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[Advertencia: Este capitulo contiene una situacion de estupro, se recomienda no leer a una audiencia sensible.]
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Flaky era una joven puercoespín roja de apenas 14 años, era alguien timida y muy introvertida, no era popular ni tampoco se consideraba alguien agraciada, ella podría pasar desapercibida muy fácilmente ante sus demás compañeros. Era una alumna regular aunque sus padres le exigían mucho, ella apenas destacaba entre sus notables compañeros del cuadro de honor.
A su corta vida, la chica ya había estado por casi todas las actividades extra escolares, sin embargo, su falta de carácter y su carente autoestima provocaron que ella tuviera una breve trayectoria en ellas, sólo hubo algo que realmente disfrutó, algo que verdaderamente cambio el rumbo de las cosas y eso era ser una voluntaria en la biblioteca.
Claro, que eso se debió a sus impulsos provocados por el primer despertar de sus hormonas, en aquel recinto de conocimiento, trabaja un ex soldado llamado Flippy: era un carismático joven atractivo de 21 años, él era alguien muy apuesto, su cuerpo tonificado dejaba imaginar escenarios impuros, tal como decían algunas chicas, era parecido a un magnífico "dios griego", tontas, si supieran la verdad quedarían decepcionadas su supieran la triste realidad del concepto de belleza griega.
La chica roja realmente estaba perdidamente enamorada de aquel oso verde, era el único amor que sentía, sentía por primera vez que un chico la atraía, anhelaba que él se fijara en ella, lastima que con un hombre mayor, pero eso no era lo más extraordinario que se podría destacar de su primer romance.
¿Quien diría que la niña más tranquila tuviera un pensamiento tan impúdico? Oh sí, Flippy era el protagonista de sus más impuros deseos carnales. Flaky es una chica atravesando la etapa de la pubertad, era obvio que no solo le atraía físicamente, quería que él la besara en cualquier momento, que la acariciara de muchas formas, incluso quería perderlo todo por él.
Y sin embargo, a pesar de quererlo dar todo, no se atrevía a nada, siempre que apenas entablaban una conversación corta, y cuando lo hacían ella balbuceaba o tartamudeaba, se quedaba congelada en su lugar, o simplemente el hecho de estar tan cerca, le generaba pánico ante él.
Pasaba horas practicando lo que le diría al día siguiente, mirándose al espejo, preguntándose: "¿Como puedo hacer que él se fije en mi?"
Flippy parecía alguien que tuviera una vida tranquila, nunca le conoció a alguna novia, incluso se veía alguien tranquilo, alguien con un carácter apacible y encantador.
"¿Que clase de mujer le gustará?"
Esa pregunta fue respondida con el tiempo, cuando encontró al joven oso, besandose con una chica de su escuela. La mirada de Flaky se cambió de una preocupada a una triste y apagada. Verlos a los dos juntos, compartiendo espacios, sus labios juntos, hicieron que ella sintiera como su inocente corazón se fracturara en mil pedazos.
Sintió el rechazo en compañía de una tristeza y miseria al ver la escena, pero lo que más sintió fue confusión, Flippy besaba a una chica menor ¿Entonces le gustaban jóvenes? ¿A caso aquella chica era mejor que ella?
No, no, no...
"Eso no debía pasar", se decía una y otra vez, su Flippy no era así, quizás solo era una chica resbalosa de por ahí, si eso era, buscaba respuestas aunque fueran falsas, ante aquel acto por parte del macho.
Aunque la chica trataba de negar lo que pasó, su corazón seguía roto, al grado que ya no quería ir a la biblioteca, su poca existencia se redujo aún más, la escuela tampoco era un lugar al que ella pudiera estar a salvo, ya que veía a su compañera, a la cuál odiaba por no ser ella, la que Flippy besará, la que le brindará aquellas caricias llenas de amor y dulzura, aquellos abrazos que seguramente ella disfrutará. Todo aquello, ella se lo arrebató. La detestaba demasiado, pero era por su actitud tan sumisa, no podía hacer mucho más que sufrir por culpa de esa chica en silencio.
Una tarde, ella regresaba a casa, sus padres estaban tan acostumbrados a ver qué su hija cambiaba de actividades tan seguido que ni siquiera le preguntaban de su extraña decisión, ya no quería volver al lugar que le causó tanto dolor, pero todo eso cambió hasta que él, quien apareció en la puerta de su casa. Flaky no daba crédito en ver a Flippy hablando con sus padres, parecía estar preocupado.
Flaky se acercó hasta los adultos, estaba tan intrigada por lo que se estaba suscitando, con una sonrisa forzada saludó a sus padres mientras que trataba de mostrar una mirada seria ante Flippy.
– Buenas tardes, señor soldado; madre, padre ¿Que sucede aquí?
– Flaky
Al escuchar su nombre, se quedó congelada en ese mismo momento, sentía emociones invadir su cuerpo
– ¿Porque no has ido a la biblioteca? Vine a buscarte, yo te extraño y la señora Harmony se siente preocupada ¿Todo está bien?
Esas simples palabras, hizo que una pequeña carga de endorfina se elevara, provocando que la chica diera una sonrisa sincera, pero recordó aquella escena de él besándola. Fue el cambio de humor más drástico que pudiera experimentar, sin el cuidado la jovencita entró a su casa, dejando consternado al ex soldado junto a sus padres.
Entró a su habitación, dejó su mochila en el suelo, cerró la puerta con seguro, se tumbó en la cama, unas cuantas lágrimas resbalaban por su carita, no quería volver a hablarle, el sonido de unos cuantos toquidos a su puerta hizo que la chica se limpiará aquel líquido salado de su rostro.
Corrió a abrir la puerta lo más rápido que pudo, quizás era su madre, al abrirla, se sorprendió al ver al ex soldado.
– Hola Flaky ¿Podemos hablar?
– ¿Q-que haces a-aquí? – preguntó algo aturdida
– Flaky quiero hablar ¿Por qué te fuiste de repente? ¿Te hicimos algo malo? ¿Yo lo hice? – Flippy parecía alguien que se arrepentía – ¿Hay alguna razón?
El chico mayor tomó sus manos con delicadeza
– Si te hice algo es el momento de hablarlo
– ¿Porque ha-haces esto?
– no puedo decirte, estoy seguro que me verás de mala forma, siento algo por ti, tú me agradas mucho
Después decir eso, con una de sus manos, tomó su mentón obligandola a verlo a los ojos, ella podía ver arrepentimiento en su mirada ¿Realmente lo estaba? Luego observó aquellos labios, la puercoespín se sintió atraída a ellos, instintivamente, Flaky los rozó con un atrevido e ingenuo beso.
Para cuándo se dió cuenta de eso, su cara estaba teñida con un leve sonrojo.
Quería que la tierra la tragara, se cubrió sus manos con ambas manos, poco a poco se estaba alejando, sin embargo, Flippy la agarró de los brazos, no iba a dejar que ella se fuera o que lo corriera de su habitación.
– ¡PERDÓN! – dijo la chica al borde del colapso
– Flaky... Es raro que lo diga pero, tú me gustas... Regresa por favor, me siento solo, me duele admitirlo pero me falta algo y esa eres tú
– ¿Pe-pero y la o-otra chica? – preguntó tímidamente
– No hay otra chica, supongo que me viste ¿No? – dió un largo suspiro para después verla nuevamente – yo no quiero a nadie más, solo te quiero a ti
Después de eso, Flippy se inclinó hacia Flaky, para volverla a besar nuevamente, con sus dedos acariciaba lentamente el rostro de la joven puercoespín, quien temblaba un poco por la interacción tan íntima que ambos compartían.
– Entonces Flaky ¿Aceptarías ser mi única novia?
Ante aquellas palabras, Flaky solo asintió, para que tiempo después, el joven oso verde saliera de su habitación.
A partir de ese día, Flaky comenzó un romance en secreto con Flippy, ambos acordaron no decirle a nadie, ella volvió a la biblioteca, era el único lugar donde ella podía ejercer su amor sin ningún reproché, aunque al principio estaba algo temerosa con el tiempo se fue adaptando, claro no siempre eran libres de expresar su amor y cariño tenían momentos en la que casi fueron descubiertos, pero eso era lo excitante de su relación, entre más prohibido era, más emocionante y satisfactorio era para ambos.
Aunque todo parecía ir bien, había algo que hacía sentir miserable al oso ¿Estaba bien querer a Flaky? ¿Estaba bien hacer sentir a una niña ser una mujer? ¿A caso eso lo convertía en un pecador?
La amaba, sí, la quería con tanta locura que eran algunos sentimientos de culpa que tenía por querer tener experiencias con la chica, pero lo que más le carcomía, era que temía que ella en algún momento, se diera cuenta de todo, por que ella aún era una niña, jugando a ser adulta, besandose con quién cree que la ama, haciendo el amor con un hombre mayor, desahogando cargas que a su edad no son nada comparadas con lo que es ser alguien maduro...
Oh Flippy, te robaste la pureza y la inocencia de la pobre Flaky, solo a base de engaños y abuso de confianza.
Hola mi audiencia, antes de terminar, quiero que sepan que yo no apoyo ni el estupro, ni la pedofilia, este escrito solo tiene la finalidad de entretener, más no de romántizar este tipo de acciones.
Sin más que decir, nos vemos luego.
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