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Al Descubierto

Teresa

Y ahí estaba yo, como la propia cabeza e' webo junto a los otros coñojemadres en el estacionamiento, nos habian echado a patadas del cine luego de la coñiza que se había armado entre estos dos en plena sala de cine, yo como no era pendeja intenté hacerme la loca y que los botaran a los dos pERO COMO THOMAS ERA UN PAJUO ME SAPEÓ CON EL GUARDIA DICIENDO QUE YO ERA LA RAÍZ DEL PEO Y ME ECHARON A MI TAMBIÉN.

Marica es que yo lo mato... no, a él no, al pajuo del Jorjius porque él lo había traído para empezar la vaina.

Una brisita pasó y en seguida froté mis brazos en cuanto senti que se me pararon los pelitos. Ambos británicos se sacaron las chaquetas.

No si, ¿Cómo fue qué pasé de petareños a Británicos?

—Ten, cubrete... —Jack me extendió su chaqueta de jean.

Thomas lo fulminó con la mirada

—No lo necesita, le estoy ofreciendo el mío.

Jack ofendido por como se lo había dicho, le contestó:

—Por algo aún no lo ha querido tomar, ¡Ah, por cierto! ¿No se lo has prestado a Kaya Scodelario, ya? Porque de ser a si, dudo que Tessa se lo quiera poner, ¿Qué dices tú, Tessa?

A veeeerga, kike tu mamá.

Thomas gruñó.

—¡No la llames así! ¡Sólo yo puedo llamarla así!

A veeeerga, kike la tuya.

—¿Desde cuándo? ¿Antes o mucho después desde que ella haya terminado contigo?

TURN DOWN FOR WHAAAAT NOJODA, LO JODIOOOO

Thomas intentó articular palabra pero no chama, lo dejó en blanco

—Te callas esa jeta porque te jodieron —le dije— por marico.

Jack se empezó a reír y Thomas hizo ademanes de meterle un coñazo pero le agarré del brazo. Jack se dio cuenta de que le iba a meter un coñazo e intentó hacerlo pero también lo detuve, ambos intentaron forzajear contra mí pero les jale de las greñas a los dos.

—¡YA, NOJODA! ¡YAAA! —grité— ¡ME TIENEN ARRECHA, MMAGUEVOS!

Los solté de coñazo haciendo que se separaran y siguieran viéndose así de feo. Que peo con estos carajos vale. Los miré a ambos, pero sobretodo a Thomas, decepcionada de su actitud, él no era así, no de echarse coñazo y pelear con la gente, asi era yo, yo era la salia y ordinaria, él era el decentico y educado, no al revés.

Thomas notó que lo estaba mirando y su mirada se suavizó. No necesitaba ser adivina para descifrar lo que esa mirada quería decirme.

«Necesitamos hablar»

Y tal vez... sólo deberíamos hacerlo, para terminar con esta wachafita de una vez por todas.

Jack al parecer se dio cuenta de la vaina por lo que suspiró y volvió a ponerse su chaqueta.

—Creo... creo que he de irme —lo miré a lo que él me regaló una mueca— Créeme, es lo mejor para los tres.

Me acerqué un poco a él y tiré de su brazo para alejarnos un poco de Thomas y hablar en privado.

—Pero Jack...

—Necesitan hablar, lo sabes preciosa —tomó mi barbilla— aún te quiere, puedo verlo, todos pueden verlo menos tu, no quieres escucharlo pero debes Teresa.

Marica no quería terminar así esta cita, la cagada pues

—Yo... lo siento, de verdad.

Él negó y simplemente me ofreció una dulce sonrisa.

—No lo sientas, fuiste de gran ayuda para mí esta noche.

Frunci el ceño.

—¿Ayuda? ¿Ayuda para qué?

—Ya te lo había dicho antes, preciosa —metió las manos a sus bolsillos— no soy muy bueno hablando con las chicas, de hecho soy un asco en eso... pero me gusta una y quisiera invitarla a salir y no actuar como el chico indio de The Big Bang Theory cada vez que me habla, asi que pensé en invitarlas a alguna de las dos y asi practicar porque son las chicas con quienes más convivo, después de todo somos buenos amigos, ¿No?

—Ya va... ¿Entonces no sientes atracción por mí y esto no ha sido una cita?

Al escuchar aquello él soltó una ligera carcajada.

—Tess, me pareces una chica muy preciosa y agradable... —Friendzone, le voy a que me manda de un sólo coñazo pa esa vaina— pero shippeo Thomresa asi que no, no podría hacerle eso a mi shipp.

Lo miré aún desconcertada. Les juro que esperé de toda vaina, incluso que me dijera que era más fea que un coñazo en una bola ¡¿Pero eso?!

—P... Pero ¿Y la coñiza que se acaban de meter tú y Thomas? Porque de ser asi, yo no entendí marico.

Se rascó la nuca avergonzado

—Eh... si, todos los chicos en algún punto de nuestras vidas necesitamos un pequeño golpe para reaccionar ante los problemas... pero él es un caso a parte, Thomas necesitó una golpiza.

No si.

Suspire de alivio.

—Verga pana, menos mal que me dices eso porque ajá, tampoco es que te hubiese parado mucha bola que digamos, aún sigo pensando en Tom —si, llamenme pendeja es lo quej, ando es disimulando ése coñazo pa la Friendzone y recuperando la escasa dignidad que me quedaba.

—Es bueno escuchar eso... —besó mi frente y me dio un corto abrazo— perdón por no llevarte a casa como debería, pero en verdad ustedes necesitan hablar

Asenti.

—Gracias chamo, eres un rayito de luna, no te digo rayito de sol porque ese es el Froy —le hice un guiño— nos vemos el lunes ¿Si va? Y me le dices al desgraciado de Froy que venga mañana a explicarme matemáticas porque estoy hecha un culo y conociendo a Dylan me va a formar el peo por no estudiar para el examen cuando llegue de New York.

—Lo haré...

Y luego de montarse en su Jeep, se fue dejándome con el carajito este y mis ganas de cachetearlo.

Di un largo suspiro y traté de organizar todas mis ideas, y en un caso extremista de una pelea, también organice mis trapitos. Uno nunca sabe, chama.

Me voltee. Aún estaba ahi, parado y mirando hacia todos lados tratando de hacerse el loco como si no hubiese escuchado el beta.

—¿Porqué viniste? —fue lo primero que pregunté haciendo que me mirara.

—Dicen que la Cenicienta estaba en cartelera, no podía perdermela... —lo miré con ironía— está bien, George me arrastró para venir a verla.

—Ese viejo desgraciado y marvado me las va a pagar —dije para mí misma— ¿Porqué lo hiciste?

—Ya te lo dije, George me...

—No eso, mongolico —rodé los ojos— ¿Porqué se cayeron a coñazo tú y mi rayito de luna?

—Ah... —su rostro abandonó cualquier expresión, apático— ¿Ahora le pones apodos?

Me encogí de hombros

—Peo tuyo no es —rodé los ojos— habla Thomas.

—A mi nunca me pusiste un apodo.

—O hablas o me voy en un taxi.

Se encogió de hombros

—Has lo que quieras —dijo— después de todo, ya no me importa.

No si.

De paso

DE

PASO

—Después andas por ahí llorandole a Alicia porque te mandé a comer mierda

—Y tú llorandole a Dylan porque te engañe con Kaya

Okay, literalmente me dejó con la jeta abierta. Thomas jamás me contestaria asi... bueno, su caballerocidad, después de todo de esa fue que me hice novia, no de él.

—Te estás ganando una cita con el diablo.

—Adelante, después de todo no creo que sea tan pésima como la que tuviste hoy que ni siquiera tuvo la educación de llevarte de regreso a casa —se burló— pero tranquila, como siempre, mi caballerosidad no me permitiría dejarte varada aqui sola, así que... —abrió la puerta de su auto— anda, sube.

Apreté mis puños reprimiendo las ganas de escoñetarlo a coñazo limpio por lo cabrón que estaba siendo, casi tan cabrón y desgraciado que la última vez que discutimos.

—Prefiero volver a irme a pie que seguir hablando contigo Thomas Sangster —me di vuelta y empecé a caminar hasta la salida.

—¿Adónde mierda vas, Teresa Carlota?

Le saqué el dedo del medio sin regresarme siquiera a mirarlo

—Cuando madures, Llámame para hablar, antes no.

—¡Te he preguntado que adónde ibas!

—P. Sherman, calle Wallaby way 42 Sydney.

No tenía que mirarlo para saber que habia puesto los ojos en blanco.

—¿En serio me pides que madure y luego me sales con eso? ¿En serio?

—¡A verga! No mmaguevo, todo está en tu imaginación, esto es un sueño —le dije— si, esto y las esperanzas de que Thomresa vuelva.

—¡De todos modos no quería volver contigo!

Al escuchar eso, paré en seco. Giré.

—¿Qué dijiste?

Thomas parpadeó un par de veces, no esperaba que iba a reaccionar tan rápido

—Que no queria volver contigo, ¿Para qué? —ironizó— ¿Para soportar tus gritos? ¿Tu desconfianza? Estoy cansado de ti, Teresa.

Caminé hacia él y lo encare, incluso me puse de puntas y aún asi él tuvo que encorvarse para poder mirarme mejor.

—Aqui... —señalé mi cara— dimelo nuevamente pero mirándome aquí. Dime en mi cara que no quieres regresar conmigo, dime en mi cara que todas estas malditas discusiones no te quitan el hambre o el sueño, dímelo Thomas, ¡Dímelo! Dime que ya te has rendido, dime que todo acabó, dime... dime que ya no me quieres... porque a pesar de todo, a pesar de todo lo que yo te dije hace días atrás, a pesar de todo lo que tú me dijiste, a pesar de todos los gritos que salieron de mi garganta y de la tuya, la mía en ningún momento dijo que ya no te quería...

Él me miró pero de sus labios no salieron palabras. No salió nada, simplemente sus ojos nunca pararon de observarme.

Negué para mí misma.

—Ya entendí —dije— que te vaya bien...

Regresé mi camino hacia la casa a pie. Mordiendome el labio y reprimiendo las crecientes ganas de llorar que me habitaban sumándose el frio de la noche. Jamás en mi vida me había arrepentido de algo, pero esa noche... esa noche fue la primera vez que me arrepentí en haberme coleado en un sitio y terminar conociendo a un estúpido que no hizo más que lastimarme y escupir sobre mis sentimientos.

Las luces de la casa estaban apagadas cuando llegué pero no le paré, por mi mejor que esa gente estuviese dormida, odiaba que me viesen llorar y justo ahora no quería molestar a Dyl y a Alicia en su viaje, debí haber aceptado ir con ellos de arrocera a New York, quizás ahora no me sentiría tan rota como estaba y me estaría jartando un pizzita en el restaurante que estaba al lado del edificio de Dylan junto a la parejita. Me quité toda esa ropa y me puse la bata de dormir, no me importó dejarme el maquillaje, después de todo esa mierda se había cagado con mi lloradera en el camino y parte de mis brazos estaban manchados por esa vaina. Me eché en mi cama y abracé mi almohada enterrando mi cara ahí, para ahogar mis gritos y sollozos y que nadie de la casa pudiese escucharme.

Pero me fijé que dejé el ventanal del balcón abierto porque el viento hacía ondear las cortinas así que tuve que pararme a cerrarlo porque no quería que entraran los zancudos.

—Que raro, creí haberla cerrado antes de irme —sorbi mi nariz y baj la ventana antes de ponerle el seguro.

—Y lo hiciste...

Me giré del susto encontrándome con su mirada y su silueta envuelta por la oscuridad de la habitación, (verga, menos mal que él no era Zayn porque arrecha o no ajuro debía hacer un comentario racista o no era Venezolana)

—Thomas...

Dio, literalmente, dos pasos hacia mi hasta tenerme acorralada entre su cuerpo y la ventana, verga papi, esas canillas.

—Tienes razón... —dijo. Podía sentir su aliento acariciar mi frente debido a nuestra diferencia de altura— no te quiero Tess... hace mucho tiempo dejé de hacerlo...

Sus labios descarados besaron los mios llevándose consigo cualquier rastro de razonamiento mental. Pero lo peor fue, que los mios lo extrañaron tanto que gustosos le dieron la bienvenida.

—... Porque te amo.

(…)

Dylan

Me separé rápidamente de ella tomandola por los hombros. ¿Qué demonios acababa de pasar? ¿Qué mierda le ocurría a ella para hacer algo así? Éramos primos, por Dios ¡Primos! Sin mencionar que era más pequeña que yo.

—Dyl... yo...

Me levanté del suelo.

—Nos vamos a casa ahora mismo —en ése momento no me importó ser severo con ella, estaba molesto— y no quiero escuchar nada al respecto de lo que acaba de ocurrir...

Ella me acompañó en silencio hasta el estacionamiento y como había pedido, no la había escuchado hablar en todo el camino, debía llevarla a casa de tia Jenn quién seguramente había llegado de trabajar pero primero debía pasar por Lily a casa de mamá y papá ya que casa de tia Jenn quedaba cerca del apartamento, sólo esperaba que el camino no fuese tan incómodo como este.

De camino pasé por una tienda de yogurt congelado para llevarle a Alicia, siempre le ha gustado comer algo dulce antes de dormir.

—Espera aquí.

Le dije luego de que parara frente a casa de mamá y papá, dejé el auto encendido y bajé. A esta hora sabía que mamá y papá estaban dormidos pero dudaba que Jules y Alicia lo estuvieran, no después de haberle regalado una cuenta en Netflix a mi chica.

Y como lo había predicho, ahí estaban ambas echadas en el sofá  con los pies sobre la mesa ratona de mamá mirando una serie

Encendí la luz.

—¡Oh, mierda! —se quejó Jules y volteó a verme— apaga esa maldita cosa de una vez, mocoso

—Cuida ese vocabulario, Julia O'Brien

—Soy mayor por 16 meses, puedo decir lo que me da la gana quieras o no.

Frunci el ceño y miré a Alicia

—Anda arrecha porque Alec se comprometió con la perra de Lydia y Magnus se enteró —me respondió Alicia

Rodé los ojos.

—Típico, debiste verla mirando The End Of The F***ing World, no salió de su habitación en una semana al llegar al último episodio —bufe— Jules, ¿Dónde están los chicos?

—Tia Jenn pasó por ellos hace unas horas, ¿Podrías irte de una vez para que yo pueda ver si Magnus le da una coñaza a Lydia?

Miré a Alicia quien se hizo la distraída.

—No me veas a mi, yo no le enseñé eso.

—Ajá —negué para mi mismo— ¿Estás lista, Bonita? Hora de irnos

—Si Prince, me pongo los zapatos y... ya va, perate —me miró con una sonrisa cómplice— me da ladilla ponerme los zapatos, ¿Y si me cargas hasta el carro? ¿Si va?

Suspire.

—Lily...

—¡No seas pajuo sh! —se levantó y vino hacia mí haciendo ése precioso puchero que siempre lograba que hiciera lo que ella quería— Por favor... ¿Si? Tú tienes unos sendos brazos y bien sabes que puedes conmigo

Suspire pesadamente y sin darle tiempo a reaccionar la tomé en brazos de forma nupcial, después de todo no pesaba tanto. Luego de despedirnos de Julia (quien por cierto nos echó para seguir mirando su serie) fuimos hacia el auto. Gracias a que Harry estaba en el asiento del acompañante tuve que abrir una de las puertas de atrás para dejar a Alicia ahí.

—¿Soy yo o cada vez siento esos bracitos más duros? —comentó Lily apretando ligeramente uno de mis bíceps, reí.

—¿Qué decirte? Lo sabrías si te dignaras a ir al menos una vez al gym conmigo, amor.

—Marico es que me da ladilla pues, tu sabes que ajá esa vaina no es lo mío

—Preciosa, tendrás que ir tarde o temprano por la serie, Jeff te lo ordenará y yo estaré ahí para decirte «Te lo dije»

—Mmaguevo

—Pajua

—Cabrón

—Conioemadrue

Ella soltó una enorme carcajada

—Verga carajito, jamás me habían dado unas ganas tan arrechas de besarte como ahora...

Y sin poder evitarlo, tomó ambas mejillas y me dio un dulce beso. No podía evitar sentirme un cretino al besarla con Harriet mirándonos desde el retrovisor, luego de lo que había pasado en la escuela y el pensar que he sido el chico quien lleva tiempo rompiéndole el corazón, simplemente... no puedo.

Me separé de ella por primera vez al besarla y pudo notarlo pero antes de que se le ocurriera preguntar, estire mi brazo hasta alcanzar la bolsa de yogurt congelado.

—Te he traído algo de postre

Alicia me lo quitó rápidamente de las manos.

—¿Yogurt congelado? Dy, eres lo best marico —me abrazó— Te amo...

Y aún así, teniendo la mirada de mi prima mirándome desde el retrovisor, yo jamás le había omitido ese tipo de respuesta a mi Alicia.

—También te amo, Lily...

(…)

Alicia

¿QUÉ? ¿¡CÓMO QUE VOLVIERON!? —grité mirando la pantalla de mi teléfono.

Teresa me mandó a callar

—Ve mmagueva baja la voz porque Thomas sigue durmiendo...

—Ay si, como si es que el carajito escuchara desde el cuarto de invitados de la casa —hubo silencio del otro lado de la linea— porque Thomas si durmió en el cuarto de invitados de la casa... ¿Verdad?

—Y bueno chama, ¿Qué más? ¿Qué han hecho tú y el mmaguevo del cuñado diagonal mejor amigo mio?

Intenté no gritar pero me fue imposible

—mAR PARIA ¿MI HIJO POR FIN TE ROBÓ EL VIRGO? —y como la perra se quedó calladita me lo tomé como un si así que volví a gritar sin importar que Dylan estuviera durmiendo en el cuarto— ¡AL FIN! ¡AL FIN NOJODA! ¡AL FIN TE ENTERRÓ ESE WEBO HASTA EL FONDO! ¡THOMRESA HA VUELTO!

—Eh... si, si y... no.

En ese momento mi emoción se cortó como si hubiesen detenido un disco en reproducción.

—Espera... ¿Qué? ¿No? ¿No qué? ¡¿Volvieron si o no?!

—Eh... no, técnicamente no, no volvimos.

Todo se derrumbó dentro de mi, dentro de mi...

—Pero weno ¿Y entonces? ¿Cuál es la wachafita que cargan ustedes pues?

—Pues...

—No si: Teresa vamos a tirar pero que conste que de mi vida te bote

¿Vas a dejarme hablar, Alicia Michelle?

—A ver, explicate pues antes de que te anote una coñiza en mi agenda para cuando llegue mañana a Los Ángeles.

Teresa suspiró y se inspiró a contarme ese beta. Chama de pana que cuando llegue a esa vaina voy a echarle unas buenas cachetadas a Thomas Brodie Sangster Berthram por marico.

—... y bueno chama, así fue como terminamos de esta forma. O sea, para resumir, estamos haciendo como una pausa entre todos nuestros peos pero no, no regresamos.

—De pana que ustedes son peores que Ross y Rachel, pajuos —rodé los ojos— deberían hablar chama, de pana que Thomas seguramente tiene una buena explicación para todo este embrollo.

Ella suspiró.

—Ayer intenté hablar con él pero...

—¡No le pares bola a eso vale! Ese desgraciado estaba celoso y por eso dijo lo que dijo

—Bien, trataré OTRA VEZ de hablar con él pero si hace de las suyas lo voy a escoñetar.

—Esa es la actitud chica —salí del baño con la bata puesta— ahora si me disculpas voy a colgar porque me tengo que arreglar para ir a la competencia de baile de Jasper

—Está bien, yo voy a ver si mami salió para que este carajito se pare a bañar.

La miré con una sonrisa pervertida a través de la pantalla.

—¿Lo tiene grande verdad? —la Teresa se puso rojisima por lo que me empecé a reír horrible— te estoy echando vaina chama.

—Pajua

Le lancé un beso y colgué.

Me voltee hacia el armario de Dylan y mío para sacar uno de mis sueteres y un pantalón para ir fancy y bella a esa vaina, después de todo, era la AP el carajito, no tenía que decepcionarlo. Me arreglé y fui a ver si el café ya estaba listo junto a las arepas que, con suerte no se me habían quemado por andar mariqueando con Teresa en el teléfono.

Las rellene y luego de poner todo en una bandeja la llevé al cuarto para despertar a Dylan quien, para mi sorpresa ya se estaba estirando sobre la cama.

—Buenos días, mi príncipe bonito... —dejé la bandeja sobre la mesita de noche y luego dejé un corto beso en sus labios— ¿Dormiste bien?

—Al parecer no tanto como tú, vaya que alguien está de buen humor.

Sonreí mientras le pasaba su taza de café.

—Verga marico, luego de la noticia que Teresa me dio hoy, tenlo por seguro que me verás sonreír todo el malayo día

—¿Cuál noticia, Bonita? —llevó la taza a sus labios.

—¡Thomas y Teresa al fin tiraron! —Dylan inmediatamente devolvió el café que tenía en la boca a la taza— pero antes de que preguntes, no, no han vuelto.

—¿Entonces cuál es el chiste?

—Que los balurdos kike se están tomando una pausa, será que se creen control de Directv o qlq —rodé los ojos— pero ajá, si separados no son normales mucho menos lo serán juntos.

—En eso si tienes razón

Asenti y empecé a desayunar junto con él mientras le miraba tanto como yo quería pero había algo que no me cuadraba y eso era las sendas ojeras bajo sus ojitos mieles.

—Te ves cansado Dy, ¿Pudiste dormir bien?

—Eh... si, ¿Porqué preguntas, Bonita? —se hizo el loco.

—Es que te veo ojeras y anoche te quedaste dormido al mismo tiempo que yo... —seguí examinandolo— ¿Estás seguro?

Él desvió la mirada y dio un largo trago a su taza de café, verga, un poquito más y le hacía un meme. No seguí preguntándole más porque era obvio que no quería hablar de eso pero en algo tuvo que haberle echado mente toda la noche para tener esas ojeras.

(…)

—¿Cuándo saldrá Jasper? —se quejó Jared— estoy más aburrido que una ostra.

Dylan frunció el ceño

—¿Las ostras se aburren?

—No, es una vieja frase que usan los españoles para decir que... ¿Porqué demonios estoy hablando de esto contigo? —Julia se preguntó a sí misma.

Estábamos en la Academia de baile contemporáneo de Jasper viendo el concurso a la espera de su grupo de baile y literalmente cargabamos una ladilla arrechisima porque era el concurso de los bailarines principiantes, tipo unas eliminatorias de que si la dabas te quedabas y si pasabas pena chao cheo y ya hace media hora que empezó y habían eliminado a cuatro ya.

—¡Agh, Jared! —escuché que Harry se quejó.

Voltee a mirar porque una era entrepita y pude ver que la carajita tenía la camisa llena de refresco y a Jared riéndose junto a ella.

—Lo siento, no lo vi —Jared intentaba parar su risa.

Harry por otro lado intentó secarse eso con una servilleta pero la soltó resignada

—Necesito ir al baño —se levantó de su asiento.

—Dylan, ve tú a llevarla —le dijo Julia— ya salió el grupo de los chicos mayores y muero por ver cómo se mueve aquel rubio musculoso

Y justo cuando Dylan se iba a levantar a llevarla, pasó un beta que ni yo pude creerlo...

—De hecho, quiero ir con Alicia —dijo la carajita. Yo miré tras de mí y como no vi a nadie me señalé a mí misma confundida— si, tú, ¿Te importaria?

Me encogi de hombros y le dejé mi bolsito de los corotos a Dylan antes de salir del auditorio junto a Harry. Los baños de la Academia estaban hasta el final así que tuvimos que caminar un poquito para poder llegar.

—Adelante, quítate la camisa para ver si con agua se le va el refresc... —empecé a decir pero me interrumpió

—Agh, cierra la maldita boca

Eleve ambas cejas al escucharla decir aquello, volví a mirar tras de mi y en efecto, no había nadie asi que me lo decía a mi.

—¿Disculpa?

—Que cierre tu jodida boca, perra.

No si, vean quién decidió revelarse.

—Ya va, ¿Quién coñoelamadre te crees voj pa decirme esa vaina?

Se encogió de hombros

—Me creo muchas cosas, ridícula. Pero lo más importante, creo en la justicia.

Frunci el ceño

—Vacie carajita loca, ¿Te pica la mierda?

Suspiró y me miró con ironía

—¿Siempre tienes que ser tan ordinaria? Aún no entiendo como algo como tú puede considerarse mejor que alguien como yo.

—Ordinaria el coñoetumadre, asi te quería agarrar yo mardita —me crucé de brazos— ni tú ni yo somos estúpidas, tú estás clara que me caes mal y yo estoy clara que te caigo mal

Levantó sus cejas fingiendo sorpresa

—¡Vaya! Al parecer no eres tan inepta como creía

No la escoñeto porque es la prima de Dylan

—Pues fíjate que no, mocosa —le dije— pendeja no soy, yo sé bien cuál es la arrechera que tú me cargas desde que me conociste

Rió ligeramente

—Te escucho, pero dudo que logres siquiera adivinar el mot...

—Te gusta Dylan... ¿Verdad? —al pronunciar aquellas palabras sus gestos cambiaron, en verdad la gafa creía que yo ni cuenta me había dado— ¡Claro que te gusta! Siempre te ha gustado, por eso te morias de la arrechera en navidad, porque yo llegué, YO, Alicia Rojas Peñalver mami, YO su novia... llegué

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No sé porqué la gente piensa que a mí me gusta ver el mundo arder si yo soy pacifista :)

¡Besos! La yocsy se despide

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