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2 - El Beso del Diablo

Notas del cap:

Ustedes disculparan que solo este actualizando este y posiblemente NigroDoll pero que quieren? XD la cosa es que, desde que anuncie esta historia, he estado escribiendo sin parar y bueno, ya llegue al capítulo 8 y, como veremos, estos capítulos, "chiquitos" no son... en fin. Ganas son ganas XD

¡A leer!


2 - El Beso del Diablo

Un extraño sentimiento de cosquilla le carcomía lentamente, pero sus ojos no deseaban abrirse ¿Qué era lo que había ocurrido? Bueno, se dijo alguna parte de su propia mente semi consciente

Todo había comenzado, desde hacía ya algunos días ¿Cuántos? No lo sabía con exactitud. Lo que si sabía, es que el día que todo paso, como de costumbre, había despertado con el sonido infernal de su alarma, su deseo de seguir durmiendo casi le hace quedarse en cama, pero su madre, gritando desde la cocina le hizo saber que eso no iba a suceder

Se levanta más como un zombi, camina, se baña, arregla y arregla su mochila guardando las tareas de ese día, una vez listo y algo mas despierto, baja. Descubre con diversión a Nazi y Urss, un par de amigos de sus padres que, de un tiempo para acá, por ordenes de la única mujer del grupo, los obliga a tener un desayuno en familia

Urss, Nazi, Mexica y España no eran familia de sangre, España y Mexica eran sus padres, pero, mas allá de una amistad de quien sabe cuántos años, no habían mas lazos entre estos cuatro countrys, aun así, México había vivido toda su vida rodeado de los cuatro. Claro, no eran tan comunes Nazi y Urss en su vida debido a que estos últimos eran empresarios. Nazi se dedicaba a las farmacéuticas y sabrá dios que tanto mas, muy seguro ni el mismo lo sabía, mientras que Urss se dedicaba al transporte de mercancías tanto por tierra como por mar y futuramente por aire

Del mismo modo que México no recordaba tener a ambos countrys en su vida tan a menudo por sus respectivos trabajos, lo que si recuerda es que hace unos años atrás, luego de que ambos countrys enfermaran por no estarse alimentando correctamente, la mujer los amenaza a punta de golpes para que, a partir de ese día, obligadamente, los cuatro (mas el mexicano) tuvieran un desayuno nutritivo. Si bien, Mexica quería que Urss y Nazi tuvieran las tres comidas correspondientes del día, lo único que consiguió tras varias "luchas" fue conseguir el desayuno y de vez en cuando, la cena

Así que, una vez más, ambos countrys habían llegado a la vida del mexicano. Fuera como fuera, ese fatídico día, había conseguido esquivar una bala de su madre pues, luego de la ultima travesura que había hecho con Nazi, era claro que ambos podrían meterse en serios problemas, después de todo, el latino había roto una ventana y algo mas dentro de una casa ajena y, milagrosamente, mientras consigue esquivar de la conversación que iba en aquella dirección, el latino se despide de todos y corre a su escuela

Corría como de costumbre, como el alma libre que era. Pero entonces, al llegar a un semáforo en rojo que no pudo detener y que no podía atravesar por la cantidad de autos que viajaban a través, el latino observa a una camioneta blanca con vidrios polarizados frenarse mientras el semáforo parece cambiar lentamente de rojo a verde. México maldice, la camioneta se había puesto delante suyo y ahora, mientras piensa que deberá de rodear, la misma se abre

Alguien golpea su estomago, su cuerpo se debilita y unas manos lo jalan para meterlo al interior de la camioneta. El movimiento brusco de la camioneta acelerando le asusta, pero no puede siquiera respirar o moverse, una pistola de electroshock golpea sobre su cuello y le deja inconsciente

Lo siguiente que sabe es apenas una bruma en su mente. Apenas destellos borrosos de lo que imagina que debió de haber pasado. Doctores, hombres viéndolo, mujeres con guantes quitando su ropa, alguien cargando su cuerpo y dejándolo dentro de lo que parecían barrotes, una tela blanca cubriendo su visión, algo jalado con su cuerpo, una luz demasiado cegadora negándole a ver algo pero creyendo escuchar algo sobre una subasta

Entonces, lo último de lo que era mas consciente, era que estaba siendo vendido y no lo iba a permitir. Su cuerpo no le respondía como deseaba, pero al menos había logrado acertar un golpe. Lo siguiente que sabía, era que estaba siendo movido, que su cuerpo entumecido que apenas sentía, era tocado por manos extrañas y por más que luchaba, lo último que podía hacer era sentir como su barbilla era tomada con violencia y obligado a beber dos frascos pequeños antes de ser cegado por una tela negra y finalmente tirado en algún lugar suave y mullido

Un momento... ahora cree recordarlo... unas manos extrañas tocándolo ¿No había sido un sueño húmedo? No, no podía serlo, porque, cuando la oscuridad le permitió ver algo, a quien descubrió fue a Nazi, no a Rusia, no a alguno de sus amigos o a ese otro country al que le traía ganas... no; había sido Nazi, hablándole como si fuera una puta, tratándolo como si fuera una, usándolo por primera vez mientras lo vuele loco

Era borroso el recuerdo, pero podía estar consciente de una cierta parte de ello, o al menos de eso estaba seguro, porque en cuanto su mente comienza a ser consciente de lo que ocurre, sus ojos se abren contra su voluntad

Una habitación elegante, demasiado amplia, con blancas cortinas cubriendo las que seguramente serian ventanas, sus manos delante de su rostro atadas por una tela negra que le estaba lastimando, aun así, mientras trata de moverse, descubre su cuerpo aunque torpe, ya no caliente

Le toma varios minutos removerse, su cuerpo está lleno de moretones, de manchas rojizas y manchas blanquizcas que parece se han secado ya; su cuerpo desnudo demuestra las marcas de pasión y sus brazos marcas rojizas por lo que lo había atado en el pasado. Ahora que el latino comprende que no ha sido un sueño, mira a sus alrededores, principalmente detrás suyo. Con trabajo, consigue acostarse boca arriba en la cama, la habitación esta vacía ¿Nazi realmente lo toco? Honestamente, no quiere creerlo

Gira su cuerpo, consigue llegar a la orilla de la cama más cercana a su cuerpo, un poco más, se dice, estira sus manos, su cuerpo parece cosquillear por lo que sea que lo tiene sedado, es incomodo pero, cuando cree que por fin sus manos atadas rosan el filo de la cama, la puerta se abre y una risa burlesca le asusta

─¿Listo para nuestra segunda ronda? ─asustado, gira su mirada lo más rápido puede, a quien descubre, efectivamente, es a Nazi, sonriendo divertido, con una camisa blanca abierta de los tres primeros botones, un pantalón de traje negro y un gesto serio al tiempo que el country carmesí se adentra en la habitación y se va quitando los guantes negros de cuero que portaba

─N-No ─jadea, intentando mover su cuerpo lejos del german─ aléjate

Las manos de Nazi consiguen atrapar a México desde una de sus piernas, jala con el adolescente dejándolo en la orilla de la cama, lo gira dejándolo boca abajo y, las manos que antes estaban amarradas delante de su cuerpo son liberadas. El latino trata de escapar y de golpear, pero siente una rodilla empujando su pecho desde la espalda negándole a moverse o poder respirar bien

Sus manos son puestas tras su espalda, algo rodea sus muñecas y las deja libre. Cuando ambas muñecas tienen algo suave envolviéndolas, ambas son jaladas de nuevo a su espalda y atadas por un click, ahora, liberado de la rodilla que negaba su movimiento, México trata de mover sus brazos descubriendo que lo que sea que le ha atado las muñecas, al menos ya no es tan violento como el amarre anterior pero que, de todos modos, no le dejara mover por más que desee hacerlo (son un par de muñequeras atadas por pequeñas hebillas entre sí)

Ahora que esta otra vez acorralado y amarrado, México puede sentir las manos de Nazi acariciando su espalda, acariciando sus brazos, bajando entre caricias hasta su trasero el cual nalguea con fuerza, dejando su piel roja y después, apretando sus globos de carne, moviéndolos, permitiendo a la vista del german observar el resto del tricolor que aun yacía rosado debido al uso la primera vez y ligeramente abierto a comparación a como lo había dejado la ultima vez

─No lo hagas ─pide el tricolor; no lo ordena, no lo exige, no lo grita... simplemente lo pide, casi como una súplica cuando, sintiendo que uno de los dedos de Nazi estaba acariciando su recto sin deseos de entrar en él, las acciones se frenan y un silencio pesado se crea en la habitación seguido de una pequeña risilla traviesa del german

─Tu madre me pidió buscarte ¿sabes? ─la voz de Nazi y su comentario tan extraño confunden al latino que, soltando un gemido de dolor e incomodidad, descubre un dedo entrando en su recto, moviéndose de delante hacia atrás, simulando las futuras penetraciones que su cuerpo ha reconocido y le han excitado sin desearlo─ estaba tan asustada y yo le prometí que te encontraría ─ahora, de aquel dedo, un segundo y tercero, entraron de golpe, abriendo el interior del latino mientras la otra mano de Nazi se colocaba en la espalda del tricolor negándole a moverse

─Haaaa... haaaaa ─jadea─ n-no haaaaaa haaaaa

─Pero, luego de encontrarte ─menciona Nazi, casualmente, como si no estuviera volviendo loco al tricolor con sus caricias─ luego de verte desnudo y drogado ─se ríe, sacando sus dedos del interior del latino y bajando el cierre de su pantalón para sacar su miembro semi erecto el cual, comienza a restregar entre las nalgas del tricolor─ pensé ─gruñe, consiguiendo que la punta de su miembro se atorara ligeramente con el resto de México pero sin penetrarlo todavía, repitiendo una y otra vez el movimiento, descubriendo deseoso que el acto estaba excitando y desesperando al tricolor─ tienes todo el aspecto de una buena puta

Tomo su miembro y dio pequeños golpes en el trasero del latino, notando que las caderas ajenas se hacían ligeramente hacia atrás, parándose como si pidiera ser follado una vez mas

─Y me dije ─susurro divertido, colocando la punta de su glande en la entrada del tricolor─ ¿Por qué no me las cobro y te hago mi perra personal? ─dicho esto, apenas empuja suavemente su glande, casi entrando en el recto del latino sin conseguirlo, solo, saliendo con un pequeño "pop" que parece poner nervioso al tricolor─ ¿Por qué no cogerte hasta que te vuelvas mi zorra y pidas por mi falo y mi semen? ─volvió a empujar su glande, sin embestirlo totalmente y dejando que salga volviendo a crear ese pequeño "pop"─ ¿Por qué no romper tu carácter fuerte y guerrero y hacerte una puta traga semen? ¿Por qué no hacerte mi perra personal y que por tu voluntad me des tu culo cuando yo quiera? ─pregunto, volviendo a empujar su glande y sacándolo en un pop que hace a México soltar un gruñido desesperado

─Vete a la mierda ─jadeo, entre los nervios por el deseo y el coraje de escuchar sus palabras─ yo nunca ─jadea, intentando morder su labio inferior para no gemir─ me volveré tu puta

─Tan aguerrido y salvaje como tu madre ─se rio Nazi, volviendo a colocar su glande en el recto del tricolor, solo que esta vez, no dejo que se moviera del lugar y por el contrario, bajo lentamente, acorralando el cuerpo del tricolor con el suyo propio hasta que sus labios llegaron a la oreja del adolescente─ por eso ─susurra, mordiendo su oreja suavemente─ romper tu fuerte voluntad hasta hacerte mi puta, será mi premio ─ronroneo, empujando sus caderas con fuerza contra el tricolor que, haciendo su rostro hacia atrás, con sus ojos abiertos, suelta un alarido entre el dolor y el placer al ser invadido nuevamente por el german

─¡Haaaaa haaaaa haaaa! ─grita el tricolor, sintiendo como el alemán entra y sale sin piedad, como los cabellos de su nuca son atrapados y su cabeza jalada hacia atrás para crear un arco en su cuerpo que le hace ser embestido mas profundamente por la verga del german

─Romperé tu cuerpo ─embiste─ tu mente ─embiste─ y tu fuerte voluntad ─embiste, tomando su barbilla y obligándolo a que se miren a los ojos─ y te hare mi puta ─lo besa, con su lengua empujando la del contrario, dominando fácilmente el beso al tiempo que las caderas del german continúan golpeando con tal violencia que el tricolor apenas cree poder soltar gemidos, casi imposibilitado a tomar aire debido al beso

Su mente se vuelve borrosa, su consciencia por momentos lo abandona mientras Nazi sin piedad, continua golpeando su interior, negándole a respirar, golpeando sorpresivamente aquel punto en su interior que lo hace delirar y, entre ahogados gemidos, suplicar porque se detenga

El beso se rompe, Nazi no quiere dejarlo inconsciente todavía, pero jala con el cuerpo adolescente, permite a las piernas del latino a bajar de la cama y la punta de sus dedos tocar el tapete, pero nada más; ahora, las manos de Nazi aprietan las caderas del latino, golpeando con fuerza, deteniendo un momento la velocidad, sale casi por completo, dejando solo la punta de su glande dentro de latino y, sin piedad, empuja de nuevo, golpeando hasta lo más profundo, llegando hasta su próstata quien recibe todo el impacto y hacen al tricolor gemir con deseo

México niega, no quiere aceptarlo, pero demonios, Nazi lo estaba volviendo loco. Muerde su lengua, el dolor le mantiene apenas consciente, sabe que no puede acceder, pero, una tras otra, nalgadas comienzan a golpear su trasero, fuertes, violentas, luego del golpe, un ardor incomodo le surge, pero, acompañadas de las embestidas violentas, parece un jodido ritual excitante que deja al latino cada vez más débil, más expuesto, mas... excitado

«No, no, no, no. México, reacciona, no te dejes» se regaña, con sus ojos cerrados, intentando morder la sabana de la cama para no seguir gimiendo, pero una vez más, el cuerpo que le tiene preso, sube encima suyo, lo acorrala, lo envuelve, un brazo se pasa debajo de su barbilla, apenas sujetando sus hombros para abrazarlo. Los labios de Nazi se posicionan de nuevo en su oído, su voz jadeante y excitada como grave crea un cosquilleo delicioso en la entrepierna del latino al tiempo que esa misma boca comienza a mordisquear y lamer su oreja creándole más cosquillas en su entrepierna que no había sentido antes

─Bas...ta ─jadea en una súplica, con sus ojos cerrados, pero no es escuchado. Su cuerpo es levantado, sus pies apenas tocan el suelo una mano abraza su vientre y ahora, de pie, México puede sentir como su cuerpo es golpeado sin parar por las caderas de Nazi en un movimiento frenético y efusivo que le hace perder la compostura y gemir sin parar

─Tu cuerpo de zorra me dice otra cosa niño ─se burla Nazi, mordiendo su hombro con fuerza, México cierra sus ojos, comienza a soltar gritillos de placer, niega, no quiere disfrutarlo, pero Nazi no para de embestirlo; una mano aprieta su miembro con violencia, jala con su falo y se mueve con brusquedad... no, no podía estarle gustando esto a México se dijo nervioso, pero entre mas sentía, entre mas intentaba, simplemente era cegado

Trato de mover sus caderas a los costados, aun pese a su propia debilidad. Intento alejarse de las penetraciones de Nazi, pero solo hizo que las sensaciones se incrementaran. Intento morder el brazo que le sujetaba, pero solo consiguió dar una pequeña lamida antes de que su boca fuera callada por un par de dedos que jugaron con su lengua simulando embestidas a ella

Su cuerpo, cual juguete sexual es tirado a la cama, al menos México tiene oportunidad de intentar regular su respiración y aclarar su mente antes de notar a Nazi apartando lentamente las ropas de su cuerpo. Su pecho se descubre al desaparecer la camisa blanca, su pantalón y la ropa interior también desaparece de la vista del latino cuando Nazi lo deja caer entre sus piernas y queda desnudo, subiendo a la cama y atrapando los cabellos del tricolor, jalar con él para obligarlo a que le dé un oral

─Te voy a enseñar niño ─responde Nazi, sentándose en la cama, en medio del cuerpo del latino (a su costado, no encima) y, mientras que una mano enreda las hebras del cabello del latino, la otra mano se estira y toma el falo erecto y goteante del adolescente dándole una pequeña estimulación─ la mecánica es fácil ─explica, deteniendo tanto el movimiento de la cabeza de México como de sus propias caderas─ entre mejor lo hagas, mas placer recibes tu

Tan pronto como termina la limitada explicación, Nazi mueve la cabeza de México y, al mismo tiempo, mueve su mano sobre la erección del tricolor, esto dura poco tiempo, Nazi le ha enseñado a México el ritmo que debe tomar y, una vez libera su agarre, el latino se siente mareado... pero también es consciente de que las atenciones a su propia erección se frenan al tiempo que su boca se aleja del falo del german. Antes de que pueda recuperar el aliento, el mismo trozo de carne se sacude contra su rostro; golpea sus mejillas y se restriega por toda su cara a la espera de ser engullido por la boca ajena. México suelta un quejido cuando aquella mano que solo sujetaba su falo aprieta la punta creándole una tortura placentera y, sin poder evitarlo, el falo entra en su boca

Inconscientemente, el deseo de sentir más obliga a su cabeza a moverse como cree que ha entendido del movimiento. Puede sentir la mano de Nazi sobre su cabeza tratando de marcarle un ritmo pero, al tiempo que escucha un "mucho mejor" de parte de Nazi, también puede sentir como la mano que le ha apretado el glande, comienza a dar caricias mas rápidas a la base. Tan pronto como México comienza por su voluntad a mover su cabeza más rápido, la mano que le masturba también se mueve con velocidad, el tricolor jadea, un gruñido de placer surge de Nazi y entonces, ahora es el latino quien, dando placer a Nazi, controla su propio placer de la mano del german

Puede sentirlo, puede delinearlo ahora que no se siente tan grande el falo de Nazi, puede sentir como lentamente las venas comienzan a sobresalir y a palpitar, puede sentir como cada vez se hace más duro o como, incluso, mientras el propio Nazi lo empuja contra su garganta, pareciera que cada vez se hace mas grande, mas regordete todavía más duro. Su mente se pone en blanco, la sensación de ahogarse con aquello golpeando en su garganta le hace difícil el tratar de llamar a Nazi quien, observándolo con una sonrisa satisfecha, parece saber perfectamente la situación y aun así, negarle a respirar

Es, estando el latino a punto de desmayarse, que Nazi le permite respirar saliendo de su boca; el latino tose, intenta remover su cuerpo, pero el mismo pene golpea su rostro ensuciándolo de su propia saliva y el presemen del adulto, ahora, Nazi coloca sus testículos sobre la boca del latino

─Mamalos ─ordena. México trata de negarse, el aroma parece llamarle la atención, el latino ahoga un quejido de dolor cuando Nazi pellizca su glande y ahora, su lengua se ve obligada a lamer tal y como se han dado la orden para no ser lastimado otra vez

Escucha el ronronear del german, puede notar como la velocidad con la que es masturbado también incrementa y el deseo le hace perder también su propia mente; puede sentirlo, no está lejos de correrse pero, su sorpresa es desagradable cuando Nazi no solo detiene las atenciones para con su cuerpo, sino que además, se ha quitado de su lado... ahora, el latino se mantiene estático, sin saber que ocurrirá a continuación

─Lo has hecho mejor de lo esperado mocoso ─escucha de nuevo la voz del adulto, ahora, al tiempo que Nazi pasa a uno de los buros de noche de la cama, saca de entre los cajones una correa con un collar para perro en color negro que, con cuidado, acomoda sobre el cuello del latino que, aun contra todo, intenta luchar sin conseguirlo─ parece ser que la adiestración no demorara demasiado si te sigues comportando así de bien ─responde como si estuviera felicitándolo. México gruñe, su cuerpo torpe se remueve, no quiere ser tocado pero, tras escuchar el click de algo sobre su cuello, el latino solo puede sentir como su cuerpo es jalado

Nazi estaba usando la maldita correa para perros para jalar con su cuerpo y obligar a ambos a verse a los ojos. El gesto lleno de cólera del tricolor era algo que atraía a Nazi, esa mirada guerrera, ese deseo de acabarlo que podía ser fácilmente leído en la mirada mexicana o ese miembro palpitante y goteante que suplicaba por atención, cualquiera de las cosas que Nazi viera de México, sabía que le darían un placer visual y excitante que gustaría de degustar uno por uno

─¿Quieres ver lo que es una buena mamada? ─pregunta divertido, notando el gesto, aunque colérico del tricolor, de igual modo confundido. La correa que jalaba con el cuello del mexicano se aflija permitiendo a su cuerpo a caer pesadamente sobre la cama de cara y, segundos después, ser girado por Nazi para quedar boca arriba. El tricolor jadea, creyó que iba a quedarse sin respirar pero, para su sorpresa, lo siquiera que siente en los movimientos de la cama, es que algo vuelve a invadir su boca. Entra y sale, rápido y brusco y, al mismo tiempo, algo húmedo recorre su entrepierna en una cálida caricia que le hace soltar un gemido fuerte que es ahogado por la entrepierna del mayor

«Es mucho» piensa nervioso, removiendo su cuerpo, intentando liberar sus manos al tiempo que siente como un placer delirante surge desde su entrepierna y como entumece todo su cuerpo, su espalda se arquea, sus piernas se tensan, su boca se ahoga, está a punto de correrse pero la boca que succiona su erección se aleja. Una mano acaricia apenas el tronco antes de atrapar la punta y cubrir el pequeño orificio negándole a que pueda correrse; sin embargo, Nazi aun no estaba dispuesto a dejarlo correrse, así que, mientras cuida que el adolescente no pueda llegar al orgasmo, su boca divertida baja entre lamidas y besos hasta los testículos del tricolor los cuales succiona y lame

─MMmmmmmgg! ─ahoga un grito de placer, intenta negar, pero las caderas de Nazi le hacen difícil el trabajo, puede sentir que se correrá pronto, pero mientras la boca ajena le entrega placer, este le recorre, está a punto de llegar, su espalda se arquea tocando el cuerpo del german, sus piernas tratan de cerrarse por el deseo y, justo cuando está a punto de explotar en su orgasmo, descubre que algo lo está obstruyendo. Sus ojos se abren, la hombría se empuja sobre su boca ahogándolo y sus caderas comienzan a moverse nerviosas al tiempo que descubre un par de dedos empujándose sin piedad contra su recto

─¿Te quieres correr ya, niño? ─pregunta burlón el german, descubriendo la necesidad del contrario y sus nervios, como asiente aun con el miembro de Nazi en su boca y, aunque el german se ríe divertido de observar sus nervios, solo continua empujando su erección en la boca ajena

Los minutos se vuelven una tortura para el tricolor que, incapaz de poder llegar a su propio orgasmo consigue apartar el miembro de Nazi de su boca y, soltando jadeos nerviosos, apenas reclamar

─Déjame correrme ─entre gruñidos desesperados, el deseo y la propia excitación que ya comenzaba a lastimarle, el latino puede sentir como la punta de su miembro es liberada pero, no confirme con ello, la boca de Nazi lo engulle, bebiendo todo al tiempo que permite al tricolor correrse con fuerza tal y como había deseado

Tras unos minutos disfrutando de por fin ser liberado de su agonía, el latino apenas es consciente que Nazi se ha separado de su cuerpo y que, le deja un momento en cama. La consciencia vuelve luego del placer y el latino encuentra a Nazi regresando a la cama con algo en un pequeño frasco que, contra la voluntad del tricolor, le obliga a beber

El frasco vacio sale volando cuando Nazi lo arroja y ahora el latino tiene un sabor dulzoso tal vez similar a las fresas en su boca. Fuera lo que había bebido de manos de Nazi, pronto hace a su corazón a tener una arritmia. Su palpitar se vuelve acelerado, su adolorido miembro se pone duro y un calor desesperante le envuelve por completo, su cuerpo se queja, su mente se pone en blanco, solo siendo observando por Nazi quien, ignorando la desesperación de México, se sienta en uno de los bordes de la cama y con sus manos tras su nuca, observa divertido al adolescente comenzar a removerse nervioso e inquieto

«¿Qué demonios me hizo?» se pregunta el latino cerrando sus ojos, mordiendo su labio, sintiendo su piel sensible y fácil de excitar, sus pezones se ponen duros, le duelen, el rosar con la tela de las sabanas le parece delirante y doloroso, mira a Nazi «ayúdame... haz algo» pide en su mente, dudoso siquiera de que su voz pueda salir mas allá de los quejidos de lamentación

─¿Te gusta lo que sientes puta? ─escucha la voz de Nazi entre sus propios gemidos nerviosos. México apenas puede abrir sus ojos y descubrir al alemán sonriendo divertido, abriendo sus piernas y, con uno de sus pies, rosar suavemente el pecho del tricolor, apenas acariciando levemente uno de sus pezones haciendo al mexicano gemir─ es una droga especial para zorras atrevidas como tu ─explica el german, tomando el otro extremo de la correa de cuero y jalando con ella para obligar al tricolor que se arrastre lento hasta estar entre las piernas del alemán─ el beso del diablo es una droga que funciona como afrodisiaco y destructor de la voluntad de la victima ─sonríe burlón, atrapando los cabellos del latino cuando este ya ha rozado contra su erección y, sin piedad, obligar a su boca a darle una vez más un oral─ la primera vez funcionara en su mayoría como un afrodisiaco del que no podrás escapar hasta que seas saciado al punto de ser un pobre juguete usado ─se burla, empujando la cabeza del menor hasta lo más profundo, siendo su nariz la que golpee contra el vientre del german divertido─ pero entre más veces sea utilizada la droga en ti, ira diezmando tu voluntad, rompiéndote hasta volverte mi sumiso esclavo ─rio entre dientes, tomando desde los cabellos al tricolor y haciendo que ambos se miren a los ojos

─Ahora ─sonrió─ ¿Qué te parece si seguimos usando ese cuerpo de zorra que tienes y te enseño como debes moverte? ─pregunto burlón, sabiendo de todos modos que no recibiría una respuesta de parte del latino llegados a este punto

Nazi empuja el cuerpo de México a la cama, de entre las cosas que había dejado cercas a su cuerpo, toma la misma venda negra que le habían puesto a México ayer y la amarra de vuelta a sus ojos. Nazi sonríe, relamiéndose sus labios. Una manera para que los segundos efectos del beso del diablo (destrucción de la voluntad ajena) se hicieran efectivos mucho más rápido, lo más recomendable era privar a la victima de sus sentidos dejándolo totalmente expuesto y a la voluntad del contrario. En este caso, ahora que México estaba amarrado y ciego, lo único que puede hacer es soltar leves gemidos entre el miedo y la excitación

Nazi pasa a tomar un pequeño vibrador que había traído consigo y, comienza a recorrerlo por el cuerpo ajeno. Gemidos y suspiros comienzan a sonar en la habitación con más fuerza. Nazi se posiciona encima del menor, regresando a ese pequeño placer culposo que descubrió hace unas horas cuando, deseoso, comenzó a mordisquear esos pezones que ahora, una vez más, muerde y jala observando como el cuerpo ajeno se retuerce en placer y miedo

El adulto carga con el adolescente, una vez más, Nazi se encuentra recargado en el respaldo de la cama, México encima de él, con su trasero siendo golpeado por el falo duro y necesitado de más atención de Nazi, pero era lo de menos, sabía que podría esperar un poco más. Primero quería llevar hasta la locura al menor; primero, quería escucharlo suplicar, pedir por ayuda, pedir por ser follado hasta el punto de ser solo su juguete de sexo y entonces, Nazi le entregaría lo que tanto pedía

Hasta entonces, el pecho del mexicano se vio atrapado por mordidas agresivas, sin piedad, sin consideración alguna a su estado sensible y alterado por la droga. Gritos, gemidos, suplicas que no acaban en nada hacen a México temblar, sus manos no pueden ser libres, pero su cuerpo solo parece pegarse más a Nazi al tiempo que escucha como succiona su piel y seguido, siente las sensaciones volviéndolo loco

Posteriormente, a las succiones de sus pezones y las crueles mordidas que duelen al mexicano, llegan una vez más las fuertes nalgadas que rebotan contra su trasero, dolorosas, acaban con un ardor en la piel que no puede ser aliviada pues una siguiente nalgada resuena. El latino gime, hace su cabeza hacia atrás, su mente se pone en blanco. Esto dolía, pero era tal vez todavía más delirante que la vez pasada. Su cabeza se sacude en negatorias, su cuerpo no le está respondiendo, pero grita cuando una mordida ha sido más violenta que las otras justo debajo de su pecho cercas de sus costillas y, al mismo tiempo, tres dedos violentos entran en su interior

─Basta ─jadea, sintiendo la venda humedecida por sus lágrimas y un hilo de saliva escurriendo por sus labios─ me... me volveré loco ─suplica asustado, solo escuchando la risa de Nazi antes de sentir su lengua recorriendo su piel, deteniéndose en los pezones del tricolor y seguir subiendo poco después hasta sus clavículas donde, sin piedad alguna, vuelve a morder con fuerza─ ¡¡¡NAZI!!! ─grita, sintiendo no solo la mordida, sino las penetraciones bruscas del german sobre su trasero, abriéndolo demasiado, obligándolo a perder la cordura

─Solo eres mi perra ─la voz de Nazi, brusca ha aparecido en el oído de México, no se dio cuenta cuando la mordida dejo de doler tanto y paso a arder, pero lo que si sabe, es que ahora tenia los labios del german justamente sobre su oído, respirando pesadamente con la excitación brotando de su voz─ solo serás mi puto juguete sexual y te usare siempre que me plazca y como me plazca ─una mano atrapo los cabellos de su nuca con violencia, enredándose entre sus hebras, jalando sin piedad al tiempo que obliga al rostro del latino a hacerse hacia atrás, permitiendo una lengua húmeda recorriendo su garganta pasando a su hombro y subiendo de nuevo a su oído─ ¿Entiendes tu lugar, ramera?

Entre risas y burlas, Nazi vuelve a morder el hombro de México. Sin lugar a dudas el alemán estaba siendo demasiado brusco, mucho más de lo que había sido en el pasado, México no puede negarse, se sentía bien, podía sentir que le gustaba, que se volvía delirante mientras esa mano se movía brusca en su interior abriendo sus tripas. Muerde su labio interior, el dolor de sus propios dientes crea sangre, Nazi atrapa sus labios, robando esa sangre y besando al country con lujuria

Los dedos que habían estado penetrando su trasero salen y continúan dando azotes al trasero mexicano, fuertes, consecutivos, sin piedad e incluso apretando la zona lastimada, jalando con el trasero del latino para, un rato más tarde, volver a empujar sus tres dedos en la entrada ajena, esta vez, escuchando un gemido lastimero

México se había corrido con las atenciones de Nazi para su cuerpo

─Ahora eres mi puta ─corresponde Nazi, tomando algunos de los restos del semen de México y, tras agruparlos en uno de sus dedos, empujarlo contra la boca aun abierta del latino para que el mismo pruebe su sabor─ y voy a usarte hasta que no puedas ni caminar

Dicho esto, volvió a cargar con el cuerpo del adolescente, abriendo su trasero y, sin piedad, dejar caer el peso del mismo sobre su adolorida erección, descubriendo que, al haberlo hecho sin cuidado, el tricolor solo encorva su espalda hacia tras en placer, un grito de deseo brota y, sabiendo que de antemano no podrá moverse por su deseo, Nazi atrapa las caderas del latino y comienza a bombear con violencia contra el contrario

La cama comienza a rechinar velozmente, México ha sacado su lengua por el deseo, la venda se ha empapado por completo y pequeñas gotas entre el sudor y las lagrimas corren por el rostro latino, Nazi jala con la cabeza del tricolor, lame sus mejillas, muerde las mismas y luego, atrapa la boca que no para de gemir y gritar y profundiza un beso húmedo y demandante que deja sin aire al latino

El movimiento es brusco, Nazi tira a México a la cama, ahora, tomando las piernas del tricolor sobre sus hombros, obliga al tricolor a inclinarse, las rodillas del latino tocan su pecho, su trasero yace elevado y Nazi golpea sin piedad. El chapoteo húmedo es delirante, el latino grita, su cuerpo comienza a convulsionar por el deseo, parece que la debilidad del sedante comienza a desaparecer pero, aun si pudiera moverse, Nazi sabe que a como se encuentra en estos instantes, lo único que va a suceder es que va a terminar suplicándole que lo folle más duro

«No... no... no mas» solloza, ahogando negatorias pero, su interior esta demasiado caliente, México puede sentir como su interior parece aliviado cuando Nazi esta dentro y como, una desesperación abrumante le ahoga cuando el mismo sale, no quiere, no le está gustando... es demasiado, se está volviendo loco. Su boca no puede parar de gemir y por más que quiere suplicar porque se detenga, lo cierto es que necesita más

─N-Nazi ─solloza entre sus gemidos, su cuerpo es movido con fuerza, puede sentir como todo su cuerpo es golpeado sin piedad, el german pasa sus piernas a los costados, aun elevadas sobre el cuerpo del adulto pero ahora, mordidas fuertes y violentas atrapan su piel, jalan con ella al punto de querer arrancarla, México niega, sus manos aferran torpemente la sabana bajo su cuerpo y finalmente, lo que no deseaba acaba por derrotarlo─ m-mas... mas... mas ─se ahoga, la voz le falta, los gemidos se vuelven cada vez más débiles al tiempo que el momento donde desea correrse se hace más presente

─Habla más fuerte puta ─se burlo Nazi dejando un segundo de morder, solo viendo la boca abierta del latino gemir─ quiero escuchar a mi puta pidiendo su orgasmo ─ordeno, mordiendo el hombro del latino, aferrando las caderas del mismo y golpeando con violencia en su interior

─No... no te detengas ─suplica, abriendo su boca, haciendo su cabeza hacia atrás, ahogando gemidos necesitados que se vuelven más silenciosos por la falta de aire─ quiero mas ─es lo último que puede decir antes de por fin, su cuerpo entero tensarse y, aun sintiendo como Nazi continua golpeando sin piedad su interior, finamente acabar por correrse

Una bruma blanca, una vez más, parece ahogar sus pensamientos, no hay mas, no hay nada que no sea ese placer que le estaba dejando tocar el paraíso mismo. Pero ahora, se pregunta qué va a ocurrir...

Notas finales:

Sip, estos capítulos no serán chicos XD en fin

Datos extras:

*Lo primero a mencionar es que la droga "El beso del diablo" es ficticia, la he inventado yo y recuerdo que ya la había mostrado en otra historia... pero no recuerdo cual XD en fin. Es ficticia, así que no van a encontrar información de ella

*Este lemon ocurre seguido del anterior, así que en teoría, aun sigue dentro del barco de Nazi

*Pese a la fuerza mental de México, tomemos en cuenta que es un adolescente de 15 años. Por muy fuerte que sea de mente, acabara más rápido sumiso ante el alemán, eso no se podrá evitar

*Por si llega a ser una duda, la mayoría del fanfic se la pasara drogado el latino con "el beso del diablo" así que esto aumentara la velocidad con la que el latino acaba por dejarse llevar por las locuras de Nazi

*(Yo tenía algo importante en mente y no me acuerdo que era... re lol)

Bueno, por ahora creo que es todo. Si necesitan algo o si tienen dudas de algo, díganme y yo con gusto respondo XD

¿Les ha gustado?

Que tengan lindo día

¡Comenten!

Ustedes disculpen si no he traído actualización de los otros fics que pidieron pero no podía sacarme esta idea de la cabeza y llevo demasiado tiempo escribiendo XD joder, me está robando la vida este pinche fic pecador XD

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