Taehyung había llevado la cantidad industrial de mangas, comics y libros al baúl del auto y mientras tanto dejó a Jungkook comiendo una hamburguesa con Nuggets y papas fritas en el McDonald del centro comercial.

El mayor admiró todas las cosas que tendría Jungkook para leer, sin dudas iba a entretenerse y no pensar tanto en su vida mientras leía.

Taehyung se preguntaba qué cosas podía hacer por él para entregarle una buena vida. Mientras caminaba hasta el McDonald se le ocurrió que lo mejor era dejar dos empresas y quedarse con solo cinco para darle más tiempo a Jungkook.

En el resto de la semana meditaria las cosas. Si renunciaba a dos empresas no afectaría a su economía en lo más mínimo.

Quizás Jungkook tenía razón: trabajaba demasiado y tenía muy poca vida.

Taehyung encontró el McDonald y se sentó con Jungkook cuando lo encontró también le robó buena cantidad de sus papas fritas.

— Oye, consiguete las tuyas — le dijo el menor sacandole las papas otra vez.

Pero Tae se las volvió a quitar.

— ¿No tienes suficiente con dos hamburguesas y unos Nuggets?

Jungkook negó con la cabeza. Ahora que había conseguido su gran cantidad de mangas se lo veía más relajado, eso era buena señal.

— Cuando acabes de comer iremos a comprar tu ropa. ¿Qué estilo usas?

Jungkook le ponía más atención a la comida que a él.

— Me gustan los pantalones Cargo y los Jeans ajustados. Luego uso chaquetas y remeras de todo tipo.

—Genial, creo que hay alguna tienda más juvenil por aquí. ¿No te gustaría tener ropa de marca?

Jungkook lo miró con curiosidad.

— ¿De que marca?

—Ya sabes... Gucci, Channel, Fila, Nike, etc.

—Prefiero la ropa común y corriente. No soy un niño rico.

Tae le colocó una mano sobre la suya.

—Viviendo conmigo sí lo eres, Kook.

Jungkook no sabia qué decirle, así que solo continuó con su comida.

— Me siento como Cenicienta. De un día para el otro me convertí en millonario sin hacer nada.

Tae soltó una risita.

— Multi millonario querras decir.

—Me das asco de tanto dinero que tienes.

—Pues deberías verlo como una ventaja.

Jungkook acabó su comida.

— ¿Podría no trabajar nunca y ser un mantenido?

—Claro. Después de todo tengo dinero para mantenerte durante toda una vida.

—Eso sí que suena interesante.

Ambos se rieron.

—Pero tú quieres trabajar — Comentó Tae.

—Sí, quiero estudiar diseño gráfico y bellas artes. Mi idea era vivir de eso, ganarme la vida como un artista ¡Pero caí en las manos de un millonario!

—Gánate la vida o se mi chico malcriado, no te detendré en ninguno de tus caminos.

—Me estás dando libre albedrio. 

—Así es.

—Tú si que eres muy liberal...

—Contigo si.

—¿Qué, acaso planeas comprar a más chicos para que me hagan compañía o para ser la compañía sexual que estabas buscando antes?

—No — Respondió lentamente.

—Eres raro.

— Y tu muy desconfiado.

—Tengo mis razones para serlo.

Ambos guardaron silencio.

—¿Me dejarías hacer lo que yo quisiera?

—Depende de lo que quieras — Dijo Tae reclinándose contra la silla.

—¿Me dejarías ir de fiesta cuando yo quiera?

—Claro, si vuelves antes de las cuatro de la mañana.

— ¿Me dejas tener novio?

—No.

—¡¿Por qué no?!

Taehyung le sonrió persuasivo.

—Porque eres mío y solo mío.

Y vaya, oírlo hablar de esa manera había causado una tormenta de emociones dentro de Jungkook. Su corazón se había agitado como si acabara de bajar de una montaña rusa muy alta.