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Dylicia Family

Spin-Off de la Dylicia's family

Alicia

Acababa de colgarle a Angelina justo antes de entrar al Kinder. Estaba estresada con todos los preparativos de la fiesta infantil y tan distraida, por no hablar de enredada chama, hoy de verga no voy a grabar con la vuelta puesta en la cabeza, nawebona, me estaba pareciendo a mami.

Aiuda

Los carajitos salían de la mano de sus representantes contandoles todas las vainas que habían hecho hoy hasta que una vaina me hizo parar en seco. Ahí frente a la puerta del salón estaba Jessie Felton con su carajita llorandole y la maestra tratando de calmarla, Jessie al notarme, me miró con arrechera lo cual significaba una cosa.

El coñoemadre algo tuvo que hacer

—Buenas tardes —porque la educación ante todo chamas— ¿Cómo está, maestra?

—Pues yo... —Jessie interrumpió a la maestra chévere.

—¿Cómo va a estarlo luego de lo que sucedió, O'Brien?

Frunci el ceño haciéndome la loca

—¿Qué pasó de qué?

—Tú hijo volvió a molestar a mi niña —gruño— mira, ¡Mirale el uniforme a Cassidy! ¿Crees que es divertido sacar manchas de ropa? —bufó— ¿Qué vas a saber tú? Eres tan asquerosamente rica que seguramente nunca has lavado alguna prenda en tu vida.

Okay, admito que eso me dio arrechera

—¿Tú sabes cómo es la cosa, pana? Yo vengo de un país donde a las niñas desde muy pequeñas les enseñan a hacer oficio para no tener que depender de un hombre y poder saber hacer bien las cosas, esas son ustedes las gringas que contratan cachifa —la señalé con un ademán de barbilla— yo teniendo los cobres que tengo le lavo la ropa a mi familia y le cocino las tres veces al dia llegue a la hora que llegue, cansada o no. Así que la que debería formarme peo sería la cachifa tuya, care' tabla.

Ella abrió la boca indignada y justo cuando estaba por contestarme, la interrumpi

—Además, no vengas a formarme peo de que mi hijo se metió con tú hija porque que mal no recuerde el niño me llegó a la casa hace un par de días con un coñazo marcado en el cachete, Dylan estaba arrecho pero más arrecha estaba yo porque estaba clara que había sido la carajita tuya.

—¡Cassidy no sería capaz de pegarle a nadie!

—Pues mi hijo no miente, es más —miré a la maestra— dígale que su mamá está aquí.

La maestra asintió y asomó la cabeza al interior del salón para llamar.

—¡Flynn, Stuart, Dylan y Stiles! ¡Su mamá ha venido por ustedes!

Al decir aquello pude escuchar como algo se cayó de un sólo coñazo y luego las pisadas apresuradas de los cuatrillizos seguramente en competencia por quién llegaba primero a la puerta

Pero como siempre, terminaron cayéndose uno arriba del otro.

—Coño vale, ¿Qué les hemos dicho su papá y yo de correr así? —los regañe.

Stiles frunció el ceño.

—Pero si papi hace competencias con nosotros.

Voy a matar a Dylan

—Pero igual —los regañe— a ver, ¿Cómo es que se le dice a mami o a papi cuando se les ve?

—¿Bendición?

Me agache a ellos a lo que rápidamente me vinieron a abrazar.

—¡Dios me los bendiga mis angelitos traviesos! —los apreté entre mis brazos hablando con voz chiquita— miren, aquí la paju... señora Felton y yo tenemos un problema y necesitamos aclararlo —miré a Stiles y le acaricie la mejilla llena de lunares al igual que las de su papá— Ella me dice que le has manchado el uniforme a Cassidy, ¿Es cierto eso?

Stiles bajó la mirada a sus converses y su labio inferior se asomó ligeramente.

—Si mami... —confesó.

—¡Ves, te lo dije! —lo interrumpió la vieja e mierda esa haciéndolo afligirse aún más.

Mi Stiles era el más afligido de los cuatro a la hora de los regaños individuales, me hacía recordar a mi hace años con las discusiones y las peleas, es por eso que si Dylan y yo tenemos nuestras peleas estúpidas no lo hacemos frente a los niños, muchísimo menos frente a Stiles.

Le hice un ademán callandole la jeta a la desgracia' esa.

—¿Quieres decirme porqué?

Stiles jugó con la punta de la corbata de su uniforme aún sin mirarme a la cara.

—Estaba jugando con mis hermanos en el recreo y ella se acercó, me amenazó con que le diera el dinero de mi almuerzo y que si no se lo daba iba a pegarme como la última vez...

Me sorprendí al escuchar eso, pero no tanto al sentir las ganas de echarle coñazo a esa carajita por pegarle a mi bebé.

—Eso es mentira, mi Cassidy jamás haría algo así —gruñó Jessie en respuesta.

—Cállate que mi hijo no ha terminado de hablar —la amenace y después miré a Stiles— ¿Y luego?

—El tio Thomas dijo que no debía ser malo con las niñas así que la invité a jugar pero no quiso y siguió insistiendo en que le diera mi dinero pero no lo hice, entonces ella me hizo esto —levantó la manga de su saco y luego la manga blanca de la camisa dejándome ver los dientes marcados de la coñoemadre— intenté quitarmela de encima pero no se dejaba...

—¡Oh! Ahí entro yo —Flynn se metió— como vi que no la soltaba tomé el jugo que Dylan estaba tomando y se lo eché encima así que... técnicamente no es culpa de Stiles sino... mia... —murmuró al final dándose cuenta de que él mismo se había hundido.

—Flynn...

—¿Te amo, mami? —sonrió inocentemente tratando de salirse con la suya así como lo hacía con el marico de su papá.

—Yo sigo diciendo que a Cassidy le gusta Stiles —se metió Stuart— es obvio, ambos son shippeables.

—¡No es cierto! —la carajita dejó su show un momentico para gritarle a Stuart.

Miré a mi otro hijo.

—¿Quién te enseñó esa palabra?

Se encogió de hombros.

—El abuelo Jorjius.

Viejo marvado y marginal.

—Stiles, ¿Éso es cierto?

—Asco, no me gusta Cassidy.

Entorne la mirada.

—Me refería a que si es verdad lo de que tu hermano le echó el jugo a Cassidy para que te soltara.

—No ma, sólo lo hizo para molestarme a mi al quitarme el jugo —intervino Dylan.

Lo fulmine con la mirada.

—Junior, ¿Qué hemos dicho acerca del sarcasmo?

El niño bufó.

—Que es la única defensa de papi, que no sea roba show y que me busque otra

—Exactamente —sonreí unos instantes y luego regresé la vista al niño— Stiles...

—Si mami, lo es.

Miré sus ojitos mieles, aquellos ojitos mieles que los cuatro habían heredado de su papá, ¿A quién engaño? Lo heredaron todo, de mi de verga sacaron lo ordinario, chama, que ironía.

Me incorporé.

—Ya lo oiste —le hablé a Jessie— no ha sido adrede

La tipa aún seguía arrecha.

—Mi hija está cubierta de jugo de fresa, al menos uno de tus cuatro diablillos debe disculparse.

La miré incrédula.

—¿Disculpa? ¿Acaso no te has dado cuenta de que el Caimán que tienes por hija le está haciendo Bullying al hijo mio? Quien debería disculparse es ella —me acerqué un poco más a Jessie para susurrarle— y más te vale que lo haga porque no sólo llevaré este peo a la dirección e insistire hasta que la expulsen sino que le pediré a mi hermana que inscriba a mis sobrinas aquí mismo, y tu mejor que nadie sabes que a esas dos no les tiembla el pulso para defender a los primos.

—¿Me estás amenazando?

—Te estoy dando opciones —le corregí— o tú hija se disculpa y deja de molestar a mis hijos o va a sentir la furia de mami O'Brien Rojas Peñalver.

Jessie Felton pareció pensarselo un par de veces hasta que le echó un jalón de oreja a la hija y la obligó a disculparse antes de llevársela arrecha porque esa estaba clara que a mí nunca iba a ganarme una.

—¿Nos vamos? —les pregunté a los cuatrillizos a lo que los cuatro pegaron la carrera a la camioneta. Miré a la maestra y ella me ofreció una sonrisa divertida y un resignado encogimiento de hombros.

Al llegar al apartamento dejaron sus peroles junto al perchero y fueron a jugar con Tobías, Firulais y Spider-Man, si, la Firulais tuvo un hijo del Tobías y weno, los niños le pusieron Spider-Man, no es una historia tan larga.

No los sentí en un largo rato mientras estuve haciendo el almuerzo como vaina rara porque esos a esta hora deberían estar peleando por cualquier vaina.

—¡Mami, Stuart no quiere devolverme mi IPhone! —le escuché gritar a Flynn.

Suspire pesadamente. ¿Para qué hablé?

—¡No es cierto, ma!

Escuché que empezaron a forzajear, seguramente luchando como los de la WWE. Terminé de hacer los espaguetis y seguían con la misma vaina.

—¡Mami, Flynn y Stuart están peleando otra vez! —Dylan se asomó por la puerta de la cocina.

—¡Voy a salir de la cocina y voy a empezar a repartir coñazo, nojoda! —advertí en voz alta y no pasó mucho tiempo antes de que los ruidos cesaran. Noté que Junior traía una de las pocas corbatas de Dylan amarrada a la frente— Bebé, ¿Porqué traes la corbata de papá en la cabeza?

—Stiles y y yo estábamos jugando a las tortugas ninjas —explicó— yo soy Mikey.

—¡No! —Stiles lo tacleó apareciendo de la nada con otra corbata en la frente— ¡Yo soy Mikey!

Ambos empezaron a rodar por el piso en una lucha como las tortugas ninja hasta que terminaron fuera de la cocina. Escuché a Flynn y a Stuart querer unirse a ellos así que lo más probable es que le vacien el cajón de las corbatas a Dylan.

La puerta de la cocina volvió a abrirse pero no le tomé importancia ya que estaba muy distraída sirviendo en los platos y pensando si hacer una fiesta de cumpleaños Marvel o una de DC porque si la hacía de Marvel Stiles y Dylan iban a pelearse por ser Spider-Man y si la hacía de DC Stuart y Flynn iban a pelearse por ser Flash.

—Ay no, que peo —me rendi— al diablo con el beta entre DC y Marvel, hago esa mierda mixta y se acaba esa vaina —dije— verga, al menos quien termina ganando es el Jorjius junto a su sueño frustrado de ser Batman.

Escuché una risa.

—Te vez tan preciosa hablando sola que a veces me dan ganas de grabarte para que puedas verlo por ti misma —sonreí inmediatamente y me giré. Ahí estaba él con la camisa a cuadros azules que tanto amaba y sus características Adidas blancas con rayitas verdes— Hola, Bonita.

—Hey... —le sonreí— llegas temprano, ¿Froy y tú han terminado de ayudar a los demás a decorar el salón?

Si chama, porque ahora los amigos de toda la vida y tal

—Algo así, los gemelos ocuparon nuestro lugar mientras estábamos encargandole a Buddy cómo queríamos el pastel de cumpleaños, por cierto, ¿Ya se decidieron de qué querrán la fiesta?

—Justo en este momento, mezclen DC y Marvel nojoda, nadie va a venir a formarme peo por esa vaina.

Él rio y me envolvió en sus brazos.

—Está bien, de igual forma invité a cuatro amigos que seguramente los niños adoraran.

Envolvi mis brazos en su torso y sonrei con complicidad. De por si conmigo se pasaba de bello con los regalos desde la vez en la que me regaló el collar de avión de papel de oro y me dijo lo que sentía hasta incluso el dia del nacimiento de los cuatrillizos para ellos mandó a fabricar un collar exactamente igual al mío, Dylan decía que amaba con todas sus fuerzas ese vuelo a Los Ángeles que Teresa y yo tomamos hace nueve años porque gracias a ése vuelo él consiguió a la mejor amiga de todas (aunque a veces se pase de coñoemadre) y al amor de su vida, la mujer que se convirtió en la madre de sus hijos, sus adoraciones.

—¿Qué hiciste ahora, súper papá?

Dylan reprimió una sonrisa.

—He invitado a Grant y a Michael al cumpleaños de los pequeños.

De verga no dejé la jeta en el suelo.

—Ya va, ¿Gustin y Michael Keaton? ¿El mismo Michael Keaton que está haciendo contigo American Assassin?

—Sip, y también invité a Tom pero como supuse que Stiles y Dylan iban a pelearse por su atención también invité a Andrew. Además les pedí el favor de que se vinieran con los vestuarios de la película, a los niños iba a encantarles y ya que Hoech los adora no tendremos que obligarlo a usar sus mallas en público.

Marico basta, lo amé horrible.

—Dylan O'Brien, ¿Me estás diciendo que has invitado a Batman, Flash, a los dos Spider-Man y a Superman a la fiesta de tus hijos?

Dylan se encogió de hombros.

—Es lo menos que puedo hacer por ellos, lo sabes Bonita, los amo con mi vida. Además estoy rogando porque a Michael todavía le entre su traje de Batman, sino a Froy y a mí nos tocará ponérselo con un calzador.

Solté una carcajada.

—¿Te han dicho que eres el mejor papá del mundo?

—No necesito que los demás lo digan, mi amor, lo único que necesito y me importa es que mis hijos lo crean.

Marica, literal, seis años de matrimonio y él todavía hace acelerar a mi corazón como burro desmaquetao' con palabra como esas.

Se acercó y tomó mis mejillas antes de que sus labios rozaran los míos pero el beso fue interrumpido por el sonido de un jarrón romperse.

—¡Niños...! —gruñi en voz alta.

—¡Ha sido Dylan! —respondieron de vuelta.

No me sorprende, la verdad, Junior era demasiado salado en la vida al igual que lo es su mami.

Que orgullo vale.

Dylan rió por lo bajo e intentó acercarse nuevamente a darme ese tan esperado beso pero otro sonido de algo cayéndose nos interrumpió, seguramente era la pequeña estatua de elefante del pasillo, era la segunda que rompian esta semana.

—¡Niños...! ¡No hagan que me de en la obligación de ir hasta allá y meterles un cholazo a cada uno!

—¿Obligación? ¿Porqué te obligariamos a darnos con la chancla? No suena para nada lógico.

—¡Dylan Junior O'Brien! ¿Qué hemos dicho del sarcasmo?

—Que es la única defensa de papi, que no sea roba show y que me busque otra.

—Exactamente —Dylan estaba cagado de risa— ahora vayan a quitarse los uniformes para que se echen un baño y luego vienen a comer —Escuché sus quejas porque de paso los carajitos eran flojos— Muevanlo pues, para ya

Y seguido de eso escuché sus quejidos disminuir, seguramente ya habrían desaparecido por los pasillos para ir a sus habitaciones.

—Ve a darles un baño —Le dije a Dylan— debo terminar de servir y hacer el jugo.

—¿No hay algo para mí? —estiró sus labios.

Sonreí y me paré de puntas a dejar un corto beso en sus labios.

—Anda, ve

Dylan me obsequió una última media sonrisa antes de salir de la cocina. Yo por mi parte seguí en mi labor cocinando, conocía a los hombres de la casa y esos jartaban más que el coñoesumadre

(…)

Terminaré de dejar los platos en la mesa y la jarra cuando escuché un regaño de Dylan desde el pasillo, ya sabía a qué se debía eso, estábamos luchando desde hace más de cuatro años para que dejara de suceder pero Junior simplemente se negaba a colaborar. Me quité el delantal y fui al baño del pasillo en donde estaban Stuart, Stiles y Flynn con sus toallas estilo poncho ya puestas y con gotas de agua escurriendoles por las mejillas dando a entender que se habían bañado.

—¿Otra vez? —le pregunté.

Dos de los cuatrillizos asintieron.

—Dudalo pues —me respondió Flynn. Ése coñoemadre era el que más se parecía a mí en actitud, verga.

Entré al baño y vi la imagen de todos los días, Dylan regañando a Junior mientras botaba el pañal lleno de mierda seguramente en la papelera y a Junior cruzado de brazos y con el labio inferior tratando de asomarse más de lo normal en un puchero, estaba molesto pero aún así quería tratar de comprar a Dylan.

Me crucé de brazos.

—¿Qué ocurrió? —pregunté aunque ya sabía la respuesta.

—Esto pasó —Dylan levantó con su mano los shorts del uniforme de deporte de Junior y esa vaina de verga no me derritió la nariz así que tuve que apartarlo con mi mano— la maestra tuvo que ponerle su pañal de entrenamiento otra vez porque se hizo haciendo deportes.

—Dylan Junior O'Brien, ¿Te volviste a cagar en el kinder? —le dije y él simplemente bajó la cabeza— ¿Hasta cuándo vale? ¿Hasta cuándo tu papá y yo vamos a seguir poniéndote pañales porque simplemente no te da la gana de aprender a cagar en la poceta?

—Pero mami...

—Mami nada, nojoda. Estoy arrecha —dije— vas a cumplir seis años y aún sigues usando pañales, ten un poco de consideración de papi y de mí vale, ¿Te parece justo que papi tenga que lavarte la ropa cagada? —si mija, papi, ya que papi pidió cuatrillizos pues a papi le toca lavar mierda— tus hermanos hace dos años dejaron los pañales, es hora de que tú dejes de hacerlo también.

—¡Mamá...! —se quejó.

—Dylan, habla en serio —lo regañó Dy— no pienso seguir haciendo más esto, o aprendes a usar el sanitario o aprendes a lavar tu ropa interior

Llamenlo pendejo pues, al fin el pana se puso los pantalones de la casa y me devolvió la faldita.

Dylan Junior le desvió la mirada arrecho, ambos con la misma expresión que hasta incluso parecía su copia exacta a excepción de las pecas del niño, de hecho los cuatro tenían pecas, fue herencia filial de mi papá, nawebona, al fin pego una pues porque ni la Teresa ni yo salimos con pecas.

—¿Entonces? —pregunté por fin a Junior— ¿Qué decides?

—Papi y tú no me quieren —sus ojos se aguaron— no me quieren.

Dylan y yo nos miramos y su semblante en seguida se suavizó, Junior no decía cosas como esas y mucho menos los otros tres.

—Hey, bebé... —Dylan volvió a agacharse a su altura ya que Junior seguía dentro de la bañera— ¿Porqué piensas eso? Mami y yo te adoramos más que a nuestra vida, a ti y a tus hermanos.

—Si, Prince, lo sabes —si chama, los bebés son los Princes y Dy y yo ascendimos a King y Queen— a los cuatro los amamos por igual, no a uno más que a otro.

—Pero siempre me regañan a mí más que a Flynn, Stuart y Stiles... —dijo con su voz quebrada— no es justo.

Dylan y yo volvimos a mirarnos para ver cuál de los dos hablaba primero, me cedió la palabra.

—Prince, a los cuatro los regaño por igual, además de un regaño no se ha muerto nadie —Paula Peñalver de Bohen since 1992— pero bebé, tienes que entender que ya estás grande para seguir usando pañal, papi no puede seguir lavandote la mierda, Dylan.

—No creerás que vamos a durarte toda la vida ¿O sí? —Junior negó— exactamente, si mami y yo te faltamos un día ¿Quién va a cambiarte los pañales? ¿Dejarías a otros extraños ver tu cosita?

Junior se sonrojó.

—No, el mundo aún no está preparado para eso —el carajito es igual de marico que su abuelo, yo lo sé chama, digame Stuart, nawebona— pero tengo a tía Teresa o al abuelo Jorjius.

—Tia Teresa podría cambiarte los pañales pero esa no es capaz de lavar mierda, para eso tío Thomas tenía que fajarse en el baño con su mejor cepillito de lavar ropa y su mejor jabón —es que tenían que ver esa vaina Chama, las fotos siempre quedarán en la historia, obvio, en las historias de mi Instagram rompiendolo con mil corazoncitos a diario— y el Jorjius no lo visualizo lavando mierda, no lava ni su propio plato.

—Pero es difícil usar el sanitario, no quiero caerme.

—Hagamos un trato, Champion —le propuso Dylan— ¿Qué tal si dejamos que uses pañal solamente por la noche mientras duermes con la condición de que intentes al menos de usar el sanitario por las mañanas?

Junior miró la poceta desde la bañera con inseguridad, el miedo que le tenía era que la primera vez que intentó usarla (cabe destacar que al cuidado de Mary Poppins aka el Jorjius en sus mejores momentos) se había resbalado y había caído casi adentro, menos mal que aún no había intentado cagar porque ahí la cosa se hubiese puesto bien fea, desde entonces el niño tiene esa fobia de que si se sienta en la poceta va a terminar cayéndose.

Gracias Jorjius, me traumaste al carajito.

—Hey... —Dylan volvió a llamar su atención ya que se tardaba en responder, no estaba para nada seguro de intentarlo— Dyl, papi está aquí, ¿Okay? Mientras papi esté contigo nada va a sucederte, lo prometo —apartó el cabello mojado de la frente del niño— y tú y tus hermanos saben que yo jamás rompo una promesa.

Junior al escuchar aquello lo miró, luego me miró a mí y luego a la poceta y finalmente volvió a mirar a Dylan, suspiró.

—Está bien... —dijo por fin— pero... ¿Estarás conmigo?

Dylan asintió.

—No me iré hasta que tú me pidas que lo haga, Dyl.

Junior sonrió ligeramente.

—Bebé... —lo llamé— Te amo.

—Yo también te amo, bebé —le dijo Dylan.

Junior nos abrazó a ambos por el cuello.

—También los amo... —dijo— son el mejor papi y la mejor mami del mundo.

—Y no te olvides del mejor abuelo —el Jorjius hizo una entrada triunfal al baño pero luego examinó la situación— ya va, Junior ¿Te volviste a cagar?

(...)

—Chamos admito que ajá, vine para algo importante —dijo finalmente el Jorjius dejando la servilleta junto a su plato.

—¿Qué vaina es? —le pregunté intentando que Stuart comiera más de la mitad de lo que había en el plato— Stuart ya te dije.

—Ma...

—No me obligues a dartela porque sabes que lo haré.

Stuart arrecho siguió comiéndose el espagueti, a él no le gustaba el espagueti con verduras en la salsa con albondigas (y a mi tampoco) pero chama, a mi me tocaba comerme esa vaina de chiquita, que sufran ellos también.

El Jorjius puso una bolsa sobre la mesa con el logo de su compañía

—Apple está por sacar el nuevo IPhone y necesito que los carajitos lo prueben para ver qué le falta o ver si es indestructible porque ajá, que ladilla que se te cae una o dos veces la vaina esta y hasta ahí llegó el amor —levantó su teléfono.

—¿Y porqué mis niños?

—Porque estas cuatro bestias destruyen todo lo que tocan —lo peor es que tiene razón— aún estoy tratando de reparar el ventanal del patio trasero que rompieron jugando Baseball.

—Si hablas paja, Jorjius. Tú de Verga sabes echarle gasolina al carro porque meter el tubo de la gasolina en el huequito del carro es casi la misma vaina a la hora de tir... —Dylan aclaró sonoramente su garganta recordándome que estaban los niños presentes— a veda, mala mía. Prosigue.

El Jorjius sacó cuatro cajas de teléfono y las dejó una cada una frente a los cuatrillizos.

—¡Genial! —chilló Flynn— no si, tengo el nuevo IPhone y ni siquiera ha salido, ya no necesito mi viejo IPhone 7.

Un carajito de cinco años con IPhone, bueno, cuatro, esa vaina es culpa del Jorjius, yo a la edad de los cuatrillizos gozaba meciendome como la propia pajua en una hamaca o jugando carnaval con mis primos, pero no, mis hijos son sifrinos.

—Delen bastante rosca —les dijo el Jorjius— si el teléfono les dura hasta el dia de su cumpleaños entonces lo aprobaremos y lo sacaremos al mercado. En otras palabras: tienen una semana para escoñetar el teléfono.

¿Quién diría que mis hijos serían los que ayudaban al dueño de Apple a probar los productos antes de sacarlos al mercado?

Nawebona.

—Abuelo Jorjius —Stiles llamó su atención— ¿Cómo vas a llamarlo? ¿IPhone 8?

—No, ¿IPhone 8 después de haber sacado el IPhone 7? —Junior intervino— ¿No te parece una locura?

—Junior...

Dylan Junior suspiró.

—Si, ya sé mami, El sarcasmo es la única defensa de papi, no seas roba Show y búscate otra.

Asenti.

—De hecho aún no le tengo nombre —le respondió el Jorjius— IPhone 8 se ve muy esperado pero equis, ya pensaré en algo

—¿Porqué no ahora? —preguntó Stuart.

—Es algo que no tiene tanta importancia Stewie, equis

—¿Sabes? Deberías llamarlo asi —le dijo nuevamente Stuart— digo, es la palabra que más repites

—¿Cuál? ¿Equis? —preguntó y como que después pensó la vaina— verga, no suena nada mal: IPhone X... —murmuró— si, llamémoslo así, me da ladilla pensar en otro nombre.

Que esperanza vale.

—Come tus verduras Stuart Phillip O'Brien —le repetí y él suspiró e intentó hacerlo sin protestar.

—Mami... —me llamó Flynn— ¿Podemos jugar en el gimnasio de papi a las tortugas Ninja después de comer?

—Claro bebé, pero reposen primero, no quiero que vayan a vomitar.

—Si, ya verás Stiles —lo retó Junior— volveré a patearte el trasero.

—No es cierto —se quejó Stiles— hiciste trampa.

—No es cierto, sólo no quieres aceptar que soy todo un ninja —Junior hizo una pose ninja— hey, hablando de eso, debería tener un nombre de ninja.

El Jorjius reprimió una carcajada.

—¿Qué te parece Ninja-Ca?

A Junior pareció gustarle la idea.

—¡Asombroso! —dijo— ¿Es chino? ¿Qué significa?

Llevé el vaso de jugo a mis labios para bajar la comida.

Ninja-Cagón —le respondió.

Marica, de verga no me ahogué con el jugo. Ése Jorjius es un coñoemadre.

Dylan y los niños por otra parte, explotaron en carcajadas.

Júnior en cambio se bajó de su silla y caminó arrecho al pasillo seguramente para irse a su cuarto.

—¡Oh vamos! No te piques vale —el Jorjius se le pegó atrás— era mentira, te vas a llamar Niño-Ca.

Junior lo miró con ironía y retomó su camino a su cuarto mientras que el Jorjius explotaba en carcajadas y Dylan y los carajitos se privaban de la risa.

—Deja de joderme al carajito, viejo lesbiano —de pana que me estaba conteniendo para no reír, se los juro por Dylicia chama.

El Jorjius estuvo toda la tarde con nosotros jugando con los carajitos y jodiendo la pita, al menos ayudó a Producir porque hizo la cena (arepas con mantequilla y queso, verga, cuidado Bobby Flay o Master Chef le roban la receta) y se fue pa su rancho. Dylan los ayudó a hacer la tarea mientras yo terminaba de hablar con Buddy por llamada para explicarle cómo íbamos a querer la torta de los carajitos y me respondió que el viernes por la tarde, cinco trabajadores de la pastelería Carlo's estarían en camino por carretera y llegarían junto a él el mismo viernes por la noche para entregarlo en el salón donde ibamos a hacer la fiesta de los Cuatrillizos.

Terminé de guardar la libreta donde tenía todas esas vainas anotadas y me estire haciendo tronar mis huesitos, verga, no estaba tan vieja Chama, mi Dylan ya había pisado los 27 y yo estaba a punto de hacer lo mismo pero el próximo año.

Salí de la biblioteca y caminé por los pasillos de la casa rápidamente rogando por no haberme perdido el beso de las buenas noches. Asomé la cabeza por el cuarto que Stuart y Flynn compartían y ahí estaba Dylan listo para taparlos.

Suspire. Después de todo había llegado a tiempo, siempre empezabamos por Stuart y Flynn ya que era la habitación más cercana.

—Te amo, bebé —susurró Mi precioso esposo contra la frente del primer cuatrillizo y dejó un beso en ella.

Flynn por otro lado ya iba por el quinto sueño, amaba verlos dormir a los cuatro, me hacía recordar a Dylan ¿Cómo no hacerlo si eran su copia exacta? Digame que el carajito a la edad de cinco años roncaba igual que el papá, nawebona chama, menos mal que no tenemos vecinos en ésta planta porque sino pensarían que tenemos un taller de Volkswagens.

Me agache a la altura de su cama e hice lo mismo, besé la mejilla de mi dulce angelido der mal y lo terminé de arropar. Nos acercamos a Stuart quien estaba todo desparramado en la cama con la pierna izquierda contraída y la otra estirada, el brazo izquierdo oculto bajo la almohada y el otro estirado.

Ése era otro ordinario más a la hora de dormir.

Dylan le levantó la cobija y yo lo acomode bien bajo ellas. Acaricie el cabello que estaba sobre su frente y miré sus largas y preciosas pestañas.

—Te amo, bebé —le dije luego de dejar un beso en su frente.

—Yo lo hago aún más —Dijo Dylan.

Salimos del cuarto, prendimos su luz de noche (ya que luego de que la pajua de mi tía Maythe les echó el cuento del coco Dylan y yo tuvimos que dormir con los cuatro en la King Size por una semana hasta que les compramos luces de noche, ese cuarto parecía el episodio ese de Bob Esponja donde el muy marico le tenía miedo a la oscuridad) y dejamos la puerta semi abierta antes de entrar al cuarto de al lado con el nombre de Stiles y Dylan Junior en la puerta.

Era de esperarse, Stiles estaba aún despierto mirando vídeos de su tío Ed Sheeran en internet, adoraba su música, siempre que él venía de visita los niños corrían a buscarle la guitarra que Justin me regaló en mis dieciocho para que se fajara a cantarles unas ahí.

—Stiles... —le dijo Dylan y el niño se quitó un audífono.

—¿Se les ofrece algo?

No si, este carajito es descarado a morir oyó.

—Stiles Shawn O'Brien —le dije, coño, El Chon podrá estar con la Sabi pero eso no quita que lo adore horrible, por algo es el padrino de los cuatrillizos— hora de dormir, mañana hay escuela.

—Ma... —se quejó— ocho videos más y me voy a dormir, ¿Si?

De paso, ¡De paso! Este es bien arrecho.

—Stiles, obedece a mami, Champion —le dijo Dylan suavemente, ese casi no les mete carácter, marico que es— ¿Si?

Stiles bufó y dejó el teléfono sobre la mesa de noche.

—Okay... —se metió dentro de las sábanas— ¿Bendición?

Dylan y yo sonreimos.

—Dios lo bendiga —respondimos al mismo tiempo, Dylan en eso tuvo que agarrarle costumbre, a que los bebés le pidieran la bendición.

—Beso a mamá —le pedí acercando mi mejilla luego de arroparlo, besó mi mejilla— Te amo, bebé.

—También te amo, mami.

Sonreí tiernamente antes de dejarlo con Dylan para ir a la cama de Junior, estaba hecho un ovillo entre sus sábanas tratando de tapar cualquier rendija posible en donde el monstruo bajo la cama pudiese meter sus garras. Era tan adorable.

Destape un poco su cara para que no se sofocara durante la noche y la acaricie ligeramente.

—Mami te ama bebé, te ama mucho mucho —besé su mejilla.

Sentí a Dylan ponerse de cuclillas junto a mi, acarició el cabello de Junior y dejó un beso sobre su cabeza.

—Te amo, Champion —susurró— aunque a veces tú y tus hermanos parezcan los demonios de Tasmania.

Le metí un manazo en el abdomen y lo hice reír ligeramente.

Luego de asegurarnos de que el monitor de bebé, el coso ese que parecía un Walkie Talkie que nos hacía saber si los niños necesitaban algo, estaba encendido, Dylan prendió su luz de noche justo antes de que nos dispusieramos a salir

Pero la voz de Junior detuvo nuestros pasos.

—¿Mami...? ¿Papi...?

—¿Sí, mi amor? —pregunté.

Junior bostezó antes de acomodarse bien en la cama y darnos la espalda.

—También los amo...

Dylan y yo sonreimos ligeramente y salimos del cuarto con él abrazandome por los hombros. No podía negarlo, ambos estabamos agotados, había sido un dia largo en el set, yo por mi parte estaba grabando una película llamada UnFriended, un beta ahí de terror y Dylan estaba grabando American Assassin (Y gracias a ese beta nos vamos a Ibiza la próxima semana ¡Viva la arroceria!) y a su vez The Death Cure, la última de Maze Runner, verga chama, me acuerdo nada más que por el empeño de ver el estreno de la primera película de ésa saga terminé aquí, con el actor principal como esposo y con cuatro hermosos hijos.

Viva la yo, pej. Triunfando en la vida, y no lo decía por el viaje e' plata que tenía, sino porque me sentía completa y plena, con mi propia familia para proteger.

—¿Cansada? —preguntó Dy luego de que me vio salir con una de sus pijamas del baño, venía de lavarme los dientes.

Me estire antes de echarme junto a él en la cama

—Sólo un poco —respondí— ¿Qué haces, amorcito?

Él se sonrojó ligeramente, Dios, nueve años de conocernos, tres de novios y seis de casados y el carajito todavía se sonroja con eso.

Lo amo horrible.

Dejó el libreto en la mesa de noche.

—Estudiar un poco para las escenas de mañana —bostezó a la vez que se estiraba un poco— maldito Maduro, muero por dormir de una vez.

Pues si chama, al carajito se le hizo costumbre insultar a Maduro, de verga no va preso la última vez que fuimos a Venezuela cuando pasamos caminando junto a un pelotón de guardias que hacían trote mañanero.

—Ya somos dos, después de dejar a los nenes en el kinder pasaré por Teresa para ir al set, ya sabes lo arrocera que es la mardita y luego pasaré al salón a supervisar que todo esté en orden... ¡Mierda! —gruñi— olvidé llamar a Holland para decirle que necesitabamos más luces y quizás un par de extenciones, debo pasar a buscar la fuente de chocolate en casa de Maythe y...

Dylan rió ligeramente.

—Bonita, relajate...

—¿Relajarme? Dy, son los 6 años de nuestros hijos, es su fiesta, ¡No puedo relajarme justo ahora!

—Shh... hey, hey —llamó mi atención tomando mi mano, aquella sonricilla traviesa estaba decorando sus labios— Bonita, calma. Fui a dejar las extenciones y las luces luego de salir esta mañana del set y Froy y yo buscamos la fuente de Chocolate antes de venir a casa.

Lo miré.

—¿Ya te he dicho que eres el mejor esposo del mundo, verdad? Porque lo eres.

Él sonrió socarronamente.

Gracias, jala bolas.

Puse los ojos en blanco.

—¿Acaso quieres un coñazo en una bola, Dylan José?

Inmediatamente su sonrisa cambió.

—¿Ya te he dicho lo mucho que te amo, verdad? Porque lo hago.

Sonreí con autosuficiencia.

—Gracias, jala bolas.

Ahora quien puso los ojos en blanco había sido él. Me eché a reír y me estire un poco hasta la mesita de noche para apagar la luz. Ya listos para dormir, Dylan se giró y yo lo abracé por la espalda y le subí la pierna, jamás ibamos a perder la costumbre.

—Lily...

—¿Sí...?

—Gracias.

Bostece.

—¿Porqué?

—Por haberte colado en esa Convención de Comics... literal, te debo mi felicidad.

Sonreí ligeramente y apoyé mi mejilla contra su espalda.

—Te amo...

—Créeme, ése es el sonido que adoro escuchar todas las noches antes de caer en un profundo sueño.

—¿El qué?

—A ti... A ti diciéndome que me amas.

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Hello peoples!! Llegué yo y con esta sorprecita.

¿A quién le gustó?

Varias de ustedes están full ilusionadas con el beta de los cuatrillizos (no más que el Jorjius pero ajá) así que se me ocurrió la idea de realizar este Spin- Off acerca de la Dylicia's Family pero esto es un futuro alternativo, no se sabe si es cierto o no ¿Captan? Así que en teoría no, no es un Spoiler.

Así que pueden seguir haciéndose mentes :) chamas, para que porfa se pasen por mi otra novela que también es se Dylan pero de su personaje en The Internship, Stuart pej, se llama Loco y Estúpido Amor. Vayan a darle cariñito pej, lo necesita.

Voten y comenten bastante please, sus comentarios me suben el ánimo.

Sin más que decir

La Yocsy se despide, ¡Besos!

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