Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Dylan Meeting Venezuela

Girl Next Door —Copperpot

Alicia

Eran alrededor de las cuatro de la mañana cuando pasó la mierda esa.

Se jue la luh

—¡Teresa, Alicia! ¿Desconectaron su aire? —gritó mami desde su cuarto.

Estaba a punto de salir a responderle y así no despertar a Dylan quien estaba cómodamente dormido junto a mi cuando la mardita de Teresa gritó

—¡Si Paula, ya desconecte la verga esa!

—¡No me grites Teresa Carlota!

—¡Pero si me preguntaste qu...!

—¡A mi no me porfies un coño! Estás buscando que me pare de la cama mia y vaya a espencarte todos y cada uno de tus dientes.

Los ojos de Dylan empezaron a abrirse lentamente.

Coñoelamadre, ya me despertaron al muchacho.

—Hmm... ¿Qué pasó? —murmuró— ¿Porqué hace calor?

—Se fue la luz.

—¡Si mami, ya entendí!

—¡Nojoda callense mujeres ar diablo que acá la futura miss Venezuela necesita dormir para seguir manteniendo su belleza! —gritó mi tía— ¡Pobre de ustedes que las vuelva a escuchar porque me paro y empiezo a repartir coñazo!

Erga.

Dylan frunció el ceño a la vez que frotaba sus ojos. Teresa por su parte paró bolas y ninguna volvió a hablar.

—Lo siento, a veces les da por ponerse así —hice una mueca.

Él me atrajo a su cuerpo sin pararme bolas y dejó un beso en mi frente para luego acomodarse bien.

—Volvamos a dormir, mañana van a calmarse las cosas.

Sonreí a medias dándole la razón y dejé un pequeño beso en sus rosados y suaves labios para luego acurrucarme en su pecho.

(...)

—Marica ¿Has visto mi correa? —preguntó Teresa saliendo del baño.

Yo por mi parte estaba terminando de peinarme y acomodarme el uniforme frente al espejo de la sala.

—No mrc, apurate vale que nos va a dejar la buseta.

—Ni hablar —giré casi en un pequeño susto al escuchar la voz de Dylan— yo las llevaré.

—¿Qué haces despierto a las 6:00am? El Jet Lag debería estar matándote. Para ti son las 3:30am.

Sonrió coquetamente y acomodó un poco su típica sudadera frente al espejo y luego se giró hacia mi.

—Por favor, ¿Acaso crees que dejaría ir a mi novia en transporte público teniendo yo un auto en qué llevarla? A la mierda el Jet Lag, mi Princess es mucho más importante.

Marica la sonrisa que puse en ése momento no tuvo precio nawebona. ¿Vieron que se pasa de bello?

—Definitivamente no te merezco.

Rodó sus ojos y con sus tiernas manos, tomó mis mejillas.

—Quien no merece a una persona como tu, soy yo ¿Okay? —me dio un corto beso— iré a sacar la camioneta, desayuna tranquila Princess.

Asenti y antes de regresar a la cocina, me paré de puntas y dejé un pico en sus labios. Al entrar a la cocina vi a la Teresa con la arepa en la boca, con un zapato y el otro no, tratando de leer una vaina en el cuaderno mientras intentaba ponerse la falda. Típico.

—Mija come tranquila que Dylan nos va a llevar.

Al escuchar aquello soltó un gran suspiro de alivio y tiró todo al piso menos la arepa, después se instaló en la silla a terminar de comer.

—Verga, yo amo a ése hombre —levanté una ceja— tas clara que es mi be efe efe, tú también amas a mi Tommy.

—Pilas pues, sólo por eso.

Después de terminar de comer tranquilamente debido a que era muy temprano y no teníamos necesidad de tomar transporte ayudé a la gafa esta a vestirse mientras ella terminaba de estudiar. Nawebona, no pudo hacerlo ayer.

Al salir de la casa vi la camioneta parada al frente. Mi Prince estaba apoyado en esta mientras tenía sus brazos cruzados y miraba a sus alrededores.

—¡Hey, chamita bonita! —escuché un silbido. Me giré, Diego— nos vemos esta noche.

Hice un saludo con mi mano ligeramente intentando ignorarlo. Me giré nuevamente a mi cuaimo y él sin decir nada, me abrió la puerta del copiloto. Pensé que estaba arrecho por esa vaina hasta que sentí su mano entrelazarse con la mía, me sonrió.

Estaba por decirme una vaina pero la Teresa prendió el equipo de sonido. Trap, la marica e mierda esta estaba cantando trap en la madrugada.

—Teresa Rojas Peñalver, cagando momentos desde 1992.

Rodé los ojos. Estuvimos un buen rato en el carro calandonos a esa ladilla pero a Dylan no parecía molestarle, porque esa es otra vaina, él adoraba a Teresa. Yo por mi parte me dediqué a mirar los hermosos huecos de las calles de Coro, la basura, la mierda de perro...

Perro...

¡Firulai!

—¡Dylan! —chille haciéndolo pegar un frenazo y que Teresa se pegara con la parte de atrás de mi asiento— ¿Con quién dejaste a Tobías y a Firulai?

—Nojoda, casi vuelo los dientes con ése coñazo ¿Y todo nada más para preguntar con quién coño está la Firulai?

—Los dejé con Georgeous, no te preocupes.

Pelé los ojos.

Teresa soltó una carcajada.

—Erga, échale bolas —rió— hubiera salido mejor que los dejaras en el patio de la casa porque el Jorjius de verga se alimenta él mismo porque él está claro que debe hacerlo o sino coge pal otro barrio, si sabes a qué me refiero.

Y no se equivocaba.

En casa del Jorjius en Estados Unidos.

Jorjius.

—Verga, tu definitivamente eres exquisito chico —tomé a Tobías en brazos quitándomelo de encima porque el muy coñoemadre se me había subido a la cama a pararme— ¡Y voj, cállate que me tienes arrecho! Te voy a dejar durmiendo en el patio si sigues ladrando, Firulai.

La muy perra me gruñó. Tobías al ver que le gritaba a Firulai también me empezó a gruñir.

—Ustedes si son perros sh. Mal agradecidos —Volvieron a ladrarme— mentira, mentira, eso es mentira. Afedo, Fededica camense po favo.

Alicia

—Marico huele a peo en ésta mierda —me tape la nariz— ¡Sebastián, coñoetumadre ese fuiste tu!

Los muchachos se empezaron a reír.

—Erga, tas pendiente.

—Brode ¿Qué hablas? —le respondió Guiñan— si eres el único cochino que hace esa vaina aquí a parte de Yonn y ese pajuo no vino.

Verga, es que son cochinos nojoda, pareciera que se estuvieran muriendo por dentro los muy desgraciados. Bizcochito, aka nuestro cuchi profesor de Geografía que tanto adoramos, moral, sin sarcasmo, nos mandó a formar para irnos.

—¿Te vas caminando hoy? —me preguntó Guiñan mientras estabamos saliendo del salón.

—No sé mrc, con el calor que hace tengo ganas —hice una mueca— ¿Nos vamos juntos?

—Si va, hoy no tengo nada que hacer. Vamos al cine pero como tu eres la de los cobres, brindas.

No si.

—No sé mrc, se supone que hoy voy a salir con Dylan a que conozca Coro.

—Ay yo quiero ir —¿Pa qué hablé?— no seas pajua, Llévame que yo quiero ir brode. Además ajuro debes presentarme a ése culito tuyo.

Rodé los ojos.

—Bien, ven a almorzar y ahí buscamos entre la ropa de mi primo Jefferson para que te cambies.

Al decir eso Guiñan arrugó la cara.

—Egh, el bicho feo ése —rodó los ojos— dile al jevo tuyo que me preste mejor, ¿Si va?

—Ah no vale, tu lo que eres es un exquisito.

—No seas pajua sh, dale. Dile.

—¡Muchachos por favor! —pidió Bizcochito para que hicieramos silencio y así hicimos.

Bueno, eso no pudo evitar que er mmaguevo de Guiñan me siguiera ladillando a punta de empujones hasta la salida, nawebona e ladilla.

Y hablando de ladillas...

¿Dónde está la hermana mia?

Al salir del colegio junto a Guiñan nos íbamos a poner a buscar a Teresa cuando una corneta empezó a sonar estridentemente. Levanté la vista y ahí estaba la camioneta negra de Dylan.

—Verga, éste como que se anda cagando vale.

Reí. Tan bello el carajito, ve, esto es lo que yo necesitaba, un macho con carro que me produzca porque de aquí a que me gradue iré a parecer un zamuro de lo negra que me iba a venir dejando el sol.

—Ése es Dylan, muchacho marico.

Guiñan casi pega la mandíbula al piso.

—¡¿Khe?! Nawebona e carro —tapó su boca pero luego recobró la compostura— coño, asi es ques' por primera vez haces una vaina bien ¡Un novio con carro! Adiós a la buseta y a la camionetica.

Éste muchacho es marico, definitivamente.

Caminé con él siguiendome detrás hasta la camioneta, el vidrio polarizado fue bajado y lo primero que vi fue a Teresa comiéndose una barquilla.

—Adivina quién salió temprano y se consiguió a su super cuñis que le brindó una barquilla criminal en Wonka's.

La miré con ironía.

—¿Al menos me trajeron algo? —Dylan levantó una bolsita, sonreí— ese es mi macho.

Teresa bajó del asiento del copiloto para cambiarse de puesto y saludó a Guiñan a lo macho, esta niña dejó el glamour en Gringolandia y al llegar a Venezuela sacó su malandra interior.

—Hola preciosa.

Me acerqué a dejar un beso en sus labios un poquito más largo de lo normal antes de presentarle a Guiñan.

—¿Me extrañaste, verdad?

—La verdad tu casa es más pacífica cuando no hay novias gritando —lo miré mal— es broma, te extrañé.

—¿También me extrañaste a mi?

Guiñan se asomó entre ambos asientos cagando el momento, muy propio de él.

Acaricie mis cienes.

—¿Y él es...? —empezó Dylan.

—Dy, él es Ángel, mi mejor amigo —lo señalé— tu, mariquito. Él es Dylan, mi novio.

Guiñan le ofreció la mano y para mi sorpresa Dylan la aceptó amablemente.

—Para los panas sólo Guiñan, ah, aquí en Venezuela a los cuñados se les brinda.

Dylan rió.

—Dylan para los amigos, por cierto, en Estados Unidos tenemos la manía de dejar olvidados a los cuñados en medio de la nada si intentan pasarse de listos, ¿Verdad, Tessa?

—Marico yo que tu le paro bola —le indicó a Guiñan— yo la última vez que les corté un momento los muy mmaguevos de verga no me dejaron olvidada en el Ferri de New York estando dormida.

—No es cierto —nos defendí a Dylan y a mi— te dejamos con el Jorjius.

Teresa me miró con ironía.

—Échale bolas, la misma vaina

Rodé los ojos.

—Princess, tu mamá dijo que mañana iríamos con tu familia a la playa —comentó sin despegar la vista de enfrente— ¿Qué dices?

—Digo que a mami definitivamente se le cruzaron los cables —pasé mi mano por mi rostro— Alv, ¿Porqué no me dijo esa vaina antes?

—Porque te conoce y sabe que si tu hubieses sabido esta vaina antes ya estuvieras camino a Gringolandia a pie —me respondió Teresa.

Dylan frunció el ceño.

—Creí que te gustaba la playa.

—Y me gusta —dije— el peo está en que cuando mami dice familia y playa eso sólo puede significar una vaina.

—¿Qué?

Guiñan no pudo aguantar y se echó a reír.

—Eso quiere decir que van a pasar el fin de semana en la misma casa rentada con los tíos de Alicia y la familia de Marianna.

(...)

—Llegó lo más bello de Coro —anunció Guiñan al entrar a mi casa.

En la sala se encontraban mi tía y las vecinas del frente echando cuento, verga, se habían tardado.

—Nawebona, semana y media en Venezuela y no habías pisado la casa —le dijo a Guiñan— estaba empezando a pensar que te habían matado, vale.

Guiñan rodó los ojos y fue a darle un beso. Teresa por su parte se quitó la falda delante de la visita quedándose en short y sin decir más nada, fue al cuarto de nosotras.

Cabía destacar que las que estaban ahí eran la vecina y las hijas, esas marditas eran sendas malandras en la vida y habian llevado más webo que una torta. Le tenían una envidia y ganas de sonarse a Teresa por sifrina pero esas carajas estaban claras que si la llegaban a medio tocar se las iban a ver con todo Petare y parte de Tocorón y Cruz Verde, la mardita esta tenía alto ejército tukky, ¿Qué hablas? Así que ni ellas le buscaban peos ni Teresa se metía con ellas.

—¿Qué más? Señora Josefina —le sonreí de lejito.

—¡Hija! Tiempo sin verte Ali. Todo bien, gracias a Dios —se paró a darme un beso— palante como siempre con nuestro comandante.

La mardita era chavista.

—¿Y mami? —le pregunté a mi tía ignorando la mención de Lord Voldemort en mi casa.

—Fue para que la comadre Raiza a hacerse las uñas. Dijo que cuando tu y Teresa llegaran montaran una olla de espagueti para almorzar.

Yo estoy clara que la mandaron fue a ella pero le dio ladilla, típico

Bufe y me giré hacia Dylan quien estaba distraído mirando un marco fotográfico que estaba guindado en la pared.

Lo abracé por el cuello a lo que reaccionó.

—¿Mi prince tiene hambre?

Sonrió mientras se acercaba a dejarme un casto beso en los labios.

—No mucha, tu mamá me hizo de desayunar a las 10 porque al regresar lo primero que hice fue volver a dormir pero puedo ayudarte a hacer el almuerzo si quieres.

Sonreí y le di otro beso antes de separarme.

—Sisa.

—Ay ¡Más chévere! —se metió Jennifer, una de las carajas— mami, ¿Viste la vaina? Ahora kike Alicia Gringa.

—Que ladilla —su hermana rodó los ojos— ¿Porqué no hablan ambos en un idioma que se les entienda? Habemos más personas aquí.

Rodé los ojos hasta tal punto de creer haberme visto el cerebro.

—Menor, aquí el pana que tu vez por si no te has dado cuenta, es gringo —rodeé la cintura de Dylan con mi brazo izquierdo— así que si hablo en español nada más porque tu eres arrecha y te da la gana el que no va a entender va a ser él, ¿Captas?

—¿Entonces porqué no le enseñas? —le interrumpió Jennifer— digo, tu sabes español también, es lógico.

Es que son más metidas que una pantaleta, alv.

—Porque el español es uno de los idiomas más arrechos que hay, él trabaja, yo trabajo, no tenemos tiempo y tampoco paciencia además... esto no es peo de ninguna.

—A veee... —murmuró Guiñan.

Mmaguevo cizañero.

—Lily... —rió por lo bajo mi macho sabiendo que lo que podía venir a continuación era una llovizna e' coñazo.

Me giré hacia él y le rodé los ojos, se acercó a mi oído.

—Haces eso nuevamente y juro por Dios que esta noche te haré ver las estrellas.

S E Ñ O R  J E B U S

—No me digas esas vainas aquí, mardito pajuo porque te cojo.

—¡Veeeerga! —chilló Guiñan— me quedé fue asi marica —abrió la boca.

Dylan y yo nos sonrojamos.

—Espera, ¿Cómo es que tu...?

—Verbo To Be mami —chasqueó sus dedos divo, arrecho y bestial— en francés, en chino, en mandarín o portugués, sea como sea el queso es una vaina internacional.

Marico

—Pajuo —me empecé a reír— anda a bañarte y dile a Teresa que te pase ropa del Jefferson ahí que yo hago los espaguetis, comemos, nos arreglamos y nos vamos.

Guiñan hizo una mueca.

—Marica nooo —se quejó— no la voy a dar, dile a tu novio que me preste, ¿Si va?

—Que verga contigo chico. Deja tu ladilla.

Me miró mal y luego se giró hacia Dylan.

—Compa, ¿Do you want pay me un trapo pa no parecer charozo?

Dylan frunció el ceño.

—Trapo, trapo —Guiñan le tocó la camisa para ver si captaba la vaina— ya sabes, para no parecer Tukky.

Dylan entendió.

—Oh, ¿Te refieres a mi ropa?

—Eso es, ¿Me prestas para cambiarme? Tu no tienes cara de pajuo, no seas maluco ¿Si va?

Mi macho rió.

—Adelante, dile a Tessa que le indique cuál es mi maleta, puedes escoger lo que quieras no hay problemas.

Al escuchar aquello Guiñan me miró.

—Marica, creo que ya lo amo.

Este si es gafo.

—Ve, hija el espagueti muevanlo pues —me apuró mi tía— si Paula llega y esa vaina no está lista, olvídense que van a salir.

No si.

Dylan y yo entramos a la cocina para empezar a preparar la salsa porque hacer espagueti era una mariquera que estaba lista en cualquier momento y como él es bello se ofreció en hacer la salsa mientras yo hacía el jugo.

—Aún no entiendo porqué no cocinas si todo te queda rico.

Reprimio una sonrisa.

—Porque si empiezo a cocinar dejarías de preparar cosas para mi y adoro como cocinas.

Tan bello el hijo e' Lisa. Ama mis arepas quemadas.

—Cobero, a ti lo que te da es ladilla, ¡Niegamelo!

—¿Podrías pasarme la sal? —evadio mi afirmación.

—¡Dylan!

Soltó una carcajada.

—Okay, hay cosas que se te queman pero prometo que adoro todo lo demás —rodé los ojos— cariño, ¿Qué hablamos hace un momento sobre rodar los ojos?

—Verga hijo, tienes el queso a mil.

—No sé que es eso pero si con «Queso a mil» quieres referirte a que me están dando ganas de volver a hacerte mia, entonces si, tengo el queso a mil.

Coño marica, me moje...

Literalmente lo hice, de la impresión tumbé la jarra de agua que estaba en la mesa y terminé con la falda del liceo mojada.

—Coñoelamadre —me queje— ¿Qué más? Tiro esta mierda en la secadora después —me la quité— ya vengo.

Caminé hasta el cuarto de lavandería en donde estaban la lavadora, la secadora y la batea y lancé esa mierda a la secadora. Al regresar, Dy ya había montado la olla con los espaguetis y la salsa cocinandose. Lo miré unos instantes y me imaginé despertandome los domingos al mediodía y encontrarme esta escena...

Definitivamente querría hacerlo.

—¿Todo bien?

Parpadee un par de veces.

—Eh... si, todo bien.

(...)

Marica pero esta vaina es el colmo, nawebona. Adivinen ¿Quiénes salieron a recorrer todo coro? Pues si, Dylan, Teresa, Guiñan y yo. Adivinen ¿Quiénes se encompincharon y formaron la Alianza Anti-Froy? Esos dos maricos. Y Adivinen ¿Quién iba atrás como la propia estúpida sentada mientras que Guiñan estaba de copiloto brollando con mi novio? Si, la yocsy. Que arrecho, en toda la tarde el carajito no me paró bolas, incluso la Teresa y yo fuimos a comernos unos golfeados y ellos ni cuenta se dieron.

Eran alrededor de las ocho cuando regresamos a la casa, habíamos dejado a Guiñan en la suya y Dylan había conocido a su mamá, incluso la siguió en Twitter nawebona, ni a mi, weno, aún no lo he desbloqueado pero ajá, igual pues. Me di una buena ducha y me puse una pijama para instalarme a ver televisión en la sala... ¿A quién engaño? Empezó la novela.

Si rio es por ti, si sueño es por ti, si tengo mi norte en el sur es por ti, ¡Ay, por ti! Porque cuando te acercas de nuevo, yo me voy de bajada sin freno... —me puse a cantar el intro de la novela. Soy full fan de Aristemo— Si bailo es por ti, si canto es por ti, si escribo canciones de amor es por ti. Porque llevo tu ritmo por dentro, porque quiero ser tu complemento...

—¡Weeeenas! —escuché un grito desde afuera.

Me pregunto a quién estarán buscando si aquí en esta mierda solo estamos Teresa, Dylan y yo, Mami y mi tía se habían ido para que mi abuela de visita y esas segurito llegaban tarde.

Me levanté del mueble y fui a ver quién era.

—Epale chamin, ¿Cómo estás?

Diego estaba tras la reja con una caja de pizza y un refresco, preguntenme si lo dejé pasar.

—Instalate ahí en el mueble que yo voy por los vasos —le indiqué luego de que pasara a la casa.

—¿Y los demás? —preguntó al ver que sólo yo estaba en la sala.

—Teresa durmiendo y Dylan creo que también, sino, debe estar bañándose —me encogi de hombros mientras iba a buscar los vasos.

Diego había traído Chucky para ver, marica yo odiaba esa película ¿Saben porqué? Porque en mi cuarto hay muchos corotos, muñecas, muñecos y toda esa paja, ¿Ustedes se imaginan que esta mierda diga «Basada en hechos reales»? Me cago.

—No seas pendeja, no da miedo.

—No mmaguevo, a ti no, en cambio yo soy una mardita caga' —le sonreí falsamente mientras apagaba la luz y ponía la película.

Esa mierda empezó. No brode no, me cago hasta con el titulo, la primera vez que yo vi esa vaina la pasaron por venevisión y yo creí que era una película para niños, en ese entonces yo tendría unos 11 o 9 años.... pues no, no era una película para niños. Aunque mi tía se la puso a mis primitos que escoñetan los juguetes con la excusa de «Esto les pasa a los niños que no cuidan sus juguetes» nawebona zulay, hasta a mi me mataron la infancia.

Estaban pasando la parte donde el muñeco estaba bajo la cama y le iba a cortar los pies al carajito con un cuchillo, automáticamente subí los pies al mueble provocando una carcajada de Diego.

—Pajuo, eres un pajuo —le di un manazo.

—Cagada, eres una cagada.

Rodé los ojos y continué viéndola. El mmaguevo muñeco se empezó a reír, coñoelamadre...

—Nena, ¿Sabes dónde está mi sudadera verd...? —Dylan prendió la luz y frunció el ceño al ver a Diego ahí— ¿Qué está pasando?

—¿Te acuerdas que ayer Diego había dicho que iba a llegarse en la noche? —le sonreí inocentemente para que no se arrechara conmigo después— pues aquí está.

Diego le sonrió hipócritamente mientras hacía un pequeño ademán de saludo. Dylan me miró y con su mano me indicó que fuera a hablar con él a solas. Luego de decirle a Diego que ya venía arrastre a Dylan al cuarto de mami, la Teresa estaba tiesa en esa cama así que no tuvimos de otra que ir a mi cuarto.

—¿Porqué mierda no me lo recordaste?

—¿Acaso me paraste bola durante la tarde, Dylan O'Brien? —se hizo el loco.

—Querías que me llevara bien con tu mejor amigo, eso hacía.

—No, te conozco y sé que al principio no te agradaba pero ¡Ajo! Te dijo que Froy le caía mal y en seguida le montaste un altar, si quieres también le haces una torta para que se la piques, mmaguevo.

Dylan levantó una ceja divertido ante la situación.

—¿Estás celosa de Guiñan?

—No.

—Estás celosa de Guiñan —se rió.

—Sigue riéndote mmaguevo, sigue a ver quién va a dormir en el patio hoy.

Dylan me miró de manera socarrona.

—¿En verdad quieres dormir sola luego de aguantarte la mitad de esa estúpida película? —mardito, tenía razón— o podemos dormir juntitos, abrazados en tu cama mientras canto canciones de Ed Sheeran en tu odio hasta que te duermas. Decide.

Este carajo es el mejor novio del mundo. Quien me diga lo contrario que venga pa que nos echemos coñazo.

—Mamalo.

Dylan tomó mis mejillas.

—Se que estás enojada conmigo, entiendo —rodó los ojos— lo compensare, solo dile a ese imbécil que se vaya.

—Respeta carajito.

—¿Acaso quieres que se quede?

—Se supone que ayer quedamos en que él iba a venir, no puedes picarte porque tu y yo salimos hoy en la tarde y no me paraste bolas.

—No quiero que se aproveche de la situación Alicia, ¿Qué no ves? Está colado por ti.

—¿Otra vez con esa vaina? Yo no le gusto.

—¡Claro que si!

Rodé los ojos a tal punto de verme el cerebro pero no caí en cuenta en una cosa.

—Suficiente... —murmuró Dylan antes de separarse de mi y ponerle seguro a mi puerta.

Tragué saliva.

—¿Qué haces?

Se volvió a acercar a mí y sin devolverme la respuesta aprisionó mis labios en un fogozo beso. Sus labios danzaban sobre los mios de una manera tan sexy que sólo él podía lograr. Sentí sus dientes mordisquear suavemente mi labio inferior provocando que llevara mis dedos al interior de su cabello para así empezar a revolverlo mientras tiraba de él, aún seguía húmedo por su ducha y de su cuerpo emanaba el olor a jabón Palmolive de frutos rojos.

Se me paró el que no tengo, nawebona.

—¿Recuerdas qué te dije lo que pasarías si volvías a rodarme los ojos? —susurró sobre mis labios a la vez que introducía su mano en mi sueter holgado y acariciaba mi espalda desnuda— pues es hora de atenerte a las consecuencia... Sugar...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro