Capitulo 22
-Padre.- Inuyasha estaba sorprendido, hace mucho que no veía a su padre.
-Es un gusto volver a verte Inuyasha.- Comento el patriarca de los Taisho.
-Pensé que no vendrías.
-¿Y perderme la boda de mi hijo? Eso jamás.- Inu no Taisho vio a la joven que estaba al lado de su hijo.- No me la vas a presentar.- Inuyasha sabia a quien se estaba refiriendo.
-Papa ella es Kagome Higurashi, mi novia.
-Un gusto en conocerlo señor.- Inu no Taisho analizo a la joven de pies a cabeza.
-Un gusto conocerla señorita.
-Bueno, hay que seguir con la celebración.- Comento Miroku sacando una botella de vino.
La celebración continuo, una hermosa noche para los novios. En esa noche Kagome se hizo muy amiga de Rin y de Sango y ya la estaban invitando a los clubs aunque no perteneciera a la sociedad alta.
Después de unas horas los novios se tuvieron que ir para disfrutar su luna de miel. En el lugar de la fiesta solo estaban las personas que estaban empezando a recoger, Inuyasha tuvo que dejara a Kagome a su casa, cuando llegaron la azabache tenia que salir del auto.
-La fiesta estuvo increíble, y Rin y Sango son unas mujeres maravillosas.
-Me alegra que te llevaras bien con ellas.- La tomo de la mano.- Pero lo mas increíble fue estar contigo.- Dicho esto Inuyasha la beso y ella correspondió.
Al principio fue un beso lento, pero después fue un beso apasionado, las lenguas de ambos se entrelazaban y querían llegar al siguiente paso, pero ambos sabían que no era el lugar adecuado. Ambos se separaron con las respiraciones exaltadas.
-Inuyasha.
-Kagome, creo que no es el momento de hacer esto.
-Acaso... ¿No quieres?
-¡Claro que quiero! Pero quiero que tu primera... que la primera vez de ambos sea especial.
Dicho esto se despidió de Kagome y se regreso a su casa. Al llegar vio que todo estaba apagado pensó que no había nadie, pero al dar un paso dentro de la casa la luz de la sala se encendió y ahí estaba Inu no Taisho.
-Padre, pensé que ya estabas descansando.
-Quería esperarte por que quiero hablar contigo y no quería esperarme hasta mañana.
-¿Que pasa?.- Inuyasha se sentó al lado de su padre.
-Hijo escucha, se que esa muchacha...
-Kagome, se llama Kagome.
-Bueno, se que Kagome es una linda muchacha y muy educada pero...
-¿Pero?
-Pero ella no te conviene Inuyasha.- Tales palabras le sorprendieron a Inuyasha.
-¿Que? ¿Cómo dices eso padre?.- Se levanto del sillón.
-Escúchame primero, esa muchacha no te conviene por que no es de nuestra clase, ella no será capaz de hacerte feliz, además que dirán nuestras amistades cuando sepan que andas con una chica de clase baja.
-¿Que? Papa, Kagome es la mujer de mi vida, me enamore perdidamente de ella y no quiero estar lejos de ella, además ¿Desde cuando te preocupas de lo que dirán nuestras amistades?
-¡Entiende Inuyasha! Yo no quiero que termines en la calle por cumplirle sus caprichos, seguramente esta contigo por tu dinero para que la saques de la pobreza
-Papa ¿Cómo puedes decir eso? Tu te enamoraste de Mama a pesar de que ella no era de nuestra clase.
-Y yo no quiero que repitas lo mismo que yo, ¡Lo de tu madre fue un error!.- Inu no Taisho se sorprendió de sus palabras, al igual que Inuyasha.
-Entonces ¿Lo de Mama fue un error?-. Inuyasha todo decepcionado se fue a su habitación y se escucho el portazo de la puerta.
Inu no Taisho se culpo por decir esas palabras, agarro una foto de una hermosa mujer.
-Izayoi, sabes perfectamente que tu fuiste la mujer de mi vida, y me arrepiento por decir eso, pero yo no quiero que nuestro hijo repita lo que nosotros vivimos, a pesar de que fue hermoso, también fue horrible. Si no fuera por Irasue nosotros estuviéramos casados y tu no habrías muerto.- Al decir esas palabras acaricio la foto de la mujer que tanto amo.
...
Mientras los días pasaban Inuyasha no quería comentarle a Kagome lo que dijo su padre de ella, era mejor mantenerlo en secreto y vivir su noviazgo.
Pero el ni Kagome sabían que una persona estaba obsesionado con la azabache, siempre la seguía a donde fuera y se sentía furioso cada vez que lo veía con Inuyasha, el propósito de esa persona misteriosa era secuestrar a Kagome para hacerla suya y de nadie mas.
Nuestra pareja de enamorados ya tenían 4 meses de noviazgo, pero también se acercaba el cumpleaños de Kagome, así que Inuyasha tenia que prepararle una gran sorpresa. El tenia pensado hacer una fiesta con todos sus amigos, y después otra sorpresa para que ambos estuvieran solos.
...
Por fin llego el cumpleaños de Kagome, Inuyasha la llevo a la casa de Sango, ya que el no quería hacerlo en su casa, ahí estaba su padre y no quería que humillara a Kagome.
Al entrar a la casa de Sango todo estaba adornado, había comida, botanas, y refrescos ya que habían niños y no quería que hubiera alcohol.
En la fiesta estaban sus amigos, Miroku, Sango, Sesshomaru, Rin que tenia dos meses de embarazo, Shippo, el pequeño niño amigo de la familia de Inuyasha y también estaban los hijos de Miroku y Sango.
La fiesta transcurrió con tranquilidad, mucha diversión, sonrisas y risas, así transcurrió la fiesta hasta que se hizo de noche, Inuyasha sabia que ya era hora de que Kagome tuviera su segunda sorpresa.
-Muchas gracias amigos, pero tengo que llevar a Kagome a su otra sorpresa.- Comento Inuyasha.
-¡¿Otra?!.- Comento Kagome sorprendida.
-Diviértanse mucho.- Sango soltó una risa traviesa, ella ya sabia cual era la otra sorpresa para Kagome.
Ambos salieron de la casa y subieron al auto y fueron en camino hacia su destino... o a un lugar que ambos jamás olvidaran.
...
Después de una hora de trayecto por fin llegaron a su destino, al llegar Kagome vio que era una cabaña bastante grande.
-Inuyasha ¿Y esta cabaña?.- Pregunto Kagome saliendo del auto.
-Es mía, mi padre me la regalo cuando cumplí quince años, el quería que invitara a mis amigos aquí.- En eso Kagome se sintió un poco incomoda.- Tranquila, jamás he metido a una mujer aquí. Vamos a entrar.
Al entrara Kagome se sorprendió, ya que el interior de la cabaña era muy grande, una gran sala con una gran pantalla, una cocina amplia, un comedor para doce personas y en una esquina estaba una chimenea.
-¡Increíble!.- Kagome sintió una venda en los ojos.- ¿Inuyasha?
-Tranquila, por que falta la mejor sorpresa.- En eso la cargo a modo princesa y se la llevo al segundo piso.
Al terminar de subir las escaleras la bajo y Kagome escucho el sonido de una puerta abrirse. Inuyasha la agarro para que se sintiera segura y no se callera, al entrar a la habitación la puerta se cerro e Inuyasha le quito la venda de los ojos.
Kagome se sorprendió por el lugar tan hermoso, en la habitación estaba una cama matrimonial con rosas que formaban un corazón, velas encendidas en toda la habitación, rosas esparcidas por toda la habitación, y estaba una botella de vino con dos copas y un plato de fresas. El lugar mas romántico.
-I-Inuyasha... es hermoso.- Dijo Kagome muy sorprendida.
-Me esforcé tanto para darte esta sorpresa.- La agarro de la cintura.- Por que eres la mujer de mi vida.
-Inuyasha.
Se dieron un hermoso beso, un beso lleno de sentimientos hermosos. Inuyasha la cargo y la dejo delicadamente en la cama poniéndose encima de ella. Sin dejar de besarse estaban disfrutando de las caricias, ella puso sus brazos en el cuello de el, mientras que Inuyasha estaba dándole caricias hasta que se detuvo.
-Kagome... Estas segura de esto, si seguimos no creo poder detenerme.- Dijo Inuyasha entre susurros.
-Inuyasha... estoy lista para ser tuya, por favor, no te detengas.- Lo agarro de las mejillas y lo beso.
Era el escenario mas romántico, la primera vez de ambos, solos en esa habitación y con la luz de la luna que iluminaba un poco la habitación. La habitación fue testigo de esas caricias, esos besos, esos suspiros, esos gemidos y diciéndose lo mucho que se amaban.
Después de hacer el amor, los dos estaban acostados dándose un hermoso beso y con las sabanas cubriendo sus cuerpos desnudos.
-Te amo Inuyasha, este fue el mejor cumpleaños.- Dijo acariciando el rostro de su amado.
-Yo también te amo Kagome, pero tengo otra pequeña sorpresa para ti.- Ambos se incorporaron, Inuyasha saco del cajón una concha.
-¿Que es?.- Dijo al ver la concha en sus manos, al abrirla había un colorante rojo.
-Era de mi madre, me lo dio antes de morir. Ella me dijo que se lo entregara a la mujer que ame con locura, que de todo por ella, que la proteja... y que sea la madre de mis hijos.- Kagome se sorprendió al escuchar esas palabras.
-Inuyasha, gracias.- Lo beso haciendo que Inuyasha callera de espaldas en la cama y estando encima de el.
-Kagome. Se que somos muy jóvenes y que falta mucho por vivir pero, ¿Aceptarías ser mi esposa en unos cinco años?
-Si Inuyasha, acepto.- Los dos se besaron.
Inuyasha agarro un extremo de la cobija para cubrirse por completo a ambos y así volviendo a entregarse uno al otro.
Esa noche fue una de las mas hermosas para la pareja, ya que hicieron el amor una y otra vez hasta que se quedaron dormidos... Pero la felicidad no dura mucho...
Continuara...
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