Capítulo 15
– Joder, estoy cansado.
No había encendido mi teléfono porque toda la noche estuvo explotando y no podía dormir.
Esos hijos de puta no dejaban de llamarme.
– Pedazos de mierda.
Estacioné mi auto en el camino de entrada de May, le envié un mensaje de texto a Ki Hyun y le pedí que enviara refuerzos en silencio.
Iba a sacarle la verdad a May Sang hoy y necesitaba que nada la asustara.
Ella sabía que yo venía porque vino a la puerta, sonriéndome.
Me bajé del auto y me dirigí hacia ella, con una sonrisa en mi rostro.
No le dije a Kim que venía solo porque podía hacer este caso sin él.
Simplemente me estresaba, él trataba de defender su caso y yo no quería escucharlo.
– Pasa. ¿Puedo traerte algo de beber? –ella me sonrió y negué con la cabeza.
No estaba de humor para beber en absoluto.
Todavía estaba triste por lo que pasó ayer y creo que siempre lo estaría, pero no era por eso por lo que tenía que preocuparme.
Tomé asiento en el sofá doble mientras ella tomaba asiento en el sillón frente a mí.
– ¿A qué se debe la repentina carrera por aquí? ¿No tienes suficiente de mí? –bromeó y me reí de ella.
Era muy agradable y divertido estar con ella y podríamos haber sido amigos si no fuera una criminal, claro.
– No, solo estaba aburrido. Me rompieron el corazón y necesitaba a alguien con quien desahogarme –dije suavemente, poniéndome en el papel de un agente encubierto.
– Oh, ¿qué pasó? –ella me hizo un puchero y suspiré.
– Acabo de descubrir que el chico del que me enamoré no me quería tanto como yo. Solo era un juego para él –resoplé y ella negó con la cabeza.
– Realmente te gustaba, ¿eh? –ella cuestionó y yo asentí sinceramente.
– Sí, pero supongo que todo fue unilateral –respondí y sus ojos se entristecieron.
– Me identifico contigo, Min.
Ella dejó escapar una bocanada de aire.
– La persona de la que estabas enamorado, ¿era una niña o un niño? –pregunté.
– Una chica –May chasqueó la lengua.
– ¿Cómo se llamaba ella? –incliné la cabeza y sus ojos se concentraron en mí.
– No tengo que decirte eso –resopló y miró hacia otro lado.
Levanté las manos y me encogí de hombros.
– ¿Por qué no? Te ayudaría a llegar a ella. Después de todo, eres una buena persona –sonreí y ella resopló, bajando la guardia.
Bingo.
– No importa ahora. Está muerta –murmuró.
– Oh. ¿Qué pasó con ella? –le pregunté y ella se burló, su comportamiento cambió a uno de una chica con el corazón roto.
– Estaba enamorada de ella y tenía un novio llamado Ah. No importa cuántas veces le dijera cómo me sentía, ¡siempre tendría su atención en él! –gritó– Ella nunca me daría la hora del día mientras él estuviera cerca, pero él no era lo suficientemente estúpido como para caer en mis trucos –murmuró con amargura– Así que si yo no pudiera tenerla, nadie lo haría.
Miró al suelo, las lágrimas caían.
– Maté a Meing y ella viviría para siempre en mi corazón– susurró y creo que olvidó a quién le estaba diciendo esto, porque su cabeza se disparó hacia atrás con una mirada de miedo.
Había coches de policía afuera porque vi el parpadeo del azul y el rojo con el rabillo del ojo, pero ella no.
– No quise decir-...
– Ponte de pie y coloca tus manos detrás de tu espalda –le hice un gesto para que se pusiera de pie mientras sacaba mis esposas.
– Por favor...
Se puso de pie, sus rodillas temblaban mientras protestaba.
– No fue mi intención-...
Envolví las esposas alrededor de sus muñecas y la acompañé a la puerta principal, abriéndola y saliendo.
– May Sang, estás bajo arresto por el asesinato en primer grado de Meing Sang –comencé, mi voz lo suficientemente fuerte para que todos escucharan mientras bajábamos los escalones.
Vi a Ki Hyun, Kim, Jimin, Yung Mi y NamJoon junto a los coches de policía, así como a Sang Al.
Miró a su sobrina con una mirada de dolor en los ojos.
– Tienes derecho a permanecer en silencio. Todo lo que digas puede y será utilizado en tu contra en los tribunales de justicia. Tienes derecho a un abogado. Si no puedes pagar uno, se te asignará uno.
Terminé de recitar, la chaqueta de mi traje ondeaba contra el viento y me veía como un total malo.
May Sang estuvo llorando todo el camino cuando se la entregué a uno de los oficiales para que la subiera al auto.
– Buen trabajo, Yoongi –Ki Hyun me dijo mientras caminaba hacia él.
Los demás estaban detrás de él, pero no les presté atención.
– Gracias. Me iré a casa, empacaré mis cosas y regresaré a Italia –me lamenté y salté cuando alguien me tocó el brazo.
Me giré hacia un lado para ver a Sang Al parada allí.
– Muchas gracias, señor Min –dijo y le di una mirada juguetona– Lo digo en serio, Yoongi. Sin tu ayuda, nunca hubiera estado en paz. Pero descubrir que fue May, me duele el corazón más de lo que las palabras pueden expresar –me miró con lágrimas en los ojos y la apreté contra mi pecho.
– Todo estará bien, Al –froté su cabello y la dejé ir después de un rato– No puedo decir que el dolor desaparecerá, pero al menos sabes quién mató a tu hija –puse un pequeño marco en su mano que había tomado de la casa de May.
Era una foto de Meing con su madre cuando era más joven.
Al lo tomó y nos miró, con lágrimas cayendo por su rostro.
– ¿Cómo puedo agradecerte, Yoongi? –preguntó con voz temblorosa y negué con la cabeza.
_ No hay necesidad –sonreí pero era falsa– Es mi trabajo.
Le di una última mirada y me despedí de Ki Hyun mientras caminaba hacia mi auto.
Kim estaba gritando mi nombre y Jimin estaba tratando de pasar a mi jefe pero no los dejaba.
No tenía nada en contra de NamJoon, así que le dije adiós.
– Te veré de nuevo, Kim NamJoon –incliné mi cabeza hacia él y él sonrió, con una mirada de complicidad en sus ojos.
– Sip.
Tenía que ir a casa y poner todas mis cosas en las cajas y luego, de vuelta a Italia.
[⚠︎]
Estaba empacando mis archivos y cosas en cajas cuando escuché golpes rápidos en la puerta.
Tenía una idea de quién era, pero el ruido era demasiado fuerte para ignorarlo.
Bajé las escaleras y abrí la puerta principal, mirando a los tres excepto a NamJoon.
– Hey, Joon, ¿quieres ayudarme a terminar de empacar? –pregunté y él asintió.
– Seguro –hizo a un lado a todos los demás y entró.
– El resto de ustedes pueden irse a la mierda. ¡Adiós! –dije rotundamente mientras les cerraba la puerta.
De repente, cojeé cuando todos se abrieron paso.
– ¿Qué quieres, imbécil? –siseé.
– ¡Yoonie por favor! ¡Escúchame! –Kim suplicó y lo miré a los ojos.
Me di cuenta de que había estado llorando toda la noche y bebiendo todo el día, y vi la mirada de miedo y tristeza.
Suspiré, alejándome.
– Tienes un minuto –dije, indicándole a Nam que pusiera las cajas en el piso.
– Oh, espera, no me importa –dije con descaro, girándome hacia Kim con una mano en mi cadera.
– Si yo fuera solo un juego para ti, Kim Tae Hyung, ¿por qué debería importarte lo que piense? –puse los ojos en blanco– Y tú, Park Jimin, mi supuesto mejor amigo, nunca hubiera pensado que me ocultarías algo así.
Los ojos de Jimin se entristecieron.
– Pero bueno. No importa porque me voy.
Me di la vuelta, pero mi muñeca estaba atrapada en un agarre mortal.
– ¡Yoongi, por favor! ¡Lo siento! ¿De acuerdo? Al principio, eras un juego para mí, ¡pero luego me enamoré de ti!
Sus palabras tiraron de mi corazón como cuerdas.
– ¡Es por eso que he estado intentándolo y persiguiéndote durante años!
Me volteé, ví lágrimas salir de los ojos de Kim y se veía derrotado e indefenso.
– Te amo más de lo que me amo a mí mismo. Te amo más que a nada en este mundo. Me siento tan feliz cuando estoy contigo. Hay tantas cosas que amo de ti. ¿Por qué no? Eres Min Yoongi, el amor de mi vida –terminó, con los ojos apretados por el dolor.
Maldito seas, Kim Tae Hyung.
La parte triste de esto es que lo deseaba más de lo que podía expresar con palabras.
– ¿Por qué me lo ocultaste, pedazo de mierda? –entrecerré los ojos y él tomó mi mano.
– Porque nunca me habrías dejado explicarte cómo me sentía –sonrió con tristeza y me giré hacia Jimin.
– Sabía que era un juego, pero sabía que era algo más, así que no te lo dije por eso. ¡Eres mi mejor amigo y quería que fueras feliz con él! –suplicó, pero, por desgracia yo ya no estaba enojado con ellos tres.
Eran jodidos idiotas y quería golpearlos donde estaban, pero eran mis idiotas.
– Los odio a todos –resoplé– Está bien, estás perdonado, pero si alguna vez vuelves a hacer algo así, te mataré con mis propias manos –los miré y se encogieron de miedo.
– Nam, puedes dejar de empacar. Me quedaré aquí.
– ¡HURRA!
Jimin saltó sobre mí y me besó por toda la cara.
– Está bien amigo, asqueroso –lo dejé ser y después me limpié toda la saliva de la cara.
Tae Hyung se estaba riendo de la vista y él también se sintió aliviado.
[⚠︎]
Estaba acurrucado en mi cama con Tae Hyung detrás de mí.
Tenía su brazo envuelto alrededor de mi cintura y su cabeza en el hueco de mi cuello.
Estábamos durmiendo la siesta, él y yo arriba en mi habitación y los demás abajo.
Yung Mi hizo que NamJoon y Jimin compartieran una manta en el suelo mientras ella buscaba el sofá.
Me sentí mal por Jimin porque a Nam le gustaba abrazarlo fuertemente por lo que Tae me había dicho.
No duraría una noche.
Dormía plácidamente cuando sentí que mi cuerpo se giraba.
– Ngh. ¿Qué-...
Mis labios fueron capturados en un beso abrasador por otros suaves.
Una lengua se extendió y lamió mi labio inferior, pidiendo entrada, pero no lo dejé entrar.
Giró mi cuerpo un poco y pasó sus manos por mi espalda, apretando y palmeando mi trasero.
Jadeé ante la sensación, abrí la boca y su lengua se deslizó dentro.
Su mano libre subió por mi torso y pellizcó mi pezón, haciéndome gemir en el beso.
Movió su rodilla entre mis piernas y comenzó a presionar contra mi pene.
Me moví contra él, queriendo más fricción, pero él no lo permitió.
Estaba desnudo a excepción del par de boxers que tenía puestos y el aire frío endureció mis pezones.
Tae apartó su boca de la mía y me miró fijamente, sus pupilas llenas de lujuria.
– Maldita sea, Yoongi. Estoy tan enamorado de ti.
Sus labios encontraron el costado de mi cuello y comenzaron a chupar con dureza.
– No podría pensar con claridad sin ti a mi lado –susurró en mi oído, su voz una melodía implacable.
Le quité la cabeza de encima y le di la vuelta para quedar encima de él.
Me senté a horcajadas sobre él y lo empujé hacia la cama, provocando una mirada de sorpresa en él.
Dejé que mis labios cayeran sobre su cuello y comencé a lamer y probar su carne suave.
Aterricé mi pene en el suyo, sonriendo cuando gimió.
Dejó que mi lengua se deslizara por su cuerpo caliente.
Besé y chupé su pezón, mi mano apretando el otro.
Quería que sintiera el mismo placer que yo recibí de él y sonreí cuando lo escuché gemir.
Sorbí su sabor y bajé por sus abdominales y bajé hasta sus bóxers.
Su excitación se asomaba por la parte superior y se me hizo la boca agua por probarlo.
Froté sus muslos hacia arriba y hacia abajo mientras usaba mis dientes para bajar sus bóxers, observándole con una mirada encapuchada en mis ojos.
– Joder, eso es caliente –susurró y me reí.
Agarré el eje de su larga y gorda polla y soplé aire sobre él, observando cómo se retorcía.
Lamí la bulbosa cabeza rosa alrededor y él cerró los ojos, tomando aire.
El sabor de su líquido preseminal atacó mis papilas gustativas y me encontré con ganas de más.
– Tae… ––dije con voz sensual, lamiendo mis labios.
Sus ojos se abrieron y yo abrí mi boca e inserté la punta grande y la guié más profundamente en mi cálida caverna.
– ¡Mierda! Envuelve esa sexy boca tuya alrededor de mí –gritó y mi lengua lamió la parte inferior de su gorda polla.
Tragué saliva cuando la punta golpeó mi garganta y gemí, enviando vibraciones arriba y abajo de su eje.
– ¡Maldito infierno, Yoon!
Empujó hacia arriba en mi boca y moví mi lengua alrededor de su pene, saboreando el sabor.
Dejó escapar un grito estrangulado mientras intentaba apartarme de él, pero chupé aún más fuerte y se tensó.
Su miembro se estaba tensando y sus bolas temblaban en mi mano y sabía que estaba a punto de soltarse.
Él gimió y sentí líneas de semen caliente dispararse por mi garganta.
Me lo tragué todo y lo lamí hasta dejarlo limpio.
Me saqué de su todavía dura polla y lo miré.
Todavía había algunos de sus jugos en mis labios, así que saqué mi lengua y la lamí, guiñándole un ojo cuando lo vi respirar.
– Bueno, ¿no sabes bien Kim? –sonreí y jadeé cuando tiró de mí hacia adelante.
– Oh, hijo de puta astuto –entrecerró los ojos hacia mí– Sabías lo que estabas haciendo –susurró y estrellé mis labios contra los suyos.
– Pásame el lubricante del cajón –jadeé entre besos, sin poder tener suficiente de él.
Él era como una droga y yo era el usuario.
Lamí sus labios una y otra vez mientras jugueteaba con el lubricante.
Le guiñé el ojo de nuevo.
– ¿Por qué no me aflojas con los dedos? –le susurré al oído, todo oscuro y ronco.
Sus ojos se oscurecieron por la lujuria.
– Oh, estás jugando con fuego –gruñó mientras bajaba mis caderas hacia él.
– Entonces con mucho gusto me quemaré.
Oh-oh, na na~♪
– Mira lo que hiciste –comenzó.
Apretó lubricante en sus dedos mientras yo giraba mi pene contra él.
– Vamos bebé, fóllame.
Estaba caliente y no necesitaba que nadie me lo confirmara.
Dejó escapar una risa suave cuando sus dedos encontraron mi agujero.
Se frotó contra el anillo de músculo que se crispaba y gemí con anticipación.
– Esto me pertenece. ¿Entiendes? Esto es todo mío –dijo sombríamente y gemí cuando su dedo pasó mi entrada.
La quemadura se tambaleó a través de mi cuerpo y siseé.
Empezó a mecerlo dentro de mí, besando a lo largo de mi cuello mientras insertaba otro dedo suavemente.
– ¡Mierda!
Me follé a lo largo de sus dedos y pantalones.
– Por favor, T-tae.
Eché la cabeza hacia atrás.
– Te tengo, mi amor –dijo, su acento hizo que mis ojos rodaran hacia la parte posterior de su cabeza.
Su voz era tan profunda, llena de sexo embriagador.
Se bañó la polla con lubricante y se sentó contra la cabecera.
Su cabeza de pene estaba posada contra mi entrada, esperando.
– Móntame, Yoongi. Quiero sentirte –fue todo lo que dijo y deslicé centímetro a centímetro su larga y deliciosa polla dentro de mí y gemí una vez que estuvo dentro hasta el final.
Oh-oh na na~♪
– ¿Por qué tienes que actuar tan travieso, gatito?
Me levanté arriba y abajo, rebotando pesadamente sobre él.
Su pene me atravesó y la punta presionó contra mi próstata, enviando oleadas de placer a la parte superior de mi columna.
Sus manos agarraron mis caderas y aceleré mi paso, apretándolo desde dentro de mí.
– Maldita sea, Yoongi. ¿Qué tan sexy puedes llegar a ser? –Tae Hyung gimió cuando me mecí contra él.
Sabía que lo sentiría cuando despertáramos y prácticamente quedaría lisiado, pero no me importaba.
Estaba drogado por todo el placer que me estaba dando.
Su mano se envolvió con fuerza alrededor de mi eje y lo apretó y disparé mi semen sobre su pecho.
Mi agujero se cerró sobre él y gruñó, sus jugos lechosos y calientes estallaron dentro de mí.
Jadeé por aire cuando me levanté de él y me acosté a su lado.
– Oh, mi maldito dios –susurré, e hice una mueca cuando sentí su mano girando mi cabeza hacia él.
– Te amo tanto, Yoongi, ni siquiera puedo comenzar a decirte cuánto –me miró con tanta adoración en sus ojos y sonreí.
– Yo también te amo, idiota.
Fin.
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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆
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