-Tu no puedes salir con nadie.

-¿Pero qué te crees? No eres nada mío, por favor no vuelvas a acercarte a mi, no te quiero ver en mi vida.

-Eso no lo evitarás.

-¿Cómo estás tan seguro?

-No es mi deber decirte.

Ignoré su comentario, decidí que debía irme, y así lo hice, me fui sin mi madre no me interesaba volver a ver a aquel tipo, ¿Qué se creía? Por eso no salgo con los de "mi misma clase social" son unos idiotas que solo piensan en sí mismos.

(...)

-¡Estás loca!

-No estoy de humor.

-¡¿Cómo te atreves a pegarle al señor Brightwell?!

-El me beso. ¡Sin mi consentimiento!

-¡Es un hombre de dinero! ¡Piensa por una vez Eileen!

-No me importa, tú no me dices que hacer.

-¡Soy tu madre!

-¡Cuando te conviene!.-tome mis llaves.-Si me disculpas voy a salir.

-No te he dado permiso.

-No lo necesito.-cerré la puerta de un portazo.

"¡Me arrepiento de haberte tenido!"

Escuche que grito mi madre yo también me arrepiento de nacer, de verdad estos 20 han sido un infierno solo quiero buscar la felicidad, mi madre siempre a tratado de amargarme la vida, pero no más.

-Amor.-dijo Mike al verme lo abrace.

Realmente me enamore de el y no quiero a nadie que no sea mi Mike, anoche después de que me había ido me quede completamente dormida, cuando desperté me arreglaba para mi cita con Mike y mi mama entro para comenzar a gritarme.

-Te extrañe.

-Nos vimos ayer.-río.

-Lose, pero ya no aguanto Mike, no soporto estar en mi casa.

-Quisiera hacer algo. Aún la propuesta sigue en pie.

Mike hace unos meses me pidió que me fuera a vivir con el, yo aún no había respondido, en eso tiene razón mi madre, soy súper caprichosa y Mike muy conformista, sabía que empezaríamos desde cero y tendría que trabajar aunque yo prácticamente no se hacer nada.

-Quiero pensarlo más, no quiero actuar por impulso.

-Bien.-beso mis labios.-¿Que tal la fiesta?

-Ni me lo recuerdes.-rodé los ojos.

-¿Qué sucedió?

-Un idiota me beso, pero cuando se apartó le metí una bofetada y me fui a mi casa.

-¿Qué le sucede?

-No lo sé, dice que le gusto pero su arrogancia es tan grande, no lo soporto.

-Lo bueno es que no lo verás más.

-Ni quiero topármelo jamás, es un completo imbecil.

-Te traje algo.-saco una cajita, me la dio y al abrirla había una pulsera.

-Mike es...hermosa.-me la colocó.-No debiste molestarte.

-Es un pequeño detalle.

-Eres un lindo, por eso te amo.-volví a besarlo.

James.

-¡Llévatela ya!

-No me grites. Hicimos un trato quedamos que después de que me conociera en una semana se casaría conmigo.

-Pues convéncela porque ella no quiere estar contigo.

-De hecho da gracias a que no me e arrepentido de esto.

-¿Por qué?

-¿No lo sabes? Tiene novio.-su expresión de sorprendida me dio a entender que no tenía idea de eso.

-Claro que no.

-Ella misma me lo dijo.

-Es una....agg.-enarque una ceja.

-No creo que quiera casarse conmigo.

-La convenceré.

-Eso espero porque si no olvídate del dinero.

-Tu también pon de tu parte, acércate a ella, si no, ¿Cómo pondrá su atención hacia ti?

-Por eso he venido para verla.

-El problema es que no sé dónde está.

-Deberías procurar más a tu hija.

-Solo esta semana, después será toda tuya.-sonreí.-Intentare llamarla.

Al parecer Eileen es demasiado testaruda, tendré que encargarme de eso porque no permitiré ninguna majadería de su parte.

"¡No me importa, vienes en este momento para la casa o juro que cambiare la chapa y a mi casa no entras!......¡También me estorbas!"

Bien, claramente los gritos deben escucharlos hasta los vecinos, ¿Sería siempre así? Espero que ella no me discuta, no soy un hombre muy paciente, jamás le he pegado a una mujer pero tampoco me han provocado, aunque a mi me educaron que a una mujer no se le toca, a menos que sea para otra cosa claro.

-Vendrá en un momento, ¿Deseas algo de tomar?

-No, gracias. Quisiera pedirte algo.

-Lo que sea.-sonrío.

-Quiero que respetes a Eileen, no quiero que la sigas insultando, ni que vuelvas a gritarle.-enarcó una ceja.

-No sabes lo desesperante que es.

-Te daré el doble del dinero, pero quiero que la trates bien.

-¿El....el doble?.-asentí.-Bien, solo falta una semana, por mí está bien.

Charlamos un rato, hablamos del préstamo, también quería venderme la empresa, quiere vivir bien. Prometió que jamás aparecería en nuestras vidas de nuevo, mejor para mí.

-Se que ahora no vale mucho, pero tú exportas materiales, y te puedo asegurar que fabricamos los mejores productos que por cierto son muy populares.

-Entonces ¿Por qué has perdido tanto dinero?

-Mi hija gasta demasiado en ella, además de que no tengo idea sobre la administración.

-Me interesa la propuesta, además el precio no es elevado.

-Después del dinero que me ofreces, ya sería un robo de mi parte.

-Ya llegue mamá.-después de una hora, pensé, al verme en la sala hizo una mueca de disgusto, creo que en verdad no le agradó, aunque no entiendo el motivo ni me importa. Ella sera mi esposa y no lo va a evitar.