4.- Si está oscuro añade blanco.
Multimedia: Black
PoV (Point of View, Punto de Vista) Souta.
Abrí mis ojos aún con aquel dolor en mi abdomen, estaba un poco atontado y lo único que se me venía a la mente era un yo agonizante en una cama y alguien inyectándome algo alejándome de todo el dolor y haciéndome dormir.
Miré por toda la habitación, estaba sorprendido, era de un gran tamaño casi equivalía a el tamaño de toda mi casa en el pueblo, me senté en la cama y me percaté que era de un material suave, más suave que la ropa que mi madre me ponía -la cual era la mejor que teníamos- para ir a despedir a las chicas en sus casas.
Suspiré.
Yo n o tuve ninguna maldita despedida, me llevaron así como así de los brazos de mi familia, recordé a todos mis amigos que tenía allí y de cómo debían estar pasando hambre mientras yo tenía el estómago lleno.
En el lado pobre de mi pueblo, ya no habían chicas que vender ni a las cuales casar con otros chicos, por lo cual yo era el objetivo de todos los padres del pueblo, al ser más pequeño y tener una contextura delgada, además de ser menos tosco y brusco que sus hijos que preferían jugar fútbol y trabajar en cosas pesadas mientras yo ayudaba en mi casa a mi madre todos querían que yo me casara con uno de sus hijos.
Si, suena descabellado pero esa era la única otra opción, cuando uno se casaba les entregaban una casa al otro lado de la ciudad y podían arrastrar a toda la familia con ellos, la gran diferencia era que no recibían dinero cada mes por parte de algún viejo millonario pero por lo menos tendrían más espacio del que tenían antes.
Al estar permitido el matrimonio del mismo sexo a ninguna persona le preocupaba que yo fuera la pareja de sus hijos, todo lo contario, yo era la única opción ya que ellos podrían casarse con otro chico e irse al otro lado del pueblo pero a algunos les daba hasta asco pensar en besar al otro pero como mi apariencia no es tanto como la de los demás ellos me ven como alguien a quien deben proteger mientras que sus padres me ven como un puente para salir de la miseria.
El sonido de una puerta al cerrar hizo que despertara de mis pensamientos trayéndome hacia tierra firme en frente de mi tenia a los dos hermanos mayores Black y White que me estaban mirando con un poco de tristeza.
-¿Así que ya te lo hicieron?- Preguntó Black apuntando a mi abdomen -¿Todavía te duele?.
-S-solo un poco- Traté de sonreírle a mi nuevo amo.
-No tengas miedo Souta, lo doloroso ya pasó- Dijo White -Ahora salgamos, debemos presentarte el cuarto de Black y el mío.
Recordé la agenda de la señora Kuro y la abrí en Día uno, el cual era el primer día sin ellos, es decir, hoy lo primero que decía era que tenía que ver las habitaciones de Black y White y hablar un poco con ellos a solas.
-Bueno, comencemos- Dije.
Cuando salí de la habitación sin camiseta, Pink el chico alegre, iba pasando por el pasillo y me sonrió pero cuando vio a Black detrás mío se le borro la sonrisa de la cara.
-¿Qué estaban haciendo ahí?- Parecía un poco enojado.
De pronto salió White e hizo volver la sonrisa a la cara de Pink.
-No estaban solos, estaban conmigo- Sonrió.
-Buenoo~!- Canturreó -Me voy de aquí- Pink desapareció doblando en una de las millones de esquinas.
-Sígueme- Dijo Black.
Lo seguí por los largos y rojos pasillos alfombrados, todo tenía una peculiar decoración, me hacia recordar a las mansiones antiguas de las cuales estaba acostumbrado a leer en los libros.
Después de varias vueltas, llegamos hasta un largo pasillo con siete puertas, las cuales estaban separadas por mucho espacio lo que demostraba que las habitaciones eran enormes.
Cada puerta era de un color distinto lo cual me parecía divertido, pues cada puerta tenía el color del nombre de su dueño.
Seguí a Black hasta la puerta de color negro y entré con él a su habitación.
Quedé asombrado, era enorme, tenía cortinas negras y alfombra de mismo color con blanco, la pared era de color blanco brillante y tenía una gran cama en el centro, cabríamos fácilmente todos mis hermanos y yo dentro de ella.
Guiándome por lo que parecía un tablero de ajedrez, nos sentamos en unos sillones, estaba todo ordenado y me percaté de que desde que vi por primera vez a Black no había sonreído ni una sola vez.
-Linda habitación.
-Gracias, ahora... ¿Qué se supone que debes hacer?- Preguntó Black curioso.
-Según la agenda de tu madre, debemos conocernos un poco.
Black asintió y comenzó a hablar.
-Como ya sabes, me llamo Black, tengo 22 años y estoy estudiando medicina, me gusta mucho leer y las cosas sobre naturales... no soy muy afectivo con los demás- Su mirada me hacía perder en sus ojos azules.
Asentí en busca de sacarle un poco mas de información, era un misterio andante.
-Mi prometida tiene 21 años, no me simpatiza mucho, solo quiere dinero y le gusto por mi apariencia, por el contrario odia mi actitud y no le gusta escucharme, además es muy mala con los niños y animales.
-¿Y a ti te gusta?- Pregunté curioso sin pensar en que pudiera parecer entrometido.
-Para nada... tengo a alguien especial, pero creo que no se podrá.
-¿Qué, un amor prohibido?- Eso sonaba emocionante.
-Algo así- Sonrió y se rascó la cabeza.
¡Sonrió!, quizás pensando en aquella persona amada, su sonrisa era realmente hermosa pero cuando vio que lo estaba mirando agachó la cabeza rápidamente.
-Lo siento por eso- Dijo como si sonreír fuera de mala educación.
-¿Y cómo es esa persona?- Pregunté curioso nuevamente.
Pude notar como con la cabeza aún agachada, una sonrisa se dibujo en sus labios.
-Un total desastre.
No sé que quiso decir realmente con eso, pero antes de que se lo pudiera preguntar alguien tocó la puerta, Black se puso de pie y abrió.
Era White.
-Es mi turno- Dijo impaciente.
Black me miró y asentimos, no había nada más de lo que hablar, antes de salir me miró con sus bellos ojos tratando de decirme > y yo lo capté enseguida.
Seguí a White hasta su puerta blanca y entramos a su habitación, era realmente normal, solo que todo era blanco, al parecer alguien amaba su nombre.
Nos sentamos en su cama y me arrebató la agenda jugando.
-Oh, debemos hablar ¡que divertido!- Dijo impaciente mirándome a los ojos sonriendo.
-Comienza tú- Dije riendo.
-Me llamo White, amo el chocolate y me gusta la música, tengo una prometida que tiene 18 años mientras que yo tengo 21, no está nada mal pero como todos sabemos solo me quiere por interés.
Al igual que su hermano mayor su prometida no lo quiere.
-Me gusta mucho ver televisión acostado y jugar videojuegos y reír, no hay nada mejor que reír en esta vida- Lo dijo en un tono de seriedad extrema.
Sonreí.
-Soy Souta, tengo 15 años y... vivía en un pueblo pequeño con mi madre y mis hermanos pero...- Sin darme cuenta unas lágrimas estaban cayendo por mis mejillas.
Me puse de pie inmediatamente.
-Lo siento, no estoy muy bien que digamos.
-No llores Souta, no arruines tu sonrisa.
Lo miré, White realmente parecía preocupado, así que me sequé las lagrimas y sonreí, el sólo me abrazó y nos quedamos así un momento.
Así que así se sentía tener un hermano mayor, me sentía tan protegido y envuelto en el aroma de White, que podría estar así por mucho tiempo.
-Bueno, es el turno de los demás, espero no sigas llorando.
-No lo haré- seguí sonriendo.
Giré el pomo de la puerta, ya había conocido a Black y a White, era turno de Grey y Blue pero cuando salí por la puerta el sonido de una explosión me hizo dar un salto.
**N/A: Bueno chicos ^-^ Aquí el otro capítulo, espero les este gustando, ojalá no resulte muy
mal escrita o algo.
+¿Les gustó las actitudes de los mayores?.
+¿Qué opinan del amor prohibido de Black?.
+Muchos dijeron que querían que Grey tuviera un lado sádico lo cual me causo mucha risa X'D
¿Qué opinan? ¿Quieren a un señor Grey?.
+Nos vemos, bai bai~! <3.
Pd: leo todos sus comentarios<3 me hacen realmente feliz.
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