Capitulo 21
Habíamos venido a Seattle para la fiesta del señor Naylor, raro apellido como Taylor pero empieza con la letra "N" ¿De donde será?
-¿Vamos a comprar un regalo para el señor Naylor?
-Le compre un reloj Rolex no te preocupes.
-¿Por que los hombres dan regalos caros y simples? Dijiste que era un socio importante, de seguro tiene muchos de esos, mejor alguna camisa casual, porque esas que usas tu con tus trajes también ha de tener, o algo como de esos barcos que se arman en botellas o...
-Amor detente.-río.
-¿Que es lo divertido?
-Me gusta tu idea pero no creo que sea lo indicado.
-¿Por que no?
-El es un hombre serio.
-¿Y? Puede que en el trabajo sea serio pero no sabes que hace en su vida.
-Créeme el está acostumbrado a este tipo de regalos.
-¿Cuando es la fiesta?
-Mañana.
-¿En donde?
-Rento un salón.
-¿No será en su casa?
-Nunca es en su casa.
-¿Por que?
-Hoy estás haciendo demasiadas preguntas.
-Responde.
-No lo sé, pero si se que esta fiesta la organiza su secretaria, ella es linda.
-¿Te parece linda? Que bien.
-Si es linda, y es una mujer mayor como de la edad del señor Naylor.
-¿A el no le gusta celebrar su cumpleaños?
-No, pero Sally le gusta organizar la fiesta para que no se sienta solo.
-¿Su secretaria?
-Le tiene mucho aprecio.
-Bueno, yo iré a comprar un vestido para mañana.
-Pero dijiste que habías traído uno.
-James ahí mujeres que no tenemos suficiente ropa.
-Te acompaño.
-No, después iré a una estética para saber cómo me arreglare el cabello.
-No tardes mucho.
-No te preocupes.
(...)
El lugar era espacioso pero había muchos invitados, ellas decoraciones eran de un color plateado, yo tenía mucha curiosidad de saber quién era el señor Naylor.
-¿Y su esposa?
-El no es casado.
-¿Divorciado?
-No.
-¿Vive en unión libre?
-No tiene familia.
-¿Que edad tiene?
-Creo que unos 37 o bueno ya cumple mañana.
-Buenas noches.-nos dijo una señora que tenía una linda sonrisa, le sonreí de vuelta.
-Buenas noches.-respondió James.
-Señores Brightwell, los esperábamos.
-No es necesario tanta formalidad Sally, te presento a mi esposa Eileen.
-Encantada.-me dijo.
-Igualmente, ¿Y el señor Naylor?
-En un momento vendrá, al parecer ahí un poco de tráfico.
-¿Como está?.-pregunto James.
-Sigue bien, por suerte está cuidándose más.
-¿Esta enfermo?
-Estuvo, pero ya está mejor.-dijo Sally.
-Me van a disculpar pero olvidé algo en el auto, ahorita vuelvo.
-¿Voy contigo?
-No, si quieres ve a dejar el regalo allá donde están los otros, ahorita vuelvo.
Camine hasta el estacionamiento, busque el coche y lo abrí con la llames que James me dio, abrí cajuela y saque la bolsa con un regalo he había comprado, yo sé lo que es hacer una fiesta y que te den los mismos aburridos regalos.
Regrese al la fiesta justo cuando entró el señor Naylor, ¿Como se que es el? En Google encuentras muchas cosas.
-Buenas noches señor Naylor.-volteo a verme y se quedo pensando un momento.
-Buenas noches...
-Soy la esposa del señor Brightwell.-extendí mi mano, el la tomo, me sentí un poco extraña.
-Un gusto conocerte.-sonrió.-¿Que hacía afuera?
-No me hable de usted, sé que estoy casada pero me puede decir Eileen, fui por un regalo que decidí comprarle.-le extendí la bolsa de regalo, el la tome y la abrió.
-¿Es uno de esos barcos dentro de una botella?
-Si, también ahí uno del avión Grumman F-14A Tomcat, creo que le gustara.
-Gracias.-me sonrió.
-Espero que les guste.
-Prometo que los armare.
-Eso espero.
-Aquí estas, estaba buscándote.
-Buenas noches señor Brightwell.
-Señor Naylor, buenas noches. Le presento a mi esposa.
-Ya nos conocimos, es muy linda.
-Gracias.
-Me pareces familiar.
-Tal vez, ¿Conoció a la señora Cristina Miller?
-Si hace mucho, pero perdimos contacto.
-Yo soy su hija.
-¿Hija?
-Si.
-Disculpen debo ir buscar a Sally.
Después de eso tuve otra oportunidad de hablar con el señor Naylor, hasta que James decidió que era hora de irnos, pero el señor Naylor quería que lo fuéramos a visitar a su casa y quedamos que dentro de unos días lo visitaríamos.
-Me agrada el señor Naylor.
-Lo note, al parecer tienen gustos similares.
-Me alegro de que le gustara mi regalo.
-A mi no me alegro que no me hicieras caso.
-Cariño debes aprender que si tengo la oportunidad te desafiaré.-apretó sus labios tratando de reprimir una sonrisa.
Estábamos en el auto de regreso a la habitación del hotel, moría de sueño y al llegar me acosté en la cama boca abajo y después sentí el peso de James, y supe que el no quería dormir por el momento.
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