Jimin se sentía feliz.

Desde que había sido obligado a casarse y salirse de su casa con un hombre al cual no conocía, no se había sentido tan feliz en todos esos días, como en ese momento.

Sentía unas emociones muy bonitas por Yoongi, le gustaba el actuar que este tenía hacia él desde la noche anterior. Lo estaba tratando bonito y cuidando de él. Parecían una pareja con un matrimonio feliz.

Mientras iban de camino al centro comercial más cercano en Busan, Yoongi le platicaba a Jimin sobre su infancia en el circo, mientras Jimin lo escuchaba atento y reía con alguna anécdota divertida de parte del mayor.

- Solía escaparme mucho de papá cuando era un chiquillo. Lo hacía por diversión, con Taehyung nos íbamos algún lugar donde no nos entrarán pronto, luego recibíamos una reprimenda inolvidable. Pero no dejábamos de hacerlo.

- Siempre... ¿Tuviste una buena relación con ese chico? - Pregunto Jimin, sintiendo cierto recelo.

- Crecimos juntos, lo quiero, lo aprecio mucho. Siempre he visto a Tae como a un hermano menor, lamentablemente él tiene años viéndome de otra forma - Explicó.

- ¿Y por qué nunca lo has correspondido si siempre has sabido lo que él siente por ti? - Jimin quería saber.

- Por qué como te digo, para mí, Taehyung es mi hermano menor y jamás me permitiría sentir nada por mi hermano. Por eso me duele tener que alejarme de él, pero solo así entenderá que jamás podré corresponderle.

- Bueno, lo único que quiero es verlo lejos de ti - Jimin bufo.

- No siempre se podrá cariño. Taehyung es mi mejor amigo, mi hermano, además de mi mano derecha, trabajamos juntos, no puedo alejarlo.

Jimin bufo y se cruzó de brazos, detestaba la idea de ello, pero no tenía de otra, debía aceptar lo que había. Pero sabía que Taehyung, muy pronto querría causarle más problemas y solo debe cuidarse a sí mismo.

- No te enojes cariño, solo quiero que entiendas una cosa - Min logro tomar la mano del rubio, mientras seguía conduciendo - Tae es mi amigo, pero tú, eres mi esposo, ¿Bien? Eres mi prioridad ahora.

Jimin sintió como sus bonitos mofletes se sonrojaron levemente al escuchar las palabras del mayor. ¿Por qué su pancita parecía tener un montón de maripositas dentro?

- Está bien, confiaré en ti. Pero no en él - Dijo Jimin.

- Y no debes preocuparte por ello cielo, solo confía en mí.

Jimin sonrió y asintió.

Al cabo de un par de minutos, llegaron al centro comercial. La verdad era que Jimin ya había viajado con anterioridad a Busan, había estado en ese centro comercial y gastado su tarjeta en miles de compras cuando fue con sus amigos.

Así que se podía decir que conocía un poco el área. Aunque en ese momento no le dió importancia a su vestimenta, su aspecto o como se veía en ese instante.

Bajo del Jeep y cuando Min rodeo el auto, al instante, este mismo tomo la mano del Omega y entre lazo estás mismas. Jimin sonrió y con gusto acepto el agarre del Alfa.

- ¿Vamos? - Dijo Min y Jimin asintió.

Al inicio, a Jimin no le importo en que tiendas entraban, él se sentía cómodo y muy feliz, andando con Yoongi a su lado. Compraban todo lo que el mayor le sugería, pues al inicio a Jimin le causó vergüenza tener que elegir, veía muchísimas cosas que sabe muy bien, son carísimas. Pero no sabía si realmente Yoongi tenía el suficiente dinero para gastar.

Claro... Jimin no sabe que Yoongi es un hombre millonario. Y Min... No pensaba decirlo.

No, hasta que Jimin demuestre que a cambiado para bien.

- ¿Por qué no eliges nada cariño? - Pregunto Yoongi - Llevas algunos minutos aceptando todo lo que yo te digo, pero no sé, si en realidad te gusta o no.

- Está bien Yoon - Sonrió el menor - Estoy bien con esto - Aunque él había visto un conjunto que le encantó, pero no era nada adecuado para andar en el circo.

- A ver, quiero que seas tu el que elija, ¿Bien? - Jimin sonrió y asintió, aunque no estaba muy seguro de ello.

Así que hizo una pequeña prueba. Se acercó al conjunto que realmente le encantó. Eran unos pantalones blancos de vestir, con una hermosa camisa manga larga y un poco suelta, también blanca y un tanto transparentada.

- Mira esto - Jimin mostró con una bella sonrisa. Y lo noto.

Yoongi arrugó su nariz, se vio dudoso. No estaba seguro de que Jimin llegase a utilizar esa ropa en algún momento. Sobre todo por qué es blanca.

- ¿Ahora ves por qué yo no elijo nada? - Explicó Jimin - Mis gustó siempre serán estravagantes, delicados, finos y mucho más caros. No puedo cambiarlos tan pronto - Suspiro - Asi que sigamos, la idea de un overol con boina no suena mal, me agrada.

Yoongi se acercó y lo abrazo, tomo el conjunto que Jimin en verdad quería y lo metió al carrito donde llevaban algunas cuantas prendas.

- Puedo pagar esto y mucho más. Sí te gusta, lo llevamos, aunque si te soy sincero, no estoy seguro que logres usarlo en algún momento cariño, pero es mejor que lo tengas si así lo quieres. Y toma lo que a ti te gusta, ¿Bien?

- Está bien - El menor asintió y dudo un poco, pero acepto.

Jimin se enfoco en comprar algunos overoles, botas de cuero, de hule, zapatos altos para poder andar en los lugares donde el circo este, para mayor seguridad y comodidad. Algunas camisetas de colores que combinarán con los overoles y los Jeans que compro. Unas cuantas boinas, ropa interior, productos de higiene personal. Y todo parecía estar más que perfecto.

- Vamos a caja y luego iremos a comer, ya se acerca la hora de almuerzo - Dijo Min y Jimin asintió.

Debía admitir que todo lo que llevaba le encantaba. Le gustó mucho los conjuntos y sería algo muy nuevo para él, pero trataría de cambiar y mejorar su personalidad.

Cuando pagaron, Jimin se pregunto, ¿Tanto dinero dejaba el circo como para que Yoongi pueda gastar en él sin ver el precio?

Mientras iban con las bolsas llenas de la nueva ropa de Jimin, pasaron por una joyería, antes de llegar al restaurante donde comerían.

Desde la vitrina, Jimin vió unos hermoso anillos, se veían sencillos, pero tan preciosos. Que solo pudo verlos y hacer como si no hubiese visto nada.

Su manita seguía vacía... Aunque ya estaba casado.

Suspiro y decidió ignorar el hecho.

- Mira, este restaurante tiene unos platillos deliciosos - Dijo Min y Jimin lo vió.

- Sí, es cierto... - Susurro.

Recuerda haber ido con sus amigos la última vez que visito Busan, así que sabe muy bien que aquel restaurante es bastante bueno.

Al entrar, pidieron una mesa para dos y cuando fueron ubicados, dejaron todas las compras a un lado.

- Ve pidiendo cariño, regreso pronto, ¿Sí? - Dijo Min.

- ¿A dónde vas? - Pregunto Jimin con curiosidad.

- Vuelvo pronto cielo, no te preocupes - Min dejó un beso en la frente de Jimin y se fue casi corriendo.

Jimin no entendió, lo vió irse y suspiro por enésima vez. Le ofrecieron la carta y con gusto la acepto, comenzó a leerla y decidió que pedir para él y tal vez le elija un delicioso platillo a Yoongi, ya que no sabía si demoraría.

- ¿Listo para pedir joven? - Llegó el mesero.

- Oh sí - El chico sonrió y pidió un platillo para él y su esposo.

Cuando el mesero se retiró con él pedido, Jimin se relajo y espero pacientemente al mayor. El rubio se sentía bien consigo mismo en ese momento, pero no sabía que las humillaciones podrían convertirse en el pan de cada día para él y se convertiría en el azme reir de muchos.

- Pero mira nada más a qué joya nos venimos a encontrar - Una chillona voz se escucho y Jimin la reconoció perfectamente.

- ¡Suran! - Jimin se emociono al ver a sus amigos - Eun-woo, Ji-eun - Oh por la madre luna, no saben cuánto los he extrañado chicos...

Cuando Jimin intento acercarse y abrazar a cada uno, estos lo rechazaron, alejándose y mostrando una expresión de asco hacia el chico rubio. La sonrisa de Jimin flaqueo, así como su emoción, fue desapareciendo.

- ¿Chicos...? - Jimin se sentía confundido.

- Así que los rumores eran ciertos - Rio Ji-eun - Ahora no eres más que un simple mortal, casado, destruido y lamentable.

- ¿Cómo...?

- No fue nada difícil. Los mismos empleados de tu mansión nos dijeron que te habías casado con un muerto de hambre, ¿Qué era? - Fingió pensar Eun-woo.

- Un simple trabajador de un circo - Se burló Suran - Que asco, ¿Cómo pudiste caer tan bajo? - Dijo la chica - Ahora eres un don nadie, que perdió su fama, su fortuna y su belleza.

- ¡Claro! Solo mírate - Rio Ji-eun - Eres un asco Park Jimin, das lastima y pena.

Jimin sentía sus ojitos vidriosos, pensó que sus amigos lo ayudarían y podría irse con ellos, o que lo habían encontrado para llevarlo con él. Pues aunque su corazoncito salte de emoción por Min, así como su gatito cambia forma, la verdad era que él, no se sentía preparado, mucho menos se sentía lo suficientemente fuerte para seguir soportando todo el trabajo en el circo.

Y escuchar las palabras de quienes consideraba sus mejores amigos, le rompió el corazón. Bajo su mirada y se observo a si mismo, de pies a cabeza. Con sus zapatos llenos de lodo ya un poco seco, unos jeans que se veían un poco sucios, así como aquella enorme camisa que era de Yoongi y se le veía enorme. Su cabello no había estado recibiendo su tratamiento, así que se veía un poco opaco, reseco y maltratado.

- Sonríe Jimin-ah - El chico elevó la mirada y se aterró al ver que Suran lo estaba grabando.

- No... ¿Qué haces? Deja eso - Pidió el rubio pero la chica no dejo de grabar y reírse del pobre chico.

- Ahora todo el mundo sabra, que el gran Park Jimin, es un pordiosero, un mortal más de la baja sociedad, un mendigo muerto de hambre. Dime, ¿Estás aquí pidiendo las sobras? - Se burlaba Suran, mientras Jimin trataba de ocultar su rostro de aquella camara de teléfono.

- Anda, levanta la cara y muestrate como realmente eres - Cuando Eun-woo estaba por tomar el rostro de Jimin y obligarlo a voltear a la camara, una fuerte mano detuvo su acción.

- No te atrevas a ponerle una sola mano encima - Gruño Min.

- Auch - Se quejo el chico cuando aquel hombre le soltó la mano con agresividad.

- ¿Y tú quien eres? - Pregunto Suran, mientras mordía sutilmente su labio y veía de pies a cabeza aquel sexy hombre que se había puesto delante de Jimin.

- Soy Min Yoongi, el esposo de Jimin y si no quieren serios problemas, es mejor que se vayan y dejen a mi esposo en paz - Gruño con molestia hacia aquellos chiquillos mimados y odiosos.

- ¿Tú eres el esposo de Jimin? Pregunto una asombrada Ji-eun.

- Lo soy. Y largo de aquí - Exigió Min, mientras con su cuerpo, cubría el de su esposo, el cuál... Ya estaba llorando.

- Claro, nos vemos pronto Jimin-ah, espero que puedas ver la grandiosa sorpresa que tendremos de ti - Rio Suran y se retiró con sus amigos.

Yoongi los vió irse. Detesto aquel trío, no entendía cómo podían existir chicos con aquella personalidad tan arrogante y odiosa. Cuando se volteó, vió a Jimin hipear y sorber por su nariz.

- Cariño... - Min trato de tomar la mano de este y Jimin solo se alejó un poco.

- ¿P-odemos... Irnos? - Pregunto en Susurro. Yoongi suspiro.

- Esta bien, vamos - Min cancelo la comida, pero aún así la pago. Se fue con Jimin al Jeep.

Y el chico se colocó un cubre bocas y una gorra que encontró en la guantera. Se abrazo a si mismo y comenzó a soltar lágrimas silenciosas.

Yoongi sintió una punzada en su pecho al verlo en aquel estado. Sabía que nada sería fácil para Jimin, pero no creyó que le dolería tanto verlo en aquel estado.

Quizá... Solo quizá... Yoongi sienta que cometió un error al haber firmado aquellos papeles.

Pues comienza a pensar que el circo y su vida, no es para Jimin y que quizá él merece algo mucho mejor.

¿Será así?

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¡Hola amigos!

¿Qué les pareció este capítulo?

Espero que haya sido de su total agrado, la verdad es que ando releyendo mientras edito y estos capítulos son como un sube y baja para mí, creo que para ustedes también. Aún así, no olviden de darle mucho amor.

¡¡Feliz cumpleaños al amor de mi vida!!🥳🫶🏻💜

Sin más que decir... ¡Nos leemos pronto mis chiquillos!

Bye💜

No olviden dejar su estrellita si les gusto el capítulo ⭐