CAPITULO 19
Al cabo de dos días había llegado los muebles que Taehyung había pedido para Jungkook. Los encargados habían armado todos los muebles y ahora Taehyung estaba ayudando al menor a colocar y ordenar sus libros y mangas.
— Tú cuarto va a quedar increíble - le dijo Tae subido a una escalera mientras Jungkook le pasaba los mangas que irían en la parte de arriba. Aquellos serian las ediciones más grandes y los Kanzenban que eran más gorditos que los tomos de mangas comunes.
— Será la cueva de un virgen no tan virgen.
Eso hizo reír a Taehyung. Mientras Jungkook le pasaba más mangas.
—Kookie...
—¿Qué?
—¿Esta noche te gustaría jugar un poco?
Era una pregunta sugerente. Jungkook sabia a lo que se refería. Él se iba a ir acostumbrando a la relación extraña que tenían, poco a poco.
—Creo que esta noche estaremos muy cansados luego de acomodar todo esto.
Taehyung se bajó de la escalera.
—No hay nada mejor que una buena noche para quitar el estrés — lo miró graciosamente moviendo las cejas de arriba abajo, por lo que Jungkook se rio y terminó aceptando la propuesta indecente casi sin darse cuenta.
Mientras Jungkook terminaba de acomodar los últimos libros Taehyung se dedicaba a enchufar las luces led que le había comprado. El plasma ya estaba puesto frente a la cama a una distancia considerable. Había otro escrito con la play 5 y un parlante gigante en el suelo.
Jungkook admiró su cuarto de niño rico y en ese momento le entró la angustia y la culpa.
Culpa porque ya no echaba de menos a sus padres, que ni siquiera se preocupaban por él, ni le preguntaban cómo estaba.
Jungkook se tragó sus emociones tristes, pero Taehyung se dio cuenta así que camino hasta llegar a él.
—¿Qué pasa, bebito? — lo tomó de las mejillas y Jungkook esquivó su mirada.
—Nada...
—Dime, amor.
"Amor". Eso había tomado desprevenido al menor. Esa palabra se había oído hermosa en los labios de Taehyung.
—¿Está mal que ya no extrañe a mis padres?
—No puedo decirte si esta mal o bien. Es tu familia y tu sabes lo que debes sentir con respecto a ellos.
—Me han echo mucho daño.
—Lo sé, pero ahora estás conmigo. Tu vida ahora no es tan mala ¿cierto?
Jungkook admiró la habitación de sus sueños una vez más. Eso era todo lo que había deseado hacia poco tiempo, y ahora lo tenia todo, todo lo que le importaba en esa etapa de su vida.
—Tú nunca vas a reemplazar a mis padres.
—No pretendo ser tu padre— Tae habló con una voz más grave de lo normal — Quiero ser tu compañía. Tómalo en el sentido que quieras, pero eso es lo que pretendo.
—En realidad quieres que yo sea tu compañía.
—Sip. Yo también soy una persona muy solitaria.
—Pero ahora estoy contigo, Tae.
El mayor le sonrió tranquilamente.
— Hay dos maneras de sentirse solo, Kookie — el mayor señaló el espacio en el que se encontraban y dijo - Una manera es estar solo en tu hogar, pero la otra manera es sentirse sólo emocionalmente.
— Lo sé, conozco ambas y las dos maneras son horribles.
Tae dejó un beso en su cabeza y lo miró a los ojos.
—Tu compañía me llena de vida, Jungkook. Ahora hay ruidos en la casa y tengo con quien hablar, con quien distraerme y con quien reír por cosas absurdas u ocurrencias extrañas.
Jungkook lo abrazó y lo estrujó en su cuerpito.
—¿Puedes darme otro beso así?
Tae besó su frente una vez más.
—Otro...
Y volvió a besarlo con una sonrisa.
El inicio había sido duro, pero al final ambos se convertirían en el complemento del otro.
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