezamos a comer en un silencio horrible, con los jadeos de Tobías de fondo, Dylan ni siquiera me miraba a la cara y era arrecho porque yo quería que me mirara para ignorarlo.

Yo soy arrecha.

Intentó hablar pero corrió con la mala suerte de que mi teléfono empezara a sonar.

Teresa Kardashian💅

Aceptar   |   Rechazar

—Jelou chama, ¿How estás tú?

Reí.

—¿Hija qué vaina te pasó? Se suponía que ya medio le metias al inglés.

—Verga marica, yo creía, pero esta gente habla raro, un inglés mayeluo. Y no sé, me volvi un culo y ahora tengo a Thomas de traductor.

No pude evitarlo y me empecé a reír. Noté que Dylan me miraba de reojo.

—¿Tu eres marica? Ése es el acento británico, no mayeluo, los británicos arrastran las palabras al hablar sólo que Thomas ya medio está perdiendo el acento porque ese se la pasa más aquí que allá.

—Weno, eso es verdad. Pero ajá.

—¿Qué se te ofrece mi chama?

—Verga marica, pa medio distraerme ahí vale. Thomas salió con el Papá un momento y yo estoy aquí enranchada en el cuarto porque me da penita con su mamá.

—¿Qué tal todo con su mamá?

—Menor no le entiendo un coño pero ajá, es chévere. ¿Y la mamá de Dylan?

Sonreí

—Lisa es un amor, es panisima en la vida y Patrick, el papá es tipo mi tio Jonnatan y el Jorjius.

—¿Ladilla?

—No chica, echador de vaina

—¿Y qué estás haciendo? Yo estoy aquí pintandole un webo con un sharpie en la cara a Marianna porque se quedó dormida y El Brayan tratando de echarle los perros a Ava, la hermana de Thomas ¿Tu has visto? Y lo peor es que la caraja ni le entiende las labias.

Me hice un facepalm.

—Verga marica, es que a ese carajo nadie lo quiere.

La muy bicha se empezó a reír.

—¿Y mi cuñis qué está haciendo? Me imagino que ya tiraron ¿Verdad? ¿De qué tamaño tiene el pipi?

En éso Dylan levantó la cara de su desayuno y me miró. Pana me había puesto era rojisima marica.

Es que a sólo Teresa se le ocurre preguntar esas vainas.

—Ve... Coño e tu madre —intenté no reír de la pena— Dylan está aquí al frente desayunando conmigo y te acaba de escuchar, becerra.

Entonces la mardita soltó una carcajada.

No si, que perra.

—Ajá, pero yo no te pregunté esa vaina —dijo— yo te pregunté si Dylan tenía ese webo grand...

—¡Chao menor, te quiero!

Y le colgué.

Pana, más imprudente imposible. Bueno, eso es por parte de los Peñalver, lo imprudente y lo ordinario. En cambio lo fancy y arrecho por parte de los Rojas.

Es que sólo a mami y a mi Papá se les ocurrió dejar crías, Qué vaina ejesa.

—Mamá llamó —Dylan rompió el silencio. Dejé el teléfono en la mesa y me levanté con mi plato para ir a lavarlo— nos invitó a ir de paseo con ellos, quieren mostrarte la ciudad.

Asenti.

—Si, Julia me dijo algo referente ayer.

Él asintió.

—Escucha... Si no quieres venir —hizo una mueca mientras rascaba su nuca— no tienes porqué hacerlo, puedo decirle a mamá que te has sentido mal o...

—No —dije— el hecho de que seas un imbécil no quiere decir que ya no quiera compartir con tu família. Tú cometiste la estupidez, ellos no tienen la culpa.

—Sólo dime lo que hice, ¿Sí? —se levantó de la mesa e intentó tomar mi mano— Lily, sabes que no me gusta cuando estás enojada conmigo.

—Pues estás jodio Dylan —rodé los ojos— y si no lo sabes, estás aún más jodido porque yo no pienso decírtelo y si saldremos con tu familia es porque ellos no tienen la culpa de lo que pasó ayer.

—Bonita...

—Basta Dylan —lo callé— iré a lavar los platos y luego tomaré una ducha para alistarme. Has lo que te de la gana.

Y me fui a lavar la loza.

Verga menor, osea, de paso ni sabe porque estoy arrecha. Él es único marica, ÚNICO.

Pero que se vaya a lavar ese culo porque yo no voy a explicarle nada a nadie, él ya es mayorcito para saber en qué la cagó y además yo no voy a estar dejando que me vean la cara e gafa mientras él todo chévere dejaba que le coquetearan en frente de mi.

Y de paso kike su AMIGA.

ta jodio.

(...)

Salí del baño ya vestida con uno de los sueteres nuevos y unos jeans. Dylan ya estaba listo, sólo estaba terminando de ponerse los zapatos y nos iríamos.

Me acerqué a la peinadora y me medio arreglé el pelo, un brillito pa la suerte y mi carisima imitación del perfume de One Direction que mami me compró en Perfumes Factory.

Esa mierda a veces me daba alergia y a veces no pero olía era burda de rico.

Fui a la cama en donde había dejado la chaqueta del liceo pero esa vaina no estaba por ninguna parte, sólo el buzo de Dylan.

Y no cualquiera, era el vinotinto de Stilinski 24.

Menor me iba a dar el yeyus.

Marica carmaos, carmaos que eso es lo que él quiere, que yo me ponga esa vaina y pues no

Pero no me la quiero poner.

¡No!

Me giré hacia Dylan y este intentaba ocultar una sonrisa

Er mmaguevo me había escondido la chaqueta.

—Dylan, mi chaqueta.

—Ahí está sobre la cama.

—Dylan mi chaqueta.

—Sobre la cama.

—Dylan O'Brien, dame mi mmagueva chaqueta.

—Está sobre la cama —solté un gruñido y vi que por instinto llevó sus manos detrás. Ahí tenía mi vaina.

—Dame mi vaina —me acerqué a él e hice esfuerzos de quitarle la chaqueta pero el pajuo era más alto que yo— Dylan deja la vaina y dame la chaqueta.

Rió pero aún así no me la dio, sino que levantó su brazo y la alzó para que no pudiera agarrarla.

Este mmaguevo me está haciendo saltar por la calembe chaqueta.

—¡Dylan! —grité harta.

Empecé a pegarle en el pecho pero esa vaina no le hacía efecto porque lo único que hizo fue reírse y empezó a mover el brazo de un lado a otro haciéndome saltar por la chaqueta.

Pana, en una de esas me resbale con la cobija y en el salto que di jale la chaqueta pero mala mía porque en la distracción Dylan se vino también.

Y terminamos en la cama con él encima de mi.


Me miró fijamente. Menor, porqué esos ojos mieles cada vez que los veo me provocan un cucardio?

Chama es que eso no es justo, osea mira esos lunares tan cuchis, uno intenta arrecharse con él pero él no colabora a la causa.

¿Porqué ese marico me gusta tanto?

—Mmaguevo.

—Te quiero —susurró. Y lo decía en serio porque ya ni ganas de reírse tenía.

¿Ven?

¿VEN DE LO QUE HABLO?

Desvie la mirada porque sabía que si lo veía por más rato y me decía vainas como esa, iba a caer rapidito.

Pero el marico no colaboró porque me hizo volver a mirarlo.

—Hey... ¿Si lo sabes verdad?

—Mejor quitate de encima —dije— vamos a llegar tarde.

—No... —dijo— no hasta que me digas que me quieres. O me quedaré aquí todo el dia.

Lo miré mal.

—¿De que sirve decirte que te quiero? —dije arrecha pero pasiva— ¿Ah? ¿De qué sirve, Dylan? Te quiero, sí, pero ¿Qué con eso?

Su mano acarició mi mejilla. Moví mi cara para evitar contacto con ella pero de nada sirvió porque él la tomó.

—Bonita... ¿No estarás hablando en serio...? —me miró nervioso— mi amor, lo que dijiste anoche...

—Alicia, mi nombre es Alicia —dije— no «Mi amor», tampoco «Queen» y mucho menos «Bonita», sólo soy Alicia, Tu amiga.

Entonces él pareció comprender porqué estaba arrecha.

L E N T O

—¿Acaso es por eso que estás arruecha? —Menor, no te rias, sé seria— ¿Por lo que dije ayer? Bonita, me equivoqué, ¿Sí? Fue un estúpido error, ni siquiera sabía lo que decía.

—¡De bolas que ni sabías lo que decías! Estabas tan ocupado mirandole las tetas a la mmagueva esa que hasta tuviste el descaro de negarme

—Queen...

—¡Alicia, nojoda! ¡Soy Alicia! —gruñi. Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal de la impresión por mi gruñido, incluso podría llegar a decir que lo lastime— y ya quita de encima chamo, vamos a llegar tarde por tu culpa.

Dylan se levantó unos segundos después sin emitir ninguna palabra. Hice lo mismo y estire mi ropa que por su culpa se había arrugado y traté de peinarme nuevamente.

Me extendió mi chaqueta y se la quité de un jalón. Me tenía arrecha.

(...)

—¡Otra selfie! —pidió Lisa volviéndose a poner a mi lado— ¿Segura que estás bien? No traes buena cara, cariño.

Hice un intento de sonrisa pero estaba más mareada que el Coño.

—Si, es sólo que los botes no son lo mio —expliqué— me mareo muy rápido.

Ella sonrió y negó para sí misma.

—Iré a traerte una Cocacola para que se te pase ¿Si?

Lisa fue al pequeño bar que había en el ferri a comprar el refresco mientras yo seguía al lado de la barandilla mirando la ciudad mientras el ferri estaba en marcha. Hasta ahora regresabamos de Coney Island y ahora nos dirigiamos a almorzar a la corona de la estatua de la libertad. Estuvimos todo el dia caminando chama, que si para Central Park y para tiendas de recuerdos, me compraron demasiados corotos, tengo hasta pa llevarle a Firulai, maginate.

—¿Qué tal todo anoche? —Julia llegó a mi lado comiéndose una paleta de limón— ¿Terminó en sexo?

Menor me puse fue roja.

Verga, ¿Es que acaso esta carajita y Teresa se pusieron de acuerdo con el beta ese o qué?

—Qué hablas chica —reí nerviosamente— para nada. De hecho... todo lo contrario. Dormí en el cuarto de visitas.

—¿Qué? Yo lo hubiera hecho dormir ahí, no irme para allá.

Reí en respuesta.

—¿Intentó resolver las cosas?

La miré con ironía.

—Me preguntó porqué estaba molesta, ¿Tú qué crees?

Se hizo un facepalm.

—Si Dyl no fuera mi hermanito menor y no lo hubiera visto nacer, porque lo hice, asco. —hizo una mueca— creería que es adoptado porque, ¿De dónde sacó tanta estupidez?

Awww, que bella.

Suspire.

—Lo peor de todo es que no puedo dejar de quererlo —dije mirándolo desde aquí hablar animadamente con su papá mientras bebían un refresco. Escuché su dulce risa— porque lo veo imposible.

Hizo una mueca.

—¿Qué harás entonces?

Me encogi de hombros.

—Por los momentos, tratar de no arrecharme tanto y ver si se esfuerza de verdad —me apoyé del barandal— pero no dejaré que intente nada conmigo, no pienso besarlo por ahora.

Lisa regresó con el refresco y le agradecí, por lo menos no me maree demasiado. Estuvimos un rato echando cuento hasta que el ferri paró en el muelle que estaba cerca de la estatua. El papá de Dylan me ayudó a bajar y después lo hizo con Lisa y Julia, mi mirada conectó un momento con la de Dylan.

Media sonrisa.

—Ya lo verás, es toda una belleza desde arriba —dijo Lisa mientras tiraba de mi mano para apresurarme y llegar rápido a la estatua para poder agarrar el ascensor— Patrick me trae cada mes y en nuestro aniversario.

Llegamos justo a tiempo para agarrar el ascensor junto a una pareja adulta, por suerte ninguno reconoció a Dylan quien cargaba los mismos lentes de ayer.

Aún me sigue pareciendo una ridícula manera de ocultar su identidad.

El ascensor abrió sus puertas cuando llegamos hasta la corona.

Toda esa vaina era un ventanal gigante.

—¡Chamo pero que bello! —dije acercandome a una ventana para ver desde ahí, Coney Island— admito que me encantó.

—Te lo dije —dijo Lisa— es mi lugar favorito de todo New York.

Un mesero nos guió hasta una mesa, Dylan acomodó mi silla y se sentó frente a mí y Julia a mi lado. Ordenamos un servicio de Pollo y papas.

Entre Julia y Yo nos pusimos a hablar de las Kardashians mientras Dylan y su papá hablaban de un juego que sería esta semana. Lisa preguntó sobre qué me gustaría hacer para noche buena y le dije que era libre de hacer lo que quisiera conmigo aquel día, la verdad siempre quise pasar una navidad a lo gringa, obviously, no hay nada mejor que una gaita a todo volumen pero siempre es bueno aprender cosas nuevas.

—Alicia —me llamó el señor Patrick— Dylan me dijo que te gustaba el baseball y el Basketball. ¿Es cierto?

Asenti.

—Pues si, de niña los que me cuidaban eran papá y mis dos tíos porque mamá tenía que ir a trabajar y mi tía tenía turno en el hospital. Todas las tardes veía la NBA o algún juego de baseball que hubiera en televisión.

¿No les dije que Maythe era enfermera? Pues ahora lo saben.

—¿Ya has ido a algún partido? —negué— ¿Cuál es tu equipo favorito de basket?

—Los Knickerbockers

Abrió los ojos como platos.

—¿Jugador favorito?

—Ron Backer.

—¿Base? —asenti— ¿Equipo favorito de Baseball?

—Hmm... En Venezuela, obviamente los Leones del Caracas. Aquí en gringolandia los Metropolitans.

—¿Los Mets? —asenti— te queda una pregunta más y ruego que la contestes con sabiduría. ¿Jugador favorito?

—Eso ni se pregunta Patrick, ¡Syndergaard!

Patrick miró a Dylan y le puso una mano en el hombro.

—Terminas con ella y juro que te doy en adopción, no me importa que ya tengas 18 y te valgas por ti mismo

Todos empezamos a reír por la cara de indignación de Dylan. Ese señor era panisima.

Y cuando pensé que no podía ser más pana ocurrió lo siguiente.

—El domingo habrá un partido en el Madison Square Garden entre los Miami Heat y los Knicks —dijo Patrick— y sucede que tengo cinco boletos en primera fila, ya obligue a éstas dos a venir con Dylan y conmigo y también llegué a pensar que tendría que obligarte a ti —no si— pero veo que eso no será necesario, ¿Qué dices, Alicia? ¿Vendrás con nosotros al partido?

Marica Khé

No si.

Wa iora

¡VOY A IR A UN PARTIDO DE LOS KNICKS!

Sonreí.

—¡Por supuesto! —chille— por Dios, no puedo creer que veré a Ron Backer jugando a unos metros de mi. ¡Éste es el mejor dia de mi vida!

—Dijo lo mismo cuando Jeff le ofreció trabajar con nosotros —Dylan hizo reír a su família.

Le saqué la lengua.

—En verdad, usted es el mejor de todos ¡Papá estaría tan...!— Entonces me di cuenta de lo que iba a decir y preferí callarme— es decir, gracias, en verdad gracias.

Patrick sonrió tiernamente.

—No hay de qué agradecer, pequeña.

Los O'Brien parecieron entender la vaina del porqué me callé pero sabía que aún así Dylan querría saber más.

Y la verdad era que no estaba lista para poder explicarle.

No aún, ni a él, ni a nadie

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro