Prólogo
Samanta.
Seis meses atrás.
-Es tú decisión, Samanta. Yo sólo te estoy dando una solución, lo tomas o lo dejas.
Miro el rostro de Emiliano y luego a la pila de facturas médicas, servicios públicos, comida, créditos...
Suspiro.
¿Qué otra cosa puedo hacer?
El dinero de mi trabajo actual no cubre todos los gastos de mi madre y los míos. No puedo conseguir otro empleo, mamá necesita que la cuiden y pagar por una persona para ello me costaría los salarios de tres empleos. Papá dejó de enviar su cuota hace meses y yo simplemente estoy ahogándome en deudas.
-No sé que debo hacer exactamente -susurro. Mi voz tiembla con el miedo que me corroe.
No puedo creer que esté aceptando hacerlo, pero tiempos desesperados -o mejor dicho, estar endeudada hasta el cuello- requiere de medidas extremas. Además, sólo será por un tiempo. Mientras pueda cuadrar mis ingresos y consiga un mejor empleo. Será sólo unas cuantas noches a la semana.
-Lo mismo que harías con tus novios, Sami. Tienes que actuar y comportarte de tal manera que ellos crean que tu eres la suya.
-Pero... -me estremezco de sólo pensarlo-, ¿qué hay del sex...
-¿Sexo? -Emiliano se ríe y quiero patearlo-. Sólo imagina que es tu amor platónico y vas a follarlo. Deja que tu mente vuele, que todo lo real no exista y vive tu fantasía. -Se sienta a mi lado, en el feo sillón de mi casa que ha visto mejores días y requiere un lavado extremo, o mejor, jubilarse en el cielo de los muebles-. Déjales creer a ellos que disfrutas lo que te hacen y lo que tú les haces, pero aquí -Golpea suavemente con la yema de su dedo mi frente-, vive la fantasía que quieras.
-Emiliano... sabes que yo sólo, sólo he estado con un chico.
-Lo sé, ese chico es el idiota de mi hermano. Dudo que no hayas aprendido una que otra cosa con él. Además, si necesitas más herramientas y recursos, siempre existe el porno.
-Dios, creo que voy a vomitar.
-Bien, vomita ahora y no cuando él esté sobre ti. O al revés.
-Es en serio, Emiliano. Esto me puede.
Suspira y aleja un mechón de cabello de mi frente. -¿Vas a seguir contando centavos de cada quincena para ver si alcanzas a pagar todo?, ¿Seguirás corriendo de tus acreedores y cobradores?, ¿Qué pasará cuando corten el servicio de energía? ¿Crees que tu mamá se recuperará con esa "dieta" a la que está sometida justo ahora?
Niego a la vez que mis ojos se humedecen por la horrible situación en la que está inmersa mi vida.
-No creo que pueda hacerlo.
-Sí puedes. Ya te lo dije, entrégales tu cuerpo, pero tú, controla tu mente y juega con tu imaginación. Saca tu culo de este agujero de mierda en el que estás viviendo. Si se lo diste gratis a mi hermano y él pateó tu corazón lejos. ¿Por qué no puedes cobrar por tu delicado trasero a personas que están dispuestos a pagar y disfrutar de él?
Mis ojos vuelven a desviarse hacia el montón de papeles que piden pagos inmediatos. Pienso en mi madre, en cómo ha estado viviendo estos últimos meses. Escucho a mi estómago vacío gruñir por comida, miro mi precario apartamento, los horribles y mugrosos muebles. Y pienso en Emilio, el hombre que creí me amaba y la forma en la que jugó conmigo y luego de obtener lo que quiso y aburrirse, me arrojó cual trapo sucio.
¿Realmente quiero seguir viviendo así?
No.
-Bien, lo haré.
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