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8.


(  CHAPTER EIGHT ! )
" sacrificio. "

—Abogado, hay un hombre que lo busca, dice ser el representante legal de la señora Seo Heejin ¿lo hago pasar? —aviso la secretaria, el hombre de piel morena sentado en su escritorio subió la mirada del documento en sus manos para mirar a la mujer.

—Por el cielo, esa bruja realmente... —Namjoon suspiró con pesadez molesto—. Si adelante, déjalo pasar.

Su secretaria cerró la puerta tras una reverencia, para minutos después volver a abrirla dejando pasar a aquel hombre.

—Buen día abogado, soy miembro del bufete de abogados Incheon y represento legalmente a la señora Seo Heejin. —se presentó, alargó su mano para estrecharla con el contrario.

—Mucho gusto, Kim Namjoon abogado del señor Jeon Jungkook. —se levantó de su asiento, estrechó la mano con el hombre y luego le señaló la silla del frente para entonces tomar asiento—. Dígame ¿cuál es el motivo de su inesperada visita?.

—Fui enviado para hacerles saber que, base a la demanda por Infligir daño moral intencional a una persona, la señora Seo contra demandará por actos de violencia física y privación ilícita de la libertad. —le hizo saber.

Namjoon amplió sus ojos con estupor, le fue insólito escuchar aquellas graves acusaciones.

—¿Disculpe?.

—La señora Seo presentó pruebas —sacó de su portafolios un par de fotografías donde se veía a Heejin llena de hematomas y heridas graves—. Como puede ver los actos de violencia física son evidentes, y sobre la privación ilícita de la libertad, la señora dio un testimonio y le puedo asegurar que es muy comprometedor para su cliente.

—No ¿como? Esto no pude ser verdad, Jungkook jamás le pondría una mano encima, ni mucho menos la privaría de su libertad, esa mujer está tratando de calumniarlo. —le defendió totalmente disgustado.

—¿Está usted diciendo que las pruebas que fueron valoradas por un médico y un psicólogo son falsas? Esas acusaciones son graves abogado Kim.

—Estoy diciéndole, no, asegurándole que el señor Jeon no es capaz de cometer ningún delito, sin duda están tratando de ultrajarlo y yo no voy a permitir que eso suceda. —exclamó molesto con el ceño fruncido.

—Esto es fácil abogado, lo único que la señora Seo pide para deshacer estas dos demandas es tregua y arrepentimiento, nada más. —se levantó y caminó hacia la puerta—. Y me dijo también que si quieren terminar con todo este alboroto deshagan ese documento, me dijo que usted entendería. Fue un gusto abogado Kim. —hizo una reverencia y finalmente se marchó.

—Maldición... ¡¡esa maldita bruja!! —vociferó Namjoon golpeando con sus puños el escritorio con fuerza—. ¡¿Qué diablos le sucede?! ¡Está completamente loca! ¡Quiere arruinar a mi amigo! —pateo su silla lanzándola hacia un lado.

—Abogado ¿está bien? —la secretaria luego de escuchar el alboroto corrió hacia la oficina preocupada.

—Llama a Jungkook, dile que lo necesito aquí ¡ahora! —ordenó con la voz agitada y la mujer rápidamente fue hacer su labor—. Maldita loca, logró acorralarnos.

—Fue... algo fuera de lo común, quiero decir,  nunca antes había pasado algo igual con otros clientes. —contó desconcertado el chico de caballera rosada, con un ligero aire de fascinación.

—Jin creo que Minie se enamoró de un cliente del club —declaró en voz alta Hoseok e inmediatamente el rosado le lanzó en la cara un cojín del sofá.

—¡Mentira! Yo nunca dije eso, solo estoy diciendo que fue raro, eso es todo. —encogió los hombros e hizo un pequeño puchero.

—¿Minie... qué tanto balbuceas frente a Hoseok? —increpó Jin llevando un gran cesto de ropa limpia hacia la mesilla del la sala de estar donde estaban ellos—. En vez de hablar de cosas sin sentido porque no mejor me ayudan a doblar toda esta ropa, par de holgazanes.

—Oigan a este, ningún holgazán, yo también trabajo mucho. —objeto Hobi, pero aún así comenzó a ayudar con la ropa.

—Solo digo que por primera vez disfruté de estar en la suit, no tiene nada de malo que de vez en cuando disfrute de esto ¿o si?. —volvió a decir el pelirosa.

—¿De quién hablas? ¿Acaso ya te enamoraste de Kim Taehyung? —preguntó Seokjin mirándolo de soslayo mientras doblaba camisetas.

—¿Qué? Cielos no, ese hombre me produce escalofríos, siempre hablando de armas, drogas y esas cosas, del que les hablo es todo lo contrario, este hombre es... algo tímido y amable, debieron escuchar como me hablaba, decía las cosas de una forma en la que uno termina... creyéndoselo todo. —mencionó el pelirosa con una risita cómplice que compartió con Hoseok.

—Baja del laurel ahora mismo, todos los hombres que van al club son iguales, están allí solo para satisfacer sus fetiches sexuales reprimidos, no para buscar esposo. Agh me sorprende viniendo de ti. —reprendió Jin enseguida.

—¿Entonces Namjoon es igual? Porque antes de que salieras con él yo recuerdo que también era un cliente como los demás ¿O me equivoco? —contraatacó el rosado enarcando una ceja.

—Uuuuh —le hizo la segunda Hoseok.

—Tú sigue doblando ropa. —le regaño y puso los ojos en blanco—. Namjoon es muy diferente a todos esos hombres, no tiene punto de comparación, pero para saberlo tuve que hablar y salir varias veces con él.

—¿Y quien dice que yo no lo haré? Claro que continuaré conociéndolo, tampoco pienso dejarme llevar, no me creas estúpido. —afirmó para luego soltar un suspiro lleno de pesadez.

—Y a todo esto ¿quién es? Al menos sabes su nombre. —preguntó Jin.

—Si, lo sé... su nombre es Jeon Jungkook y es fiscal, para ser más específicos el mejor fiscal de toda Seúl. —contó con cierta emoción.

—No —objeto enseguida el joven de cabello morado, serio—. Debes de dejar de ver a ese hombre inmediatamente ¿entendiste? Quítate esos pensamientos absurdos que no llegarás a ningún lado y menos con un hombre como él.

—Vamos Jin ¿qué sucede? Si tú mismo me dijiste antes que podría parecerme interesante, no entiendo porque me lo discutes ahora.

—Se lo que te dije, pero eso era antes de que me enterara de que el hombre está casado. —le confesó.

—¿Qué? —la sonrisa que tenía el pelirosa en el rostro se fue borrando lentamente y sus ojos dejaron de brillan llenándose de decepción.

—Lamentó romperte tu ilusión Minie pero... ese hombre está casado, con una mujer, no es y nunca será para ti, sé que es duro pero...

—Lo sé, no tienes porque decírmelo, se que me dices esto por mi bien, gracias por siempre cuidar de mi. —el chico se levantó del sofá y se metió a su habitación cerrando la puerta.

—¡Minie no tienes porque...!

—Jin está bien, déjalo ya se le pasará, es mejor que lo sepa ahora antes de que en verdad lo perdamos, al final te lo agradecerá. —agregó Hoseok dándole una cálida sonrisa.

—Tienes razón, esto lo hago porque lo quiero y odiaría verlo lastimado.

[...]

—¡¿Cómo que demanda por violencia física y privación ilícita de la libertad?! —exclamó Jungkook luego de enterarse por Namjoon de las recientes noticias.

—Yo también no lo creía posible pero mira —le enseñó las fotografías que aquel abogado le había dejado, y Jungkook las miró con la misma impresión que su mejor amigo hace un momento—. Sé que tú no hiciste eso, seguramente esa loca pagó para que la golpearan o que se yo, pero al final son pruebas contundentes.

—¿Perdió la cabeza? ¿Como va a dejarse golpear solo por mortificarme? Ella sí que está dispuesta a luchar para no firmar ese divorcio. No no ¿qué vamos a hacer? —Jeon pasó sus manos por su cabello completamente desesperado—. Si eso llega al juzgado me darán al menos quince o veinte años de cárcel, sabes lo penado que está toda la violencia hacia las mujeres.

—Si hermano lo sé ¿pero qué más podemos hacer? Si metemos una apelación para poder seguir cuestionando las pruebas será una pérdida de tiempo, lo único que ganaremos es que te rebajen la sentencia y yo no estoy dispuesto a verte en una cárcel siendo inocente.

—Tenemos que utilizar lo de la cortina de humo, es el momento indicado para sacar esa arma, es mi última esperanza.

—No podemos, no aún. —dijo Namjoon.

—¿Cómo que todavía no podemos? Namjoon maldición iré a la cárcel, tenemos que poder.

—Tenemos pruebas, pero muy pocas como para ir a juicio o simplemente para mostrárselas y manipularla. Esa familia es perspicaz y si encuentran una falla nos meterán a la cárcel por difamación o algo peor. —explicó nervioso.

—¿Y entonces? ¿Voy a ir a la cárcel así como así? —preguntó Jungkook con el pulso acelerado, asustado.

—No si paramos por un momento lo del divorcio, mientras ella siga sin recibir ese documento todo estará bien, hagámosle creer que ese tema terminó.

—¿Qué estás insinuando que haga? —frunció el ceño y entornó la mirada.

—Tienes que... seguir casando con ella —contestó y Jungkook se tomó la cabeza lleno de desesperación—. Al menos hasta que terminemos de recolectar todas las pruebas.

—Namjoon no puedo, no es lo correcto. Hace unos días finalmente tuve mi privado con Baby J y... si antes no sabía explicar que era lo que sentía, ahora estoy más que seguro que... es él a quien quiero querer, con una vez que nos vimos, con una sola charla me di cuenta que... nunca nadie me ha hecho sentir como él, me roba el aliento, se adueña por completo de mi atención, maldición estar a lado de él provoca que todo mi cuerpo tiemble. —explicó mirándolo a los ojos—. No puedo seguir con ella porque necesito ser libre para estar con él ¿qué tal si se entera que soy casado?.

—Tengo la solución. —Namjoon sacó un sobre de los cajones de su escritorio y se lo entregó—. Es una nueva demanda de divorcio que imprimí, si eso llega a pasar muéstrasela.

—No, no puedo hacer eso, le estaría mintiendo ¿qué diablos pasa contigo?.

—No del todo, es un hecho que te vas a divorciar ¿no? Pero tomará un poco más de tiempo, y con mostrársela ganarás ese tiempo que necesitamos. Yo más que nadie se lo que sientes, Jin se esta convirtiendo en el hombre de mi vida, no hay nadie a quien yo haya amado más que a él, así que... toma el sobre y gana un poco de tiempo, yo te prometí darte tu felicidad y así lo haré.

—Mierda Namjoon... —Jungkook luego de pensarlo una y otra vez finalmente tomó el sobre, al final no tenía otra opción, era olvidarse de él o hacer lo que le decía Namjoon. Y simpre iba a encoger lo que fuera para seguir viéndolo—. No tardes demasiado, no lo suficiente como para alarmarlo, no quiero herirlo.

—No lo harás Koo, déjamelo a mí ¿bien?.

—Está en tus manos.

Y ese era el problema, me parecía humillante que mi felicidad siempre estuviera jugando entre los dedos de alguien más, desde mis padres hasta mi mejor amigo, todos tenían dominio de mi felicidad menos yo, y lo peor es que nunca he podido hacer nada, de alguna u otra forma siempre me encuentro atado de pies y manos, antes con mis sueños y ahora con mi libertad.

Lo peor de todo, es que nunca he sido feliz en realidad.

Cada vez veo más lejano ese futuro donde me encuentro tranquilo y pleno, siempre que intento salir adelante para buscar mi propia paz algo sucede y termino como siempre: atado, impotente y derrotado. Esta vez de verdad creí que iba a ser diferente, luego de obtener dos grandes victorias me confié de más, lo admito, pero eso me enseño a que no debo relajarme demasiado y siempre tengo que estar cuidado mi espalda.

Por el momento sufriré mis consecuencias con la frente en alto, seguiré con lo planeado aunque me pese, pero cuando llegue el final sabré que todo habrá valido la pena.

—Oh estás en casa —Heejin encontró a Jungkook en la sala de estar, con todas luces apagadas menos una lámpara que iluminaba su lugar y la botella de whisky que bebía a solas—. ¿Me invitas uno? —se acercó.

Jeon tenía la cabeza gacha y la espalda encorvada, su ropa y su cabello estaban desalineados, tenía un vaso vacío en la mano y la botella de whisky también estaba casi vacía.

—Pero si ya te la haz bebido toda ¿estas celebrando algo, cariño? —la mujer lo estaba vacilando, sabía perfectamente que con su contraataque había triunfado, fue bastante notable al ver el estado de su cónyuge.

—¿Celebrando yo? —el azabache rio entre dientes y subió la cabeza para mirarla con los ojos rojos y llenos de desdén—. ¿Vienes a burlarte de mí? Aquí la única que está celebrando la desdicha de otra persona ¡eres tú! —gritó levantándose de golpe.

—Te lo advertí Jungkook, te dije que no jugaras con fuego porque ibas a quemarte, pero aún así lo hiciste y ahora me culpas de tus consecuencias. —objeto.

—No, te equivocas, estoy consciente que yo tengo la culpa de todo esto por casarme con una mujer tan cruel como tú. Solo mírate, ve hasta donde llegó tu crueldad que le pides a otros golpearte ¡solo para joderme la maldita existencia! —volvió a gritar y esta vez estrello el vaso contra el suelo, sacándole un pequeño susto a la contraria.

—Que bueno que te das cuenta que soy capaz de lo que sea para poder obtener lo que quiero. Prefiero tener todos estos golpes que en algún momento se borrarán, a vivir con la humillación de ser abandona por un hombre como tú.

—Pues felicidades ganaste, pero ganaste mantener un hombre a tu lado que no sabe más que odiarte con todas sus fuerzas. Aunque no mereces menos que eso, una mujer tan... despreciable como tú no merece vivir una vida feliz, ni tener amor. —espeto furioso mirándola directamente a los ojos, diciendo las palabras como si lanzara cuchillas hacia ella, logrando hacerla sentir miserable al punto de que sus ojos se llenaron de lágrimas—. La única forma en que lograrás tener a alguien a tu lado es pagándole y lo mismo con el amor, porque jamás nadie te querrá genuinamente, siempre tendrás que darles dinero para que finjan quererte...

—Jungkook basta, me lastimas... —masculló con una amarga lagrima deslizándose por su mejilla.

—¡¿Así como tú me lastimaste a mí?! ¿Ah?—la sujeto de los brazos y la siguió mirando con odio—. ¿Qué pasa? ¿Vas a llorar? Si lo sé, la verdad duele como el carajo pero esa es tu realidad, así que desasté de esas lágrimas de cocodrilo y supéralo —la aventó y luego se marchó sin agregar nada más.

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