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Capítulo 12

– ¿¡ÉL SE COMIÓ TU PUTO CULO!?

Palmeé mi cara mientras luchaba contra el impulso de tirarme por la ventana.

– Sí, Jimin. Lo hizo mucho. Ahora, ¿por qué diablos te estás volviendo loco? ¡DEBO SER YO EL QUE SE AHOGUE EN LÁGRIMAS! –le grité y él se rió entre dientes.

– Maldita sea, Yoongi –me sonrió– Siempre supe que esto sucedería, pero no pensé que sucedería tan rápido –se llevó las manos a la cara y me sonrió en la gloria.

– ¡Estaba borracho! –grité, no queriendo escuchar su tono condescendiente.

– ¿Estás usando esa excusa? –levantó una ceja hacia mí y yo lo miré– Tú y yo sabemos que no estabas borracho y que te gustaba lo que él te estaba haciendo.

Abrí la boca para decir algo, pero él levantó el dedo.

– Puedes seguir insistiendo en que eres heterosexual, pero todos sabemos que eres gay para Tae Hyung –me sonrió y yo hice una mueca.

– No iba a seguir insistiendo en eso. Lo sé –siseé– Ufff, ¡¿por qué tenía que sentirme atraído por ese imbécil?! –gruñí.

– ¿Qué más hizo? –me preguntó y me puse roja.

– También me chupó el cuello y cosas así –dije y él me miró.

– Quítate la camisa, Yoongi –exigió y puse los ojos en blanco.

– Si me querías desnudo, ¿por qué no lo dijiste? –me miró con los ojos en blanco y agitó la mano, pero aún así obedecí.

Me giré hacia él y sus ojos se abrieron como platos al verme, con la boca abierta.

– NO PUEDE SER –dijo, después de un momento de silencio– Maldita sea, hombre. Tenía una estimación de cuánto daño hizo, pero no esperaba esto.

Él se rió cuando lo miré confundido. 

– ¿Qué?

Señaló el baño.

– Ve a buscar en el espejo –dijo, entré al baño y encendí la luz.

– Oh. Mi. Maldito. Dios.

Mi boca estaba abierta mientras observaba mi cuerpo.

Todo mi torso, no todo mi cuerpo estaba cubierto de chupetones.

Pequeños, medianos y grandes.

Estaban por toda mi piel, desde el pliegue del cuello hasta mi línea en V de mis caderas.

– Demonios –murmuré.

Algunos de ellos todavía estaban doloridos por lo fuerte que Kim los había chupado.

– Te ves lindo –Jimin intervino y mi ira se adelantó.

¿Cómo se atrevía a hacerme algo así?

– ¡Ese maldito bastardo!

Salí corriendo del baño y me dirigí a la mesita de noche donde se estaba cargando mi teléfono, levantándolo.

Lo desbloqueé y fui a mis contactos recientes, haciendo clic en uno.

Me puse el teléfono en la oreja y esperé a que contestara.

– Diablos-...

– ¡KIM TAE HYUNG!

Estuve a punto de gritarle algo más al teléfono y él se rió entre dientes. 

– Maldita sea, nene. Suenas sexy cuando dices mi nombre –dijo en un tono sensual y luché contra el impulso de golpearlo a través del teléfono.

– ¡Trae tu jodido trasero aquí ahora antes de que te corte las extremidades y las desmenuce hasta convertirlas en jodidas cenizas! –gruñí en la voz y colgué, respirando pesadamente.

– Bueno, me voy a ir. No necesito tener un recuerdo de por vida cuando vea a Tae Hyung follándote.

Jimin me guiñó un ojo por el rabillo del ojo e hice una mueca de disgusto.

– Lo único que verás es su cuerpo ensangrentado a tus pies porque así se verá cuando termine con él –aparté la mirada de él cuando sonrió. 

– ¿En serio? No lo creo –agarró su bolso y se dirigió hacia la puerta– Creo que te ves lindo con chupetones –me sonrió y le tiré un florero.

– Vete a la mierda con un cuchillo de 12 pulgadas, perra –me crucé de brazos mientras él estaba de pie en la puerta de mi casa.

– ¡Usen protección!

Eso fue todo lo que dijo antes de que Kim entrara por la puerta y él se fuera.

– Hola Gigi, te ves terriblemente delicioso hoy –Kim me sonrió y luché contra el impulso de golpearlo en la garganta.

– Lo sabrías jodidamente, ¿no?

Me senté en el sofá y él se sentó a mi lado.

– No te acerques a mí –le advertí cuando se acercó más a mí– ¡Mira lo que me hiciste mientras estaba borracho, maldito hijo de puta! –hice un gesto a mi cuerpo y él me miró como si estuviera aburrido.

– ¿Borracho? Yoongi, no estabas ni cerca de estar borracho y lo sé porque he visto cómo actúas cuando estás borracho. Estabas completamente normal anoche –me miró más de cerca y aparté la cara, sonrojándome locamente.

– Aléjate de mí –traté de alejarme de él, pero me mantuvo en mi lugar.

– Estuviste tan bien anoche, retorciéndose debajo de mí–me susurró al oído y me estremecí– Te encantó porque me rogaste por más.

Está bien, tenía que alejarme de él ahora antes de morir.

– Muévete –traté de alejarlo pero era más fuerte que yo.

Se inclinó y lamió el lóbulo de mi oreja, humedeciéndolo con su saliva.

– Sin embargo, quise decir lo que dije, Yoongi. Eres mío ahora. No creas que vas a ir a ninguna parte –se inclinó hacia atrás por un segundo y usé ese tiempo para levantarme y alejarme.

Bueno, pensé que sí.

Antes de que pudiera alejarme un centímetro, me agarró por las caderas y me golpeó contra su regazo mientras envolvía sus gruesos brazos alrededor de mi cintura para que no pudiera escapar.

Apoyó la cabeza en mi hombro en el pliegue de mi cuello y suspiró.

– Estás de acuerdo, ¿verdad? –me miró y yo aparté la mirada.

– ...Sí, claro.

Era mejor lidiar con sus payasadas que huir porque la verdad era que ahora me atraía.

Un pedazo de mierda me hizo apegarme a él.

Habría dado más pelea, pero no podía negar que sentía algo por él.

Él encendió una llama en mí como ninguna otra.

– Aw. Te amo Yoongi.

Tae Hyung tomó mi cabeza en su mano y la giró para enfrentar la suya y estrelló mis labios contra los suyos.

No había nada duro en este beso.

Fue dulce y apasionado, sin dientes chocando entre sí.

Nuestras lenguas se mezclaron y mi mano encontró su cabello.

– Mierda –murmuré una vez que me aparté de él– Todo esto es tu maldita culpa –le gruñí.

Era heterosexual antes de que él viniera a confesarme su amor.

– Y eso es algo que pasaré el resto de mi vida conquistándote.

Me sonrió y yo rodé los ojos.

– Eso es si planeas quedarte conmigo para siempre.

Me reí levemente.

¡Por supuesto que no planeaba estar conmigo a largo plazo!

Mi personalidad era tan terrible que incluso me encogí.

– Bueno, eso es un hecho. Me casaré contigo cuando sea el momento adecuado.

Puso mi cabeza sobre su hombro y me frotó la espalda con dulzura.

Si, claro.

Eso sería con todos menos él.

[ ⚠︎ ]

– Entonces, ¿ustedes están saliendo ahora?

Siseé molesto cuando me senté en el asiento del pasajero.

– ¿Qué opinas? –le respondí a Jimin, que estaba sentado en el asiento trasero detrás de NamJoon.

– Así que es un sí –él asintió pensativamente.

– Sí, Jimin –Tae Hyung murmuró mientras arrancaba el auto y salía del camino de entrada.

– ¡Ay, hombre! ¡El shipp que teníamos, YoonMin/JimSu está acabado! –lloró patéticamente.

– Minnie, nuestro bromance aún continúa. Todavía te amo.

Me reí de la vida y Kim me miró con el rabillo del ojo mientras enarcaba una ceja.

– Oh, cálmate, bastardo. Lo amo como si fuera mi hermano.

Lo golpeé en el brazo y fui a retirar mi mano, pero estaba atrapado en su agarre.

– ¿Qué estás haciendo?

Incliné la cabeza confundido, pero pronto me di cuenta de lo que estaba haciendo cuando sostuvo una mano en el volante y una mano se entrelazó con la mía.

Miré nuestras manos y lancé mi cabeza hacia la ventana con un sonrojo.

– ¡Aw! ¡Eres tan lindo! ¿No estás de acuerdo, NamJoon? –Jimin le dijo efusivamente a Nam, quien respondió con un brusco "Sí".

– Cállate antes de que haga que tengamos un accidente automovilístico a propósito.

Entrecerré los ojos y me tensé cuando Tae Hyung apretó mi mano con fuerza.

– ...¿Entonces adónde vamos? –pregunté, tratando de disipar lo tímido que me sentía.

Yo era Min Yoongi, el hombre más seguro que jamás podrías ser.

Era carismático, divertido y, a veces, engreído.

Pero cuando estaba cerca de Kim Tae Hyung, me sentía como una chica que finalmente había logrado que su enamorado hablara con ella.

– Para hablar con la señora Sang sobre lo que encontramos –Kim respondió y suspiré.

– Okey.

El coche estaba lleno de un silencio agradable.

Cerré los ojos y me dejé llevar por una pequeña siesta.

– ¡Gigi, estamos aquí!

Sentí un tirón en mi hombro y abrí los ojos para ver a Alejandro frente a mí.

– ¿Eh dónde? –mordí mi labio inconscientemente y sus ojos se concentraron en la acción.

– No hagas eso si no quieres que te folle en este auto –susurró y yo rodé los ojos.

– Cállate.

Tiró de mí para darme un breve beso antes de salir del auto y venir, abriendo mi puerta.

– Gracias, imbécil –murmuré mientras caminaba hacia la puerta de Al y llamé.

No pasó mucho tiempo antes de que ella viniera y abriera la puerta, con una mirada de sorpresa en su rostro.

– ¡Adelante chicos! –ella nos sonrió, la puerta se abrió.

Entramos, sintiéndonos como en casa.

– ¿Algún trago para ustedes? –ella preguntó y negué con la cabeza.

– Tomaré té, lo de siempre –Tae Hyung dijo y yo lo miré.

– Tomaré un poco de agua –Jimin dijo y NamJoon negó con la cabeza en respuesta.

Ella asintió en respuesta antes de irse y me giré hacia Kim.

– Cada puta vez que venimos aquí: «“¿Puedo tomar un té, por favor?”» –imité en su voz– Un día, espero que mueras ahogándote en un charco de té, hijo de puta enfermo –me crucé de brazos y él envolvió sus brazos alrededor de mí.

– Nah. Prefiero morir en tus brazos –dijo y yo resoplé.

– Si, vale.

Al regresó a la habitación con tazas en la mano y se las entregó a las personas deseadas.

– ¿Qué preguntas tienes para mí hoy, joven Min? –dijo, mirándome y me moví un poco en los brazos de Tae Hyung.

– ¿Mein tenía parientes mujeres? ¿Alguno que se pareciera a ella? –pregunté y ella asintió.

– Tenía una prima que fácilmente se parecía a ella en cierto modo. Crecieron muy unidas y eran cómplices la una de la otra. Hicieron todo juntas, pero cuando Mein cumplió 22 años, comenzaron a distanciarse y hasta el día de hoy, no No sé por qué.

Ella suspiró y Kim se aclaró la garganta.

– ¿Cómo se llamaba su prima?

Quería saber para que pudiéramos buscarla más tarde y encontrarla.

May Sang.

[⚠︎]
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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆

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